09 || Amarillo para la señorita
-Mr. Rivera-Fue todo lo que escuchó Miguel en todo el día, bueno, en casi todo.Tenía por aprenderse la letra de la nueva canción por mencionar una de sus tareas.
-...Necesito estar a tiempo para el ensayo, no llegaré tarde-completó el joven Rivera la oración de su superior.
-Te esperaré entonces- la chica le guiñó un ojo y se fue dándole la espalda.
<<Será parte de el uniforme que la chica lleve una falda tan pegada a su... cadera>> pensó <<¡Miguel! ¿Que carajos estoy pensando?>>
Miguel comenzó a caminar, traía en una mano un refresco "coca cola" con hielo y con la otra la letra de la canción, estaba tan apurado buscando algo donde recargar su helado refresco que no se fijó para donde iba. Cuando se dio cuenta ya había chochado contra alguien, en donde acababan de trapear así que ambas personas salieron volando. Ambos cayeron en sus traseros.
La botella de vidrio de Miguel cayó con estrépito al suelo rompiéndose y el refresco cayó en las hojas.
-¡La canción!-gritó Miguel desesperado.
-I'm terribly sorry-se excusó Penny incandose para recojer.
-Penny-.
-¡Miguel!-.
-Be careful, you can get hurt-. Dijo Miguel tomándola de las manos y alejándolas de los vidrios. (Ten cuidado, puedes lastimarte)
Penny no supo que hacer.
En eso, entró Alejando.
-¡Ay Muchachos!-dijo Alejandro al verlos a ambos sentados sobre sus talones y a un lado un desastre. Solo Miguel pudo entenderlo.
-Lo siento, fue un accidente- dijo Miguel.
-Será mejor que vaya por una escoba- Alejandro desapareció de la escena.
-Debe de haber una manera de arreglar el daño de la canción- dijo Penny.
-Tranquila, le pediré a Lauren otra-.
En ese momento entró la mencionada, la chica de la falda tubo.
-Miguel, vas tarde. De nuevo- dijo Lauren poniendo sus puños en sus caderas.
Penny reprimió una risa.
-Bella, Lauren-comenzó a decir Miguel mientras se arrastraba hacia ella y hacia una de sus encantadoras sonrisas. Ella se asomó a un lado de Penny y vió las hojas hechas chicharrón.
-Déjame adivinar, quieres otra copia de la canción-.
-Quizás- dijo encogiéndose de hombros.
En eso, se escuchó un grito desde el otro lado del pasillo, una señora latina que gritó igualito a la llorona.
-¡Mi piso!-.
Penny se levantó rápidamente y se quedó parada a un lado del músico, no había entendido lo que había querido decir, pero a juzgar por las caras de todos era mejor correr. En eso llegó Alejandro con la escoba y comenzó a excusarse con la señora mientras barría los pedazos de vidrio. Lauren les hizo ademán de que la siguieran y eso hicieron.
Ambos iban callados al estudio, la rubia de la falda tubo pedía otra letra de la canción por teléfono para que se la mandaran al estudio.
Apenas se hubo sentado Penny en una de las esquinas del estudio llegó Alejandro jadeando. Le dirigió rápidamente una mirada de enfado a Miguel y la cambió casi al instante al ver a la rubia.
<<Así que a todos les gusta la rubia>> pensó Penny con desagrado, dirigiendo una mirada fugaz a Miguel y a Alejandro. Recordó a Andersen con algo de enojo.
Cuando terminaron de ensayar Miguel estaba casi afónico pero aún tenía muchas cosas que hacer, como ver cosas de su vestuario, ensayar el video musical, hablar con el personal que lo subiría a internet entre otras cosas.
-Miguel- lo alcanzó Penny -You should get some rest ¡You can't even speak!-. (Miguel, deberías descansar ¡Ni siquiera puedes hablar!).
-Si puedo- dijo este con dificultad. Penny lo miró extrañada. ¿Que acababa de decir?
-Yo creo que Penny tiene razón Miguel- dijo Alejandro tomándolo de los hombros -estás tan cansado que se te olvida que debes de hablar inglés- miró a Penny.
-Es verdad-.
-¿Que te parece si los llevo a comer pizza para divertirnos?- dijo Alejandro ahora mirando a Penny -What do you think?-. (¿Que piensas?).
-Great- dijo ella. (Genial)
Después de negociar con la madre de Penny, Alejandro pudo por fin llevárselos a comer, además la señora ya lo conocía muy bien y le alegraba que su hija saliera a convivir.
-What kind of pizza shall we order?-. (¿Que clase de pizza deberíamos ordenar?)
-¡Mexican!- dijo Miguel emocionado.
Alejandro fingió tos y miró a la niña
-Mexican sounds good-. (Mexicana suena bien). -I've never tried it. (Jamás la he probado.)
-You're gonna love it- dijo Miguel.
-Really?-. (De verdad?)
-Yes, its a mix of meat, pepper and a bit of onions. And you should try it with salsa-. (Si, es una mezcla de carne con pimientos y cebolla).
-Pepper? (Pimienta)
-Yes, I mean, like chili but not exactly chili... like, in the same family. Try it-. (Si, me o sea como chile sin ser exactamente chile, de la misma familia... mejor pruébala).
-Capsicum? (Pimiento morron) dijo Penny entre risas.
Pronto llegó la pizza, y Miguel pidió salsa aparte y nachos, Alejandro lo veía raro, el era vegetariano y jamás comía mucho pero bueno, su sobrino era adolescente.
Pronto Miguel sumergió un nacho en salsa verde e indicó a Penny para que lo imitara. Ella al llevárselo a la boca enrojeció y comenzó a llorar, no era muy fan del chile al parecer. Miguel no conocía esa reacción, todos en su familia soportaban bien el chile. ¿La habría lastimado?
-Penny Are you hurt? Let me help you-. (Penny, ¿estás lastimada? Déjame ayudarte). Alejandro escondía su risa en tos.
-Tío, ¿Porqué llora? ¿Porqué te ríes?-.
Alejandro le pidió al mesero crema y rápidamente le indicó a la chica que se metiera una cucharada a la boca. Eso calmó el ardor de su lengua. Ella respiró y dejó de llorar, aunque lo rojo no se le quitó por un rato.
Miguel estaba muy avergonzado de haberla hecho llorar y no se atrevía a hablar.
Pronto entró en la pizzería un vendedor de flores << no pensé que hubiera de esos aquí>> pero si.
Y Alejandro le hizo señas a su sobrino para que le comprara una a la chica. <<¿Que parte de tengo novia no ha entendido?>> pensó Miguel. Sin embargo Penny era muy linda, como una de esas flores y era muy simpática. A Montse no le molestaría que le regalara una.
-What color señorita?- preguntó Miguel ya más animado.
Penny sonrió. -Yellow please-.
-Amarillo entonces, amarillo para la señorita. - dijo el vendedor entregándosela con un listón negro amarrado y una sonrisa.
Penny ponia atención al lenguaje que no se percató del repentino cambio de temperatura corporal que sufrió.
...
-Quedense aquí en el auto mientras pago el estacionamiento-.
-Thanks... for... the... rose- dijo ella mirando la flor con ojos de borrego y después viendo a Miguel.
El esbozó una sonrisa que dejó ver su tan tierno hoyuelo.
-De nada, señorita- dijo él. Extrañamente entendió.
-Amarillo... para la...- trató de decir ella, repitiendo las palabras del vendedor. Realmente le gustaba ese nuevo leguaje desconocido, había escuchado hablar a sus acompañantes varias veces y le intrigaba mucho.
Miguel Rivera le sonrió y le hizo ademanes para que se acercara, ella lo hizo y el completo la oración en su oído de ella.
-Señorita, Penny. Señorita-.
Ella subió la cabeza y sonrió después la bajó hacía su flor. Miguel la abrazó. Ambos se quedaron dormidos, no era realmente tarde pero estaban ambos muy cansados de la semana.
Alejandro hizo el menor ruido posible para no despertarlos hasta llagar a casa de la castaña.
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