catorce

SEPTIEMBRE 2012

Había pasado casi un año desde mi incidente con Alonso y las cosas no habían ido nada bien. Quise contarle a Zaira todo lo sucedido con Alonso pero me acobardé y jamás lo hice, en cambio Alonso lo hizo. ¿Por qué? No lo sé, solo me enteré de que ambos habían terminado y poco después me enteré de que la razón había sido mi beso con él. Zaira no creyó ni una sola palabra de Alonso aunque todo había sido verdad, incluso aunque Alonso argumentó que era lógico que me equivocase de Zorro porque había dos, no le creyó.

Después de eso quise hablar con Zaira pero simplemente entró en una etapa de negación y me lo prohibió. Lo intenté varias veces pero todo fue en vano. Al final se cambió de escuela. Qué infantil.

―Yo no quería venir ―me quejé acomodándome la blusa blanca.

―Tenías que venir ―dijo Jonathan dándole cambio a un chico de primer semestre―. Además te ves bien ―sonrió.

Las cosas con Jonathan habían dejado de ser incómodas. Nuestra amistad era cada vez más fuerte y yo estaba alegre por eso. Casi lo consideraba como un hermano, uno de verdad; no una bestia salvaje como Elías.

Hoy nos encontrábamos en una kermesse en festejo al Día de la independencia y nuestro grupo se había encargado de todos los puestos de comida aunque eso no era lo peor. Lo peor era que debíamos ir caracterizados con ropa de la época y no es que eso fuese malo, lo malo era que toda la escuela me veía con esta ropa y no me gustaba recibir la atención de la gente. Llevaba una blusa blanca que dejaba a la vista parte de mis hombros, una falda verde bandera y en la parte de abajo tenía holanes blancos. La verdad es que no me veía tan mal; la ropa me hacía un enorme favor. También llevaba dos trenzas y un par de collares de perlas de plástico de color verde, blanco y rojo.

―Iré a ver que compro de comer ―anunció Jonathan y antes de que pudiese decir algo, desapareció. Genial.

―Hola.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Como si hubiese estado completamente calientita en mi cama y alguien hubiese abierto la ventana en pleno invierno dejando entrar el frío viento.

―Hola ―sonreí débilmente.

―¿De qué es el agua? ―señaló los enormes vitroleros que estaban sobre la mesa.

―Umm, jamaica, horchata y guayaba ―mordí mi labio inferior.

―Quiero una de jamaica.

Por primera vez en meses volvía a hacer contacto visual con él. Había olvidado el azul de sus ojos y su piel pálida, tan pálida como el color de la crema.

Me causó mucha ternura verlo con su camisa blanca, su enorme moño negro y su gran sombrero de charro. Más que ternura me causó gracia, como si vieras a un extranjero con vestimenta típica de México.

Serví el agua en un vaso y se lo entregué.

―Son diez pesos ―sonreí.

Alonso me extendió un billete de cincuenta y lo miré mal. ¿De verdad estaba pagando diez pesos con un billete de cincuenta? Las ventas no estaban siendo precisamente exitosas y él venía con este billete.

―¿Qué?

―Nada.

Saqué cambio de la cajita que teníamos y se lo entregué.

―Gracias ―sonrió y señaló el vaso lleno de agua―. Por cierto, te ves linda hoy, Hope.

Sentí el calor subir a mis mejillas y él también lo notó, pues soltó una pequeña risa. Después se fue.

El evento pasó tranquilamente aunque en algunos ratos tuvimos tanta gente que no podíamos atenderlos a todos. Eso era bueno porque recuperaríamos, por lo menos, la inversión.

Alumnos, queremos invitarlos a pasar al auditorio en donde el taller de danza presentará unos bailes que prepararon para este día especial.

La multitud comenzó a moverse al auditorio y entre tanta gente que había perdí a Jonathan.

―Jona ―grité un par de veces pero era lógico que nadie me respondería. Seguro no podía escucharme entre tanto bullicio.

Me resigné a que lo había perdido así que me tuve que sentar en una de las butacas de hasta atrás ya que al frente estaba todo lleno.

―Deja de seguirme ―me giré para ver al chico de ojos azules a mi lado. Reí al recordar que me había dicho algo parecido hace un año.

―Ya quisieras ―puse los ojos en blanco.

Ambos nos quedamos en silencio y no sabía cómo romper el hielo.

Piensa Paulina, piensa.

―Lamento lo que sucedió entre tú y Zaira.

Nunca tuve la oportunidad de disculparme con Alonso por ser la culpable de su ruptura con Zai y tampoco pude agradecerle por haber hecho lo que yo no había podido hacer.

―Descuida ―sonrió aunque eso no me hizo sentir mejor.

―¿No me odias? ―negó―. ¿Ni poquito? ―negó nuevamente―. Pero arruiné tu perfecto noviazgo.

―Creo que me hiciste un favor.

―¿De qué hablas? ―fruncí el ceño.

―Me di cuenta de que Zaira y yo no teníamos mucho que compartir ―se encogió de hombros―. Y no encontraba como dejarla.

―Oh ―fue lo único que pude decir porque el evento comenzó.

Las chicas comenzaron con el Jarabe Tapatio, una presentación impecable y hermosa. Definitivamente entraría al taller de danza el siguiente semestre. Después siguieron con el son de la Negra; iban a la mitad cuando giré levemente mi cabeza a la derecha para ver a Alonso quien estaba muy entretenido con su teléfono. No quise ser chismosa pero la tentación me ganó. Alonso se encontraba en un grupo de WhatsApp y pero no alcancé a leer lo que decían los mensajes, solo vi que había un nueve y luego un montón de emojis.

Fruncí el ceño confundida y luego volví mi vista a las chicas en el escenario.

Para cuando el evento terminó mi mamá ya me estaba esperando afuera así que me apresuré y ayudé a Jona a recoger todo y después me despedí de él para ir a donde mi mamá.

Cuando llegamos a la casa lo primero que hice fue cambiarme de ropa, necesitaba sentirme cómoda en mi propio hábitat.

―¿Cómo te fue? ―dijo mi mamá colocando un plato sobre la mesa.

―Increíble, ¿qué crees?

―¿Qué hiciste ahora? ―entrecerró los ojos.

―Nada ―sonreí―. Hoy hablé con Alonso.

―Quiero escuchar todo.

Le conté lo sucedido el día de hoy y como es que todo había sido, aunque un poco incómodo al inicio, normal. Estaba contenta de que comenzara de nuevo con Alonso, dijo que era un gran chico y que cometería un gran error si me alejaba de él por un simple beso. El asunto es que para mí no era un simple beso y seguramente para Alonso sí. Bien dicen que es muy estúpido enamorarte de alguien a quien no puedes tener.

Por la noche estuve haciendo tarea y después me fui a dormir, estaba muy agotada.

+ + +

Los dos días siguientes pasaron con mucha tranquilidad. Si bien habíamos tenido mucha tarea, había cumplido con toda.

―¿Has visto a Alonso? ―miré a Jonathan.

―No ―respondí.

Era muy raro. Después del evento en la escuela no lo había visto, estaba segura de que no había estado yendo a clases porque pregunté a uno de sus compañeros y me lo había dicho. Incluso me dijo que había avisado que faltaría durante la siguiente semana.

Bastante extraño.

Apenas llegué a mi casa decidí mandarle un mensaje deseando que no hubiese cambiado su número de teléfono porque de ser así estaba perdida.

Alonso chicken

Hey. 3:43 P.M

¿En serio, Paulina?

Hope :) 3:44 P.M

¿Por qué no has ido a la escuela? 3:44 P.M

¿Ya me extrañas? 3:45 P.M

Era lindo que Alonso siguiera siendo igual de bromista.

Sobre todo eso. 3:45 P.M

Estoy de viaje pero llego en una semana. No te preocupes, siempre te llevo en mis pensamientos. 3:46 P.M

Claro. Como no, si fui la chica que hizo terminar tu relación. 3:47 P.M

¿Sabes qué? 3:47 P.M

Qué cosa. 3:47 P.M

Vamos a empezar desde cero. Nada ha pasado entre nosotros. Nunca en mi vida te he visto. No sé ni cómo te llamas. 3:48 P.M

¿Es en serio? 3:48 P.M

¿Quién eres? 3:49 P.M

+ + +

¡Helou, nuggets!

¿Qué tal va su viernes? El mío un poco aburrido pero bueno...

¿Les caía bien Zaira? ¿Si? ¿No? ¿Por qué?

Hoy no tengo mucho que decirles, solo que alguien se quedará con ganas de una felicitación de Alan, ah.

+ ¿Cuál es su película Disney favorita? (Que no sea de pricnesas.)

A mi me encanta Starstruck y obvio la trilogía de HSM♥

¡Muchas gracias por sus votos y comentarios!

Las quiero,

Cit.

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