Capítulo 11: Me da miedo todo lo que soy
{Nickolas Lannon}
Ya casi era media noche y aún no había podido pegar ojo, mi mente estaba hecha un caos. Desde que fundamos Hollan muy sueño se despidió de mí, me volví esclavo fiel del insomnio y tal cosa era tan desesperante que me hacía sentir demente.
Con el tiempo logré encontrar algunas formas de calmar mi insomnio, podía entrenar con Evelyn hasta que el cansancio me hiciera querer dormir, o ver películas con Crystal hasta quedarme dormido en sus piernas. Con el tiempo Crys creó una píldora para mí, podía tomarla y dormirme en cuestiones de segundos sin sufrir ningún síntoma por ella luego.
Ev también me comentó que beber la ayudaba a ella a dormir así que algunas noches lo intenté, pero no me funcionó. Las noches en las que más mal estaba Ev me llevaba de misión y al volver estaba tan agotado que dormía como un bebé.
Y el consejo de Kate fue follar, al parecer eso la ayudaba a ella.
Pero ahora Ev tenía una familia, ya no podía entrenar conmigo o llevarme de misiones que ella misma inventaba para distraerme.
Crystal estaba distante conmigo así que no tendría compañera de películas y hace semanas se me acabaron las píldoras.
Y Kate tiene una especie de crush con un cura por lo que ya no quiere ir a bares conmigo. Adiós opción de tener sexo.
—Te vas a enfermar, rubio.
Di un salto en mi lugar sorprendido. Una manta cubrió mi cuerpo y pude sentir el aliento caliente de Aleck en mi nuca.
—¿Qué haces afuera tan tarde? Pronto será media noche —se acomodó a mi lado mirando hacia el cielo nocturno.
—No puedo dormir.
—¿Insomnio? —asentí suspirando—¿Qué pasa por tu mente, Lannon?
—Esa chica... la bailarina.
—¿La pelirroja sexy? ¿Qué con ella?
—Me engañó. Estaba con Dashi Alden, todo fue un maldito plan, ahora tienen mi teléfono y ¿Quién sabe que hagan con esa información? Ahora todos tienen que estar alerta por mi culpa.
—No te tortures tanto Nick, pudo pasarnos a cualquiera.
—No, Aleck. Fue directo hacia mí ¿Sabes por qué? Porque soy el más estúpido. Kate es muy lista, se hubiera dado cuenta enseguida. Evelyn desconfía hasta de su sombra y Crys no se va con nadie.
—Nick...
—¡No! El único estúpido que solo piensa en ponerla en cualquier agujero soy yo, vivo siempre metido en líos por eso y le causo problemas a las chicas.
El azabache me atrajo hacia su pecho y me abrazó acariciando mi espalda mientras yo comenzaba a llorar a mares.
—Nunca he podido sentir nada más allá de lo sexual, solo lo hago por mera costumbre, para saciar las necesidades humanas. Algo está roto dentro de mí y duele no poder sentir nada más. Me da miedo todo lo que soy y odio todo lo que soy.
—Nick, estás sufriendo, eso también es una emoción —acarició mi cabello y mis mejillas—. Solo necesitas la persona y el momento apropiado para abrir tu corazón y comenzar a sentir cosas lindas.
—¿Tú alguna vez lo has sentido? —el azabache negó sonriendo mientras miraba directamente a mis ojos.
—Sigo esperando a mi persona y momento indicado.
Secó mis lágrimas y acomodó mi cabello.
—Necesitas descansar, rubio.
—No puedo dormirme...
—¿Qué quieres hacer?
—¿Podemos ir de fiesta? Suele ayudarme —el chico rio asintiendo y tomó mi mano, las llaves del auto y salimos de casa. Por suerte andábamos vestidos de forma decente.
Nos colocamos los zapatos en la puerta y luego de cerrar bien nos montamos en el auto y partimos rumbo a alguna disco.
(...)
Desde que llegamos no había parado de bailar, justo ahora me encontraba entre todas las personas moviendo mi cuerpo de formas sensuales ganándome varias miradas. Eché mi cabeza hacia atrás sonriendo mientras alborotaba mi masa de cabellos rubios.
En mi mano derecha sostenía un vaso de cristal con lo que quedaba de Whisky, bebí mi trago y miré hacia la barra encontrándome enseguida con el de cabellos negros observándome fijamente mientras llevaba el vaso de ginebra a su boca bebiendo de este de forma lenta y sensual mientras sus ojos no se apartaban de mí.
Sus ojos oscuros y profundos como el cielo nocturno parecían estar conectados a mis ojos color azul intenso, su mirada recorría cada parte de mí mientras movía mis caderas de forma sensual de lado a lado, mi mano recorrió mi cuerpo de forma provocativa y lo observé relamer sus labios, se recargó hacia atrás apoyando sus codos en la barra.
Sus músculos se tensaron, sus brazos cubiertos de tatuajes me tentaban a besarlos y lamerlo, el pulóver negro se le apretaba de forma deliciosa en sus fuertes brazos, el cabello oscuro caía frente a sus ojos dándole un toque aún más sexy, el pantalón de mezclilla con roturas en las rodillas se apretaba a sus muslos y marcaba aquella parte de él que ya había tenido dentro de mí.
El mundo parecía desaparecer cuando nuestros ojos conectaban, me encontraba bailando solo para él sin ningún tipo de vergüenza.
Terminé de beber mi trago y caminé hacia él dejando el vaso en la barra, tomé su mentón y lo hice mirarme a los ojos mientras sonreía coqueto.
—Bailemos —susurré casi contra sus labios, asintió poniéndose de pie luego de dejar su bebida en la barra y me siguió hasta la pista donde comenzamos a mover nuestros cuerpos a una distancia prudente.
Todo el tiempo nos estuvimos mirando a los ojos, era todo lo que importaba en este momento, quise crear un bucle y quedarme por siempre justo allí, siendo lo más parecido a alguien "normal", bailando con Aleck, mirándonos a los ojos y hablando sin necesidad de usar palabras.
Fuimos interrumpidos por dos chicas, una de cabello teñido entre blanco y morado claro y la otra de cabello negro con un corte raro y flequillo desordenado.
—¿Necesitan compañía, chicos? —mencionó coqueta.
—Estamos bien acompañados —Aleck abrazó mi cintura halándome hacia él, juntando al máximo nuestros cuerpos—. Gracias.
Las chicas hicieron una mueca de asco y se fueron maldiciendo, yo sonreí pasando mis brazos por el cuello del de cabellos negros y moviendo mi cuerpo contra él.
No sabía que me pasaba, ayer hubiera ido detrás de las chicas y me hubiera pasado la noche dándole a ambas, pero ahora solo podía agradecer que ellas se hubieran ido y yo me hubiera quedado en brazos de Aleck.
El dueño de mis pensamientos apretó mi trasero y comenzó a repartir besos por cuello lamiéndolo y rozando nuestras intimidades haciéndonos jadear a ambos. Tomó mi mano y comenzó a caminar en dirección a los pasillos oscuros que guiaban a la salida.
Al estar rodeados por la oscuridad de la madrugada, ya estando fuera de la disco, Aleck me estampó contra una pared y atacó mis labios con ferocidad, a pesar de que la madrugada era fría nuestros cuerpos ardían en el más caliente y tortuoso infierno. Por cada lugar que pasaban sus manos dejaban fuego y electricidad en mi piel.
Nuestras lenguas se enredaban entre ellas, danzaban a la par, luchaban por control y se devoraban con ganas.
La mordida que dejó en mi labio me hizo gemir aferrando mis manos a su cabello negro y trayéndolo más cerca de mí. Su mano se coló dentro de mi pulóver blanco tocando mi piel, mis piernas temblaron ligeramente mientras soltaba un pequeño lloriqueo, estaba necesitado en otra parte.
Sus dedos comenzaron a estimular y jugar con mis pezones mientras yo me deshacía en gemidos. Aleck comenzó a mover sus caderas fingiendo embestidas de modo que nuestras erecciones se frotaban entre sí haciéndonos jadear, estaba realmente excitado, como nunca en mi vida lo había estado.
Volvimos a unir nuestras bocas en un beso hambriento y desesperado, frotándonos de forma dura mientras nuestras lenguas entraban a la boca del contrario de forma sucia y caliente haciendo sonidos obscenos que solo conseguían ponerme más y más duro.
Nos separamos ligeramente para respirar, estábamos agitados, un hilo de saliva unía nuestras bocas, las manos de Aleck estaban dentro de mi pulóver tocando mi piel, nuestras erecciones presionándose entre sí. Mis mejillas estaban encendidas y mis ojos repletos de lágrimas de tanto placer.
Empujé a Aleck asustado al ver que una pareja había salido de la disco y nos miraban impactados, el chico tenía el cabello teñido de naranja que le llegaba por debajo de sus orejas, peinado hacia atrás, tenía entre sus labios un cigarrillo el cual cayó al suelo, pues su boca permanecía abierta al igual que sus ojos por el asombro, la chica en cambio tenía las mejillas completamente rojas, miraba hacia el suelo, nerviosa, mientras trataba de ocultar su cara entre su largo cabello castaño oscuro.
—¡No somos geys! —gritamos Aleck y yo a la misma vez.
La chica tapó su boca riendo bajito, el chico en cambio recogió su cigarrillo sonriendo y palmeó el hombro de Aleck.
—Disfruten su noche, chicos, y recuerden que el closet es para la ropa —le dio una calada a su cigarrillo y expulsó el humo de forma lenta—. Te lo dice un chico bisexual que tiene una novia bisexual —besó a su chica abrazándola por la cintura y se alejaron de allí sonriéndose entre ellos.
En cuanto se fueron Aleck y yo nos miramos y estallamos en risas, apoyé las palmas de mis manos en mis rodillas mientras reía a carcajadas.
—Que vergonzoso —Aleck vino hacia mí y me abrazó. Sonreí entre sus brazos sintiéndome a gusto y besé su pecho—. Deberíamos ir a casa ya, rubio.
Asentí tomando su mano y yendo con él hacia el auto, entré al asiento del copiloto acomodándome en este mientras Aleck prendía el auto y comenzaba a conducir a casa. Miré como mi miembro se marcaba a la perfección contra la tela del pantalón ajustado, dolía con cojones.
Pasé mi mano de forma leve por este y tuve que morder mi labio para contener el jadeo que se me quiso escapar. Miré de reojo a mi compañero que iba concentrado en manejar, comencé a mover mi mano de arriba a abajo esta vez de forma más dura para darme más placer sin poder contener los jadeos de satisfacción y los pequeños suspiros que se me escapaban.
El pelinegro a mi lado relamió sus labios mirándome un segundo para luego volver su vista a la carretera mientras apretaba sus manos en el volante.
Puse mi mano sobre su muslo acariciando este haciéndolo suspirar mientras mordía su labio inferior. Subí mi mano hasta su erección y comencé a tocar por encima de su pantalón mientras desabrochaba el mío para tocarme de forma más cómoda comenzando a gemir por la sensación.
Apreté mi mano en su erección arrancándole un fuerte gemido ronco a mi compañero el cual frenó de golpe en un túnel oscuro y de un movimiento rápido ya lo tenía sentado sobre mi regazo devorando mis labios.
Correspondí a ese beso tan caliente mientras llevaba mis manos a su trasero apretando este. Joder creo que me he vuelto adicto a los labios de este chico. Aleck quitó mi pulóver y lo arrojó al asiento del conductor.
Comencé a mover mi cadera debajo de él fingiendo embestidas y amé el grito que salió de los labios del contrario al sentir mi erección moviéndose contra su trasero. Aleck echó su cabeza hacia atrás jadeando mientras yo seguía moviéndome debajo de él y besando su cuello, chupé y lamí su manzana de Adán y dejé una pequeña mordidita en esta haciéndolo chillar mientras sus piernas temblaban.
Se reincorporó hacia adelante para volver a besarme, bajó sus besos por mi pecho, metió uno de mis pezones a su boca chupándolo y lamiéndolo, abrí enormemente mis ojos por la sensación, mis mejillas se tiñeron de rojo y al sentir como clavaba sus dientes en mi pezón mis ojos se llenaron de lágrimas mientras de mi garganta se escapaban lloriqueos.
Aleck se arrodilló frente al asiento y abrió mis piernas, le miré relamiendo mis labios, el chico tomó mi erección entre sus manos y lamió toda la extensión, el líquido preseminal quedó en su lengua y este lo tragó mientras sonreí de lado, coqueto.
Metió todo mi miembro en su boca llevándolo hasta su garganta, metí mi puño en mi boca mordiendo este para contener los gritos vergonzosos que querían escapar de mi boca. Aleck tuvo que sacar mi pene de su boca mientras tosía.
—Hazlo suave, te vas a atragantar —comenté tembloroso con los ojos llorosos.
—Quiero atragantarme, rubio —susurró con su sexy y profunda voz más ronca de lo normal mientras volvía a meter todo mi pene a su boca y esta vez no pude contener el grito de placer que me provocó.
Su boca se sentía húmeda y caliente, su lengua me envolvía de forma magnífica y lamía en círculos haciéndome derretir, comenzó a mover su cabeza de adelante hacia atrás haciendo que mi miembro entrara y saliera una y otra vez creando sonidos húmedos de chapoteo, sentía que estaba al punto de explotar de tanto placer y como si fuera poco Aleck comenzó a masajear mis bolas.
Tapé mi boca y cerré mis ojos tratando de contenerme, pero me obligué a abrirlos cuando sentí la boca de Aleck abandonar mi polla.
—Quiero oírte gritar por mí, rubio. No te contengas —volvió a meter toda mi polla a su boca mientras sacaba su propio pene empapado y comenzaba a masturbarse de forma dura.
Decidí tomar el control así que aferré mis manos al cabello negro y comencé a mover mi cadera dando duras embestidas en su boca mientras no paraba de gemir, era como si mi cuerpo hubiera sido invadido por un demonio de lujuria, tener al pelinegro arrodillado frente a mí tragándose toda mi polla se había vuelto mi fantasía más caliente.
Seguí embistiendo su boca a la par en que él se masturbaba, su boca apretó más mi pene avisándome que estaba cerca, apreté su cabello y terminé corriéndome completamente en su boca viendo como sus ojos se llenaban de lágrimas, arqueé mi espalda en medio del orgasmo dejando mis ojos en blanco mientras mi cuerpo sufría espasmos. Saqué mi pene de su boca mientras él tragaba todo mi semen, vi su mano llena de su propia esencia la cual limpió con mi pulóver mientras sonreía de forma traviesa.
Agarré su cabello haciendo que me mirara y lamí su labio inferior que tenía restos de mi semen. Nos acomodamos las ropas y me besó por última vez.
—Ahora sí, vamos a casa, rubio.
👀👀👀👀👀👀👀👀👀
¿Opiniones del capítulo?
Imaginen ir a una disco y ver a estos chicos 😳
N/a: Quiero cambiar el nombre y portada de la historia por uno que tenga más significado. ¿Me ayudan a escoger uno de estos 👇?
Hollan
Thunderous
Maverick
Falling For me
cold blooded
im not cool
¿Se les occurre otro?
¿Debería seguir buscando?
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