–¿Dónde estabas Astrid? –escuche la voz de Joseph atrás de mí.

Lentamente me di la vuelta y ahí estaba él mirándome.

–Hola Joseph, ¿Cómo estás?
–No me cambies el tema Astrid, ¿Dónde estabas?
–En primero, a mi no me gritas analfabeta, en segundo... no tengo por qué darte explicaciones a ti, buenas noches –dije y me di la vuelta dispuesta a irme a mi habitación.
–Entonces supongo que no te molestara que le diga a tu papá que llegaste a esta hora.

Al oír aquello me detuve instantáneamente, me di la vuelta y lo vi con una estúpida sonrisa en su rostro, la cual me gustaría borrar con un buen puñetazo.

–No te atreverías –dije.
–Pruébame, así que dime dónde estabas.
–Fui a casa de Jacquie, tuvo una reunión en casa de uno de los socios de su papá, ella no quería ir sola así que la acompañe, acabamos de llegar –dije sonando convincente.
–¿Segura?
–Muy segura, ¿Feliz? ¿Ya puedo irme a mi habitación?
–Claro.

Antes de que dijera algo más salí corriendo de ahí, directamente a mi habitación, deje la mochila sobre el sofá, me quite la ropa y me puse el pijama. Al terminar me tire a mi cama y quedé profundamente dormida.

Al día siguiente me levanté tarde, pero gracias a Dios era domingo, así que no había problema. Baje a la cocina, quizá ya hubiera algo preparado para desayunar.

–¡Buenos días! –dije saludando a los presentes.
–Buenos días cariño –dijo Miriam.
–Buenos días hija –dijo mi papá.
–Hola engendro –dijo el odioso de Joseph.
–¡Joseph! –lo regañó Miriam.
–Hola pedazo de aborto –le sonreí.
–Bueno chicos dejen de pelear –dijo mi papá–, vamos a desayunar.

Tome asiento justo enfrente de Joseph, mientras desayunábamos tranquilos.

–El señor Howard quiere implementar la seguridad en la empresa, otra vez han robado planos importantes –escuché a mi papá–, se sospecha que hayan infiltrados de la competencia.
–Pues solo espero que no te pase nada cariño –dijo Miriam.
–Oye Richard, también podrías implementar la seguridad aquí –dijo Joseph.
–¿Por qué?
–Es que... como a eso de las 5 de la mañana escuché ruidos dentro de la casa y quiero asegurarme de que nada se esté metiendo a la casa a esa hora –dijo él y por obvias razones le di un puntapié en la espinilla, haciendo que se quejara del dolor.
–Si lo he estado pensando Joseph, ya veré que hacemos –dijo mi papá.
–Ya terminé –me levanté de la silla–, si me disculpan yo me retiro –llevé mi plato y mi vaso al lavatrastos.

Me fui directamente a mi habitación, tome mi teléfono y le mande un mensaje a Jacquie.

«Hola niña» envié.
«Hola, ¿Cómo estás?» recibí después de unos minutos.
«Bien, oye Jacquie ¿Podrás acompañarme al centro comercial? Debo comprar unas cosas»
«Claro que sí bebé, nos vemos en el "Real Center" »
«Por supuesto, allá nos vemos, tengo que contarte algo»
«Ya me dejaste con la duda, nos vemos allá»

Bloqueé mi teléfono y me acerqué a mi tocador, comencé a cepillar mi cabello y al terminar lo agarré en un coleta alta. Salí de mi habitación, colgándome mi bolso en mi hombro y al bajar las escaleras me encontré con el estúpido de Joseph.

–¿Ahora a dónde vas?
–No es asunto tuyo, así que no te metas en lo que no te importa.
–No creas que te he perdonado por lo de hace un rato.
–No recuerdo haberte pedido perdón, así que me vale sino lo haces –quise caminar pero me tomo del hombro–. ¿Qué rayos quieres Joseph?
–Nada, solo que averiguare todo lo que haces, ya lo verás.
–Suerte con eso –me zafé y salí de mi casa.

Camine unas cuantas calles hasta que llegué a la parada del autobús, tome el que me dejaba en el centro comercial y después de un viaje de varios minutos al fin llegué. Me baje del autobús y este siguió su ruta, yo entre al enorme lugar, camine hasta llegar a la tienda de ropa "Cuidado con el perro" y ahí estaba mi mejor amiga.

–¡Ya llegué Jacqueline! –le dije.
–Ya te vi, Astrid Yadid –dijo ella.
–Bueno, vamos a comprar ropa y después vamos al KFC, mi estómago me reclama una enorme hamburguesa.
–Claro vamos.
–Así te cuento lo que paso anoche.
–Si, por que me dejaste intrigada con lo que me has dicho.

Caminamos al segundo piso del local, ya que en la parte de arriba vendían ropa de hombre, tal vez se pregunten por qué compraré ropa de hombre, bueno... como practico baile, la ropa de hombre es mucho más cómoda, que la ropa de mujer, si uso ropa de mujer pero solo en casos especiales, como cuando estoy en mi casa, voy a la universidad, o hacemos alguna salida familiar.

–Escuché decir a José Luis que a finales de Diciembre habrá un campeonato –dijo Jacquie mirando la ropa.
–Así es, así que debemos ensayar muchísimo por que serán varias presentaciones, las audiciones, las semifinales y las finales. Habrán varios grupos compitiendo.
–Me imagino la presión que has de tener encima, es decir la universidad, tu papá queriendo que seas doctora y además los bailes, ¿Segura que puedes con todo eso Astrid?
–Claro, es fácil convencer a Gerardo de que me ayude en la universidad.
–¿Cómo?
–Le digo que lo ayudaré a salir contigo –sonreí inocente.

Ella volteo rápidamente hacia mi mirándome con los ojos muy abiertos, sinceramente se veía muy graciosa.

–¡¿Qué?! –gritó ella llamando la atención de todos.
–Jacquie no grites –la regañé.
–¡¿Cómo pudiste hacer eso Astrid?! –siguió gritando.
–¿Qué tiene de malo?
–Sabes exactamente que Gerardo no me gusta.
–Pero te gustó en algún momento de tu vida –la miré.
–Si, como tú has dicho en algún momento de mi vida, ese momento ya pasó, ya no me gusta.
–¿Entonces quien te gusta? –pregunté arqueando una ceja.
–Bueno –dijo sonrojándose.
–¡Oh por Dios! –grité tomándola de los hombros–. ¡¿Te gusta alguien?!
–Ahora tu eres la que grita –sonrió.
–Es que simplemente no lo creo. ¿Cómo se llama el susodicho?
–Se llama Genaro Hazael –se sonrojó.
–Pues me alegra por ti niña, espero este sea el oficial –sonreí.
–Claro que sí.
–Eso dijiste de Gerardo y de Dan...
–Si ya entendí, cállate –me interrumpió.

Negué sonriendo, sin duda alguna mi amiga era una loca. Cuando terminamos de comprar las cosas, nos fuimos en autobús al KFC, ahí pedí mi gran hamburguesa con una orden de papas y mi coca bien fría.

–Muy bien Astrid, ¿Qué era lo que me tenías que contar?
–Cuando llegue esta madrugada a la casa, Joseph estaba ahí, esperándome.
–¿Cómo?
–Sí, estaba ahí esperándome, además me exigió que le dijera donde había estado toda la noche.
–Es un entrometido de primera –dijo ella seria.
–Tuve que decirle que estaba contigo, que te acompañe a cenar con uno de los socios de tu papá y que por eso llegue tan tarde.
–Bien, sinceramente no entiendo por qué se entromete tanto en tu vida.
–Bueno, cuando aún éramos amigos, siempre nos contábamos lo que nos pasaba en el día, así como tú y yo ahora, tal vez se le quedó esa costumbre –hice una mueca.
–Pero ya no son amigos Astrid, debe entender que no debe meterse en tu vida.
–Lo sé –dije.
–Mira mejor comamos y dejemos de hablar de él, no quiero que se me quite el hambre.
–Bien –sonreí.

Continuamos comiendo nuestra comida y cuando estaba por acabar mire hacia la ventana y abrí los ojos a mas no poder.

–¡No puede ser! –dije.
–¿Qué pasa? –preguntó Jacquie.
–Mira hacia allá –dije apuntando hacia la ventana.

Ella miró y su expresión fue de sorpresa, luego volteo a verme.

–¿Qué hace aquí?
–No tengo idea, es decir a lo mejor vino a comer aquí.
–¿Y por qué no entra? Es mas que obvio Astrid, nos está siguiendo.
–¡Demonios! Tengo que ir a la bodega, si se entera de lo que hago, estoy condenada.
–Creo que el restaurante tiene una puerta trasera.
–Bien, vámonos.

Salimos del lugar por la salida de emergencia, pasamos por el estacionamiento tratando de no ser vistas por él y corrimos hasta llegar a una parada de autobús.

–Te lo dije Astrid, es un maldito entrometido –dijo tratando de calmar su respiración.
–Lo sé, esto ya es una exageración, está muy al pendiente de mi vida.
–Debes pararle eso, sino después será cuando tengas alguna cita con un chico, si se comporta como el típico hermano sobre protector con los chicos que se te acercan, no quiero imaginarme que hará después.
–Es un idiota.

Tomamos el autobús y al llegar a la bodega ahí estaban José Luis, Joshua y Jeff.

–Dinos que tienes una nueva canción –me dijo José Luis.
–Claro que la tengo, te la mande por WhatsApp, enséñasela a los demás, para comenzar la práctica.
–¿También mandaste la coreografía de la canción? –preguntó Joshua.
–¿Por qué buscar la coreografía si podemos inventar una? –lo mire mal.
–Anden vamos.

Todos entramos a la bodega y cada quien se puso su vestuario, me asomé al escenario y ahí estaba Jacquie sentada mirando su celular. Algo sobre ella... ella también es una gran bailarina, pero le interesa más el diseño gráfico, así que eso está estudiando, bueno a escondidas, como yo lo hago con el baile, ya que su papá quiere que sea abogada.

–¿Por qué no invitas a tu amiga a que baile con nosotros Astrid? –dijo Jeff.
–Si lo he hecho, pero dice que no le interesa el baile.
–Pero es increíble.
–Lo sé, pero a ella no le gusta y no la puedo obligar.
–Eso es verdad, pero sería genial si se animara a hacerlo.

Después de unos minutos de estar todos arreglados, nos pusimos en nuestras posiciones, José Luis enfrente nuestro y Joshua a su lado. Así que comenzaron con los movimientos improvisados, Reese los estaba grabando para después poder imitar los pasos.

Después de que ellos grabaran los pasos, nos mostraron el vídeo y comenzamos a copiar los movimientos, algo estresante para mí, puesto que sentía una mirada sobre mí, por un momento pensé en Joseph, pero él no sabía dónde estaba, así que debe ser alguna otra cosa.

Tomamos un pequeño descanso y fui a sentarme con mi amiga.

–¿Qué haces? –le pregunto tomando de mi botella de agua.
–Estoy mandándome mensajes con Genaro –dijo sonrojada.
–Ah, ¿O sea que en lugar de mirarme bailar, hablar con tu amor platónico? –pregunté fingiendo estar molesta.
–Perdón, si te estaba mirando pero él comenzó a mandarme mensajes y sentí que se molestaría si no lo contesto.
–Sabes que lo digo de broma, no importa, tan solo son las practicas, solo espero que si prestes atención cuando este en el campeonato –dije mirándola amenazadoramente.
–Claro que si te veré, ¿Crees que no te apoyaré en ese día tan especial?
–Más te vale chica.

Ella se rió. Entonces llegó José Luis.

–Bien chicos, ya que han practicado los movimientos, es hora de que bailen ya toda la canción, así que a sus posiciones.

Todos nos colocamos donde nos habíamos acomodados desde el principio, entonces Joshua puso la canción y comenzamos a bailar.

Siendo sincera, esto del baile me encantaba muchísimo, con cada movimiento sentía que era completamente libre, me sentía yo misma, sentía que aquí podía ser yo misma, sin obligación, sin personas que estén encima de mí, aquí era... libre.

https://youtu.be/13VBmasGZg4

Cuando terminamos de bailar, José Luis aplaudió mirándonos a todos.

–Felicidades chicos, eso fue excelente.
–Todo esto es gracias a Astrid –dijo Jeff tomándome por los hombros.
–Pues felicidades Astrid, sin duda alguna la mejor bailarina de todas –me miro y después miró a los demás–, no se enojen chicos, todos bailan increíble.
–Ya sabemos que ella baila genial, no tienes que decirlo –dijo Anna, otra bailarina más.
–Pues bueno, mañana seguimos con las prácticas, pueden irse –dijo Joshua.

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–¡Eso fue sensacional! –dijo Jacquie mirándome.
–Gracias Jacquie, ojala mi papá dijera eso –dije desanimada.
–Yo pienso que deberías decirle la verdad a tu papá Astrid, él debe saber que tu amas el baile y que no quieres ser una doctora.
–Es que no puedo, si se entera de eso me mata ya te lo había mencionado, además no me sermonees, ¿Tú cuando le dirás a tu papá lo que haces en secreto?
–Es... diferente.
–Es... lo mismo, así que cuando tu le digas a tu papá lo que haces, yo le diré al mío.

Ella ya no mencionó nada y nos dirigimos a la parada del autobús. Esperábamos el autobús cuando sentí una mano en mi hombro.

–Así que esto es lo que haces por las noches –dijo esa voz tan conocida para mí.

¡NO PUEDE SER!

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Segundo capítulo de la historia. De una vez les aviso, que cuando en algún capítulo vayan a bailar, pondré el vídeo de la canción que bailaran, trataré de buscar la coreografía de la canción como el vídeo que puse.

Solo les espero que les haya gustado ❤

Nos leeremos en el próximo capítulo. Bye ;)

Publicado: 17 de Marzo del 2020.