Después de la boda de Leo, todo volvió a la normalidad. La escuela seguía estresándome pero finalmente estaba estudiando lo que quería. Decidí que a pesar de que estudiaba, debía encontrar un trabajo, algo relacionado con comunicaciones, así que dejé varias solicitudes de empleo pero jamás fui requerida para una entrevista porque no tenía nada de experiencia.

―¿Cómo va lo de tu empleo? ¿Lograste conseguir algo? ―preguntó Alex sentándose a mi lado en la banca.

―Nada. Tal parece que voy a seguir de mantenida ―hice un puchero y me recargué sobre él.

―Oye ―solté un "mmh"―, tengo una prima que trabaja en una revista, tal vez podría decirle que te dé una oportunidad.

―¿De veras? ―me enderecé de inmediato―. Eso sería increíble.

―Voy a hablar con ella ¿de acuerdo? ―sonrió y yo asentí.

―¡Gracias, Alex! ―lo abracé.

+ + +

Dicen que los fines de semana se hicieron para descansar pero hoy no tenía tiempo para eso. Afortunadamente, Alex había logrado convencer a su prima de que me hiciera una entrevista a pesar de que no contaba con experiencia.

―¿No vas a desayunar? ―dijo mi mamá cuando me vio agarrar las llaves de mi auto.

―¿Qué tienes que me pueda terminar rápido?

―Leche.

―Peor es nada ―me encogí de hombros y me acerqué al desayunador.

Me tomé la leche lo más rápido que pude y salí de la casa, no sin antes lavarme los dientes. No quería llegar tarde a mi entrevista, aunque, a decir verdad, iba bastante a tiempo. Probablemente llevaba media hora de ventaja.

Cuando llegué al edificio, estacioné mi auto y subí por el elevador. Alex me había dicho que primero debía presentarme en la recepción para anunciar que ya había llegado y que de ahí me mandarían a una oficina.

―Hola ―llamé la atención de la chica detrás del escritorio―. Vengo a ver a Marta Arreola.

―Claro, dame un momento ―la chica levantó la bocina del teléfono y después de intercambiar un par de palabras con alguien al otro lado de la línea, me miró―. Sube al piso seis, oficina ciento veinte. Ahí te encontrará la señorita Marta.

Hice lo que me indicó y a la entrada de la oficina, había otra recepcionista.

―Hola, me mandaron aquí a una entrevista.

―Oh, sí. Adelante, La señorita Arreola no tarda en llegar.

Le agradecí a la chica y entré a la oficina. Me senté en la silla que estaba frente al escritorio y esperé.

Miré alrededor de mí. Había muchas portadas de la revista y una que otra pintura de algún paisaje exótico.

Llevaba casi diez minutos sentada en esta comodísima silla de piel sintética. La verdad es que quien me fuese a hacer la entrevista, podía tardarse el tiempo que quisiera mientras no me movieran de aquí.

―Lamento hacerte esperar pero estaba haciendo otra entrevista ―entró una chica que se veía un par de años mayor que yo―. ¿Cómo te llamas? ―preguntó.

―Paulina Gómez Reyes ―sonreí mientras apretaba la mano de la chica frente a mí.

―Oh, tú debes ser la amiga de Alejandro ―asentí―. Me comentó que no tienes experiencia en este tipo de trabajo.

―Así es, no la tengo pero aprendo rápido ―sonreí―. De verdad necesito el trabajo. Además de que siempre ha sido mi sueño trabajar para una revista.

―No puedo darte un puesto importante, si eso es lo que quieres ―hizo una pausa―. Pero puedes ayudar aquí en lo que se ofrezca ―pausó nuevamente―. No te voy a poner a traer cafés o casa así.

Reí ante su comentario porque en efecto, eso pasó por mi mente.

―Es una gran idea ―sonreí―. Supongo que así aprenderé más acerca de esto.

―¿Eso es un sí? ―asentí―. Pues bienvenida a Pop Chic.

+ + +

Le había contado a Alex como me había ido el fin de semana en la entrevista y me había felicitado por obtener el empleo, si es que se le podía llamar así.

―¿Qué dices si vamos a tomar algo por ahí? Ya sabes, para celebrar ―sonrió.

―Nada de alcohol, por favor. No quiero que se repita lo de la otra vez.

―Sólo un poquito ―hizo un puchero―. Prometo no ponerme ebrio.

―¿Lo prometes? ―asintió―. Hecho. Después de clases nos vemos.

―Bueno. Hasta al rato ―dijo besando mi mejilla.

Observé a Alex marcharse a su salón sin moverme de la banca.

Ahora que Alan me había dicho que Alonso estaba saliendo con Zaira, otra vez, decidí que era momento de olvidarme de él. Al menos por un buen rato.

Alex parecía ser un buen partido, solo esperaba que no resultara como la última vez con Jonathan. Sé que lo que hacía estaba mal, porque una vez más estaba aplicando lo de clavo que saca otro clavo.

―¿En qué piensas? ―Pablo se sentó a mi lado.

―Oh, yo... En nada ―sonreí.

―¿Segura?

Fruncí los labios y lo miré. ―¿Tú que piensas de eso que dicen que un clavo saca otro clavo?

―¿A qué viene esa pregunta?

―No sé, solo quiero saber qué piensas de eso.

Pablo examinó mi cara durante un par de segundos y luego se acomodó para hablar.

―Pienso que al final alguien va a salir herido ―hizo una pausa―. Piénsalo bien antes de hacerlo.

―Yo no...

―Yo sé que esto es por Alonso ¿no es así?

Sí, Pablo sabía de Alonso, pero Alex no. Es decir, Alex sabía que había sido mi compañero en la preparatoria pero nada más. En cambio Pablo conocía toda la historia.

―Tiene novia ―hice un mohín―. Mejor dicho, volvió con su ex novia.

―¿Zaira?―asentí―. ¿Por qué?

―Yo qué sé ―me encogí de hombros.

―De verdad piénsalo ―se levantó de la banca y se fue hacia la cafetería.

+ + +

Decidí olvidarme acerca del tema de Alonso y de que un clavo saca a otro clavo, y me enfoqué en mi empleo y en la escuela. Ya había pasado un mes desde que había comenzado a trabajar en la revista y hasta ahora me había ido bien. En algunas ocasiones trabajaba con las columnistas, otras veces me tocaba con la editora, varias veces estuve con las chicas que manejan las redes sociales y en otras ocasiones estuve trabajando con las bloggers.

―Mamá ―dije levantándome de la silla―, estaba pensando en conseguir un departamento. Es decir, no comprarlo pero si rentar uno.

―¿Por qué? ―frunció el ceño.

―Pues quiero experimentar ―me encogí de hombros―. Además, estuve buscando algunos y me quedan cerca del trabajo y de la universidad.

―¿De verdad quieres vivir sola? ―asentí―. Bueno, también háblalo con tu papá.

―Por cierto ―pausé―, ¿me dejas salir con los chicos, hoy?

Ella asintió y entonces desaparecí por las escaleras hacia mi habitación.

Apenas llegué, corrí por mi teléfono que se encontraba sobre el pequeño escritorio. Tenía algunos mensajes de Whatsapp.

Alex Arr

¿A qué hora paso por ti, Pau? 4:54 P.M

A la hora que quieras :) 5:23 P.M

Paso a las diez. 5:25 P.M

Abrí la siguiente conversación que por cierto, me tomó por sorpresa.

Alonso Phantom

Hope 4:34 P.M

Alonso :) 5:30 P.M

Los chicos y yo iremos por ahí a convivir, ¿quieres ir? 5:32 P.M

Tienen ganas de verte y yo también. 5:32 P.M

Perdón, pero ya tengo planes. 5:33 P.M

Oh, qué mal. 5:34 P.M

Supongo que será en otra ocasión. 5:34 P.M

Sí. En otra ocasión será. 5:35 P.M

―Yo creí que vendríamos a un bar, no a un antro ―dije después de que Alex se detuviera frente a un antro.

― No es un antro ―arqueé una ceja―. Bueno sí pero también es como un bar. La vamos a pasar bien.

Puse los ojos en blanco y me bajé cuando Pablo abrió la puerta para mí.

―Gracias ―sonreí.

Entramos al lugar y de inmediato el olor a cigarro inundó mis fosas nasales. Estaba rezando por no tener dolor de cabeza.

―¿Qué quieres tomar? ―dijo Alex cuando llegamos a la barra.

―Humm, una limonada. Sin alcohol, obvio ―sonreí.

―¡Vamos, Pau! ―miré a Pablo―. Pide una cerveza.

―No me gusta mucho ―hice un mohín.

Pablo hizo un movimiento de manos haciéndome saber que no le interesaba en absoluto que no me gustaba la cerveza, y me pidió una.

Tres cervezas después me encontraba bailando con Alex y Pablo. No sabía beber, por lo tanto las cervezas se me habían subido bastante rápido.

El DJ del lugar de había puesto un poco retro y comenzó a poner canciones como Aserejé, Gasolina, No me digas que no, etc.

Ahora sonaba Afortunadamente no eres tú de Paty Cantú. Probablemente una de mis canciones favoritas del 2010.

―¡Uuuh, no quiero un hombre de cuento uuuh! ¡No busco alguien perfecto uuuh! ¡Quiero algo natural, alguien que sepa amar, que me intoxique con amor el cuerpo! ¡Que me envicie con cada beso, me enamore hasta los huesos, uuuh! ¡Afortunadamente no eres tú! ―canté mientras brincaba y trataba de no tambalearme.

La noche siguió y yo cada vez me sentía más mareada.

―Necesito ir al baño ―susurré en el oído de Pablo.

―Te llevo. No quiero que te pase nada y menos en ese estado.

Pablo me guio entre la gente hasta el baño y me esperó afuera. Cuando salí, se encontraba discutiendo con un chico.

―¿Jos? ―fruncí el ceño y luego me reí. ¿Por qué me estaba riendo?

―¡Pau! ¿Te hizo algo este imbécil? ―dijo empujando a Pablo contra la pared.

―¿Qué? ¡No! Es mi amigo ―me reí una vez más. Esta vez la risa iba acompañada de hipo.

Escuché a Jos disculparse con Pablo y luego intercambiaron un par de palabras antes de que Jos desapareciera entre la multitud.

―¡Vamos allá! ―alcé mis brazos pero de inmediato Pablo los puso abajo―. ¡Oye! ―me quejé―. ¡Es Scream and Shout! ¡Por favor! ―Pablo negó―. ¡Por favor! I wanna scream and shout and let it out!

―¿Alonso? ―dijo Pablo y el ahora castaño, asintió―. Gracias.

―Nunca te había visto así ―dijo Alonso abrazándome por la cintura.

―¿Tú si me dejarás ir a bailar? ―hice un puchero.

―Te voy a llevar a casa ―sonrió.

―Pero tú eres mi casa ―sonreí burlona.

―Esto no es Maravilloso desastre.

―Luzco como tal ¿no es por eso que me llevas a casa?

―Para estar ebria, las cosas que dices no están tan fuera de lugar.

A la mañana siguiente desperté con un terrible dolor de cabeza y bastante sedienta.

Primera y última vez que bebo demasiado.

+ + +

¡Nuggets!

Aquí les dejo este capítulo. Espero que les haya gustado *inserte lunita negra*

Hoy vi al chico del estacionamiento pero solo de lejitos porque mi papá dejó el carro en otro lugar y eso :(

¿Cómo las trató su semana? Espero que muy bien. Yo me la pasé comiendo, como siempre jajajaja.

No quería decirles esto pero la fic está a pocos capítulos de terminar :(

Si leyeron todo, respondan con mi hashtag (ahvea) #Parkinglotguy

+  ¿Alguna vez han usado el clavo que saca otro clavo? Yo no jejeje. 

Ol de lof para ustedes,

Cit.