Capítulo 4.
Habían sido los dos mejores días de la vida de Holly. Para lograr embarazarse, Holly había estado acostada en la cama sin mover ningún dedo, mientras Zack se encargaba de todo. Cómo parte del trato Zack había llevado un embudo con 10l de malteada para aumento de peso. Era tan cremoso y deliciosos que Holly había soportado las 48hrs alimentadose sólo de eso, sin darse cuenta de que su cuerpo poco a poco se expandía. De hecho había bebído tanto que Zack tuvo que comprar 20l más, ya que estos serían necesarios para cuando esta estuviera embarazada. También ninguno de los dos se había dado cuenta que el aumento de peso estaba poco a poco rasgando las ropas de Holly, quien simplemente ignoraba esto y continuaba alimentándose. Sus senos ya sobresalían de un destrozado bra, mientras que sus pantalones poco a poco se notaban más apretados, por lo que Zack tuvo que retirarlos de ella. Su papada ya había crecido bastante, y Holly de hecho lo notaba cada día, pero supuso esto era parte de la vida de una persona que pesaba 150kg. Ahora estaba tan gorda que el ver sus pies era ya un recordatorio del pasado.
Después de pasar esos dos días viviendo el placer, Zack la convenció de ir al hospital, para de esta forma verificar si había funcionado este método de embarazo. Ella se había negado a tomar una prueba, ya que esto significaba levantarse y tener que dejar de comer, por lo que fue al hospital con el embudo lleno de malteada para aumento de peso. El doctor encontró algo difícil el examinarla, ya que la grasa le impedía ver muchas cosas, pero de alguna forma lo logro y les dijo; "Se que esto es una revisión extraña... pero pues supongo que me alegro de decirles que esperan a un par de gemelos". Zack saltó de alegría y abrazó la gigantesca panza de su obesa mujer. Mientras los dos dejaban el hospital, una Holly abandonaba la dignidad que alguna vez creyó tener con su antiguo cuerpo. Se dió cuenta que su ropa ya comenzaba a sentirse algo apretada. "Es imposible que haya ganado peso mientras el doctor me decía que estaba embarazada", pensó para sí, sin en realidad darse cuenta que el embarazo ya había comenzado a cambiarle el cuerpo.
Holly se hizo cargo de seguir pasando tiempo con su hijo Ben mientras no estaba ocupada tratando de volverse más gorda. Mientras tanto, Zack estaba consciente que sólo quedaban un par de semanas para que Holly perdiera por completo su rumbo durante nueve meses enteros, por lo que decidió aprovecharlo. Todas las noches durante esas dos semanas, la madre de Zack cuidó de Ben, mientras estos exploraban las maravillas del feederism en algún buffet o restaurante cercano a ellos. Casí todo el tiempo Holly comenzaba con las salchichas y la carne, para devorarlas rápido y lanzar una serie incalculable de eructos. En esos días Holly comenzó a notar que su inteligencia comenzaba a decaer, ya que comenzaba a dejar de importarle el eructar o el pedorrearse en la mesa. Del mismo modo ya no se comunicaba con nadie, y su lenguaje se había convertido en asentir la cabeza o ignorar a la gente, esto porque la comida era el centro de su existencia.
La última noche ella ignoró por completo a Zack, y se centró sólo en las hamburguesas que estaban frente a ella, haciéndole caso a Zack sólo cuando le pedía comida. A pesar de eso Zack aún la amaba, y no le importaba que la gente los mirará cada que ella hacía alguna de sus "asquerosidades de gorda". Estaba orgulloso de mostrarle al mundo lo hermosa y grande que era su mujer. Esa noche ambos se acostarón en la cama, y mientras Zack contaba los minutos para el momento en el que estaba seguro ella cambiaría por completo, la observó acostada en la cama. Esa gigantesca y lonjuda silueta frente a él le observaba, y mientras le alimentaba con un pastel de chocolate y le frotaba la panza, le dijo; "No te preocupes de nada, yo cuidaré de ti y de Ben durante estos nueve meses. Me haré cargo de que ustedes siempre tengan la comida suficiente". Holly sonrío, y al finalizar su bocado le contestó a Zack; "No estoy preocupada. Sólo quiero crecer y crecer hasta que sólo tú puedas hacerte cargo de mí... ¿Estás de acuerdo?". Zack asintió y le dio un beso a su mujer, a lo que ella le respondió pidiéndole más comida.
Zack se levantó de la cama para ir por más comida, mientras observó cómo su gorda mujer se acomodaba en la cama y jugaba con sus lonjas y su panza. Se veía más feliz que nunca. Mientras sentía cómo el cuerpo de cerdo que tenía le satisfacía más y más, cayó dormida. Cuando Zack regresó, vio a su gorda esposa descansando con una sonrisa en el rostro. Era una mujer que ya rayaba los 170kg. Puso el pastel al lado de la cama, y mientras abrazaba a su mujer pensaba para sí; "¿Que tan gorda llegará a estar?".
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