Ventana 8

╰┈➤[One-Shot/Semi Au]

╰┈➤[BORAN AND FRED FT. MORIARTY AND HOLMES GROUP. SHERLIAM MENTION]

╰┈➤ [OOC]

A ver, tenemos que comprar la comida de Nochebuena para esta noche—dijo Bond mientras miraba la lista que Louis le había dado antes de que saliera de casa.

¿Por qué tenemos que ser nosotros los que vayamos a conseguirle las cosas de cocina a Louis?—preguntó Moran antes de bostezar—. Podrían ir él o Holmes, que se está tocando las narices.

—Louis no puede ir porque está arreglando la cocina, además de que está horneando dulces con Jack. Y Sherly no se está tocando las narices, él está ayudando a William y Billy a decorar la casa—respondió el rubio, frunciendo el ceño debido al comentario del coronel. No le gustaba que hablasen mal del hombre al que consideraba un amigo cercano, casi como un hermano mayor—. No como tú, Sebas, que estabas repantingado en el sofá mientras mirabas al techo. Hacían más las rosas de Fred estando quietas, embelleciendo la vista, que tú en los últimos tres días.

Moran frunció el ceño, miró a Fred, que caminaba a su lado, y le dijo:

Anda, Fred, dile algo al insolente de Bond.

—Tiene razón—fue todo lo que dijo el de cabellos azabache mientras se aferraba a su bufanda, buscando el calor de la prenda de ropa para refugiarse del frío.

¿Cómo? ¿Le das la razón a ese antes que a mí?—protestó el coronel.

Eso es porque sabe quién gana todas las peleas—dijo Bond mientras sonreía burlonamente.

No las perdería si alguien no las comenzara—Moran se acercó al rubio, rabioso.

James frunció el ceño y apartó el rostro de Sebastian con su dedo índice mientras señalaba:

Pareces un perro rabioso:echas espuma por la boca.

—¡Haz el favor de callarte la boca!—chilló el coronel, apartando de un manotazo el dedo del rubio.

Oh, vaya, el gorila saca los puños—Bond sonrió y se cruzó de brazos—. ¿Quieres que te recuerde lo que soy capaz de hacer, como aquella vez en la que el mismísimo Coronel Sebastian Moran se sintió indefenso en el vestuario de la residencia Moriarty?

—¡Estaba en clara desventaja, no llevaba ropa!—protestó Moran—. ¡Recuérdaselo, Fred!

El silencio fue la única respuesta que recibió, por lo que el adulto se giró para mirar al de cabellos azabache, que ya no se encontraba allí.

¿Fred?—lo llamó el coronel.

Bond se separó de Moran y giró varias veces sobre sí mismo, buscando con la mirada a Fred.

¡Lo has perdido, cabeza de chorlito!—gritó el rubio, exasperado.

¿Yo? ¡Dirás que lo hemos perdido los dos, que para algo íbamos con él!—exclamó Sebastian.

James inspiró y suspiró antes de llevarse dos dedos al puente de la nariz y hacer pinzas con ellos.

Está bien, lo hemos perdido los dos. Pero eso de nada sirve ahora; hay que ir a buscarlo antes de seguir con las compras.

Moran asintió y comenzó a chillar el nombre del azabache conforme avanzaba; Bond hizo lo mismo.

Lo buscaron entre los dos por las calles por las que fueron pasando, pero una vez llegado el mediodía, el Porlock seguía sin aparecer.

¿Dónde se habrá metido este crío?—preguntó Moran mientras se sentaba en un banco, exhausto.

Se habrá ido al oírnos pelear, como siempre hace—respondió Bond, de pie frente al coronel.

¿Ah? ¿Como siempre hace?—repitió Sebastian.

Jack me dijo el otro día que Fred nos escuchó pelear y se fue corriendo al jardín con las manos sobre las orejas—dijo James mientras se llevaba una mano al codo—. Al parecer, odia escucharnos discutir.

Moran miró al rubio, y entreabrió los labios con sorpresa al ver que los labios de su compañero estaban fruncidos y sus ojos estaban aguados.

Si por esa razón se ha perdido, yo no...—susurró Bond mientras se secaba las lágrimas.

El coronel se puso en pie y colocó su mano sobre el hombro de su compañero.

Lo encontraremos. Estará bien, Fred se conoce las calles de Londres como la palma de su mano—Sebastian sonrió antes de añadir—:Seguro que se ha distraído con algo que ha visto cuando caminábamos.

James agachó la mirada antes de abrir los ojos como platos y alzar la cabeza.

¿Distraerse con algo? ¡Ya sé dónde está!—Bond sonrió mientras tomaba de la muñeca a Moran y lo arrastraba consigo por las calles de Londres.

¿Eh? ¿A dónde me...?—el coronel se calló al ver que su compañero lo había arrastrado hacia una pequeña floristería.

Como el rubio había averiguado, Fred se encontraba sentado cerca de la entrada, con un ramo de flores —que por el aspecto, parecían flores para un centro de mesa— entre sus brazos.

¡Fred!—Bond se abalanzó sobre el azabache mientras suspiraba de alivio—. ¡Casi me legas un susto! ¡No te vuelvas a ir así como así!, ¿vale?

—Sí, nos tenías preocupados—añadió Moran mientras se unía al abrazo.

Fred parpadeó, atónito, pero sonrió y se abrazó a sus dos compañeros.

Ten, Liam. Este es mi regalo para ti—dijo Sherlock mientras le extendía un paquetito al rubio.

Gracias, Sherly. Lo abriré después con más calma—respondió el rubio en agradecimiento antes de besar la frente del detective.

Louis frunció el ceño, pero sonrió al ver cómo su hermano le extendía a él una caja con un lacito.

Feliz Navidad, Louis—dijo William con una sonrisa.

El grupo Moriarty y el grupo Holmes se encontraban reunidos en el salón de la nueva residencia de los primeros. Tras haber cenado, y después de que el reloj hubiera tocado las doce, se habían dirigido al salón para entregar los regalos de Navidad, que habían seleccionado de manera aleatoria para que no se repitieran.

Mi turno—dijo Fred tras haber recibido su regalo de manos de Jack, que había recibido el suyo de Albert.

El azabache se dirigió hacia Moran y Bond, extendiéndole un regalo a cada uno.

Sólo debías hacerle un regalo a una persona, Fred—señaló el coronel.

Somos impares, por lo que alguien debía regalarle a una persona más—explicó el Porlock mientras dejaba los regalos frente a las personas a las que debía entregárselo—. Decidí ser yo el que tomase dos papeles en lugar de uno, y me alegro de haberlo hecho, porque os debo mucho a los dos y quería expresarlo de esta manera—Fred sonrió, agradecido, antes de susurrar—:Feliz Navidad, papás.

Tanto Bond como Moran alzaron la cabeza con sorpresa.

¿Qué has dicho?—preguntó el coronel.

Nada—contestó Fred.

Anda, repítelo, por favor—pidió Bond.

Ni de coña—el Porlock rió levemente.

¡Venga, repítelo, anda, Fred!—pidió el rubio mientras abrazaba a Fred para hacerle cosquillas, a las que más tarde se unieron las manos de Moran.

Son sólo tres palabras, repítelas—dijo el coronel mientras sonreía y hacía cosquillas en el cuello al azabache.

¡Antes muerto!—respondió el Porlock mientras reía, feliz.

A su alrededor, el resto de presentes sonreían, enternecidos con la hogareña escena.

📝;; Nota de autora

Alimentando a Kagayaki--Hikari-Nyx con este shot Boran.

Disfrutadlo todos ^^

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