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"CAMINA JUNTO A MI EN SU SANGRE, MANCHEMOS NUESTROS ZAPATOS CON EL AGUA CARMESÍ DE UN ALMA PECADORA"

Eran alrededor de la 1:00 AM, el silencio inundaba la estructura y podría pensarse que todos dormían tranquilamente y no era del todo falso si tan solo dos personas no siguieran aún despiertas

-¿Estrés otra vez?- Se escucharía una leve voz proveniente de aquel peli menta, el cual estaba leyendo algún libro recostado al espaldas de la cama pero aún así pudo observar a la femenina de ojos grises fumando un cigarrillo en la ventana 

La de ojos grises no respondería hasta pasar unos minutos, quizás estaba muy entretenida pensando -Solo sobre-pienso de mas... Nada importante- Murmuro suave mientras miraba hacia afuera

Aquel la miraría leve, quizás la notaba desanimada -Y... ¿Que piensas tanto?- Había cerrado el libro que leía pues quizás tocaba una pequeña charla para calmar sus emociones

-Si realmente esto tiene sentido...- Su voz sonaba algo triste aunque no se podía saber con exactitud debido a lo bajo que hablaba, así luego la de cabellos morados para luego apagar el cigarrillo restregándolo por el cristal de la ventana sin razón alguna -Aveces no me siento con ganas de vivir- Caminaría hacia la cama para luego tirarse a está boca abajo dando un suspiro pesado -Perdón por tener que aguantarme- Susurro intentando disculparse por alguna razón

-Shh... Deja de decir eso- Solo pudo pensar en que la de ojos grises estaba pasando por algún bajón emocional, o sus niveles de estrés habían subido mucho y quizás debía buscar una forma de cómo bajar sus estrés pero eso lo pensaría después -Si alguien tiene la culpa de que todos tus días sean iguales ese soy yo, después de todo viniste aqui por mi...-

-Na, si no te hubiera seguido estaría peor- Pronunciaría suave ya que su mente aseguraba que estaría mucho peor, y si lo hubiera estado

El otro solo dejaría el libro que tenía en manos sobre la mesa de noche para luego apagar la luz sobre esta -Quizás debas descansar esa mente... No quiero que te sientas mal- Pasaría una de sus manos por el cabello de aquella, dando sabes toques en este intentando relajarla -Duerma ya, es tarde, además de que haz madrugado demasiado últimamente-

-Tu también...- Dijo contra la almohada seguramente medio dormida, no sería sorpresa que terminara así pues era lo que usualmente pasaba, decaía de madrugada, decía que nada tenía sentido, era consolada por el de ojos verdes y al final acababa dormida

Había llegado la mañana y unos para nada pequeños golpes se sentían en la puerta de la habitación donde la de ojos grises dormía

-¡Oye! Despiértate ya- Le grito el rubio de ojos aguamarina desde fuera del cuarto mientras continuaba golpeado la puerta

La otra empezaría a despertarse por el constante ruido, abriendo los ojos y viendo algo por la falta de sus lentes, así que acercó su mano hacia la mesa de noche para tomar estos y luego gritarle al otro algo adormilada aún -¿¡Que putas quieres!?- No le había parecido nada gracioso que la despertarán a gritos

El de fuera suspiro al notar que logró despertarla -Levántate ya es tarde- Hablo más calmado y sin gritar, eso había sido un raro cambio de humor -Y no me importa si madrugaste o algo asi, solo levántate- Respondería sin interés el rubio para luego irse ya que había cumplido con su deber de despertar a aquella

Mientras que la de morados cabellos se sentaba en la cama con mala cara por haberla despertado supuestamente tarde pues porque eran las 6:30 y apenas había salido el sol

Se levantaría de mala gana de la cama, para dirigirse al ropero del cuarto y sacar otro estúpido vestido, justamente igual a todos los otros. Estaba realmente cansada de usar lo mismo todos los días aunque sabía que tenía que aguantarlo 

Así se arreglaría para salir de la habitación, aún con una mala cara pero está vez era la que solía tener todo el tiempo. Un típico rostro de odiar a todo mundo

Habría llegado a las bancas del salón principal, al fondo había notado a uno de los pocos chicos jóvenes que aun iban allí, había intercambiado palabras con el algunas veces así que no le molestaría hacerlo de nuevo

Se sentaría junto a este chico manteniendo una cierta distancia -Hola- Hablaría algo bajo dándole un leve vistazo a ese chico rubio y además pecoso

Este la miraría de vuelta, noto la cara de mal humor de esta pero se negó a preguntar porque la tenía -Hola Madre Emilian-

-Sabe, es raro ver gente joven tan determinada a venir aquí cada día- Pronunció la de ojos grises mientras daba una vista al techo, y si era algo realmente raro

El par de veces que habían hablado la conversación no solía pasar de algún saludo o muestra de respeto por parte del menor, está era la primera vez que la conversación era iniciada por la femenina

-No me queda nada más en que creer Madre- La respuesta de aquel reunión de curiosos ojos de diferente color sonaba bastante sincera -Aquí le encuentro un toque de sentido a mi vida- Sus palabras le dieron algo que entender a aquella, solo era otra persona cegada por la necesidad de creer en algo

-Eso es curioso... Igualmente no puedes depender de solo una cosa- Hablo mirándolo sería aunque luego se levantaría rápidamente del banco cambiando su expresión a una autoritaria -Debe comprender que su vida no puede depender de una sola cosa- Eso había sonado bastante directo, incluso parecía un consejo que tendría mas peso en el futuro

El rubio escucharía sus palabras con detalle, realmente el no sabía si eso era un consejos el todo válido Pero igualmente lo guardaría en caso de que lo necesita, aunque igualmente era malo siguiendo este tipo de recomendaciones

-No se preocupe Madre, yo no vivo solo por esto - Así este proseguiría a levantarse y luego murmurar cosas para si mismo -Mi vida depende de algo mucho peor-

Luego se fue caminando como si nada a alguna parte del lugar, seguramente iría a perder el tiempo o solo escapaba de la conversación

El medio día había ya llegado, mientras seguramente Sebastian  hacia la típica misa, la de ojos grises caminaba junto con Mary la dulce hermana de ojos y cabello color crema, tenían una tranquila y agradable conversación mientras pasaban por un amplio pasillo de cuadros que daba a los jardines traseros del lugar,

-Oiga Madre ¿Le puedo preguntar algo?- Diría la chica menor mientras miraba algunos cuadros de la pared, la otra asintió sin problemas esperando la pregunta -¿No se siente extraño tener un cuadro de usted decorando las paredes?-

La otra movería la cabeza hacia los lados diciendo que no para después explicarse -Mire hermana Mary, cuando eres una figura de autoridad aquí con lo menos que se te puede agradecer es con un cuadro que haga que te recuerden por siempre, como todos ellos- Hablo la de ojos grises mientras señalaba los cuadros de los que la sucedieron a ella, y a los otros -Se que soy la de menos autoridad entre todos, pero igual me recordarán por siempre- Pronunció mientras daba algunas vistas al cuadro de ella que ya llevaba unos 6 años en la pared

La de ojos crema miraría todos los cuadros alrededor, le asombraba el hecho de que algunos llegarán más de dos siglos allí -Y ¿Quizás usted sabe porque hay tres cuadros del Obispo Michael- Diría era curiosa ya que si habían tres cuadros de el

La mayor la miraría algo sería pero aguantando las risas por dentro -Bien el a ocupado tres puestos en su tiempo aquí- Dijo para hacer una pausa pequeña y luego continuar -Primero fue padre, luego reverendo y después lo que es ahora... Por eso el tiene tres cuadros-

La otra se asombraría un poco y luego empezaría a ver qué otros cuadros también tenía a las misma personas -¿Entonces el reverendo Can también fue padre antes?-

La de ojos grises asentiría para luego seguir escuchando las preguntas de la de cabello crema

-Y el Padre Storm siempre será lo mismo o alguna vez subirá de puesto?- Diría algo dudosa la menor

-Bueno hermana Mary eso ya es decisión de él, ¿Continuamos nuestros caminos?- Dijo la de ojos grises a lo que la otra asintió, aunque en el camino afuera encontraron a un gato que solía estar allí, así que la mayor de ambos decidió cargarlo para sacarlo afuera con ella

La menor estaba curiosa por el gato, siempre lo había visto por allí a ese gatito negro que tenía una mancha blanca en uno de sus ojos -¿El tiene algún nombre?- Se sentía curiosa por aquel animal, pues estaba allí desde antes que ella llegara

La otra quedaría algo sorprendida por la pregunta, pues aquella era la primera que se interesaba por el gato -En realidad no...- Estaba mintiendo pero eso no era algo que podía notarse  ya que no lo demostraba

-Que raro, lo veo mucho con el Padre Sebastian Storm... Quizás el le halla puesto algún nombre- Por raro que pareciera ella realmente estaba entusiasmada por saber más de ese curioso gato

La de cabellos morados solo suspiraría, continuaba con un semblante serio el cual había tenido todo el rato -Deberías preguntarle- Aunque ella sabía que aquel de ojos verdes no diría el nombre del gato tampoco

Al parecer ya la pesada misa de Storm había acabado, la gente o salía del lugar creyendo más o menos que antes e incluso paseaban por algunos lares del sitio para no irse aún más temprano

Pero al pelimenta le esperaba una larga tarde llena de confesiones de la gente, odiaba los días que tenía que hacer eso osea todos

-Bien Señora Rose, la escucharé sin problemas así que hable tranquilamente- Susurro el de cabello menta intentando fingir algún aprecio por la gente que iba allí, gente a la que el secretamente odiaba, aunque para ser sinceros últimamente odiaba a casi todo el mundo

La joven del otro lado encontraría raro que la llamaran señora pero intento ignorarlo -Sobre eso Padre, vengo aquí para ayudar a alguien más no a mi-

El de ojos verdes se sorprendería un poco por eso pero decidió continuar sin hacer muchas preguntas -Pues dígame-

-Bien es mi hermano, el hace un tiempo empezó a actuar algo raro, hablar más agudo, dejarse crecer el pelo y así- Dijo esa chica mientras el de pelo menta tenía unas inmensas ganas de decirle unas cuantas cosas suponiendo que ella fuera a decir algo poco lindo que digamos -Tengo miedo que se esté alejando de nuestro Dios, y no creo que un chico como el con un futuro matrimonio ya propuesto y la vida resuelta lo arruine todo por impulsos demoníacos-

El de ojos verdes intento mantener la calma como siempre, por pensamientos como ese su vida se había jodido cuando apenas y era un niño, apenas y podía pensar claro y respondía cualquier cosa que se le vino a la mente -Bien no creo que podamos hablar mucho sobre eso sin su hermano presente-

-No se preocupe, lo traeré mañana- Dijo está para luego salir de la pequeña cabina en la que estaba y justo después salir del lugar

El pelimenta aprovecharía esos segundos de paz antes de que entrara otra persona para estampar su cabeza contra una de la paredes -Esto es una mierda- Murmuraría mientras escuchaba la puerta de al lado abrirse y empezar de nuevo su maldito sufrimiento

-Deja de susurrar parece que estuvieras rezando- Pronunció la femenina al otro lado que para la sorpresa del otro era la de cabellos morados

El de ojos verdes suspiraría para luego ver porque la de cabellos morados estaba ahí -¿Cuando te despertaste?- Preguntaría por lo bajo sin muchas ganas de hablar

-Hace un rato, no te vi así que supongo que Michael fui a darle una larga charla de porque no podemos irnos de una reunión- Hablo está con un tono de voz algo serio y aburrido a la vez mientras miraba al techo del pequeño cuarto -Se me apetece algo...- Seguiría hablando está sin hablar tan alto ni tan bajo como para susurrar

El pelimenta se pararía a pensar un momento, pensando en lo que le habían contado distintas personas que en esa semana habían pasado justo por dónde estaba la femenina ahora, sentía las ganas que tenia aquella de liberar estrés caminando en sangre -...Y a mi también-

Quizás era moralmente incorrecto, Pero más incorrecto era la forma de pensar de aquello que eran sacrificados para olvidar los malos momentos por los que solían pasar aquellos dos, eran pocos los que tenían tal afortunada oportunidad

Aunque ya no parecía una buena idea nada detenía a la de ojos grises, está tranquilamente caminaba a paso lento hacia quien el pelimenta le había dicho... Esa de voz dulce y muy de boto Rose

Habían empezado una conmovedora conversación, la de ojos grises le hablaba a la otra sobre algunas cosas quizás tontas que tenía en la mente de esta pero eran inspiradoras para la menor. Apenas segundos después ya la otra estaba siguiendo a la de cabellos morados para más charlas inspirativas según veía y pensaba la menor entre ambas

-¿Que es para usted el perdón? Querida Rose- Hablo la de cabellos morados a la otra esperando una respuesta

La otra sin motivos se pondría algo nerviosa y tardaría unos incómodos segundos en contestar -Pues la verdad Madre, no se como contestarle eso...- Diría por lo bajo mientras la otra la observaba seriamente -¿Le molestaría acercarse para así contarle?-

La de morados cabellos se acercaría poco a poco esperando el hablar de la otra

-Bueno madre... Yo creo que...- Se quedaría pausada, mientras abría los ojos con algo de dificultad, aunque quisiera gritar había perdido su voz por más raro que pareciera

La de ojos grises sonreiría levemente mientras se acercaba para susurrarle algunas palabras al oído -Shh no es necesario que grites, al final no hay nada que puedas hacer- Murmura lento esta mientras encajaba más la daga en la otra y la giraba lentamente intentando darle más sufrimiento -¿No quieres morir verdad?-

La otra escupía algo de sangre, mientras parpadeaba repetidamente intentando no cerrar los ojos -¿Porque...?- Fue lo único que pudo pronunciar antes de que sus piernas fallaran y cayera al piso

-¿Porque no? Es la verdadera pregunta- Diría antes de darle una patada algo fuerte en la cabeza haciendo que se desmayara

Una pequeña luz amarillosa era lo único que daba algo de luminosidad a a una habitación, justo debajo de aquella luz se encontraba aquella chica amarrada, tenia su cabeza baja y algo de sangre seca en la cara, era un verdadero milagro que siguiera viva

-Abre los ojos cariño- Una voz femenina provenía de la parte oscura del cuarto, el sonar de unos tacones se sentía por la habitación despertando poco a poco a la que en el centro estaba -Vamos no tengas miedo- Se acercaba poco a poco a la luz, mostrándose al fin aquella de ojos grises

La chica en la silla no podía ver con claridad, pero bien escuchaba y sentía las cosas a su alrededor, hasta sentir como era jalada del cabello obligándola a ver arriba

-Te pregunté que era para ti el perdón... No tenías que contestarme pues perdón es todo menos lo que tú vas a recibir- Hacia que la otra mirara justo arriba, aunque bien sabía que estaba viendo borroso no le importaba -Ademas ¿Enserio crees que allí arriba hay alguien dispuesto a perdonar tus malos pecados? Te diré algo, no lo hay-

Se estaba tomando esto de forma personal, pero así era como ella solía desquitarse, podía parecer la persona mas sádica del mundo por disfrutar el sufrimiento ajeno Pero en realidad siempre le quedaba un ligero toque de arrepentimiento

-Y si en realidad hay algo más que solo nuestras insignificantes vidas, estoy dispuesta a volver a verte en el infierno- Aún mantenía su vista puesta en aquella y le hubiera dicho algo más si el de cabellos menta no la mandaba a terminar con aquello

Camino hacia atrás dando una vista levemente arrepentida, así e sentía después de terminar con cada diferente persona y estaba segura que el otro también solía sentirse así -Seb, limpiamos aquí después...-

Camino a las escaleras que subían al primer piso ya que por lo visto estaban en el sótano, el de cabello menta evitaba mirar mucho, le tenía una pequeña fobia a la sangre y aún así el solía hacer estás cosas también y aun si demostraba mas su arrepentimiento que ella

Pero solo tenían que pedir perdón, pero no a nadie más que a ellos mismos por arruinarse

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