Cap. 29 - Bailemos con Sangre
RECORDARLES QUIERO, QUE LAS CANCIONES SON PARA REPRODUCIR DE FONDO MIENTRAS SIGUEN CON LA LECTURA.
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—Terminemos con esto... Mátenlos.
El comando de Nosk resonó en las oscuras cavernas. Sus palabras gélidas no mostraban interés alguno antes esos dos que, a sus ojos, no merecían su tiempo. La princesa Hachi no era Hornet. No era la gran guerrera que su hermana podría llegar a ser.
Decenas de tejedoras encapuchas salieron de las sombras, y se lanzaron sobre la Khan y ese insecto de Sendero Verde. Tenía muchas esperanzas de él, pero cuando se topó con él en los pasillos del Salón de Guerra, y vió esos ojos muertos carentes de emociones, perdió total interés.
Ahora, al menos dos docenas de agujas caían desde los cielos hacia Hachi y Ghost, quienes no portaban ni su aguja ni la katana de su padre. Solo esas pequeñas dagas ocultas del fantasma, las cuales no serían capaces de superar a tal abrumadora fuerza de enemigos. Nosk los vió con total carencia de interés, y se dió vuelta para dirigirse a su verdadero objetivo. A quién si podría darle una pelea de verdad.
https://youtu.be/32pXlTxrX-U
Un estruendo sacudió las ahora catacumbas de Nido Profundo, decorados macabramente con los gritos de decenas de voces que daban su último aliento, mientras el peculiar sonido de los caparazones siendo partidos en pedazos por una arma cortante se precipitaban sobre el suelo como el granizo más gélido.
Nosk... se detuvo en seco nate tal sonido. Atónico, incapaz de creer lo que había escuchado... Esos no era los sonidos que estaba esperando.
El enorme insecto se dió la vuelta lentamente, solo para mirar con asombro lo que tal escenario les rebelaba. A su mente... imposible. Aquel insecto de Sendero Verde... Aquel cuyo interés desapareció por completo tras su primer encuentro, estaba en una posición agachada, levantándose lentamente mientras el viento sacudía su negra capa, llevando consigo las pequeñas gotas de sangre que escurrían de sus dagas. Antes patéticas a la vista de gran general de Nido Profundo.
A su alrededor, dies... No... Quince... Dieciocho cuerpos hechos pedazos carentes de vidas, cercenados como si hubiesen sido cortados por la filosa hojas del verdugo. El rostro de Hachi, de shock y miedo era un espeluznante complemento a la escena, mientras veía con ojos temerosos y respiración frenética a aquel al que antes Nosk había considerado su compañero.
El guerrero de Sendero Verde finalmente se pudo se pie en su totalidad, y su mirada vacía se posó sobre Nosk como si su razón de vivir se hubiese convertido en acabar con su vida. Y esa mirada, antes insípida y desabría, ahora desbordaba rabia y odio... Nosk... Solo pudo sentir su sangre hervir por eso, mientras una sínica sonrisa aparecía involuntariamente sobre su rostro.
—S-Si... A eso me... refería....
Las palabras de Nosk parecían estas envueltas en delirio y su propia sed de sangre, mientras su cuerpo finalmente se giraban en su totalidad para encarar a fantasma. Su figura se impuso, sus manos apretaron su guadaña al frente, quién con un simple movimiento circular partió el aire frente a él, lazando ráfagas de viento que sacudieron hasta los propios cimientos de los edificios que tenía justo al lado. Este insecto, estaba a un nivel muy superior a lo que Ghost se hubiese enfrentado jamás... Y lo sabía.
El fantasma, por primera vez en su vida, alzó su mano de abajo de su capa, y removió el broche que tenía la prenda unida a su cuerpo. Tela, que alzó vuelo arrastras por el viento de calamidad hacia donde su caprichoso andar lo empujase. Revelando, por primera vez a ojos de los presentes, qué ocultaba el fantasma bajo esa túnica.
Un caparazón latente, tonificado y con el aspecto de querer reventar ante los músculos que lo presionaban. Uno que, mostraba con orgullo las cientos de cicatrices que su vida les había dejado.
Hachi, a sus espalda, viendo en shoch la enorme cicatriz que comenzaba por su hombro hasta el medio de su espalda. Nosk, viendo la misma cicatrix sobre su pecho, la cual se detenía en medio de su epigastrio. Un ser vivo no debería estar vivo después de haber sufrido un daño de ese tipo.
A diferencia de Nosk, cuyo pesado cuerpo era sujetado por la mayoría de sus piernas, y solo dos extremidades blandía su mortal guadaña, Ghost mostraba sus cuatro brazos abiertos, con dagas ocultas en cada mano, semejando a la perfección la pose del Hombre de Vitruvio, mientras su pecho se inflaba ante la colosal cantidad de aire que sus fosas nasales reclamaban. Solo para ser expulsados por su boca en un sonido pesado y casi gutural.
—Ja, ja, ja... ¡Espero no me decepciones!
La voz de Nosk sacó a varios de los presentes de su transe, Hachi incluida, cuando sintieron la tierra temblar ante las pisadas de colosal ser, cuya titánica guadaña se alzaba por encima de su cabeza, dispuesta a partir en dos a ese bastardo que tuvo la osadía de desafiar al mayor general de Nido Profundo.
Hachi, ahora capaz de controlar el miedo momentáneo que sintió cuando vió al insecto que amaba masacrar a sus enemigos, intentó gritarle. Decirle que no se enfrentase a Nosk. Que huyese, incluso si eso significaba dejarla atrás. Después de todo, era a ella a quien querían. Intentó gritarlo, pero ninguna palabra escapaba de su boca ante la conmoción... y Nosk... Ya estaba a escasos pasos de Ghost, con la mortal guadaña comenzando su recorrido hacia su objetivo. Nadie... jamás.... había sido capaz de detener la guadaña de Nosk... Y la princesa de Nido Profundo, incapaz de advertírselo, solo pudo ver desde unos poco pasos, como a al que amaba perdería la vida frente a sus ojos.
https://youtu.be/Paq0EjXAX2k
O tal vez no...
Ghost no tembló ante la parca, y sus cuatro extremidades al unísono se lanzaron sobre el arma de su oponente, quien, tan sorprendido como la tejedora blanca y el resto de traidoras, vieron con asombro como la guadaña imparable había sido interceptada y efectivamente detenida en su trayectoria, aún cuando su mortal filo curvo rosaba peligrosamente el rostro del fantasma, amenazando con extirparle un ojo ante el menor error.
Sin embargo, este fotograma de apenas una milésima de segundo que todos pudieron ver, fue dejado atrás en la infinita línea del tiempo, antes que Ghost se hiciera a un lado. Su integridad aún no estaba a salvo, aún cuando fue capaz de frenar lo imparable. Sus manos bailaron con sutileza, y dirigieron el arma de su oponente hacia el duro suelo de piedra, mientras sus dagas libres vieron la oportunidad de atacar al arácnido.
Sin embargo, Nosk poseía unos reflejos imposible, y su fuerza desenterró su arma del suelo, obligando a retroceder a Ghost, antes que la parte posterior del mango de metal lo golpease. Un movimiento, que dejó el espacio suficiente entre él y su oponente, para replantearse la forma de conducir este combate.
Mas, cuando Ghost adquiría una postura de combate, listo para el duelo a muerte, Nosk parecía no moverse, con un rostro lleno de asombro. Alsó su mano, y pasó suavemente la punta de sus garras por su máscara, la cual ahora tenía una fisura que recorría su pómulo izquierdo. Pero en vez de sentirse iracundo por esto... su risa psicópata solo hizo más que aumentar de satisfacción.
—Si... ¡Sí!... ¡Llevaba años esperando por esto! —Ahora, su maniática expresión se tornaba en dirección a Ghost. —Espero no me decepciones.
A espaldas del fantasma, Hachi solo podía ver como los dos guerreros se lanzaban el uno contra el otro, en un tornado de ataques y giros que arrasaban con todo a su pesado. Partiendo el viento como si golpes a la propia realidad se tratara... Sin embargo, ella no podía quedarse mirando tal muestra de salvajismo marcial, cuando uno pasos a sus espaldas le recordó lo precaria de su situación.
Hachi se dió la vuela, no sin antes tomar dos de las agujas de las tejedoras masacradas entre sus manos, encarando a las treinta o más tejedoras encapuchadas que cada vez se acercaban más. Rodeándola en una formación semicircular. No podía contar con Ghost, pues él no sería capaz de ayudarlo en esta situación. Estaba por su cuenta.
Solo esperaba que, la herida de su abdomen estuviese lo suficientemente curada para mantener el ritmo.
Sin embargo, en los niveles superiores de nido profundo.
https://youtu.be/5yw-NtkdbRE
—¡MATAAAAAAAAR!
Una voz estridente y gutural sacudí el espacio donde Hornet y Sun Ce batallaban para sobrepasar a sus emboscadores. Tanto el general de Sendero Verde como la Khan de Nido Profundo alzaron la mirada, solo para ver a una colosal criatura caer desde las alturas.
—¡Cuidado!
Ambos saltaron en sentidos opuestos ante el grito del escarabajo, cayendo en lados opuestos mientras esa cosa caía justo al medio, sacudiendo los propios cimientos de las cavernas, y levantando una gran cantidad de polvo y suciedad.
Ni Hornet ni Sun Ce perdieron el tiempo, ya ambos se pusieron de pie de inmediato ante el evidente peligro, viendo como de entre el polvo se alzaba el colosal insecto. Uno, el doble de alto que la tejedora, y mucho más imponente que el general.
Hornet apretó una vez más su puño y dientes ante la impotencia, mientras veía como los contratiempos no hacía más que acumularse en este bien planificada tetra de sus enemigos. Su mirada al frente, ahora veía con rabia al colosal guerrero y su mortal guadaña. Uno que, con ojos rojos y erráticos, miró en su dirección.
Horet pudo sentir la fuerza emanar se ese sujeto. No era alguien al que quisiera subestimar, y sus movimientos lentos y pesados contradecían la brutalidad con la que saltó sobre ellos apenas un segundo atrás. Como si fuese un resorte comprimido... Listo para desatar todo su poder. Sin embargo, grande fue la sorpresa de la tejedora cuando tal ser, simplemente le dió la espalda, encarando a su verdadero objetivo.
Sun Ce, ignorante de la situación de la tejedora roja, no pudo hacer más que ponerse en guardia cuando sintió esos pesados ojos carente de razaciones apuntando sobre él. El por qué era motivo de su furia y no su compañera era todo un misterio, pero un misterio que no tenía tiempo para resolver, cuando vió como ese colosal insecto se lanzó hacia él con una furia y velocidad que antes creería imposible no ser capaz de verlo con sus propios ojos.
—¡MATAAAAAR!
Exclamó el colosal insecto, mientras se lanzaba con una furia desenfrenada sobre su objetivo. Sun Ce esperó el ataque, y su espada extensible se sacudió violentamente al sentir la fuerza del colosal guerrero envuelto por la más desenfrenada cólera. Un golpe tan brutal, que hizo que el mayor de los Sun saliera volando varios metros hasta estrellarse contra las paredes de la cámara subterránea.
Sun Ce sintió cada fibra de su ser siendo comprimidas ante el impacto, pero era lo suficientemente resistente para no desfallecer ante el golpe, aún cuando sus extremidades temblaban ante el abrumador dolor que ahora sentía. Sabiendo que... si intentaba volver a detener otro de esos ataques, probablemente perdería su espada y su vida propia.
—¡Sun Ce-dono!
Hornet gritó ante tal brutalidad, momento justo cuando Sun Ce impactaba con las paredes de la cámara soterrada. No tardó en actuar y tratar de ayudarlo, pero el destello de una cuchilla afila la hace girar a un lado, obligándola a alzar su aguja para detener el veloz ataque de una sombra que salió de quien sabe donde. Un ataque tan veloz, que no permitió a la tejedora de rojo adquirir una posición de equilibrio, antes que el impulso la obligase a retroceder y rodar sobre el suelo varios pasos en dirección contraria.
Esto no sería algo que la dejase en el suelo, y se puso de pie solo con un par de raspones menores, mientras miraba con enojo a quien la había atacado sin previo aviso. Un insecto. Fémina al parecer, con una grieta ramificada sobre la cuenca izquierda de su máscara, portando en su mano un arma proveniente de tierras fueras del reino.
Un khopesh de hoja de semiluna, ideal para romper defensas y provocar cortes precisos desangrando a sus enemigos. Y aunque Hornet no lo supiera, la aparente mente maestra detrás de todo esto.
—No iras a ningún lado... Princesita.
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