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"TE VOLVISTE UN CUERPO INERTE, ALIMENTO DE LARVAS QUE PUDREN TU PIEL Y TE DISUELVEN EN NADA"
Nueva mañana, apenas era el día siguiente y había amanecido soleado después de por lo menos una semana, esa femenina con característicos cabellos morados (Aunque ya ese color estuviera desapareciendo) Caminaba con bastante calma por lo pasillo luego de salir de la habitación donde había calidamente dormido
Se había despertado más temprano de como tenía costumbre, incluso antes de Sebastian lo cual era un verdadero milagro
Había entrado al comedor viéndolo más vacío de lo que esperaba, pero bueno era las cinco y media aún, solo estaba allí el de cabello marrón y ojos azules con la cabeza recostada en la mesa principal, o más bien teniendo esta sobre su brazos cruzados dándole esto algo de curiosidad a la de grises ojos -Oh ¿Y ahora que te pasa?- No pudo resistirse a preguntar pues este no era de estar así tanto
-Ni se como puedo estar sentado aquí- Murmuró bajo en forma de respuesta levantando un poco la cabeza para luego volver a estar como antes
Al inicio la femenina se le quedó viendo raro, hasta caer en cuenta de lo que aquel realmente hablaba -Se lo que se siente, y en verdad no se como puedes estar ahí- Hablo mientras apuntaba a la silla con el dedo
Un sonido de molestia salió del de ojos azules -No necesitaba que me dijeras eso- Sus palabras apenas se escucharon, palabras que dejaron a la de cabellos morados ciertamente incómoda -Y necesito hablar contigo y Sebastian, de urgencia-
Aquella otra no le hizo mucho caso, y aún así sabía que tendría que ir a escuchar la mierda que fuera a decir cosa que no le daría demasiada felicidad que digamos
Día común, tal como cualquier otro con la excepción de esta pequeña reunión de urgencia que tenían esos tres. Dos de ellos no tenían idea de que iban a hacer pero uno lo tenía bastante claro
Frente a ellos sentado en aquella mesa en el centro de la oficina estaba Michael, como siempre teniendo ese par de estantes con diversos libros u objetos tan antiguos que el olor a polvo se sentía a leguas -Se que no saben que hacen que, pero es de urgencia lo prometo- Hablo para invitarles a sentarse en las sillas frente al escritorio con un pequeño gesto
Luego de ya estar sentados ninguno quería realmente empezar a hablar, solo el que los había llamado a esa reunión iniciaría -En resumen no hay comida... De nuevo- Ya era bastante obvio a donde iba esto
-Creí haber conseguido la suficiente para dos meses- Intervino la femenina sin mucho entusiasmo, y sin llegar a creer del todo que todo se hubiera acabado tan rápido
Las miradas de los tres se cruzaban entre sí, el silencio se volvía incómodo poco a poco
El de ojos azules suspiro antes de dar una pequeña propuesta -No quiero que se arriesguen con alguien durante un tiempo, así que les tengo una mejor solución- Cada pequeño gesto que hacia causaba aún más confusión en los otros dos, y eso no significaba nada bueno -Así que lo pensé, y debemos desenterrar a Charlotte- Su tono Sonó demasiado tranquilo para lo que decía
Un alto "¿¡Que!?" se escuche de parte de los otros dos al mismo tiempo, esa era la petición más.... Jodida-mente horrible que habían escuchado, era demasiado incluso para ellos
-¿¡Te volviste loco!?- Medio grito el de cabello menta mientras ya ni sabía cómo mirarlo -Una cosa es la gente que viene aquí otra es una Hermana del lugar- Iba a negarse a hacer eso de toda forma posible
Por la femenina, esta tosió falsamente intentando dar su opinión en esto -Apenas duermo bien ¿Y tú quieres que termine con la poca salud mental que me queda?- Pronunciaba cada palabra con calma, demostraba lo poco que mentía pues tenía un insomnio horrible que apenas solucionaba con pastillas -No gracias, prefiero morir de hambre-
La mirada de mayor de los tres sobre aquellos dos fue todo menos una que comprendía sus puntos, apretó leve los dientes con cierta molestia -No están en una posición de negarse ahora ¿Y porque lo hacen?- Su tono algo júsgon era insoportable -¿Sus principios? Como si tuvieran- Y seguía hablando con ese mismo tono
El peli menta se levantó de su asiento harto ya de todo aquello -¿Quieres que lo hagamos? Pues esta bien- Gruño mirando al otro fijamente -Pero no creas que vamos a ocuparnos del resto del trabajo- Obvio se refería a la parte difícil, desenterrar o matar podría hacerlo cualquiera pero no todo el mundo sería fuerte para lo demás
La siguiente en levantarse de su silla fue la femenina que sólo comenzó a caminar fuera de esa habitación, solo dándole un vistazo al de ojos verdes para que dejara la discusión y acabarán de irse de ahí
Quien inmediatamente la entendió, saliendo tras ella dejando al otro solo en su silla solo con sus pensamientos mirando a la nada. Sin una sola pizca de remordimiento ante lo que había pedido
En el salón de la TV, estaba Mary sentada en completa calma en ese viejo sofá de terciopelo junto al gato negro que siempre andaba por el lugar, en sus manos sostenía un libro al parecer de fotos, pasando páginas, tornando su rostro tanto triste como feliz al ver la páginas
Al rato se sentó al otro lado del asiento la fémina de cabellos morados prestándole bastante atención al gato que también estaba allí, acariciando un poco mientras concentraba su vista en la televisión apagada
Estaban calladas cada una en lo suyo, hasta que la de ojos y cabello crema inicio alguna especie de conversación ‐¿Aún no sabe cómo se llama el gato Madre?- Su voz sonó bajo mientras daba un pequeño vistazo hacia la otra
Emilian le devolvió la mirada por cierto instante para luego dirigirla al gato -Según el Padre Sebastian, su nombre es Asmie- Pronunció intentando mantener la calma del ambiente
Una pequeña risita provino de la menor, y no era para menos pues era un nombre ciertamente chistoso -Es una buena compañía- Fue lo último que dijo antes de volver a mirar el libro que había en sus manos
La de ojos grises apenas noto el libro, lo observo curiosa par de veces intentando no ser tan obvia, le parecía conocido hasta que lo recordó. Era aquel libro que había sacado Mary de la habitación de Charlotte aquel día
Quien sostenía el libro noto la mirada curiosa, permitiéndole a la mayor ver que había en el -Son recuerdos, yo y... solíamos tirar fotografías todo el tiempo antes de venir aquí- Su voz algo nostálgica provocó aún más curiosidad en la otra -En esta estábamos de viaje en Esmeralda, es una ciudad curiosa-
Mostraba varias fotos y a la vez explicaba las situaciones, desde alguna foto que había salido mal y no querían desechar hasta el hecho de que habían recorrido medio Salvatore antes de unirse a la iglesia. Se conocían casi desde siempre, haciéndoles recordar a la de cabellos morados lo que tenía que ha era en la noche a órdenes de Michael
-Es lo único que me queda de ella, y lo voy a proteger con mi vida-
Cada palabra de la de cabellos y ojos crema sonaban nostálgicas, tristes e incluso algo alegres como si su mente estuviera constantemente recordándole tanto cosas buenas y malas -Al menos se que Dios la tiene allí con el- Hablo segura... Como si realmente creyera en todas esas cosas sin sentido, pero de igual forma Mary siempre había sido la que más estaba allí realmente por su fe y no por bien propio
La mayor se levantó del asiento, dejando a aquella junto al gato otra comenzar a caminar lejos otra vez. Necesitaba un rato sola, tirada contra su cama sin pensar en lo que le esperaba más tarde, lo que le iba a costar
Ya era de noche, luego de una cena en donde habían consumido lo último que quedaba, una misa tan aburrida como cada día era hora de que cada uno fuera a su habitación directo a dormir pero no sería así hoy pata aquellos dos
Habían ido a buscar un par de palas que les facilitaran el trabajo, ya fuera del lugar comenzaron a caminar hacia el pequeño cementerio bajo la luz de la luna, pasando el cercado y caminando al fondo, pasando junto a varias lápidas que llevaban siglos ahí y una que otra más nueva de lo que podía pensarse, llegando al fondo, donde estaba su objetivo un poco más adelante del cercado de rosas que delimitaba el cementerio
Se miraron antes de comenzar, clavando una de las palas contra la tierra aún recientemente removida, iban a tener una larga noche
-¿Tenías que traer vestido?- Pregunto el de ojos verdes a la femenina que en efecto llevaba el mismo vestido de siempre -Vas a tener que lavarlo después de esto-
La de cabello morado ladeo la cabeza para intentar cavar en la tierra sin mucho éxito, lo suyo no era esto -Agh no se tu pero esa estatua de allí me pone incomoda- Busco algo de conversación que tarde o temprano tendría, después de todo no estaba haciendo esto con cualquier persona
El otro miró hacia atrás, en efecto es estatua llegaba a ser incómoda pero prefería seguir cavando a prestarle atención -Solo es una estatua... Eso espero- Bromeó un poco sacándole una risa a la otra -Me recuerda a uno de esos tipos de los cuadros viejos- Se limpio un poco de sudor que tenía en la frente con la manga de la camisa antes de seguir
La femenina volvió a mirar la estatua, ya había desistido de intentar cavar ella -Es raro, creo haberlo visto en algún libro de historia- Murmuró para apoyarse un poco en la pala que traía consigo -Oh ya, es Nemesis o algo así- Le nombre me había llegado como un chispazo a la mente
Aquel seguía con lo mismo de todo el rato, quería acabar rápido sin detenerse aunque estuviera en medio de una conversación -Claro ahora lo recuerdo ¿Sabías que ese fue el que inició toda esta basura de "los ángeles en la tierra"?- Ya recordaba varias cosas que del hombre de la estatua, cosas que no tenia idea de porqué sabía -Igual no podíamos esperar nada bueno de alguien de Imperiano-
Otra risa risa provino de la femenina, no era nada nuevo el joder un poco a la gente de el lugar más antiguo del país -¡Oye! Mi padre era de Imperia- Hablo en alguna especie de queja
-Por eso era un idiota- Hablo el de cabello menta consiguiendo otra risa interrumpida por el golpe re la pala contra algo duro, al fin habían llegado a lo que necesitaban
El ataúd no se encontraba tan profundo como esperaban, así que era hora de abrirlo y ninguno tenía gana de eso, por lo que el de ojos verdes junto a la de cabellos morados intentó levantar la tapa de la caja con la pala, lograndolo a medias su cometido
Cuando después de varios minutos intentándolo lo lograron, ninguno quería mirar dentro pero se vieron obligados a hacerlo después de todo, aún no era tan desagradable por el momento pero aún así consiguió sacar una reacción de asco en la femenina
Esta camino en reversa con una mano en la boca, era la primera vez que estaba tan asqueada con algo y no lo comprendía. Siguió con sus pasos hacia atrás hasta que no aguantó dándose vuelta para inevitablemente vomitar debido al asco
El de cabello menta ni se había perdido de sus pasos hacia atrás hasta que sintió las arcadas, mirando hacia atrás de inmediato pata justo dirigirse hacia ella después -¿Emilian? Quizás deberías entrar, yo termino esto- Hablo con preocupación en su voz, no espero esa reacción
Luego de retirar con fuerza unos instantes la de ojos grises se incorporo -No, acabemos de terminar con esta mierda-
Por más que lo estuviera sufriendo iba a llevar ese maldito cadáver al sótano, aunque no lo quisiera iba a terminar con esto
Estaban agotados y estresados, ambos sentados contra la pared del sótano, esperaban a que el de cabello marrón llegará para dejarle lo que faltaba del trabajo
Cuando la puerta se abrió y los pasos se sintieron bajando la escalera suspiraron a la vez, la femenina quito su cabeza del hombro del otro para levantarse ofreciéndole su mano a aquel para que hiciera lo mismo
Una vez el mayor de los tres ya estaba en el lugar ambos lo miraron con cierta molestia -¿Ya esta?- Pregunto al parecer olvidando una condición que bien le había dicho
-Te dije que tu harías el resto- Dijo el de ojos verdes frunciendo el seño -Y si nos disculpas, ya tuvimos suficiente de esto- Poso su mano en uno de los hombros de la de cabello morado, sabía que esta no estaba en su mejor instante
El ojos del de cabello marrón se entre cerraron dudoso -Vale, igualmente lucen como si necesitarán un descanso- Les permitió irse pasando por su lado hasta el fondo del sótano donde le esperaba hacer algo que nunca antes había hecho
La femenina suspiro para tomar la mano del de ojos verdes y comenzar a caminar hacia las escaleras, no quería recordar esto nunca, por lo que sólo subió escalón tras escalón hasta llegar arriba -Necesitó olvidarme de todo ésto... Al menos por unos minutos- Murmuró mientras caminaba por el pasillo directo a la habitación de alguno de los dos
-No eres la única- Se escuchó la voz de ese de ojos verdes que acomodaba sus lentes, aún dando pasos lentos
Sabía que demoraría horas ahí, con cada corte cada uno más preciso que el anterior. Desinfectante cara parte, con el mayor cuidado pues lo último que necesitaba es que todo el mundo se enfermase
Se cambiaba de nuevo de guantes, gruñido leve ante su mala suerte ¿Que podía esperar de un cadáver de hace tres días? Era apenas un milagro que no estuviera lleno de asquerosos gusanos y larvas
Al menos tendría comida para par de días, hasta que aquellos dos tuvieran que sacrificar a alguien para su bien, y esperaba no tener que hacer esto el mismo. Aún le atormentaba el hecho de que cualquier otra persona pudiera descubrir todo, y menos que esa persona fuera Can
Suspiro para dejar el cuchillo sobre la mesa y recostarse un poco contra esta ¿Cómo había llegado a esto?
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