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"ESPERO VERTE EN EL INFIERNO, PARA ATORMENTAR TU DESCANSO IGUAL QUE TU ME ATORMENTASTE A MI"
Que bella y gloriosa es la llegada de la mañana, algunos cantos de aves, el brillo del sol reflejándose en las ventanas, lo pesados que se sienten los párpados al abrirse por primera vez en el día para al final prepararse para el nuevo amanecer. Algunos juntos se ayudaban entre ellos en cosas así como peinarse o abotonar aquellos molestos botones, mientras otros se alistaban solos ya que quizás no tenían una buena compañía o está no estaba junto a ellos en ese momento... Pero aún si hacían todo eso y sonreían de momento, sabían perfectamente el tipo de cosas que pasaban y pasarían
Era tranquilidad lo que se sentía en el lugar a pesar de estar ocurriendo todo un infierno afuera, desayunaron en calma, se había dado ya la típica misa de la mañana con igual calma... Todo era perfectamente tranquilo o quizás demasiado
No habían estúpidos quejándose en el confesionario ni la de cabellos morados se había estado quejando de la misa como siempre, parecía el día perfecto realmente
Hasta que a la entrada de el lugar llegó alguien con una carta, siendo está dada a Charlotte y está entregándole aquel papel a los minutos a Michael en su oficina
Este tomaría la carta buscando a quien en el lugar era enviada y porque esta había sido marcada como urgente, ahí leería perfectamente a quien debía entregarle con urgencia el objeto
Saldría de su oficina para luego caminar por pasillos y bajar algunas escaleras hasta llegar a la primera habitación que te recibía al entrar al lugar, camino hacia aquel para luego entregarle el objeto -Te llegó esta carta, dice que es importante- Y obviamente luego quedarse ahí para escuchar el contenido de aquella
Aquel de ojos verdes tomaría la carta para luego abrirla, sabiendo ya desde el inicio quien la había mandado -No pienso seguir viendo esto- Diría para estrujar el papel y tirarlo al suelo, aunque aun así este seria recogido por la de ojos grises sin motivos algunos
-Seb... ¿Quieres que lea esto yo mejor?- Preguntaría aquella consiguiendo que el otro murmura un si, así la otra volvería a poner el papel en su forma original y comenzaría a leer aquella carta -Querido Sabastian, se que ya no quieres saber nada de nosotros pero... Hijo mío te tengo malas noticias- Aquella de cabellos morados dejaría de leer un momento para observar al que iban dirigidas aquellas palabras con cara de disgusto y sin ganas de escuchar nada, así suspiraría y continuaría leyendo el papel -No quisiera decir esto por aquí pero no puedo decírtelo cara a cara y tampoco creo que se buena idea mandar a tu hermano con la noticia... Yendo al grano, ayer tu padre fue asesinado por un para de esos malditos y desgraciados rebeldes mientras trabajaba, por más que pareciera que intento defenderse no lo logro, así que al menos ven a su funeral a honrar su honor y ser un buen hijo, y si no vienes entonces hiciste bien en no mandar ni una sola carta en todos estos años. No queremos gente tan inmoral en nuestra familia- Aquella de ojos grises se quedaría mirando de forma extraña la carta y la misma carta tenía el de ojos azules mientras que el destinatario solo rodaba los ojos con fastidio -¿Con cariño mamá? ¿Que mierda...?-
El dueño de la nota tomaría el papel para volver a estrujarlo y lanzarla al suelo -La conoces bien, es una desgraciada- Miraría de lado con cero intenciones de ir a algún lado
El otro que allí estaba quedaría atónito ante tales palabras, se preguntaba cómo una madre y su hijo podían odiarse tanto y no tenerse cariño y amor como debería ser... Al parecer no todas eran como la que el tenía hace mucho tiempo -No quiero meterme pero ¿Esa carta era de tu madre?- Preguntaría ya sabiendo la respuestas aunque aún así quería asegurarse
El de pelo menta suspiraría para luego asentir -Esa... Esa... Esa desgraciadamente es mi madre- Sonreiría sin ganas recordando malos momentos -Creo que será bueno demostrarle que ise lo correcto al no enviarle ni una carta- Murmuraría mientras en su mente pensaba como su hermano terminaba enojado por el no presentarse
El de cabello marrón negaría rotundamente sus palabras ya que lo había escuchado perfectamente -¿Que pensarían del respetable Padre Sebastian, si este no se presenta al funeral de quién le dio la vida? Hay que ser agradecidos después de todo- Hablo aquel intentando convencerlo de presentarse al lugar a pesar de que no le incumbía meterse en eso
La de ojos grises miraría el descaro que tenía aquel como para meterse en eso sin saber todas las cosas que le hicieron esos dos al otro -¿Y tú cómo sabes que el merece estar allí? No tienes idea de el par de demonios que eran sus padres- Sus palabras salían de su boca como un veneno mortal, se notaba el enojo que le daba el atrevimiento del ojiazul -No estás en le derecho de decir nada de esto-
El de ojos verdes colocaría su mano en el hombro de la femenina para intentar calmarla un poco, no quería que ocurriera nada de lo que después se arrepentiría -Bien iré, pero tú me vas a llevar- Diría apuntando levemente al que le había mandado a ir -Y tu me acompañaras, no quiero estar solo allí- Le diría a aquella de ojos grises, siendo aceptadas estas palabras con un pequeño asiento
Así habrían partido en el mismo coche blanco de siempre, ese no era el único coche del lugar pero si el mas presentable. Llevaban unos minutos de viaje ya, todo era puro silencio ya que las calles estaban bastante vacías ya que la ciudad estaba en total alerta por los recientes atentados en contra de la paz
Quien no estaba en paz era aquel cementerio en el que ya habían enterrado a varias víctimas de los hechos, y en esos específicos momentos ocurría el funeral de una importante y honorífica persona del lugar, un ejemplo, un gran hombre, aquel que durante años había estado ayudando a su pueblo, el gran Señor Iralied
Para todos fue un héroe, se enfrentó a las bestias y murió sacrificándose por otros o quizás solo están borracho y pensó que aquello era buena idea
Ya había frenado el coche blanco frente al cementerio, el de ojos azules los esperaría afuera mientras aquellos dos entraban al lugar a paso lento. Algunas personas miraban al de menta cabello con sorpresa, realmente no esperaba su presencia allí y menos siendo acompañado por alguien
Algunos miembros débiles se sentían, aquellos familiares o conocidos del allí velado decían cosas tales como "¿Y el que hace aquel? ¿Acaso no tiene decencia?", "¿Quien es esa desconocida que la acompaña?", "Después de casi 13 años sin hablar con su familia y se aparece como si nada"... Esas cosas incomodaban al de ojos verdes haciéndolo caminar más de prisa
Hasta llegar a aquella mujer de cabellos marrón claro, vestido negro y un pequeño sombrero con encaje en su cabeza, lloraba desconsolada sobre una mesa, al parecer esta tenia su rimel corrido de tantas lagrimas. Justo antes de que aquel de verdes ojos pudiera acercarse a esta alguien más lo empujó de manera leve para que no pudiera plantear palabras con aquella
Una mirada furiosa se pasaría sobre el, está provenía de un chico de cabellos marrones un poco más oscuros que los de la mujer y ojos de igual color, no parecía muy contento de ver al otro allí -¿¡Tu que haces aquí!?- Medio levantaría la voz, posiblemente buscando la atención del resto de los presentes
Aquel solo observaría al muchacho frente a el, no pretendía buscarle pelea o algo así solo quería calmar todo no era momento para eso -Nuestra madre me pidió que viniera ¿No deberías mantener respeto en el funeral de nuestro padre?- Hablaría mientras observaba al otro tensarse por la respuesta
Mientras aquel de ojos marrones apretaría sus puños y se acercaba de a poco al otro, no le importaba estar en medio del cementerio en el funeral de su padre -Maldito desgraciado que ere...- Este pararía su caminar al escuchar el grito desgarrador de la mujer detrás de ellos, aquella entre su chillón llanto decía fuertemente "¡BASTA!" haciendo que aquel se arrepintiera a el instante por haber hecho que su madre hiciera aquella, acercándose rápidamente a ella, pasando su mano por su espalda cubierta de aquel vestido negro -Pero mamá ¿Porque el merecería estar aquí? Se fue 12 años y luego llega cuando papá ya no esta-
La mujer quitaría su cara de la mesa y abrazaría a su hijo de la cintura mientras intentaba calmar sus llantos y recuperaba la compostura para hablar -Abelin por favor, a tu padre le hubiera gustado que tu hermano estuviera aquí- Diría aquella mujer empezando a sollozar a lo bajo está vez -Por más que se fuera el estaba cumpliendo lo que vuestro padre quería que el fuera, cumplió la única voluntad que el le pidió-
Aquel solo asentiría y pasaría junto a el de cabellos menta con disgusto, mientras el otro y la de ojos grises se acercaban a la desconsolada mujer -¿Madre?- Diría aquel esperando respuesta de la de cabellos marrón claro aunque solo obtendría la mirada de esa
Luego la mujer notaría a la acompañante de su al parecer hijo, ese señorita de sería mirada le parecía conocida pero no pensaría en eso en ese momento, solo pensaría en pasar algún momento tranquilo con sus hijos ya que posiblemente esa sería la última vez que los vería juntos -Sebastian... Ni siquiera tengo palabras en este momento- Hablaría mientras se levantaba de la silla y abrazaba a aquel de ojos verdes soprendiendolo en el proceso
Al los segundos se separaría del abrazo, no veía a su hijo hace mucho y dudaba volverlo a ver -Dime cariño ¿Quien te acompaña?-
La de cabello morado pensaría en como apenas habían notado su presencia mientras que el de ojos verdes se apartaba de delante de ella para presentarla -Pues ella es la Madre Superiora Emilian Celestine, insistió en que no tenia que venir solo-
Así la mujer observaría mas a detalle a la de ojos grises, notaba cada punto importante de aquella, desde sus lentes redondos iguales a los de su hijo, o el vestido largo y algo ajustado para una monja de color negro y cuello alto blanco, hasta notar el casi invisible crucifijo de plata alrededor de su cuello o la escasa pero oscura sombra y el rimel en sus ojos. No parecía la más típica y recatada religiosa, aunque al menos no mostraba demasiada confianza con desconocidos
-Parece alguien muy educada- Hablaría la mujer aquella para acercarse a la de ojos grises, observándola seas cerca -Es una gusto Madre Emilian Celestine, soy la Señora Iralied como ya a de saber-
La de cabellos morados mantendría la calma, no se esperaba tener que meterse en su papel de "Soy una señora de Dios" ahora -El gusto es mío Señora Iralied, y mis condolencias que Dios bendiga a su difunto esposo en los cielos- Mencionaría con un falso respeto, para luego tener ganas de lavarse la boca por tales palabras
La mujer frente a ella se emocionaría al escuchar esas palabras, si esposo estaría en el cielo esperándola para unirse por la eternidad allí arriba, aquella que le había hablado con total "sinceridad" ya había ganado su confianza
Así la mayoría de la velada había pasado con tranquilidad, hasta que llegar el momento de despedirse del fallecido. Al frente sus dos hijos y su esposa, miraban el suceso. Aunque aún el menor de ambos estaba molesto con la presencia de su hermano allí
Así la madre de ambos lanzaría una flor dentro de aquella tumba antes de que cubrieran está con la seca tierra de ese lugar, se notaba la tristeza en su cara y así se daría por terminado el funeral
Ya el de ojos verdes están decidido a irse del lugar, aunque justo antes alguien tocaría su hombro siendo está persona su hermano, no parecía haber pasado buenos momentos aunque nadie pasaba un buen momento en un funeral y menos en el de su padre
-¿Necesitas algo?- Preguntaría el mayor entre ambos, le preocupaba un poco que a su hermano le diera una especie de incontrolable impulso por resolver todos sus problemas en ese instante con violencia
Y quizás así fue un poco, ya que el menor de ambos golpeo levemente el hombro de aquel de ojos verdes buscando algún problemas, no consiguendolo y así iniciando un forzado intento de pelea, siendo mas un forsegeo que daba el mayor evitando problemas
Aún así este terminaría en el suelo siendo aguantado por el de cabellos marrones, aún si evito que todo eso ocurriera ahora están pasando -¿¡Sabes siquiera lo jodido que fue que te fueras después de la muerte de Cade y de la nada vuelvas por el funeral de papá!?- Hablaría con aquel odio en la voz -¿¡Y a qué mierda te fuiste!? ¿¡A predicar la palabra de Dios!? Tu eres el que menos debería hablar de Dios-
Silencio eso hubo después, y no duró mucho ya que al parecer alguien no había dicho todo lo que tenía -Vienes como si nada con una zorra de esas que trabajan contigo ¿¡A qué viniste!? Contigo o sin ti aquí no habría diferencia-
Ese de cabellos marrones perdería su firmeza sobre el otro por hablar tanto, aunque justo cuando el de cabello menta lo empujaría aquel fue jalado desde atrás y tirado en el suelo por Michael el cual había sido buscado por la de ojos grises, aquella sabía muy bien que ella sola no hubiera podido detener aquello
Entonces la femenina le daría su mano al de ojos verdes que aún estaba en el suelo, este la agarraría con fuerza levantándose y mirando hacia su hermano en el suelo
-¿Acaso tu si eres el indicado para hablar de Dios? Solo mira como te gusta resolver las cosas, ni controlarte puedes- El rencor en su voz era obvio, no se aguantaría a decirle algunas cosas -Vine porque nuestra madre me lo pidió, o mas bien estoy aquí porque me dijeron que lo mejor era venir pero no obvio no- Detendría sus palabras para darse la vuelta ya se iba nuevamente al coche y frente a aquel que ya se había levantado solo quedaban los otros dos
La de cabellos morados le miraría, había podido escuchar de lejos como claramente le llamaban "zorra" y no le gustaban las faltas de respeto -Sabes te voy a desear un buen viaje al infierno, ojalá y Dios nunca perdone tu irrespetuosa forma de ser- Así seguiría el camino del otro sin mirar a atrás
Y por último el de ojos azules miraría al chico, aquel consumido por la ira y odio no llegaría muy lejos -Sabes, te metiste con uno de los altos de la iglesia y por mas que quisiera llamar a los oficiales no quiero molestarlos tienen cosas más importantes que hacer... Cómo encontrar al asesino de tu padre... Idiota- Murmuró lo final para darse la vuelta y seguir el camino de los otros dos
Y así hubiera sido si no hubiera escuchado el enojado grito de una mujer, una que caminaba a toda prisa a las afueras del cementerio observando el coche en el que se iban a ir esos "hijos de perra" -¡Sebastian Storm Iralied!- Gritaría aquella mujer con bastante enojo consiguiendo la mirada de repulsión de su propio hijo -¿¡Cómo dejas que estos desconocidos digan tales cosas a tu hermano!?- Seguiría gritando como loca aquella mujer, mientras algunas gotas rojas caían al piso, parecía haberse cortado la mano con ese extraño trozo de cristal que sostenía -Sean quienes sean ustedes son los que en verdad se irán al infierno, mi hijo es un angel del señor en cambio a ustedes demonios sin causa-
Apunto de responderle a su madre le de cabello menta sería callado por la femenina siendo está la que respondería ahora -En verdad no sabemos si existe un Dios, un cielo o un infierno ¡Y posiblemente solo sean inventos de gente buscando un motivo para existir! Pero si en verdad existe será otro el que se caiga en el infierno-
Así dejaría a la mujer atónita mientras ellos se subían al vehículo y luego se iban, intentando no buscar mas problemas a su día
Habían ya pasado unas calles más allá del cementerio y juraban seguir escuchando a aquella mujer gritar como desquiciada, era una señora muy intensa
Así el que manejaba el auto miraría al frente y terminaría preguntando algo que estaba en su mente desde más temprano -Emm... Sebastian.. Perdón por acerté venir aquí- Preguntaría mientras miraba atrás levemente y después volvía su vista al frente
-Ya no importa...- Respondería el de ojos verdes haciendo que la femenina a su lado le diera un vistazo -No todas las familias son felices Michael.. No todas-
Con comentarios breves y algún momento en silencio continuarían el viaje, había sido una nada tranquila velada la cual no querían volver a repetir
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