20.- Holly, el Pokemon Libre (3/4)
Lia miraba a la Gengar desde arriba del lomo del siniestro dragón.
—¡Hydreigon, acaba a este pokemon malvado! ¡No permitas que se acerque a Holly nunca más!
Hydreigon preparó un Pulso dragón, cargándolo por un momento más largo que lo normal para asegurarse que tuviera toda la potencia que podía.
—¡Mira lo que le hago a tu novia, Holly!— exclamó en su mente.
En ese momento liberó el más potente rayo azul de su vida, a menos de tres metros de Priscilla. El ataque desintegró la roca alrededor y mandó los escombros cercanos a volar con su pura potencia. Tenía tanta energía que su brillo encegueció a Lia por momentos y el ruido le tapó los oídos. El rayo fue un potente movimiento, pero solo duró unos segundos. Al terminar, la energía se disipó. Entonces se quedaron mirando a la Gengar para confirmar su muerte. Sin embargo, a ella no le había pasado nada.
—¡¿Qué?!— saltaron Lia y Hydreigon.
Frente a una confundida Priscilla, Holly se hallaba de pie, con los brazos abiertos de par en par para protegerla. El Pulso dragón se había desvanecido al acercarse a su piel de hada y había desaparecido sin tocarle un pelo a Priscilla.
—¡Maldito Kirlia! ¡Te aplastaré esa cabezota!— rugió Hydreigon.
Priscilla comenzó a levantarse, algo débil, pero lista para continuar peleando.
—Holly...
—¡Pris, acabaremos con esto!— aseguró sin mirarla— ¡Nos desharemos de estos sujetos y viviremos juntos! ¡Porque te amo!
La Gengar se sonrojó. Las palabras motivadas de Holly fueron todo lo que necesitó para ponerse de pie.
—Lo sé, amor— le espetó.
—¡No, no, no! ¡Tú me amas a mí!— protestó Lia— ¡Holly, deja de mentir!
—¡Prepárate!— exclamó el Kirlia.
Echó a correr hacia Hydreigon. Este le lanzó sus garras-fauces para morderlo, pero entonces Holly desapareció de su vista y reapareció sobre él, justo frente a Lia.
—¡Ah! ¡Holly!
La chica intentó atraparlo con sus brazos, pero entonces el Kirlia se concentró en su sistema nervioso central y le mandó un potente choque Psíquico, tan fuerte que su espalda se contrajo y se arqueó al límite. Luego perdió el control de su cuerpo unos segundos. Cayó como una muñeca de trapo hacia el suelo, con un severo sangrado de nariz.
—¡¿Pero qué?!— exclamó Hydreigon, antes de recibir una Bola sombra de parte de Priscilla.
—¡Por aquí, grandulón feo!— exclamó la Gengar.
Hydreigon se abalanzó sobre ella, pero en ese momento Holly se pegó al cuello de su cabeza del medio y acercó sus labios a su pelaje negro. Inmediatamente le dio un Beso drenaje, que restó energías de Hydreigon para entregárselas a Holly.
El dragón podía estar una inmensidad de niveles sobre ellos, pero los ataques tipo hada eran cuatro veces tan efectivos contra él que un ataque normal.
—¡Maldito infeliz!— rugieron sus tres cabezas, con distintas voces.
Intentó sacudírselo y alcanzarlo con sus garras y cola, pero no llegaba. Holly se sujetaba con toda la fuerza que le quedaba. Más encima Priscilla lo distraía con Bolas y Puños sombra. De esa manera, Holly consiguió darle varios Besos drenaje. Parecía que lo tenían acorralado, hasta que, luego de un ataque, Holly se estremeció.
Se soltó sin querer de las plumas de Hydreigon y cayó al suelo como Lia. Los espasmos eran tan intensos que ignoró por completo el impacto de la caída. Su cuerpo comenzó a brillar intensamente, no había nada que pudiera hacer para evitarlo.
—¡Holly!— exclamó Priscilla, preocupada, pero entonces Hydreigon se le acercó, amenazante.
—¡Tú eres la más fuerte!— la reconoció— ¡Te acabaré a ti primero, luego me tomaré mi tiempo con esa sabandija!
Priscilla intentó huir sumergida por el piso, pero Hydreigon golpeó la roca con tanta fuerza que la rompió, obligándola a salir. Entonces la tomó entre sus garras, y con sus tres bocas la mordió brutalmente. Priscilla gritó, hasta que Hydreigon la soltó azotándola contra el suelo.
Priscilla rebotó por el golpe, luego cayó, casi debilitada. Aún se podía mover, pero estaba agotada. No podía aguantar mucho contra ese terrible Hydreigon. Derrotada, lo miró hacia arriba.
—Maldito...— gruñó.
—¡Prepárate para morir!— exclamó Hydreigon.
Se acercó a ella, esta vez no se tomó más tiempo. Simplemente disparó un Pulso dragón, listo para matarla.
Sin embargo, al momento de hacerlo, una mano verde se le acercó desde adentro del área del rayo, se posó sobre su boca principal y se la cerró. Hydreigon advirtió a un tipo de pokemon que pocas veces había visto: era un ser de forma humanoide, de pelo y torso verdes, con piernas y vestido blancos, y un cuerno rojo intenso que le salía del pecho.
Era un Gardevoir.
Era Holly, el Gardevoir macho.
—¡No puede...— exclamó Hydreigon.
Pero entonces Holly lo calló con un beso en los labios. Hydreigon se retiró, anonadado, mientras Holly sonreía con picardía.
—¡Oye!— alegó.
Le tomó unos segundos asimilar lo que había pasado, momentos que Holly aprovechó para tomar a Priscilla y desaparecer junto a ella. Hydreigon se quedó solo por momentos. Miró por todos lados, pero no los encontró desde ahí.
—/—/—/—/—/—
Holly y Priscilla reaparecieron detrás de una de las pocas paredes del templo que se mantenían en pie. Holly llevó una mano a la boca de Priscilla para asegurar que no hiciera ningún ruido que alertara a Hydreigon. Luego se miraron, Priscilla asintió, Holly le soltó la boca.
Priscilla se lo quedó mirando, desconcertada. Seguidamente agachó la mirada, triste.
—Holly... lo siento— susurró.
El Gardevoir apretó los labios, sin saber bien qué sentir. Tenía tanto motivos para estar triste como para estar feliz. Al final se decidió por uno.
—Te tengo a ti, eso es lo que importa— le indicó— ahora centrémonos en derrotar a ese abusón.
Priscilla miró a los bordes de la pared, como si Hydreigon pudiera aparecer en cualquier momento por ahí, listo para morderlos. Aún le dolían las heridas que le había provocado con los dientes.
—¿Pero cómo lo haremos? Aunque hayas evolucionado, él sigue siendo muy fuerte.
Holly asintió. Su Beso drenaje era la mejor carta que tenía contra Hydreigon, con cuatro veces el daño de un ataque normal, pero ni eso parecía suficiente para derrotarlo en un frente a frente, al menos no antes que Hydreigon lo hiciera papilla.
Recordó rápidamente los movimientos de todos; él mismo tenía Beso drenaje, Hoja mágica, Psíquico y Teletransporte, el último con pocos usos restantes. Hydreigon podía usar Pulso dragón y Cometa draco, los cuales había mostrado durante la batalla, además de Vozarrón. Quizás otro más, pero para ese momento ya debería haberlo usado, si le fuese útil en esa pelea. Priscilla tenía Lengüetazo, Bola sombra, Puño sombra e Hipnosis.
Holly se la quedó mirando. Comenzaba a formarse un plan, pero tendrían que reunir condiciones muy específicas, y aunque tuvieran éxito, no sabría si con eso conseguirían derrotar a Hydreigon. De todas maneras no tenían nada más, tenían que intentarlo.
—¿Qué sucede?— inquirió Priscilla.
—Puedes sumergirte como sombra en cualquier superficie ¿No?
—Bueno, no "cualquier" superficie, depende de dónde sea... ¿Por qué?
Holly sonrió levemente. Como Kirlia se veía infantil, pero con su cuerpo completamente desarrollado, había ganado un aire más misterioso y autoritario. Ya no había nada que lo frenara, ya no se trataba de que tuviera un gran potencial, sino que su mente se había desarrollado hasta el límite.
—Tengo un plan.
Se lo explicó cuidadosamente.
—¿Crees que puedes hacerlo?— preguntó al final.
La Gengar parecía dudar.
—Nunca lo he intentado.
—¿En serio?
—Es tan raro... pero es un buen plan. Nunca sabrá lo que le dio ¿Pero cómo lo engañaremos?
Holly abrió la boca, pero en eso el rugido del dragón resonó por toda el área. Su cuerpo grandote salió volando por el cielo, cubriéndolos con su sombra por un instante.
—¡Corre!— exclamó Holly.
Priscilla echó a flotar tras el Gardevoir. Tuvo el impulso de tomarlo en brazos y ponerlo sobre su lomo, como había hecho tantas veces, pero este mismo despegó los pies del suelo y comenzó a flotar junto a ella. No podía elevarse, pero ya no la necesitaba para desplazarse. Más que antes, Priscilla se dio cuenta que Holly había crecido.
—¡Ahí están!— exclamó Hydreigon, desde el cielo.
—¡Rápido, nos va a alcanzar!— exclamó Holly.
Priscilla miró hacia el cielo, desde donde el dragón se acercaba peligrosamente. Le mandó una Bola sombra, que él esquivó con facilidad. Luego, Priscilla se refugió entre las sombras de los escombros alrededor. Holly disparó una ráfaga de Hojas mágicas, pero estas no le hicieron ni cosquillas. Al ver que se aproximaba, Holly miró alrededor, desesperado. Intentó darse la vuelta y echar a correr, pero se tropezó con uno de los escombros y cayó de bruces. Entonces Hydreigon aterrizó sobre él y posó una pata sobre sus costillas para impedirle huir.
—¡Hasta aquí llegaste, Kirlia!— exclamó.
—¡Ya evolucioné, cara de gárgola! ¡Ahora soy un Gardevoir!
—¡Como sea!
Hydreigon inhaló un montón de aire, preparando un Vozarrón. Pero antes de poder atacarlo, una Bola sombra lo interrumpió y lo hizo exhalar sin hacer ruido. Sorprendido, se giró hacia el origen del ataque, donde encontró a una Gengar sonriéndole traviesamente.
—¡Maldita...
Pero antes que el dragón pudiera terminar, Priscilla se hundió en la sombra para desaparecer. Hydreigon prefirió no ir a perseguirla, pues eso habría liberado a Holly. Algo extrañado, se giró hacia él, quien también sonreía con malicia.
—¿Qué te pasa? Ya perdiste— alegó Hydreigon.
El dragón inhaló otra vez para darle con un Vozarrón, pero nuevamente fue interrumpido por una Bola sombra, proveniente de otra dirección. Miró de nuevo, pero Priscilla ya se escondía entre las sombras.
—¡¿Qué es esto?!— alegó —¡¿Vas a pelear o vas a esconderte?! ¡Decídete, Gengar cobarde!
—No la provocarás tan fácilmente— le indicó Holly, demasiado seguro para alguien que había sido atrapado— interrumpirá todos tus ataques y te impedirá usar tu Vozarrón cada vez. Sabía que usarías ese movimiento contra mí, porque es el único que me afecta. Los otros dos son de tipo dragón, y el último ni siquiera es un movimiento que cause daño ¿Me equivoco?
Hydreigon hizo una mueca de sorpresa y desagrado.
—Maldita sabandija rastrera ¿No piensas defenderte? ¿Tu concepto de victoria es enojar a tu enemigo?
—Mi victoria es sobrevivir lo más posible. Pris te impedirá atacarme. Mientras estemos aquí, cerca del suelo, podrá moverse libremente e interrumpirte todo lo que quiera.
Hydreigon gruñó. Luego miró en todas direcciones, buscando a la Gengar. Finalmente se fijó en Holly, cuyos ojos se desviaron un momento hacia un punto sobre sus cabezas. Pero entonces descubrió que el dragón lo estaba mirando. Al notarlo se puso nervioso. Hydreigon siguió la línea de su mirada hacia arriba, donde se encontró a la Gengar, flotando junto a un pilar, lista para mandarle otra Bola sombra en cuanto Hydreigon tomara aire suficiente para un Vozarrón.
Tras darse cuenta de esto, sonrió, victorioso. Volvió su vista hacia Holly.
—Crees que me voy a rendir ¿O no? ¿Esa es tu estrategia? ¿Interrumpirme hasta que me aburra y me vaya? ¡No sabes nada sobre peleas, estúpido Gardevoir! Tu ama solo te quiere de vuelta porque eres algo que le gusta abrazar, un juguete, no un compañero leal como yo ¿Crees que me has derrotado? ¡Veamos si tu amiga puede interrumpir esto!
Volvió a mirar al pilar, pero Priscilla ya no se encontraba ahí. No veía a la Gengar por ningún lado, pero ya no importaba. Rápidamente se elevó y echó a volar a toda velocidad hacia el cielo, casi directamente hacia arriba. El viento golpeó a Holly en la cara con fuerza. Se elevaron tanto que pronto las ruinas pasaron a verse pequeñas. Contemplaron la ladera que los había llevado hasta ahí, el valle por debajo, la ciudad y el mar a lo lejos. El viento corría vertiginoso a esa altura.
—¡¿Pensaste en este detalle, Holly?!— se burló Hydreigon— ¡La gravedad no tiene inmunidades! ¡A menos que puedas volar, solo te espera una muerte dolorosa! ¡Ahora vamos!
—¡No, Hydreigon, espera!— exclamó Holly.
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