capítulo cuatro.

And yeah, I let you use me from the day that we first metBut I'm not done yetFalling for you, fool's gold
And I knew that you turned it on for everyone you've met
But I don't regret
Falling for you, fool's gold

Con una última mirada, volvió a abandonar aquella casa, volvió a irse sin luchar, volvió a dejar a Felix llorando por él y con el corazón nuevamente roto. Todo volvió a repetirse. Como hace 6 años...

Sin embargo, el sonido de un motor arrancar fue sustituido por el de una puerta siendo abierta y cerrada con fuerza. Un Chan parcialmente empapado, frente a un Felix con su suplicante corazón en las manos, se observaron mutuamente.

-Hace años hice mismo, me marché contra mi voluntad y ya no quiero hacerlo más-expresó con la tristeza nadando en sus orbes verdes.

Las manos de Felix comenzaron a temblar.

-No...-Murmuró con miedo en su voz.

Chan avanzó varios pasos hacia Felix y tomó sus manos, sus corazones latían con fuerza. Los lagrimales de Felix observaban al parcialmente empapado hombre frente a él, con esa misma cara de niño asustado y esos ojos de un verde brillante, lo que no sabía que aquellos ojos brillaban por él.

-Nunca en mi vida he creído en nada, ni en dioses, ni en ángeles. Nunca había creído en nada; hasta que te conocí y desde entonces, creo en nosotros Felix. Siempre lo he hecho.

Felix zafó sus manos del agarre de Chan. - Ya es tarde...

-No lo es y tú lo sabes. No tengas miedo de admitirlo.

Felix adquirió una postura firme ante Chan, algo en su interior estaba cediendo y no podía permitir tal cosa. No tenía el derecho de permitírselo.

-Te pregunté si serías capaz de cambiar por mí, tu respuesta fue que no era posible y Chan, no importa cuánto te ame, eso no significa que voy a permitir que me dañes o que voy a estar dispuesto a aguantar tus majaderías-respiró profundo y se alejó del rizado-. ¿No lo has comprendido aún? ¡Cada vez que me lastimas, esa herida se queda y duele como el infierno!

Chan se quedó pensativo por unos segundos mientras su mirada lucía perdida en el rostro de Felix.

-¿Cómo crees que voy a lastimarte una vez que te tenga? -volvió a romper la distancia entre ambos.

-Como lo has hecho desde que me conociste...-expresó con cansancio en su tono de voz-. Además, nada me asegura que no lo harás otra vez...

Tenía miedo, estaba aterrorizado de abrirle su corazón al rizado y luego vivir un infierno. Aceptarlo significaba mandar a la mierda a Hyunjin y su matrimonio, que todo lo que había vivido en Estados Unidos y dar su hija en adopción fue en vano. Ya era mucho lo que había puesto sobre la mesa de apuesta para conservar su vida perfecta con Hyunjin para ahora, decidir que quería vivir su amor con Chan, había muchas heridas de por medio para hacer borrón y cuenta nueva. No podía simplemente olvidarlo...

-Chan...

-Dame una oportunidad de hacer las cosas bien por primera vez en la vida...-rogó.

Felix evadió su mirada suplicante. Chan tomó sus manos y besó con cariño los dorsos de estas.

-Te propongo algo-con ello ganó la atención de Felix nuevamente-. No tenemos que abandonarlo todo e irnos a parís a vivir juntos-con el tono jocoso en que lo dijo hizo sonreír a Felix-. Solo quiero que conozcas al Chan que se enamoró de ti, el que tuvo que romperse para evitar que te rompieran a ti. Han pasado muchos años, tenemos una hija y quiero poder criarla contigo.

Felix comenzó a sollozar porque ya no podía soportar presión en su corazón y para empeorarlo, Chan decidió atraparlo contra su pecho en un fuerte abrazo. Felix no quería ser débil, no quería ceder tan fácil con unas simples palabras de cliché, pero quizás el nunca entendió que los sentimientos son como un globo, mientras más los hundes, más fuerza toman para salir a flote.

En ese momento se permitió abrazar a Chan, rodear su cuerpo con sus brazos y hundir su rostro en el pecho del mayor, buscando algo que había fingido no añorar, no desear.

-Vamos lento...-susurró Chan, rozando su nariz en la cabellera de Felix- Felix... tengamos una cita.

Felix se separó abruptamente de Chan para secar sus mejillas con sus manos. Miró un momento a su alrededor buscando una respuesta ante la petición ridícula del rizado; ¿Tener una cita? ¿Cómo carajos tendría una cita con Chan cuando aún era un hombre casado? Sería raro sin contar incómodo.

-Por dios...-se alejó y caminó hasta la cocina analizando aquella petición en su cabeza, necesitaba otra taza de chocolate caliente.

-Felix, lo digo de verdad-Chan lo siguió hasta la cocina.

Felix lo ignoró por un momento mientras servía un poco de chocolate en su taza para luego apoyarse de la mesa y observar al rizado con una mirada indescifrable para Chan.

Flashback.

Era el primer juego de la temporada y Felix como siempre asistía para darle apoyo a su novio. Le encantaba ver como Hyunjin sonreía cuando anotaba, y como sus compañeros lo engrandecen por todas sus anotaciones. El partido llevaba media hora de haber comenzado y como en otras ocasiones, no era su día de suerte ya que el marcador favorecía al equipo contrario y su capitán no dejaba de hacerle señales de burla a Hyunjin. El susodicho era un hombre paciente, lo era, pero ya Kristan lo estaba sacando de sus casillas de una manera monumental, sin embargo, su co-capitán y mejor amigo Chan se mantenía sereno antes las burlas, Chan era conocido por eso y al mismo tiempo era de temer.

En el tiempo de descanso, los jugadores estaban sentados en sus respectivas bancas dándose miradas despectivas unos a los otros.

-Si escucho otro comentario de Kristan, juro por dios que le voy a partir la cara-habló Changbin, observando al mencionado con rabia en su mirada.

-No vale la pena Changbin, es solo un becado con aires de grandeza-respondió Chan quien, a diferencia de Changbin, no observaba al equipo contrario. Su mirada estaba perdida en un chico de ojos azules y amplia sonrisa.

Sonreía con orgullo a pesar de que el equipo estuviera perdiendo, pero, esa era su manera de darle apoyo a Hyunjin. Sabía lo competitivo que podía llegar a ser su novio, por ende, estar perdiendo lo frustraba de sobremanera.

Chan lo sabía, sabía que Felix estaba allí solamente para apoyar a Hyunjin. Fue cuando volvió a sentir esa cosa, ese sentimiento para nada confortable que llenaba su pecho cada vez que Felix estaba con Hyunjin, un sentimiento que no tenía nombre ni sabía cómo explicarlo.

Como en ese momento, Hyunjin aprovechó el medio tiempo para subir a las gradas solo para coquetear con su novio quien estaba acompañado de Seungmin. Chan desvió la mirada y prefirió tomar un poco de agua, quizás eso le ayudaría a despejar el sentimiento tan horrible que le invadía en ese instante.

En eso, el capitán del equipo contrarío se acercó a ellos con una sonrisa que solo tenía marcada la palabra "Problemas" en ella.

-Hey, Bang-saludó el rubio con hipocresía.

Chan tan se limitó a regalarle una mirada despectiva.

-¿Qué quieres Park? -respondió Changbin de mala gana.

-Quiero hacer el juego más interesante-dijo-. Como lo más probable es que ustedes pierdan, quiero hacer un trato.

-Hablas demasiado Park-dijo Chase, uno de los jugadores-¿Qué quieres?

-Al pequeño sexy que está hablando con Hwang ¡Uffff! tiene un culo que pagaría por él.

Chan se aproximó a Park con una sonrisa jocosa marcada en su rostro.

-¿De verdad te interesa? -le preguntó de una manera casual.

-¡Oh si! Además, escuché que tiene fama de fácil-sonrió burlón.

Chan ni siquiera se inmutó ante el comentario, como respuesta, le soltó un derechazo que lo llevó directo al suelo y casi le dislocó la mandíbula, pero, eso no fue suficiente para Chan por lo que se le fue encima dándole una trompada tras otras, hasta que sus nudillos estuvieron lastimados y la cara del chico maltratada por los golpes. Changbin y Chase sujetaron al rizado para apartarlo del chico mientras que los jugadores de ambos equipos se amenazaban unos a los otros, buscando defender a sus respectivos líderes.

-Para la próxima te mato, hijo de perra-amenazó el rizado.

-¡Cállate! -advirtió Changbin a su amigo viendo como el árbitro se acercaba a ellos.

-¡Chan! ¿Qué diablos te pasa? -le reclamó un Hyunjin que había corrido lo más rápido posible para detener el problema.

Chan se zafó del agarre de Changbin y Chase para mirar con rabia a Hyunjin. Por un momento pensó en golpearlo también.

-¡Bang! ¡Quedas suspendido de la temporada! -gritó un colérico entrenador quien negoció con el árbitro para que no los descalificaran por falta. El hombre se interpuso entre él y Hyunjin-. Lárgate del campo de inmediato antes de que yo mismo te saque a patadas, niño malcriado.

-Váyase a la mierda-le dijo en su cara.

Le dio una última mala mirada a Park y se retiró del campo sintiendo su sangre hervir como lava en el infierno.

-¡Mierda! -gritó un frustrado Hyunjin.

Todo aquel espectáculo fue presenciado por todos los presentes, en especial, por unos curiosos ojos azules que siguieron al rizado hasta perderlo de vista en el túnel que daba a los vestidores.

No debería importarle en lo absoluto lo que haya pasado con Chan ya que su fama de buscapleitos lo precedía, sin embargo, no sabía cómo apagar ese sentimiento de ir tras él para preguntarle si estaba bien. Era algo que no podía evitar incluso si estaba en una hermosa relación con un chico que le quería y respetaba.

-Seungmin, iré al baño-se levantó para irse, pero antes, Seungmin lo detuvo sujetándole la mano.

-Dile de mi parte que enserio lamento que no lo hayan expulsado del colegio.

Felix lució nervioso por un momento-¿D-de qué hablas?

-Sabes de que hablo-le soltó la mano y volvió su mirada al campo de juego.

Felix no dijo nada más y salió corriendo. Antes de ir a su lugar destino, hizo una parada en la enfermería para recoger algunos artículos como: vendas, algodón con alcohol, entre otras cosas.

Hizo su camino hacia los vestidores, el lugar estaba totalmente vacío y el caminaba despacio, como si tuviese miedo de encontrar un fantasma. En uno de los bastidores descansaba un cuerpo sentado en el banco cabizbajo, con manos entrelazadas al frente y los nudillos sangrando.

La imagen causó estragos en el pecho de Felix incluso cuando no debería, no cuando Chan sólo había sido un mierda con él desde que lo conoció.

-Chan...-su tono fue suave, como si no quisiera asustarlo.

El susodicho no se molestó en hacer algún movimiento, ignorando por completo la presencia de Felix.

Felix se arrodilló frente a Chan y colocó todos los utensilios médicos a un lado. Harto de la actitud del rizado, decidió que la arbitrariedad era la forma correcta de lidiar con él, por lo que agarró con cuidado las manos del rizado quien se mantenía cabizbajo. Separó sus manos con cuidado y este pareció ceder sin inmutarse, Felix examinó ambas manos y por suerte solo su mano derecha era la que estaba lastimada.

Destapó una de las bolsitas con algodón alcoholizado para limpiar sus heridas.

-Esto te arderá un poco -advirtió.

-Haz lo que tengas que hacer y lárgate-respondió de mala gana.

Felix suspiró, llamando a toda su paciencia antes de proceder a limpiar las heridas del rizado malagradecido. Chan no hizo ningún movimiento ante del ardor, solo que, de un momento a otro, su mirada verdosa se enfocó en un muy concentrado Felix curando sus heridas y vendando su mano. Quién lo diría... quien diría que Felix sería la primera persona en curar sus heridas y no solo las heridas físicas.

-Listo. Debes cambiarte las vendas cada cierto tiempo-aconsejó.

-Es solo un rasguño.

Felix miró a Chan a los ojos por primera vez un largo tiempo- ¿Por qué golpeaste así a ese pobre chico? Es solo un juego, no perderás la vida por ello-reprochó. Recogió la basura para luego depositarlo en el zafacón más cercano, luego, volvió para sentarse al lado del rizado.

-No es de tu incumbencia-dijo, observando con detalle el perfecto vendaje de su mano derecha.

-Lo es cuando afecta a Hyunjin-replicó-. Debe estar furioso.

Chan se levantó para abrir su casillero y sacar su bolso con todas sus pertenencias, sabía por dónde iba la conversación y no tenía ganas de tenerla. Cerró la puerta de un azote, sintiendo la cólera empezar a invadir su cuerpo nuevamente.

-Chan...-Felix se puso de pie para intentar razonar con el mayor.

-¡Déjame en paz de una maldita vez, Lee! -gritó alterado-. Si tanto te preocupas por Hyunjin, anda a consolarlo en vez de andar como perra faldera detrás de mí.

-¡Qué forma tan asquerosa de agradecer la tuya! -le gritó de vuelta.

-¿¡ACASO YO TE PEDÍ QUE HAGAS UNA MIERDA!? ¡TU VINISTE A MI! -empujó el cuerpo de Felix contra los casilleros.

-¡No me voy a disculpar por ser buena persona y preocuparme por un ser humano tan despreciable como tú! -dijo sosteniendo la mirada.

El mayor soltó una carcajada sin gracia alguna mientras cortaba la distancia entre ellos-. No seas hipócrita, tú y yo sabemos que esto no lo hiciste por buena persona.

Felix empezó a sentir el calor emanar de la piel rizado y todo empeoró cuando las manos furiosas de Chan se metieron debajo de su playera para sujetar con agresividad la piel de sus caderas.

Felix se removió incómodo ante el toque frío de las manos del rizado-no me toques...

Y para Chan, aquello fue una como una orden que lo motivó a besar la piel del cuello de Felix, dejando al susodicho corto de respiración. Felix dejó de forzar, dejó de pretender que se resistía antes los toques del mayor; cerró los ojos, concentrándose en la respiración de Chan contra su piel, en esos labios que seguro dejarían marcas. Sus grandes manos bajaron hasta los muslos de Felix para levantarlo, el menor no dudo en rodear con sus piernas la cadera del mayor.

-No importa si estás con él, porque apostaría toda mi fortuna que al final del día, tu corazón solo me pertenece a mí. Todo tú me pertenece solo a mí-murmuró con la respiración entrecortada.

-Chan... déjame ir...-susurró en medio de su éxtasis.

-AHG AHG -una voz detrás de ellos chasparreó, interrumpiendo la burbuja de erotismo que estaban creando. Felix empujó al rizado con fuerza luciendo asustado y Chan solo le dio una mala mirada al entrometido de Changbin-. ¿Interrumpo algo?

-¿Eres ciego o estúpido? Claro que interrumpes-replicó el rizado de forma tosca.

-Me tengo que ir...-anunció el castaño, marchándose en seguida sin siquiera mirar a Changbin.

-Chan...-Changbin intentó llamarle la atención, pero la verdad es que Chan no estaba de humor para soportar sus reproches.

-No me jodas.

Tomó su bolsa y se marchó de allí, dejando a su amigo con la palabra en la boca.

Felix dejó la taza sobre la encimera observando a Chan. ¿Acaso estaba loco? se preguntó, pero aquel recuerdo que inundó su mente por un momento le hizo darse de cuenta de que Chan siempre tuvo la razón. Al final del día y a pesar de todo, él siempre le pertenecería a Chan después de todo. Por primera vez en años debía ser honesto consigo mismo y aceptar que, si bien quería a Hyunjin, el idiota de ojos verdes siempre sería el amor de su vida y el padre de su hija, siempre estaría presente sin importar cuanto luchara por alejarlo.

Ellos se habían dañado de una manera descomunal, hasta un punto sin retorno; sin embargo, allí estaba, reconsiderando toda su vida por unas simples palabras que golpeaban su corazón. ¿Ellos podían comenzar desde cero? ¿Tenían ese derecho? Felix se preguntó a sí mismo si valía la pena lastimar al hombre que lo había hecho feliz durante tantos años solo por unas palabras que no le aseguraban un futuro feliz al lado del hombre que amaba.

-Tengo miedo, Chan, estoy aterrorizado-se sinceró con sus lagrimales cristalizados.

-¿Y tú crees que yo no? pero ya no somos los mismos jóvenes estúpidos.

-Eso no lo sé, Chan.

El mayor se acercó a Felix y con suma delicadeza tomó sus manos entre la suyas-acepta mi propuesta. ¿Qué te parece?

-Chan...

-¡Lo digo en serio! Podemos ir a un parque de diversiones, al lago, al museo ¡No sé! donde sea -lucía eufórico proponiendo aquello- pero que sea contigo. De esa forma verás si vale la pena apostarlo todo por nosotros una vez más.

Felix asintió reprimiendo las ganas de llorar que tenía y Chan, por primera vez en mucho tiempo, sintió que podía respirar tranquilo.

-¿Y si vemos una película? -sugirió el rizado.

Felix sonrió a medias-de acuerdo, tú eliges la película y yo hago las palomitas-propuso mientras jugaban con sus manos.

-acepto.

Salió de la cocina, pero, no sin antes dejar un beso casto en los labios del ojiazul, cosa que lo tomó por sorpresa, pero no le disgustó.

Maldita sea... pensó.

Jisung había llegado una hora aquel congreso de medicina avanzada contra el cáncer al cual había sido invitado como uno de los médicos oradores que hablarían sobre el cáncer. Para su suerte, los demás colegas recién empezaban llegar al igual que él, había saludado a algunos viejos amigos de universidad y otros de la especialidad. Caminaba por los pasillos un tanto apresurado y sin darse cuenta chocó con una persona.

-¡Oh! Lo siento tanto-se disculpó Jisung mientras se ajustaba los lentes que se le habían desacomodado debido al choque.

-Claro, está es la única manera en la que puedo verte-reclamó la chica frente a él con seriedad en su semblante.

Jisung suspiró cansado-. No seas melodramática-evadió a la chica y siguió su camino hasta el salón donde se llevaría a cabo el congreso.

La rubia lo persiguió-¿Sabes? Antes solías respetarme más-. Se quejó mientras caminaban a la par.

-Tenía 9 y tu solías aterrorizarme en complicidad con Destiny. No era respeto Lana, era miedo-replicó.

La chica río recordando los viejos tiempos cuando ambos eran solo unos niños, la verdad si molestaba demasiado a su hermanito menor hasta el punto de que sus padres la castigaban casi a diario.

-¿Has hablado con Taerae? -preguntó entrando al salón junto con su hermano.

-Si, me llamó ayer en la mañana, al parecer está en Bélgica con un proyecto arquitectónico.

-Genial.

Ambos tomaron sus respectivos asientos que, estaban reservados uno al lado del otro debido a que compartían el mismo apellido. La familia Han era una de las familias más influyente de Inglaterra debido a los reconocimientos y el prestigio que han conseguido a través de los años.

El padre de Jisung era uno de los mejores cardiólogos y cirujanos del país, mientras que su madre era una afamada infectologa especializada en VIH. Jisung por su parte, tenía tres especialidades: pediatría, oncología y cirugía general. Lana era una de las mejores en cardiología intensiva, en tanto que su hermana Taerae había sido la única que optó por no seguir la dinastía y decidió estudiar arquitectura siendo en la actualidad una de las mejores en su campo.

Una vez todos los invitados se acomodaron en sus respectivos asientos. Las luces se volvieron tenue dándole lugar a la gran pantalla ubicada en el escenario, la misma mostraba solo información del congreso. Al escenario subió un hombre de piel oscura y edad un poco avanzada, era conocido por ser el mejor en el campo de la oncología a nivel internacional, siendo múltiples veces por sus grandes esfuerzos y conocimientos.

-Buenas tardes a todos mis colegas presentes. Para mí es un honor estar frente a tantas mentes brillantes que día tras día se dedican a salvar la vida de miles de personas-comenzó su discurso-. Para los que no me conocen mi nombre es Park Kooyoung, médico oncólogo.

Jisung continuó escuchando el discurso mientras que se preparaba mentalmente para su llamada al escenario.

-Si te vas a orinar en tus pantalones, avísame y te traigo una botella-se burló la rubia.

-Eres una horrible persona-insultó.

-Lo sé, no me deja dormir por las noches.

Lo que pocas personas más allá del círculo familiar sabían era que, su hermana Lana padecía de un trastorno afectivo de las emociones. No canalizar las emociones como las demás personas, para ella, aquello solo era una palabra sin significado. No podía sentirlas y si lo hacía no podía entenderlas.

-Sin más preámbulos, quiero comenzar a llamar a mis colegas que me acompañaran a lo largo de este congreso. Quiero empezar por llamar a Choi Minhyun -el mencionado tomó subió al escenario y estrechó la mano de Kooyoung en un cordial saludo para luego tomar asiento en una de las sillas que estaban sobre el escenario-Han Jisung-. No se hizo esperar y acudió al escenario realizando la misma acción que Choi-. Sigo con Heo Solji y, por último, pero no menos importante, Kang Minseo-ambos subieron al escenario y luego de saludar a los demás colegas allí presente procedieron a sentarse.

Todos aplaudieron y Kooyoung continuó.

-Este año me tomé la libertad de invitar personalmente a uno de mis mejores pupilos, actualmente se encuentra especializándose en oncología infantil. Graduado en el cuadro de honor de la universidad de Seúl y con las más altas calificaciones de su carrera. El estará aquí para apoyarme en ese congreso, Lee Minho.

A Jisung se le trancó la respiración cuando vio a aquel adolescente convertido en todo un hombre subir al escenario. Llevaba un traje azul marino que encajaba a la perfección con su bien trabajado cuerpo, su pelo debidamente amarrado en una coleta y algo bello facial en su rostro lucía tan mayor que Jisung no lo podía creer. Kooyoung le cedió el micrófono, el cual tomó Minho con cortesía.

-Muchas gracias, profesor Park por sus palabras-barrió su mirada a través de todos lo que estaban en escenario haciendo caso omiso a la presencia de Jisung-Estimados colegas-saludó cortésmente-. Para mí es un honor estar aquí el día de hoy al frente de este congreso rodeado de profesionales de sus niveles, en cada ámbito de la medicina. Creo debo darles una breve introducción sobre mí. Mi nombre es Lee Minho, soy de Gimpo, pero me mudé a una edad muy temprana a Seúl. A los 18 perdí a madre a causa de infarto pulmonar y más tarde, perdí a mi pequeña hermana de 15 tan solo años debido al cáncer...-Jisung cerró los ojos unos momentos, recordar le estaba golpeando duro y debía mantener la compostura. Minho continuó hablando: -Min, era el nombre de mi hermana, tuvo buenos médicos. Tanto como el doctor Lincoln y Han fueron sus doctores de cabeza y a pesar de los esfuerzos, se nos fue. Yo tenía 18 cuando lo perdí todo... A mi madre, a mi hermana y a quien, en ese entonces, consideraba mi pareja.

Jisung entrelazó sus manos de forma nerviosa.

-¿Cómo alguien pudo dejar un joven tan guapo e inteligente? -bromeó Solji, uno de los médicos invitados.

Minho río a medias antes contestar: -No era suficiente, supongo-. Ni siquiera miró al castaño que estaba teniendo una crisis nerviosa mientras que Minho lucía relajado.

Del público se escuchó un "Awwww" al unisono y en forma de lamentó, cosa que hizo reír al joven. Al continuar con su discurso contó las razones por la que decidió estudiar medicina, y todo lo que había pasado para poder sustentar su carrera a pesar de haber obtenido una beca completa. Todos los presentes estaban sorprendidos al escuchar los conocimientos del chico y lo fuerte le había tocado ser, Jisung incluso tuvo que respirar profundo varias veces para contener las lágrimas, ese momento le golpeaba la cabeza una y otra vez; cuando se dijeron adiós después del entierro de Min. En ese instante se sentía el peor ser humano del mundo por dejar ir al amor de su vida, por abandonarlo a su suerte, por no insistir incluso cuando ganas nunca le faltaron.

Las pláticas entre los exponentes fueron de muy provecho, Minho en ningún momento le dedicó ni siquiera una mirada a Jisung, era como si para él no estuviese allí. Una vez en congreso llegó a su fin, el público comenzó a dispersarse. Solji, Kooyoung y Minho platicaban a gusto sobre el escenario mientras esperaban que las salidas se descongestionarán un poco, Jisung se despedía de los demás exponentes y estaba apurado por marcharse de allí, pero, para su desgracia, Kooyoung lo llamó justo cuando iba a bajar de la tarima.

-Doctor Han-llamó el hombre.

Jisung, muy en contra de su voluntad, se acercó a ellos con una gran sonrisa fingida.

-¿Sí? -preguntó.

-Sé que tuvo un largo viaje desde Busan, pero, quiero que haga una excepción y acepte mi invitación a cenar-el mayor se mostró muy emocionado al realizar la invitación-Solji y Minho ya aceptaron y queremos saber si se nos une.

-Señor Park, no podría... yo...-no sabía que excusa inventar.

-¡Está decido! -confirmó el médico.

-Será divertido, Han-dijo Solji animando al tímido médico.

-Si...

En medio de la conversación el teléfono de Minho sonó: -Disculpen...-se excusó para alejarse unos tantos metros del grupo y contestar la llamada.

"De acuerdo" "Si, cariño" "Okey, yo también te amo", fueron las frases que Jisung pudo escuchar mientras prestaba atención a una conversación que no era suya. Tenía pareja...

Al final del día, le reconfortaba saber lo lejos que había llegado el chico por sí solo. Jisung se imaginó por un instante todas las incomodidades y noches en vela que tuvo que vivir Minho para alcanzar sus sueños. Se sentía muy orgulloso de él.

-Estoy devuelta -anunció el joven.

-¡Bien! Solji y yo nos adelantaremos. Minho tú sabes el lugar, asegúrate que el doctor Han no nos deje plantados -solicitó Kooyoung entre risas.

-Así será, doctor Park -asintió.

Solji y Kooyoung se adelantaron, salieron del salón entre risas dejando a Jisung y a Minho en un silencio que, al parecer, solo era incómodo para el mayor. Minho suspiró y le regaló una mirada vacía al castaño.

-Tengo mi vehículo en el estacionamiento. Si quiere nos podemos ir en el y luego lo regresó al campus para buscar el suyo. El lugar es precioso pero los parqueos son un tanto limitados -habló Minho. Jisung se preguntó por qué le hablaba de "usted" como si no se conocieran.

-Me parece bien -accedió sin muchos ánimos.

El menor asintió y empezó a caminar siendo seguido por Jisung. La atmósfera entre ellos era un tanto tensa o por lo menos así lo sentía el mayor. Llegaron al estacionamiento sin decirse una palabra y si le permitían ser honesto, Jisung no toleraba aquello, no toleraba ser ignorado como si nunca se hubiesen conocido, como si nunca si hubieran terminado en los peores términos existentes, como si nunca se hubiesen amado...

Minho desbloqueo su vehículo que casualmente era una Porsche cayenne, lo cual sorprendió bastante al médico ya que tenía entendido que aquel vehículo era costoso y Minho se había graduado hace poco. Ambos se subieron al vehículo, la atmósfera era incluso peor allí dentro y Jisung no lo soportó un minuto más.

Minho procedió a colocarse el cinturón de seguridad, dándole un vistazo al castaño a su lado quien se mantenía tieso o bien inmerso en sus pensamientos.

-¿Podría colocarse el cinturón de seguridad? -le solicitó mientras encendía el auto.

-No-negó el mayor. Procedió a apagar el vehículo y tomar la llave en sus manos en un acto impulsado por la desesperación.

-Doctor Han...

-¿Ahora será así? -el mayor lo miró a los ojos por primera vez-. ¿Vamos a fingir que no nos conocemos?

Minho le sostuvo la mirada-. Es que usted y yo no nos conocemos.

-No puedo creer lo que estoy escuchando- rió con sorna en su voz.

-¿La verdad?

-Esa no es la verdad-replicó de mala gana-. Han pasado 6 años... no puedes pretender aparecer en mi vida y que siga siendo el mismo niñato que humillaste y quebraste, el don nadie. No lo soy, y con eso no quiero decir que ahora soy egocéntrico o algo parecido, pero si tuve que madurar, me obligué a madurar cuando me quedé solo en el mundo-. Minho lo miró con coraje en sus orbes. Una rabia almacenada en su interior-. No tienes ni la mínima idea de lo que ha sido mi vida, Han.

-No...-la voz de Jisung se trancó y sus ojos se cristalizaron mientras observaba con arrepentimiento al menor.

-Así que no me hables como si me conocieras, no sabes nada de mí. Te lo aseguro. -sentenció en un tono cruel y le arrebató de las manos las llaves de auto para volver a encenderlo.

Jisung no podía soportar más esa atmósfera tan pesada.

No podía con la culpa.

No podía con las lágrimas traviesas que surcaban por sus ojos.

Salió del auto y huyó.

Como un cobarde.

Otra vez.

¡gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top