Capítulo 8
Al llegar allí no había forma de encontrar un vuelo inmediato a Hamburgo. La opción más rápida requería una escala en Philadelphia. El avión salía en apenas una hora y media. Me apresuré a comprar el billete y a facturar la maleta. La escala en Philadelphia duraba otra hora y media. Me empezó a doler el estómago por los nervios. No me servía de nada estar la primera en la puerta de embarque. Decidí ir a una cafetería y pedirme una tila. Encendí el móvil para ver si, por algún casual, Bill me hubiese llamado de nuevo. Pero no. Sin embargo tenía 25 llamadas de Tom y otras 5 de Georg. Aquello me pareció muy extraño. Llamé a Tom para ver que quería.
- ¿Tom?- pregunté cuando descolgó
- ¿Dónde estás Shannon?- le temblaba la voz y parecía congestionado
- En Philadelphia, intentando llegar a casa... ¿por qué me has llamado?
No me contestó.
- ¿Tom?- miré el teléfono por si se había cortado- ¿Tom?- repetí
Me estaba preocupando. ¿Qué demonios le pasaba?
- ¿Estás bien?- pregunté
- Bill ha tenido un accidente
El tiempo pareció pararse a mi alrededor. Dejé de oír, empecé a sentir mucho calor y tenía la vista nublada. Notaba mi propio pulso martilleándome las sienes, empecé a ver colorines y lo siguiente que recuerdo es estar en el suelo con un hombre elevándome las piernas y varias personas más alrededor.
- ¿Estás bien, guapa?- preguntó una mujer
Abrí más los ojos y entonces recordé todo.
- ¿Y mi teléfono móvil? ¿Dónde está?
- Aquí- me respondió ella
Hice amago de incorporarme pero me lo impidieron.
- Debes relajarte, te has desmayado... espera unos minutos a volver a estar estable- dijo el hombre
- No- negué con la cabeza- voy... voy a perder mi vuelo- miré el reloj y era cierto
Me levanté de golpe, recogí mis cosas, di las gracias y me fui andando deprisa. Volví a llamar a Tom.
- ¿Shannon?- respondió al descolgar- ¿Por qué no me respondías?
- ¿Un accidente?- ignoré su pregunta- ¿Qué ha pasado?- pregunté con un más que notable temblor en la voz
- Es mejor que lo veas cuando llegues
Volví a ver borroso y me apoyé contra la pared. Respiré hondo.
- Tom no me jodas... ¿él está bien?
- No, no lo está.
Se le cortó la voz al final de la frase. Me faltaba el aire. Tapé el auricular y respiré agitadamente. Se me empezaron a saltar las lágrimas.
- Cuéntame que ha pasado
- Por aquí no. En cuanto llegues ven al hospital. Aquí te espero.
Colgó sin decir más. Guardé el teléfono y fui a buscar un baño. Me lavé la cara y cogí papel. La avalancha verdadera de lágrimas no tardaría en llegar, y sería imparable. Fui a la puerta de embarque y creo que llegué de las últimas. En cuanto despegamos llegaron las lágrimas incontrolables. Me esperaban muchas horas de vuelo, demasiadas horas sin saber que le había pasado a Bill.
- ¿Señorita necesita algo?- me preguntó una azafata
- ¿Tiene alguna droga?- pregunté sin rodeos y sin darme cuenta del contexto
Me miró espantada.
- Ya veo que no- dije- entonces no puede ayudarme
Nada más aterrizar me fijé en que era noche cerrada. ¿Cuántas horas habían pasado realmente? Esperé con impaciencia a que saliese mi maleta y corrí hacia un taxi, sin darle importancia al hecho de estar ciega por las lágrimas.
- Al hospital por favor- dije al subir
- Vaya... no es un recorrido muy habitual...- me dijo el taxista mirándome por el espejo retrovisor
Empecé a llorar más. Encendí el móvil y llamé a Tom.
- ¿Ya has llegado?- preguntó
- Sí, estoy de camino... ¿cómo está?
- Deja de preguntar Shannon... lo verás cuando llegues
- Tom no puedes tenerme así...
- Ahora nos vemos- colgó
Cuando llegamos saqué un billete de 50 euros y se lo dí al taxista. Salí disparada sin esperar el cambio. Entré con la maleta tras de mí y corrí hasta el mostrador.
- ¿Me puede decir la habitación donde está Bill Kaulitz?
La mujer me ignoró por completo.
- ¿Perdone?- dijo al cabo de unos segundos
- Bill Kaulitz- repetí- ¿Puede decirme dónde está?
Buscó la información en el ordenador y después me miró detenidamente. Debía tener un aspecto horrible... tantas horas llorando no le sientan bien a nadie.
- ¿Es familiar suyo?
- Sí, joder- solté
- No tiene porque hablarme así, solo cumplo con mi deber. El señor Kaulitz está en el box 30, en la Unidad de Cuidados Intensivos.
No me despedí, no di las gracias, solo corrí hasta el ascensor.
La sala de espera de la UCI estaba cerca del ascensor. Miré a todos lados con desesperación y por fin vi a Tom.
- ¿Tom, qué ha pasado? ¿cómo está? - mi voz acabó casi en un grito
- ¡Espera, espera!
Me sujetó del brazo y me empujó hacia el pasillo para que pudiésemos hablar con más intimidad. Suspiró con fuerza.
- Después de que le llamases... Bill se fue de casa
- Estabais discutiendo-recordé
- Sí, y para parar decidió irse. Al cabo de un rato me llamaron de aquí
- No lo entiendo- dije mordiéndome el labio inferior mientras le miraba
Me fijé entonces en su aspecto. No sonreía, tenía los ojos y la nariz rojos, parecía haber envejecido 10 años y le temblaba la voz al hablar.
- Shannon... Bill tuvo un accidente con el coche
- ¿Qué?- creo que no me salió la voz, sino que solo leyó mis labios
- No está bien. Consiguieron estabilizarle pero...por lo que dicen parece que su cerebro no... Parece que...- tragó sonoramente- que está en coma- dijo por fin.
Empecé a temblar, no podía respirar... me faltaba el aire, me estaba ahogando de verdad. Me llevé las manos a la garganta y me incliné hacia delante. Tom me cogió por los hombros
- ¿Shannon?
Me liberé de él y me apoyé contra la pared. Poco a poco descendí hasta quedarme sentada, algo de aire entró en mis pulmones. No lloraba, ni las lágrimas me salían. Estaba en un shock absoluto.
- Si quieres puedes entrar a verle- me dijo Tom que si lloraba
Sí, Tom estaba llorando.
Negué con la cabeza y la oculté con las manos. Cuando las retiré Tom no estaba, supuse que había vuelto a la sala de espera. Contemplé el pasillo... demasiado lúgubre y triste. No sé cuanto tiempo pasó, no sé que pasaba por mi cabeza, si es que pasaba algo; solo sé que volví al mundo real cuando vi a la madre de los gemelos salir angustiada del ascensor.
- ¿Shannon?
- Simone...- me levanté
- ¿Qué le ha pasado a Bill?-preguntó con angustia
Intenté hablar pero no me salieron las palabras, no lo asimilaba aún.
- Creo que es mejor que te lo diga Tom. Está dentro, con él
No me dijo nada más y desapareció por el mismo lugar que Tom. ¿Qué aspecto tendría Bill? Todavía no me sentía capacitada para entrar, aunque sabía que en algún momento tendría que hacerlo. Entonces me percaté en que aún tenía la maleta a mi lado. Sabía que llevaba pastillas para dormir. Me iban a hacer falta, por el cambio horario y por el drama que me esperaba. Las busqué por toda la maleta hasta encontrarlas y fui hasta una máquina expendedora para tomar una tila junto con la pastilla.
Vi a Simone salir sin pararse y como bajaba por las escaleras. Pensé en ir tras ella, pero no me sentía con fuerzas para consolar a nadie. Esperé cosa de media hora, intentando ver algún efecto de la pastilla, pero no noté nada. Las horas seguían pasando... no podía atrasar más el momento. Caminé despacio hasta el interior de la UCI. Me abrieron una puerta de seguridad para poder acceder y seguí las indicaciones hasta el box 30. Abrí la puerta con cuidado y pasé. Me tapé la boca con las manos, para acallar una exclamación. Bill estaba tumbado en la cama, enganchado a cientos de cables. Un par de monitores informaban de sus constantes vitales. Estaba muy pálido, el típico pálido enfermizo. Tenía un lado de la cara amoratado y un ojo muy hinchado. Uno de los brazos estaba escayolado y reposaba sobre su cuerpo.
- Explícame mejor que ha pasado- le pedí a Tom en voz baja
- Chocó contra el coche de delante... el coche rebotó contra el quitamiedos... no saltó el airbag, iba sin cinturón... salió disparado por el cristal...
- ¿Es definitivo? Hay comas que son temporales y...
- Los médicos no están seguros aún pero creen que no parece temporal... que solo nos queda esperar que despierte dentro de mucho tiempo no se sabe si con daños cerebrales o esperar que...- no acabo la frase y se tapó la cara.
Me acerqué a la cama y me senté. Cogí la mano que no estaba escayolada, aunque sí sujeta a numerosos cables. Volví a llorar. Aquello no podía estarme pasando, hacía un día Bill estaba bien, estábamos juntos y ahora...
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