♡ Capítulo 10. ♡

Después de como unas horas estudiando con Bryan, decidimos parar por un momento.

–Estoy muy cansado –dijo recostándose en el sillón.
–Igual yo, siento que quiero dormir.
–¿Quieres que te lleve a tu casa?
–No hay necesidad, puedo irme yo sola.
–No hay pero que valga, se supone que no es de caballeros dejar que la chica se vaya sola y más cuando es de noche.
–Si, supongo –dijo mirando por la ventana.
–Bien, deja saco el auto.
–¿Tienes auto?
–No, es de mi prima, pero ahora mismo debe estar con su amante, así que ni cuenta se dará.
–Bueno, vámonos –dije tomando mis cosas.

Salimos de la gran casa y nos subimos al auto, que por cierto, creo a ver visto este auto antes, solo que no recuerdo donde.

–Y dime Astrid, ¿Qué pasatiempos tienes?
–¿A mí? –el chico asintió–. Bueno, me gusta mucho dibujar.
–¿En serio?
–Claro, dibujar es lo que más me gusta.
–Genial, y, has dibujado a alguien.
–No en realidad, solo paisajes, pro bueno eso lo hacía ya hace muchos años, creo que perdí el toque.
–Bueno, recuerda en la universidad está el taller de artes, puedes entrar a él.
–Gracias pero no, ya estoy en el de medicina, así que no.
–Bueno, es tu decisión.

Después de otro rato llegamos a casa, estaba tan ocupada bajándome cuando oí un grito.

–¡No puede ser! ¿Aquí vives? –preguntó Bryan mirándome.
–Así es.
–Es enorme, aún más enorme que la de mis tíos.
–Bueno, no me gusta presumir donde vivo.
–¿Quiénes son tus padres? Por que para tener esta enorme mansión, tus padres deben ser muy reconocidos.
–Bueno, mi papá es un doctor, ¿Eso es suficiente?
–Pero estoy seguro que no cualquier doctor, ¿Cómo se llama?
–Richard Henderson.
–¿En serio? Él es el cirujano más famoso de todo el estado de California.
–Vaya, ni siquiera yo que soy su hija, sé la popularidad que tiene mi papá.
–¿Podría conocerlo? Me gustaría ver en persona al gran Richard Henderson.
–Mmm... seguro, seguramente ya llegó a casa.
–¿No estaba?
–Bueno, es que su esposa se dio a luz hace días y creo que esta tarde la darían de alta.
–¿Esposa? ¿Tu mamá?
–No, mi mamá se murió hace años, yo tenía como 4 años.
–Oh, lo siento.
–Descuida, era muy pequeña no me duele mucho, aunque si me gustaría que estuviera aquí.

Entramos a la casa y nos dirigimos a la sala, por surte si estaban y también el odioso de Joseph.

–Hola papá –saludé.
–Hola hija, ¿Por qué a esta hora? –preguntó mirándome.
–Bueno es que fui a su casa a estudiar –dije apuntando a Bryan.

Escuché una risita por parte de Joseph, burlándose.

–Nos hubieras avisado, si me preocupe al ver que no llegabas –dijo volteando a ver al pequeño bebé que sostenía entre sus brazos.
–Lo lamento olvidé avisar.
–Menos mal ya estás aquí.
–Y no vino sola –dijo Joseph.
–Oh si, él es Bryan Torres se acaba de mudar de Cambridge.
–Hola –saludó Bryan tímido.
–Hola –saludó Miriam amable.
–Un gusto, yo soy el papá de Astrid.
–Es un gusto señor, soy un gran admirador suyo, usted fue mi inspiración para ser doctor.
–En serio –dijo mi papá sonriendo.
–Claro que sí.
–Lo vez Astrid, es esa la motivación que quiero ver en ti.

Yo solo rodé los ojos.

–Bryan... ¿Te gustaría quedarte a cenar? –preguntó Miriam.
–Seria un gran placer –sonrió.

☯☯☯

Me encontraba sentada, con los codos sobre la mesa, mientras picaba un pedazo de zanahoria con el tenedor. Bryan y mi papá mantenían una emocionante conversación, sobre la medicina, mientras que Miriam le daba de comer a los mellizos y Joseph, no sabía que estaba haciendo él y ni me importaba.

Seguía muy entretenida picando la verdura, cuando siento un leve golpe en mi pierna, mira hacia enfrente y mire a Joseph que me hacía señas, con la cabeza me decía que saliéramos del comedor, al principio me negué, pero al ver como abrió sus ojos, rodé mis ojos y me levanté de la mesa.

–En un momento vuelvo, olvidé algo –sin dejar que respondieran. Salí del comedor y segundos después Joseph ya se encontraba conmigo–. ¿Qué pasa?
–¿Se puede saber por que lo trajiste? –preguntó apuntando al comedor.
–¿A quien? ¿A Bryan?
–Si, a ese tipo.
–Bueno, él se ofreció a traerme, para que veas que él si es un caballero.
–¿Y por que fuiste a su casa a estudiar? ¿No pudieron ir a una biblioteca?
–Mira Joseph, a diferencia de ti, yo si estudio, aunque no me guste la medicina, y no me voy a revolcar solo a revolcar con cuanto se me cruce, como tu comprenderás.
–Pues tiene que irse.
–No lo voy a correr.
–Mira, no lo quiero aquí, pero debe irse no solo por que yo quiera, hoy debemos ir a la bodega, tengo nuevos pasos que mostrarle a José Luis.
–¿Hoy es Martes verdad? –pregunté.
–Claro, por eso debe irse, en 15 minutos debemos irnos.
–Ya veré como hago que se vaya.
–¿Pasa algo? –dijo Bryan atrás de mi.
–Hola Bryan –dije nerviosa.
–¿Te pasa algo?
–No nada.
–Bueno, solo te aviso que ya me voy, todavía tengo que desempacar algunas cosas, nos vemos mañana.
–Claro, hasta mañana.

En cuanto se fue, volteé a mirar a Joseph.

–Eso fue suerte.
–Y mucha suerte.
–Bueno, toma tus cosas, que en unos minutos nos vamos.
–¿Se puede saber a dónde van? ¿Y a esta hora?

Menos mal era Miriam, ella ya sabía de mi pasión por el baile, pero no de mis escapadas nocturnas.

–Es que, compramos algo especial para los mellizos y tenemos que ir por él –dijo nervioso.
–Hay hijo que lindo, pero sé que eso no es lo que van a hacer.
–Claro que si mamá –dijo él.
–Estás nervioso, sé cuando te pones nervioso, así que dime... ¿A dónde van?

Mire a todos lados esperando que papá no estuviera por ahí escuchando.

–Miriam, tú ya sabes que me encanta el baile –ella asintió–. Los Martes, Jueves y Sábados voy a una bodega a las afueras de la ciudad para entrenar, estoy en un grupo de baile.
–Oh linda eso es genial.
–Si, pero papá no debe saberlo.
–Descuiden, yo los cubro –dijo sonriendo.
–Muchas gracias –la abracé.
–Solo quiero que seas feliz pequeña –dijo en mi oído.

Me separé de ella y subí a mi habitación a tomar lo necesario, cuando salió Joseph ya me esperaba en el auto. Me subí y el arrancó el auto hacia la bodega, una vez cuando llegamos, bajamos del auto y entramos al lugar, yo me fui a los vestuarios de chicas a cambiarme la ropa.

Una vez que salí me tope con Joshua que me miraba serio.

–Espero que estés contenta Henderson, tu amiguito va llevar este grupo a la ruina.
–Te aseguro que no será así Joshua, además él que llevo este grupo a la ruina fuiste tú, cuando te fuiste de aquí.
–Ya te había dicho el por que me fui.
–No, solo dijiste que tenías problemas personales, nunca me aclaraste el por que, yo entendí tu problema, todos tenemos problemas, pero si nos fue bastante mal, hasta que Jeff contactó a José Luis.
–¿Se supone que eso me tiene que hacer sentir mal?
–No, pero lo que si te hace sentir mal es que Joseph es mejor bailarín que tú –dije y me fui de ahí dejándolo solo.

☯☯☯

Estábamos todos acomodados, Joseph nos decía sobre como presentarnos y además de que hay algunos retos sobre baile en pareja y teníamos que elegir nuestra pareja, de inmediato todos escogieron la suya, por un momento pensé que Jeff me escogería a mí, pero no, y siendo un grupo de número non, yo me quede sola.

Tal y como en la escuela. Joseph me miró y se acercó a mí con una sonrisa. Ya puedo escuchar lo que va a decir.

–Como veo que te has quedado sola, yo seré tu pareja –lo sabía–. Pero descuida, entrenaremos mucho.
–Genial –susurré.
–Si yo sé que te encanta estar conmigo.
–Si claro, ¿Cuándo comenzamos a entrenar?
–Mañana en la noche.
–Supongo que está bien.

☯☯☯

Después de entrenar un par de horas, nos fuimos a casa, cuando llegamos las luces estaban apagadas, sin hacer ruido entramos a la casa y cada quien se fue a su habitación. Al llegar me tiré a la cama y en menos de unos minutos me quedé dormida.

☯☯☯

Y así poco a poco el tiempo fue pasando, no por estar con Joseph entrenando, sino por hacer lo que más me gusta, entre Joseph y yo nos buscamos una canción que dejará impresionado al público, pero acordamos no decir nada y que nuestro baile sería en las finales y cuando menos me di cuenta pasó un mes completo.

☯☯☯

"Monster" de Rihanna y Eminem comenzó a sonar de repente despertándome de un susto. Mire por donde se oía eso y vi a Joseph parada frente a mi cama con su bocina en la mano. Era una pequeña bocina con el diseño de Coca–Cola, la cual compró por internet.

–¿Qué demonios te pasa?
–Richard y mamá fueron a Idaho, a visitar a mis abuelos, querían conocer a los pequeños.
–¿No es muy pronto para que salga? –pregunté confundida–. ¿Aún no termina su cuarentena?
–A lo que sé el doctor ya le autorizó de salir.
–¿Pero viajar?
–Tú levántate y no estés jodiendo –dijo y rodé los ojos.

Me levanté.

–Listo, ¿Ahora que quieres?
–Bueno, en las circunstancias que estamos, hoy no iremos a la universidad.
–¿Por qué no?
–Vamos a seguir practicando nuestro baile.
–¿A las 6 de la mañana? –pregunté.
–Si, a esa hora, así que arréglate ahora y bajas a desayunar –dijo y salió del cuarto.

Yo solo negué, ¿Por que no se lo llevaron a él también? Siento que Miriam lo hizo a propósito. Una vez arreglada, baje y me dirigí al comedor, donde ya estaba Joseph con el desayuno preparado.

–¿Compraste todo esto o tú lo hiciste? –pregunté.
–Yo lo hice –dijo ofendido.
–Lo siento, pero yo no sabía que sabías cocinar –reí.
–Pues ahora ya lo sabes.

Me senté en una silla y él me puso el plato frente a mí, debo admitir que si cocina muy bien. Después de desayunar, nos fuimos a la sala y acomodamos los muebles para dejar el espacio suficiente para poder ensayar.

–Listo –dijo mirándome.
–Pues empecemos.

Y comenzamos a ensayar, la canción era algo movida, así que no habría que hacer mucho contacto, pero en una parte quise dar vuelta, pero como no habíamos quitado la alfombra, mi pie se enredo en ella y me caí, lastimándome el tobillo.

–Auch –grité.

Joseph se detuvo y se acercó.

–Estás bien –preguntó.
–No, creo que me torcí el tobillo.
–Será mejor que te lleve al hospital –dijo y me levantó.

Tomo las llaves de su auto y salimos de la casa. Cerró con llave la puerta, nos dirigió a su auto y me subió del lado del copiloto, se subió él y puso el auto en marcha. Al llegar al hospital nos encontramos con Peter, uno de los amigos de mi papá.

–Hola Joseph, Astrid.
–Peter necesitamos tu ayuda.
–¿Qué pasa?
–Me lastime el tobillo y me duele.
–Muy bien, ¡Enfermera! –gritó y una chica se acercó.
–Dígame doctor.
–Traiga una camilla para llevar a esta chica a unos rayos X.
–En seguida.

Dijo y salió corriendo.

–Y díganme, ¿Cómo paso?
–Bueno... –¿Ahora que decía?
–Es que iba bajando las escaleras y se torció el pie.
–Bueno, esperemos que no sea nada malo.

Después de un rato ya me encontraba en una habitación, sola con Peter, creo que eran los rayos X, así vería como estaba mi tobillo. Media hora después ya estaba en una habitación individual y Joseph estaba conmigo.

–Solo espero que no sea nada malo.
–Tranquila, solo fue una simple torcedura.
–Yo no estaría tan seguro –dijo Peter con una hoja negra en la mano.
–¿Qué pasa? –pregunté asustada.
–Si se lastimo el tobillo, fue una pequeña fractura pero... tendrás que usar una muleta durante una semana.

Y ahí, sentí mi mundo caer.

••••••••••♡••••••••••
Espero les haya gustado el capítulo de hoy, como ven no tarde tanto en publicar, de hecho en este momento estoy escribiendo el capítulo 11, en cuando lo termine lo subo.

Buen día ;)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top