Capítulo 5.
Mientras la alarma de Zack sonaba, lentamente comenzó a abrir sus ojos. Estaba cansado por la noche anterior y apagó su despertador algo molesto. Miró al lado de su cama king-size y se dio cuenta que su esposa no estaba juntó a él, así cómo el celular de esta se encontraba en la mesita de noche. Esto lo confundió, ya que Holly usualmente se levantaba a las 11:30AM y pasaba todo el día en la cama, comiendo o mirando televisión. También se dio cuenta que la pieza de pastel de la noche anterior ya no se encontraba en el plato que había dejado en la mesa de noche, y de hecho este se encontraba completamente limpio. Esto lo tranquilizo, ya que se notó que su mujer seguía con las actividades de siempre. Estaba levantándose y sobando sus ojos mientras escuchó ruidos que parecían venir de la cocina. Zack sonrío, consciente de que esa era su esposa buscando comida. Se levantó entusiasmado, listo para ver a una mujer que llegaría a la inmovilidad en menos de un año. Rápidamente cambió su ropa y fue a la cocina, preparado para ver lo que una cerda glotona de 170Kg era capaz.
Justo cuando llegó, noto un gordo y grande trasero saliendo de la puerta de la cocina, el cuál parecía estar atascado entre la puerta y la pared, prácticamente atrapándola cada que se acercaba para comer. Su panza no era para nada cubierta por su gigantesco top negro, el cuál estaba sufriendo por contener sus gigantescos senos los cuales se movían de la misma manera que su trasero, aunque con un poco menos de grasa pero igual de gordos. A pesar de que Zack no podía ver el rostro de Holly, podía distinguir sus múltiples papadas, cada una más bella que la otra.
Mientras Zack forcejeaba para arrimarla y poder pasar, escuchaba como esta continuaba comiendo, sin parecer darse cuenta de que alguien más se encontraba en el lugar. Cuando logro rodar su gordo cuerpo, pudo notar que el rostro de su mujer estaba cubierto de chocolate, mientras lentamente comía una rebanada de pastel de chocolate mientras sus gordos dedos sobaban lentamente su gigantesca barriga, causando que esta se moviera cómo una gelatina cada que hacía el más ligero movimiento, embarrandola también de la grasa que sus gordas manos contenían. Esto parecía causarle algo a su estomago, ya que comenzó a pedorrearse de una manera increíble. Pronto, cuando parecía haberse acabado su pastel, lanzó un gigantesco eructo al aire. El crecimiento de su papada era notorio. Mientras lamía el plato, cada pedazo de ese antiguo pastel se convertía en calorías y en nueva parte de su gordura. Volvió a eructar y caminó lentamente hacía un asiento, cada paso era ahora algo que sonaba y su gordura le era ahora algo imposible de ocultar o de tratar de disimular. Aunque no buscaba esto. Cuando terminó su tercer platillo, cansada y con una respiración pesada, tomó más comida, esta vez más dulce y llena de calorías, para pronto continuar. Colocó su platillo en el suelo y comenzó a comer cómo la cerda en la que se había convertido, sin darse cuenta que su esposo le acariciaba la panza para provocarle más eructos y flatulencias. Zack nunca había experimentado algo tan excitante desde que ella había comenzado a subir de peso. Notó que esta ya se había convertido en una cerda gorda, o al menos eso demostraba su inteligencia. Ella estaría así durante nueve meses, alimentándose sin parar y dejando que su excitante y gordo cuerpo creciera cada vez más hasta que se convirtiera en una gigantesca bola de grasa. Le encantaba.
Con tan solo dos meses de su embarazo, Holly ya había triplicado las porciones de comida que usualmente tenía, simplemente quedándose en la cama y bebiendo malteada para aumentar de peso. Su metabolismo también había caído por completo, causándole el tener que deshacerse de más ropa de una manera más constante, obteniendo poco a poco el cuerpo de una masa sin forma. Sus tangas lentamente habían comenzado a desaparecer en su trasera y en sus lonjas, hasta que llegaban a un punto en el que se rompían. Sus gigantescos tops y bras habían también comenzado a romperse, quedando casi siempre embarrados de leche, grasa y chocolate, dejando a Holly desnuda en su cama King Size, la cuál poco a poco le comenzaba a parecer más pequeña. Cada cierto tiempo Zack iba a conseguirle ropa, pero sabía que era inutil, ya que el aumento de peso constante no le permitía tener un vestuario fijo. De la misma manera sabía que a su mujer no le agradaría levantarse un poco para ponerse ropa, y le encantaba verla crecer lentamente cómo la cerda que era. La cama tronaba justo igual que ella producía sonidos al comer, lo que le gustaba, de la misma manera en la que le encantaba que no podía ver nada más debajo de sus senos y su panza. Sus papada ya no le permitía mover mucho la cabeza, y sus gigantezcos senos le impedía poder seguír comiendo, lo que la llevo a sólo tomar malteadas para aumentar de peso, junto a muchos otros liquidos con proteínas, los cuales con cada trago parecían hacerla crecer más y más.
Cuando Zack la llevó a ser revisada por un doctor, para saber cómo se encontraban los bebes dentro de ella, aprovecho para que esta fuera pesada. Sus sospechas fueron confirmadas cuando el doctor le digo que con tan solo dos meses de su embarazo, su mujer ahora pesaba 190Kg, lo que significaba que si quedaban siete meses más ella podría llegar a pesar 300Kg, convirtiéndola en la mujer más gorda de toda la ciudad. Zack le agradeció al doctor y continuo jugando con la barriga de su gigante esposa. Ella sólo se concentraba en su malteada de aumento de peso. A él no le importaba. Sólo quería que su esposa fuera feliz y gorda, y que fuera incapaz de moverse. Sólo pensar en eso le excitaba, y ahora duplicaba la cantidad que le ponía a la malteada de aumento de peso, haciéndola más panzona cada noche. Mientras el caía dormido Holly aún tomaba del embudo. Una sonrisa se marcó en su rostro mientras su último top y su último par de bragas se rompían. Era el nacimiento de una obesa diosa, y ella esperaba que durará para siempre...
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