#11
Miré a Adam mientras se terminaba de arreglar, pensando en lo que estaba a punto de decir.
---- ¿Puedo ir contigo? --- añadí nerviosa.
Él se quedó observándome unos segundos, quizás había arruinado el momento, quizás me había pasado, pero me sonrió.
--- Claro que si. --- exclamó.
Mientras él seguía arreglándose, pasé al baño a cambiarme. Me cambié a una falda que tenía y una blusa simple y me arregle un poco mi cabello. Nunca había hecho algo por el estilo, mis citas nunca eran durante el día, con Adam todo parecía ser diferente, me miré al espejo, tomé aire y lo solté, dándome el mejor consejo del día.
--- Hoy puedes hacerlo bien. -- me sonreí y salí del baño.
Adam me estaba esperando, cuando salí se quedó viéndome.
---- Wuau, te ves increíble. --- añadió.
Sonreí, para no ponerme más roja. Abrí delicadamente la puerta y salí primero. Adam venía detrás de mí, nadie podía verlo salir de mi casa y menos de mi habitación, se podía entender de otra forma. No había pasado nada entre nosotros. Bajamos lentamente las escaleras y llegamos a la puerta, la abrí dándole señas a Adam para que saliera primero.
--- Dame unos minutos, volveré.
Y cerré la puerta.
Salir de casa se sentía extraño, nunca tenía otros planes, aparte de mis citas con el doctor e ir a la escuela. Le había avisado a mi madre con una nota que iría a ver un partido de fútbol. ¿Yo, viendo un partido de fútbol? Era muy extraño.
Cuando estaba a punto de salir, mi madre se acercó a mi lado.
Llegué a saltar del miedo que tuve.
--- Diana, cariño. --- añadió --- Debo hablar contigo, anoche me pareció oír algunas voces en tu habitación.
Me quedé completamente en blanco, ¿Me había escuchado?
---- Era la música --- añadí, mientras aclaraba mi voz --- Me quedé dormida con la música encendida, eso debió ser.
Ella asintió, mientras que yo me ponía mi abrigo. Estábamos terminando el otoño, aún hacía un poco de frío. Al abrir la puerta, me quedé un momento allí, disfrutando de mi libertad, nunca me había sentido castigada o algo por el estilo, luego de Mark, pero realmente ahora me sentía con libertad. Cómo si fuera otra chica, estos meses de terapia me habían servido muchísimo, por cada paso que daba, me sentía superada.
Miré hacia los lados buscando a Adam, pero no lo veía.
---- ¿Así que soy la música? Espero que no haya causado problemas. --- añadió con sinceridad.
Nos fuimos caminando hacia la escuela donde estudiaba su hermano, no era muy lejos. No sabía si estaba vestida para un partido de fútbol, nunca había ido a uno. Adam me iba contando sobre su familia, tiene un hermano pequeño, de ocho años, vive con sus dos padres, pero con su madre nunca ha tenido una buena relación. Puedo ver cómo se le iluminan los ojos al hablar de su hermano.
--- ¿Cómo se llama? -- añadí.
Adam me sonrió.
--- Se llama Jackson, ya lo conocerás. -- dijo con una sonrisa mientras avanzaba por el lugar.
Ya habíamos llegado, era un partido de fútbol completamente diferente a como me lo había imaginado. Quizás en niños sea más pacífico, habían unas pequeñas sillas alrededor de una cancha, al medio había muchísimos niños, incluso niñas con unos uniformes blancos y negros.
--- Iré a buscarlo, espérame aquí.
Me senté en una silla, Adam se fue en busca de su hermano. Me fijé en todos los detalles del lugar, había padres orgullosos gritando en forma de apoyo hacia sus pequeños, carros con comida y bebestibles. Todos los niños estaban muy felices, había un nombre con un silbato en su cuello, al parecer él iba a ser el árbitro. Adam venía con un chico de la mano, tenía el cabello de diferente color, un poco más oscuro y liso. Sus ojos eran muy verdes. Podía notar que el niño hablaba mucho y Adam le respondía con mucha sinceridad.
--- Diana, este es mi hermanito Jackson. --- añadió con entusiasmo.
Me agaché para estar a la altura del niño, podía notar que estaba muy entusiasmado.
--- ¿Tu eres la famosa Diana? --- añadió con ternura. --- Siempre escucho a mi hermano hablar de tí.
Al momento en que dijo eso, Adam se puso rojo, sonreí junto a él, dándole un pequeño apretón de manos.
--- Si, yo soy Diana, me gusta tu nombre, ¿Puedo decirte Jake? --- añadí.
---¡Esta bien! ¿Cómo puedo llamarte? ¿Te gustan los partidos? --- dijo este entusiasmado mirando a su hermano y luego a mi.
El apodo Didi hace tiempo no lo escuchaba, solo mis hermanos me llamaban así. Al menos cuando era pequeña lo escuchaba con más regularidad.
--- Puedes llamarme Didi. Y si, me gustan estos partidos. --- dije dándole una sonrisa --- ¡Jake, te esta llamando el entrenador!
El chico asintió con una gran sonrisa y luego salió corriendo en dirección al campo. Me puse de pie para volver a mi asiento. Cuando me senté, una mujer alta, de cabello rubio y unos ojos verdes se acercó a Adam, bastante seria. La miré durante varios segundos y la mujer se notaba distante y molesta. Por un momento me observó, entre en pánico y solamente le sonreí.
--- Madre, esta es mi amiga Diana. --- lo único que hice fue darle la mano.
¿Era apropiado saludara así?
--- ¿Porque trajiste alguien aquí? Se supone que esto es para la familia. --- exclamó.
Podía notar que me miraba de pies a cabezas, analizándome. No sé porque pero me hacía sentir pequeña, que no pertenecía aquí. Un caballero de mediana estatura, con unos ojos oscuros y un cabello negro, se unió a ellos, parecía ser más gentil, su mirada fue directo hacia mi.
---- ¿Escuché que vino una amiga? --- añadió --- Lamento el humor de mi esposa, no es siempre así. Un gusto en conocerte, soy Matthew, el padre de estos muchachos. --- añadió mientras le daba un apretón en el hombro de Adam.
--- Gusto en conocerlo, soy Diana.
Asintió, mientras sus ojos se agrandaban. No me sentía cómoda, al parecer su hermano tenía razón, si había hablado de mi. ¿Pero había dicho algo malo? Su madre no me había agradado para nada. Pero quién soy para juzgar, nadie tiene una familia perfecta. Sus padres se alejaron de ellos, dándole un beso en la frente a su hijo pequeño, la mujer le dió una mirada a Adam, pero el la ignoró.
Él se sentó a mi lado, pero su hermano se sentó en medio de los dos.
--- ¿Cuál es tu postre favorito, Diana? --- añadió --- El mío es el pastel de chocolate.
Con Adam reímos juntos, estas conversaciones eran típicas de hermanos pequeños, nunca tuve alguna conversación así, siempre he sido la menor en todo. Pero mis hermanos decían que preguntaba de todo y nunca me callaba.
--- Me encantan las galletas con chispas de chocolate, pero no he comido hace meses.
No era muy buena comiendo dulces, debido a mi problema. Pero antes, con Mark siempre comíamos en un parque muchísimas galletas.
--- Debemos prepararle --- añadió, mirando a Adam --- En casa, después del partido, ¿si? ¿Que dices Adam? ¿Quizás podrías venir a casa? Te prepararemos galletas con chispas. --- dijo este entusiasmado mientras se levantaba de golpe de la banquita.
Asentí, agradeciéndole. Adam parecía igual de nervioso. Nos quedamos en silencio, hasta que el silbato sonó por toda la cancha y todos los niños se acercaron al caballero, al parecer el partido estaba a punto de comenzar.
Adam se pasó la mano por el cabello, como era de costumbre.
---- Bueno ese es mi hermano --- añadió, suspirando. --- Mi dulce hermano, dime si te hace muchas preguntas ¿si? No para nunca.
Sonreí junto a él.
--- Tiene la misma sonrisa que tú.
Él asintió, podía notar que estaba nervioso, sus dedos estaban jugueteando con el cordón de su poleron.
--- ¿De verdad? Eres la primera persona que ve esa similitud. --- dijo sorprendido.
--- ¿De verdad? La forma en que sonríen es idéntica, también como se arruga sus narices. --- añadí con nerviosismo.
--- Así que viste con mucha atención mis gestos, ¿eh? --- dijo este en un tono coqueto.
--- ¡Ay! por favor, tranquilízate. --- dije nerviosa. --- ¡Ahora miremos el juego!
Su mirada se mantuvo en el juego, en ningún momento volvió hablarme. Suspire y me dedique a ver el juego. Los niños corrían hacia la pelota, muy felices. A pesar de no saber mucho lo que hacían, el árbitro dio el pase al equipo de Jake, al parecer ellos iban ganando. De vez en cuando, escuchaba gritar a su padre junto a Adam.
---- ¡Vamos Jake! --- grité. Adam me miró y sonrió, comenzó aplaudir mientras metían un gol, la mayoría de los padres aplaudían.
Me sentía bien, miraba hacia los demás. Todos parecían estar felices, así podría ser yo. Podía olvidar todos mis problemas y sólo ser feliz. El árbitro volvió a hacer sonar el silbato y el juego se terminó. El equipo de Jake ganó por tres puntos, fue un juego bastante entretenido, todos los padres iban a sus hijos a felicitarlos. Jake salió corriendo hacia nosotros, sus padres se quedaron viéndonos.
--- ¿¡Me vieron?! ¡Fue asombroso! --- añadió con mucho entusiasmo.
El niño estaba muy feliz, Adam le dio un gran abrazo, el niño se quedó viéndome, tratando de querer hacer algo. Lo que me sorprendió fue que decidió darme un abrazo, fue corto, pero lo sentí como si durará toda la vida. Fue el abrazo que necesitaba en estos momentos. Le sonreí de vuelta, Jake me dió una sonrisa que me dejaría feliz de por vida.
Esperamos a que Adam viera a su hermano subirse al auto de sus padres y nos fuimos caminando hacia mi casa. El trayecto de vuelta fue tranquilo, había pasado una tarde muy agradable.
--- ¿De verdad piensas eso? --- añadió con curiosidad.
Lo miré un poco confundida.
--- ¿Qué cosa?
Él se aclaró la garganta, mirándome.
--- Que mi hermano y yo tenemos la misma sonrisa.
Sonreí junto a él.
--- Claro que sí. --- añadí --- Tienen una hermosa sonrisa.
Me sonrió dándome esa sonrisa que me gustaba tanto.
--- Es curioso, eres la primera persona que dice eso.
--- ¿Por qué? --- exclamé.
--- Por que no somos hermanos biológicos, pero gracias por el cumplido.
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