"AL FINAL DEL DÍA TODOS FUIMOS UNOS NIÑOS MALOS, UNOS REBELDES SIN GRACIA"

Era esa típica y aburrida mañana, o lo que parecía una mañana aburrida en esa iglesia del infierno... Y aquella de cabellos morados se asomaba por un balcón que daba vista a los jardines de atrás

Suspiraba aburrida pensando en lo pesado que sería su día teniendo que cuidar a una adolescente... Aunque aún así sabía bien como desestresarse sin problemas, además no solo ella se quitaría las importunas cargas de cuidar a una adolescente si no que sería divertido

Estaría allí recostada al barandal del balcón pensando, hasta que alguien llegó y se colocó junto a ella. Parecía triste, adormilado y con pocas ganas de vivir la otra persona

Esta le miraría un poco, para luego suspirar sin muchas ganas -¿Se puede saber que te pasa? Desde ayer pareces un maldito cadáver- Hablaría un poco incómoda por las vibras de quererse tirar del balcón que tenía el otro

-Por favor Emilian... Déjame a mi y mi dolor de cabeza vivir tranquilos- Respondería sin muchas ganas el otro, están bastante preocupado por lo que daba a entender su tono de voz

La femenina daría unos pasos a atrás aún mirándole, estaba dispuesta a saber que mierda le pasaba al otro -Tu poco agradable estado de ánimo... ¿Es por la visita de tu hermano ayer?-

El otro se pasaría una mano por la cara abrumado, era demasiado jodido el hecho de que sus problemas eran más obvios que nada -Si... Sabes no quiero hablar de eso... Nunca- Hablo ese de marrón cabello bastante cansado yéndose de allí, seguramente a tomar más pastillas para el dolor de cabeza

La de ojos grises miraría a aquel sin remedios, no sin antes decirle unas palabras más -Quizás deberías hablarlo con Can... Se que ustedes dos no están muy bien pero...- Haría una pausa en sus palabras, una bastante corta la verdad -Tal vez te haga bien una charla- Terminaría de hablar ya, mientras el otro continuaba marchándose

Luego la de cabellos morados haría lo mismo, yendo hacia la entrada ya que supuestamente a quien tenía que tenía que cuidar ya había llegado

El sol de la mañana golpeaba los ventanales con sus rayos haciendo que los suelos tuvieran el colorido brillo de aquellos cristales

Justamente por allí caminaba aquella femenina de vestido negro largo, buscaba la puerta principal sin muchas ganas. Supuestamente afuera debería estar el pequeño encargó que le habían dado... Por así decir

Llegaría a la puerta logrando percibir con su vista a una jovencita de cabellos rojizos afuera, al parecer esa estaba muy ocupada observando lo que parecía un celular, y si que sabía que era esa cosa... Ella tenía una de esas cosas hace mucho tiempo

La de ojos grises haría un sonidito con su garganta intentando llamar la atención de la otra chica, obteniendo la al instante. Haciendo así que aquella la mirara

-Oh hola... Supongo- Hablo primero aquella joven de obvia menor estatura -Ni creas que me da alegría volver aquí- Su tono de voz desinteresado y la poca atención que le daba a la mayor ya estaba haciendo que a esa ya le diera un tic en el ojo -¿Entramos ya?-

La mayor no diría nada por un par de minutos mientras parecía analizar el comportamiento de aquella jovencita de ojos marrones y rojo cabello -Kommst du nicht?- Pregunto al ver que aquella seguía tiesa en la puerta principal pegada a aquella cosa

La joven entraría en si y comenzaría a caminar tras aquella bastante molesta por la interrupción al parecer -Sabes algo... Es un asco volver por aquí- Termino hablando aquella muchachita en un tono bastante pesado, estaba siendo bastante hostil, incluso mucho para ser ella

Emilian ya comenzaba a obstinarse y eso que solamente habían pasado minutos de que la jovencita estuviera allí empezaría a no limitarse a responderle con plena educación como debía

-Tsk... Me recuerdas a tu madre- Pronunciaría está haciendo a la otra virar sus ojos con aburrimiento -Creí que serías menos insoportable- Hablo calmada, pues no quería estresarse por culpa de ella

La otra reiría un poco, una cosa era ser una total indeseable y otra era ser como ella -Venga Madre ¿Le afecta mucho estar aquí encerrada? Pensé que si vida era más entretenida, después de todo usted pasa buenos ratos por aquí- Aquellas palabras provocarían que la de cabellos morados se atragantara con saliva y tosiera un poco, había que ser tonto para no entender el doble sentido en esas palabras

-Cállate...- Soltaría después de casi ahogarse con saliva la mayor -Admitiré tu mala educación siempre y que no pases la linea-

La joven de cabellos rojizos pensaría un poco, hasta que simplemente suspiro -Oh por favor, todos los adultos son tan aburridos- Dijo quejándose pues al parecer ser aburrido y tener decencia era lo mismo -Apuesto que eran aburridos incluso con mi edad..- Está haría un pequeño silencio intentando dar suspenso a lo que hacía -...No dejan a uno molestar un poco-

La de cabellos morados no solo estaba confundida más bien incluso se preguntaba que tenía esa niña en la cabeza -Eh...-

La menor chasquearía sus dedos para evitar que la otra continuará -Osea ¿Si quiera saben que es un celular? ¿Oh escuchan música?- Le diría aquella jovencita con un tono de voz burlesco

-Solo camina y cállate ya- Hablaría la mayor acelerando sus pasos queriendo llegar rápido a dónde fueran

El silencio se apoderaría de el pequeño recorrido que ambas hacían, dándole más paz a la mayor, la cual no duraría mucho por los algunos murmullos que la otra hacia

Hasta al final llegar a la habitación de la peli morada, pasando primero está y luego la molesta chica

-Tu te vaz a quedar aquí- Hablaría la dueña de la habitación sin muchos rodeos -Como estás aquí es necesario que asistas a las misas, yo vendré a buscarte a las horas de comer y nada de salir a merodear el lugar- Está realmente no pensaba agobiarla con tanto, pero la había estresado un poco así que no se merecía sus clemencias

-Vale... ¿Solo me quedare aquí?- Preguntaría la de ojos marrones mientras lanzaba la mochila que traía al piso

La mayor suspiraría un poco para luego responder rápidamente -Si- Quería salir de allí lo más antes posible -Así que compórtate, puedes hacer lo que quieras solo dentro de esta habitación-

La jovencita miraría el lugar aún sonriendo, planeaba molestar más a la otra -Si, vete ya ¿Quieres?-

La otra solo saldría irritada de allí, no sin antes cerrar la puerta con llave. No era por crueldad más bien no quería que aquella entrometida la siguiera molestando por ahí a cualquiera

-¿La enseraste?- Preguntaría aquel rubio a la femenina que parecía harta de la vida en esos momentos -Entiendo tu punto pero quizás le diga a su madr...-

La otra le mandaría a callar con un buen "¡Cállate!" haciendo que el de ojos aguamarina se asustara un poco -¡Me importa un coño lo que le diga a su madre! Es molesta- Hablaría algo rápido está haciendo que el otro no entendiera absolutamente nada

El rubio suspiraría para luego decidirse a hablar -Calma ¿Ok? Puede que sea una adolescente bastante insoportable pero quizás no es todo malo...- Este miraría el techo recordando algunas cosas algo traficas en las que también pensaba que todo no era malo -...Olvídalo-

Bien no había nada como estar uno sentado al lado del otro, mientras la femenina se fumaba un cigarrillo para calmarse y el otro se preguntaba si estaba haciendo las cosas bien

Así habrían pasado las horas hasta llegar justamente a las ocho de la noche, hora justa en la que se daban las misas nocturnas

Allí estaba el peli menta como siempre, con la diferencia de que Emilian hablaría con el está vez, no era por nada en especial como podría parecer

-Buenas noches hijos e hijas míos... Espero hallan tenido un día lleno de bendiciones- Pronunció Storm sonando algo dulce, mientras hablaba parecía buscar entre las páginas de aquel libro -Hoy tendremos la compañía de nuestra madre superiora Emilian Celestine, espero y sea de su agrado nuestra charla de la noche-

Llegaría a una página específica del libro y comenzaría a leer, usando ese tono de voz autoritario con la que el solía leer -¿Acaso los demonios nos obligan a pecar o lo hacemos porque nuestros impulsos así lo implican? ¿Acaso esos impuros deseos son más fuertes que nosotros?-

Si voz junto al silencio del lugar provocaban en cualquiera ganas de respetarlo, excepto por la de ojos grises... En esta provocaba en cosquilleo en sus partes bajas, haciendo que los más pecaminosos y poco morales pensamientos pasarán por su mente aunque por ahora era mejor ignorarlos

-¿Acaso es tan complicado decirle no a los impulsos?- Hablo alzando levemente la voz el de ojos verdes mientras que sentada allí por obligación estaba la adolescente que tenían que cuidar, aunque está miraba su celular sin interés

A pesar de estar allí presente la de cabellos morados no pensaba hablar lo mas mínimo, no le apetecía... Aunque sus planes fueran frustrados por el otro que la invitaría a "opinar" sobre el tema haciendo que está diera unos pasos al frente y suspirara para iniciar a hablar

-¿Porque somos controlados por los demonios?... ¿Porque no evitamos su control... Evitamos el deseo a pecar?- Diría ella si muchos esfuerzos, no le gustaba participar en esas cosas pero cuando lo hacía actuaba como si las adorara -Somos tan despreocupados que no nos damos cuenta cuando nos controlan... Aunque pecar pueda sentirse tan bien y adictivo no es correcto... Lo adictivo que es nos envuelve en un mundo de mal-

El de cabello menta asentiría a sus palabras en muestra de que el continuaría -Por eso debemos resistirnos a ellos los impulsos demoníacos que hacen que nuestra alma se corrompa y no llegue a nuestro reino de los cielos... Así que ¿Podemos dejar de bailar con el demonio y dejarnos segar por lo que dice? ¿¡Si o no!?-

Así terminaría todo por esa noche... Dándoles ambos una despedida a los presentes para que Lugo la femenina fuera a guiar a la quisquillosa a la habitación en dónde obviamente la enseraría para que no molestará

Estaría fastidiada caminando por un pasillo la de ojos grises mientras detrás de ella estaba aquella jovencita, está no hacia nada muy interesante y tampoco estaba molestando pero su sola presencia ya arruinaba toda vibra en el lugar

Habrían llegado a dónde se estaba quedando aquella, abriendo la puerta y diciéndole que entrara -Bueno si ya obviamente sabes nada de salir, me aseguraré de eso y solo duerme no te quedes despierta- Hablaría la mayor con ganas de dejarla allí sola de una vez

La otra la ignoraría un poco para luego dignarse a hablarle -Si, vete ya... Me gusta estar sola-

Hablando así solo provocaría que la mayor rodará los ojos y cerrara la puerta con fuerza y luego cerrarla con llave. Estaba tan cansada de aquella que solo quería que llegara el día siguiente para que esa se fuera ya

Caminaría alterada a otra habitación no tan lejos de la suya, abriendo la puerta con fuerza ya cansada de todo, todo ese día -Esta maldita hija de...- Diría mientras entraba ganándose una mala mirada del de ojos verdes -¿Que? Es verdad... Y ni siquiera termine de decirlo- Murmuró mientras se sentaba en la cama y cerraba los ojos del cansancio

-Ok... Y ¿Porque te estrada tanto esa... Sabes esa niña- Le preguntaría el de ojos verdes esperando respuesta

Mientras la femenina solo pensaría en que decirle a pesar de no ser tan difícil de responder la pregunta -Es que... ah tiene una mala actitud de "niña mala"- Suspiraría antes de continuar hablando -Y tiene la misma maldita personalidad de su madre...-

El de pelo menta solo la miraría sin remedios, no tendría otra opción que escucharla quejarse un rato y lo haría sin problemas solo para hacerla sentirla mejor -¿Y tú no eras una niña mala?-

-¡Seb!- Bajaría su cabeza después de las últimas palabras al parecer -Igualmente yo no la fingía-

Está simplemente se quitaría los zapatos para luego acomodarse en la cama, aunque el otro la miraría sin muchos ánimos

Este haría lo mismo que ella para luego intentar calmarla -Hey, éramos niños malos aunque quizás tu lo eras demasiado-

Está movería su cabeza intentando decirle que no aunque parecía no tener muchas ganas de hablar -¿Puedes apagar la luz?-

El de ojos verdes no diría nada y solo apagaría las luces, sabiendo que en realidad tendría que consolarla por un rato... No era más que estrés y cansancio lo que tenía

Quizás no le haría mal llorar un rato, y recordar que los niños malos algún día crecen y aveces tienen que esconder lo malos que fueron, a pesar de que su naturaleza sea esa

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