03 || Héctor Rivera

-Oh niño, debes de estar bromeando- dijo Alejandro cuando Miguel le decía que no sabía que usar para la audición. Se agarró el puente de la nariz con desesperación y eso a Miguel se le hizo conocido pero recordó de donde cuando empezó a decir "a ver a ver a ver" y lo señaló con alegría. "Papá Héctor" pensó Miguel, quizás él sabría que hacer en ese momento. -¡Ya lo tengo!, apúrate que iremos al "mall"-.

A Miguel ni siquiera le dió tiempo de que se le secara el cabello después de bañarse ya que el tío luego luego que salió encendió el carro. Salieron a la carretera y Alejandro se enfadaba y decía maldiciones en inglés cuando les tocaba detenerse. Finalmente llegaron a uno, estacionaron el carro y fueron directo a una tienda departamental.

-Prueba con esta- le dijo lanzndole una bella chamarra de cuero que era más pesada incluso que el chamaco -Y está playera de mezclilla está perfecta para ti, por cierto ¿Que talla eres?-.

-14-respondio este entre confuso y desganado ¿Que era toda esta ropa? ¿Se vestiria como hippie? ¿Porqué no simplemente iba de ropa más normal?.

-Bueno, bueno eso. Aquí las tallas son diferentes pero se ve de buen tamaño para tí-.

Miguel apenas podía ver sosteniendo el montón de ropa que le lanzaba su tio, entre pantalones, chaquetas de cuero, gafas de sol y collares.

-No es suficiente, necesitas más, ¡Debes destacar!-.

A la lista se le sumaron un perfume y un brazalete. Y otras prendas más.

...

Finalmente Miguel salió con unos jeans color negro, una playera de mezclilla azul claro de mangas arremangadas, una chaqueta de cuero (no puesta ya que eran las tres de la tarde, pero ya la habían comprado) y unos lentes de sol colgados de la pequeña abertura que tenía su playera cerca del cuello. No hubo problema con los zapatos, obviamente el chico Rivera traía los mejores y no podía faltar el favorito del tío un sombrero que el llamaba "fendora" o sea un pequeño sombrerito beige adornado con una banda marrón, que no se le veía mal, pero extrañaba los suyos de mariachi.

-No entiendo porqué tengo que vestirme asi-.

-Porque, mi sobrino debe de estar a la moda. Así son las cosas aqui, te acostumbrarás tranquilo- dijo queriendo revolverle los cabellos pero no lo hizo ya que arruinaría su look.

"Las cosas aqui son raras y complicadas" pensó Miguel antes de seguir a su tío sonando en cada sensor de seguridad de las tiendas a su paso ya que Alejandro insistía que ya iban tarde y que debía irse cambiado ya y bueno al ser productor de Hollywood y pagar un dinerito más los dejaron ir así. Miguel quería que se lo tragara la tierra aunque consiguió miradas de niñas rubias que murmuraban y de repente le guiñaban los ojos de manera coqueta, a él le agradaba toda la atención pero no podía ponerse a pedir números, tenía novia.

...

A Miguel le temblaban las manos, confiaba en que lo lograria pero no podía evitar sentir nervios por la presentación, agarraba su sombrero con ansiedad mientras el carro avanzaba, incluso pensó en hablarle a Monserrat pero hasta eso le daba nervios.

-Hey, chamaco- sintió que alguien lo llamaba y lo sobresaltó -tranquilo, ¡Lo harás bien!

Miguel se sorprendió al ver quién era ¡No era posible! ¡No era día de muertos! Estaba sin palabras. ¡Era Héctor sentado en el carro a un lado de él! ¿Cómo era eso posible?

Héctor al ver su cara de confusión le explicó que el día de muertos no era el único día en el cual se podía pasar, solo que tenías que pasar en alebrije y pagando un permiso bastante caro, pero cuando Héctor se dió cuenta de que su tataranieto necesitaba ayuda no dudó en vender a escondidas autógrafos de Frida Kahlo para poder pasar.

-Gracias...-

-Miguel- lo interrumpió Alejandro-¿con quien estás hablando?-.

Miguel comenzó a ponerse nervioso ¡No podía decirle que con su familiar muerto! ¡Lo llevaría al psicólogo! O peor, al manicomio...

-Con Marco, un amigo mío. Lo llamé y ahora me da ánimos- dijo esperando que fuera creible. Al parecer si. Héctor solamente reía, al parecer solamente Miguel podía verlo.

Héctor le golpeó el hombro y le dedicó una sonrisa cálida, Miguel lo abrazo esperando que Alejandro no volteara y pensara que se había vuelto loco.

-Llegamos, Miguel- El mencionado tomó rápidamente su guitarra y Alejandro río, le dijo que solamente debía de hacer un dueto con una chica y que no la iba a necesitar, Miguel era un manojo de nervios así que asentía a todo lo que decía, a Alejandro le daba risa su actitud tímida, pero recordó que estaba en una mundo diferente y que él hubiera actuado de la misma manera.

Personas pasaban y pasaban, entre maquillistas, estilistas, ejecutivos, fotografos, actores etc. Y un niño tímido que sujetaba con fuerza su pequeño sombrero beige.

-Aqui espérate- Indicó Alejandro a Miguel cuando entraron a un cuarto con unos espejos al fondo y una silla en la esquina, a la que Héctor rápidamente corrió a sentarse. Miguel lo regañó con el ceño fruncido y Héctor solamente se encogió de hombros. Alejandro salió dejando a Miguel en una crisis nerviosa.

El niño jugaba con su gorro, con sus lentes y con sus mangas constantemente se las acomodaba para que quedaran por encima de los codos, Dante también se había aparecido para distraer a Miguel y que no se sintiera nervioso.

Tan distraído estaba que no escuchó las pisadas por el pasillo, ni el clásico ruido que las personas hacemos para indicar silencio, ni un gruñido perruno relativamente cerca de él.

...

El niño era lindo, todo en él, desde su hoyuelo hasta su voz dulce. Las mejillas se le pusieron coloradas y comenzó a sentir un malestar en el estómago. No lo hizo en ese momento pero se dió cuenta de que no era Andrés ni la malteada de la mañana, era intolerante a la lactosa, era un dolor peculiar y no lo había sentido desde... Hiro.

Dió un respiro hondo y se dispuso a saludarlo.

-Hi- dijo tímidamente y Miguel volteó asustado, podría decirse que se puso pálido. Héctor le dedicó una mirada pícara.

N/a: Ya había dec idido meter a Hiro en la historia pero no sabía cómo, hasta ver, navegando en pinterest, que nuestra protagonista es shipeada con él así que creo que le daré un papel interesante.

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