once

Todos en la escuela se estaban volviendo completamente locos con el asunto de la fiesta de Halloween. Los chicos de la sociedad de alumnos habían pasado un par de veces durante la semana, a recordarnos que aún había boletos disponibles para fiesta y que nos animáramos a asistir ya que era una tradición.

¡Bah! ¿Cuál tradición? Nuestra tradición es el día de muertos, no Halloween.

―Oye, Pau ―dijo Jonathan llamando mi atención―. ¿Ya tienes con quien ir a la fiesta?

―En realidad no pienso ir ―hice una mueca y cerré el plumón que estaba utilizando―. No me gustan las fiestas y no soy buena con los disfraces ―me encogí de hombros―. Además hay un par de escenografía de la obra que aún no he terminado. La obra ya está cerca; solo un par de semanas más y estrenamos.

―Oh, vamos Pau ―agarró mi mano―, solo un rato.

―En serio no ―negué―. Gracias pero si no termino esa escenografía, Andrés me va a matar.

―¿Andrés? El que...

―¡No! ―solté una carcajada y golpeé su brazo suavemente―. Es el que monta las coreografías para obra.

―Ah ―sonrió―. Bueno, igual piénsalo.

Asentí con una suave sonrisa en mi rostro y abrí el plumón nuevamente para terminar con lo que estaba haciendo.

Las clases, e incluso el receso, se me fueron volando a pesar de que no había pasado el rato con mis únicos dos amigos quienes ahora estaban en una relación y se veían tremendamente felices. En mi camino al auditorio, a ese maldito auditorio, Jonathan insistió en que fuese con él a la fiesta y terminé accediendo porque sabía que no me dejaría en paz si no iba.

―Ya me enteré ―Zaira me codeó en las costillas.

―¡Qué milagro! ―alcé los brazos y la abracé efusivamente.

―Ya consíguete un novio, amiga ―golpeó mi brazo suavemente.

―Nah ―me sacudí fingiendo estar asqueada ante la idea―. No lo necesito. ¿Cómo va lo tuyo con Alonso?

―Es increíble ―sonrió ampliamente―, en serio deseo que encuentres a alguien como él.

Si, bueno, no lo creo.

―Como sea ―me encogí de hombros y comencé a bajar las escaleras―. ¿De qué te enteraste?

―Oh sí ―me jaló del brazo haciendo que me detuviera―. Me enteré de que vas con Jonhy a la fiesta de mañana.

―Ah, eso ―hice un ademán restándole importancia al asunto.

―Cómo que ah eso ―dijo en un intento de imitar mi voz. Una muy mala imitación, debo recalcar.

―No tenía de otra, me insistió bastante.

―No te gusta, ¿verdad? ―su expresión se volvió seria.

―Sí ―asentí―, bueno, no sé, es que siento que si intentamos algo no va a funcionar. Él y yo somos muy distintos.

―Dicen que los polos opuestos se atraen.

―No siempre es cierto ―me encogí de hombros.

―Bueno. ¿Ya tienes un disfraz? ―negué―. Vamos a conseguir uno después de clases. Alonso y yo iremos a un par de negocios de renta y venta de disfraces.

―No suena mal ―sonreí.

―¿Es un sí? ―asentí.

Me despedí de ella y me fui a mi pequeña cueva atrás del escenario. La verdad es que comenzaba a gustarme este lugar, no había gente y siempre estaba silencioso, excepto cuando ponía música y cantaba a todo pulmón pero eso no pasaría hoy porque los chicos estaban ensayando la canción Braking free y la voz de Alonso y Zaira juntas eran una hermosa melodía para mis oídos.

Qué envidia, pensé. Hubiese deseado tener una voz como la de ella pero ¡oye!, si yo estuviese ahí nadie haría una escenografía tan linda como la mía.

Para la hora de la salida, Alonso y Zaira fueron atrás a avisarme que ya era hora de irnos.

―Primero pasaremos por algo de comer ―anunció Zai.

Hicimos una parada en un restaurante de comida argentina; en realidad era un restaurante de cortes de carne. Parecía ser bastante costoso y me sentí apenada porque no llevaba ni un peso conmigo en la bolsa.

―Chicos, yo no traigo dinero ―hice una mueca.

―No te preocupes, Hope ―miré a Alonso―. Yo voy a pagar.

Eso no me alivió para nada. Alonso pagó la comida de los tres; lo bueno es que era buffet y en realidad no estaba tan caro pero igual me sentí avergonzada.

―¿Sabes más o menos que comprar, Hope? ―Alonso me miró a través del retrovisor.

―Ni siquiera tenía ganas de ir.

―Seguramente Zai te ayudará a encontrar algo lindo ―miró a su novia y alejó la mano de la palanca de velocidades para tomar la de mi amiga, dar un apretón y volverla a colocar donde antes.

El resto del camino me enfoqué en la música de la radio que Alonso traía ya que ellos estuvieron muy melosos hasta que llegamos a la tienda.

Había un montón de disfraces, pelucas y botargas; Alonso de inmediato se alejó de nosotras y se acercó a un disfraz de El Zorro.

―Bueno, aquí estamos ―miré alrededor―. ¿Ya sabes que llevarás?

―Pensaba en irme de hada ―sonrió―, Tinkerbell o algo así.

No era mala idea, ella era de piel clara y le iría muy bien el disfraz.

―Pero te ayudaré con el tuyo ―me jaló hacia la sección de chicas.

Me mostró un montón de disfraces de animales habidos y por haber pero ninguno me gustó.

―¿Te gustan las princesas?

―No soy precisamente una gran fan pero sí ―asentí y me senté en un banquito que estaba cerca.

Zai se acercó a la chica que atendía el lugar y después de intercambiar un par de palabras, la chica desapareció por una puerta. Alonso, al ver a su novia ahí de pie no dudó en acercarse y charlar con ella; incluso intercambiaron saliva frente a mí.

La chica volvió interrumpiendo la conversación de Alon y Zai, y le entregó un paquete.

―Quiero que te pruebes esto ―ordenó extendiendo el disfraz hacia mí cuando estuvo cerca.

―Sí mamá.

Me levanté del banco y la chica me indicó en donde se encontraba en probador. Miré el empaque y vi que era un disfraz de Bella de La Bella y la Bestia.

No piensen que era el vestido amarillo, no; era el azul que utiliza al inicio y durante casi toda la película. Para ser honesta, me gustaba.

―¿Ya te lo pusiste? Queremos verte.

Agradecí que me había depilado apenas antier porque de no ser así, qué horror.

―Es algo corto pero...

―¡Te ves preciosa! ―exclamó Zaira―. Yo me encargaré de peinarte y maquillarte. ¿Verdad qué se ve linda, Alon?

Miré a Alonso quien se acercó a Zaira y a mí.

―Te ves bien, Hope ―sonrió y Zai se alejó con la chica del mostrador.

―Bueno, gracias ―sonreí―. Iré a cambiarme ―señalé el probador y él asintió.

Últimamente estar cerca de Alonso me ponía algo incómoda. Lo que me había dicho mi mamá el otro día me dejó muy pensativa y caí en la cuenta de que tal vez, y solo tal vez, encontraba a Alonso más atractivo de lo normal; y no me refiero solo al físico, sino también a su forma de ser. Zaira tenía razón, Alonso era un chico increíble.

―Ya pagué los disfraces ―anunció Zaira cuando me acerqué a ella.

―Voy a pagarte, lo sabes ¿no?

―Olvídalo ―hizo un ademán―. Tómalo como un regalo de día de Halloween.

―Eso no existe.

―Lo acabo de inventar.

Al final Alonso me llevó a mi casa después de dejar a mi amiga. El trayecto se me hizo eterno porque casi no hablamos y si Alonso me preguntaba algo, contestaba con monosílabos.

―Gracias por traerme ―sonreí y abrí la puerta.

―De nada Hope ―me devolvió la sonrisa―. Por cierto ―me detuve antes de cerrar la puerta―, te veías muy linda con el disfraz. No quería decir nada frente a Zai, suele ser algo celosa ―se encogió de hombros.

―No tendría por qué ―sonreí―. Se nota que la quieres mucho.

―Eh, si ―sonrió―. Te dejo. Que tengas buena noche.

―Igualmente.

Esperé a que Alonso diera vuelta en la esquina y entré a la casa encontrándome con mi mamá.

―Paulina.

No otra vez.

―Tranquila mamá, te prometo que no voy a intervenir ―intenté sonreír pero no pude; en su lugar me salió una mueca.

+ + +

¡Aloooooooooo nuggets!

¿Cómo están? Yo estoy re'bien. Mañana comienzo bien mis clases, mándenme toda su buena vibra.

Les deseo un hermoso inicio de semana.

Espero que les haya gustado el capítulo, me gustaría leer sus especulaciones para el siguiente capítulo *inserte lunita*

Ya fue un año del TPWT al cual no asistí. ¿Ustedes fueron?

+ ¿De qué color es su pijama? 

Yo sé que es una pregunta extraña jaja pero no se me ocurre nada. La mía es morada con gris.

¡Muchas gracias por leer, votar y comentar! Son unos nuggetsitos hermosos♥

Nos leemos pronto.

Cit.

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