Capítulo 33
No tardé en averiguar que Bill solo quería a la chica para tener relajado a Tom, hacerle creer que estaba interesado en ella y que estaba olvidándose de mí. Tom, inocente, se lo creyó. De vez en cuando hacía bromas con el tema y le lanzaba "indirectas" a su hermano para que se lanzase con la chica. Bill le seguía la corriente pero cuando Tom se iba de casa a comprar o a pasear no dudaba en venir y rondarme, igual que aquella noche. Yo ya casi temía que Tom saliese de casa, porque sabía lo que conllevaba. Bill estaba empeñado en confundirme y no iba a parar. Me estaba resultando especialmente difícil todo aquello. Hacía que mis sentimientos y emociones se revolucionaran. Además mis hormonas, no colaboraban en absoluto. Cada día estaba de un humor diferente: frágil, triste, tensa, peleona...
- Basta Bill...- dije por enésima vez aquellos días.
Me separé de él y agarré el pomo de la puerta pero según la abrí él la empujó para cerrarla. Había recuperado bastante la fuerza.
- Cuanto más huyes más me das la razón- me susurró al oído.
- ¿Sobre qué?
- Tienes miedo a volver a quererme como antes.
- Bill lo que va a pasar es que voy a acabar odiándote- dije enfadada- Vete.
Me miró entre divertido y juguetón.
- Tranquila, ya te dejo...
Salió de la habitación y yo seguí con mi ardua tarea: sacar del armario la ropa que ya me quedaba pequeña. Cuando Tom regresó ya había sobre la cama un buen montón de faldas y algunos pantalones.
- ¿Y todo esto?
- Ropa que ya no me sirve.
Él me miró durante unos segundos y después sonrió.
- Vas a tener que comprarte ropa de esa para embarazadas...
- ¿Premamá? ¡Ni hablar! Me niego.
- No creo que puedas elegir...
Le miré fingiendo estar enfadada.
- De todas formas, con tripita y todo a mí me sigues encantando- dijo Tom rodeándome la cintura con los brazos.
- Ya verás, cuando esté como un zeppelín te haré tragarte tus palabras.
- No seas tonta, cuando estés como un zeppelín ya me habré buscado a otra- bromeó.
- Que idiota...
Me acercó más a él y me besó. Últimamente apenas nos rozábamos intentando no incomodar a Bill, por lo que aquel beso me hizo recordar muchos otros, hizo que me temblasen las piernas y que me diesen ganas de arrancarle la camiseta. De hecho cuando quise darme cuenta se la estaba quitando.
- ¡Cielos! Menudas ansias tienes ¿no?- preguntó Tom apartándose un poco.
- ¿Acaso tú no?- pregunté yo volviendo a acercarme.
- Ya sabes que yo siempre pero...
- Bill está por ahí entretenido...-le corté- y yo estoy aquí intentando desnudarte.
- Shannon, Shannon...
Cogió mis manos y las sacó de debajo de su camiseta. Me miró como pidiéndome perdón.
- No... no tengo la cabeza donde debo tenerla para estas cosas- se disculpó.
- Bueno, no te preocupes. Pero más te vale encontrarme un hueco en esa apretada agenda.
Los meses fueron pasando y mi actitud con Bill cambió. Ya empezaba a cansarme el jueguecito que se traía conmigo. Le dejé las cosas bien claras aunque mis sentimientos en el fondo no estuviesen tan nítidos. Él reaccionó de un modo que no me esperaba en absoluto:
- Bill esto tiene que acabarse. Si sigues así tendré que decírselo a Tom.
- No lo harías. Nunca provocarías que Tom se cabrease así conmigo
Seguía conociéndome muy bien.
- Igualmente no puedes seguir portándote así. Esto tiene que parar.
- Vale, Shannon. Tranquila. De todas formas pensaba irme así que ya lo tengo más claro aún.
- ¿Irte? ¿Adónde?- aquello había sido como una bofetada.
- No lo sé, lejos. A olvidarme de todo.
- Bill yo no he dicho que quiera que te vayas.- estaba temblando por dentro.
- Shannon no voy a quedarme a ver como Tom y tú os convertís en padres y sois una familia feliz. No pensaba quedarme, no tiene nada que ver con lo que acabas de decirme.
- Pero...
- ¿Pero?- preguntó- ¿pero qué?
- No quiero que te alejes de nosotros- confesé.
De repente sentía un extraño dolor en el estómago. Quizá estaba siendo egoísta diciéndole aquello, pero no me imaginaba mi vida de nuevo sin Bill. Ya le había perdido durante aquel año y había sido lo más duro de mi vida. No estaba preparada para que se fuese.
- Pero tengo que hacerlo, porque sino, sabes tan bien como yo que acabaré convenciéndote de que vuelvas conmigo, haremos daño a Tom, te arrepentirás de todo... Y no quiero seguir viéndote como "mi novia" la única forma de cambiar mi pensamiento es irme. De todas formas ya lo había hablado con Tom, aunque ahora veo que él no te había comentado nada...
En aquel momento debí quedarme blanca. Tom debería habérmelo contado ¿por qué no lo había hecho? ¿por qué me ocultaría algo así?
- ¿Y cuándo te vas a ir?- pregunté.
- Cuando acabe la rehabilitación.
- O sea, dentro de poco.
Él asintió levemente con la cabeza. Apenas debían quedarle unos días para que le diesen el alta definitivamente. Sabía que Bill llevaba parte de razón, había momentos en los que su insistencia hacia que mi determinación se tambalease. Una parte de mí le añoraba con demasiada fuerza. Que se fuese al acabar la rehabilitación me parecía una absoluta locura, era demasiado pronto. No estaba preparada.
Aquellas prisas debían tener una explicación. Algo se me estaba escapando. ¿Por qué un cambio tan radical de repente?
- Bill no puedes irte...
- Por favor Shannon... es lo mejor.
- ¿Qué te ha dicho Tom para que hagas esto?
---------------------------------------------------
Espero que lo hayáis disfrutado. ¿Creeis que Bill se irá? Lo veremos pronto ;)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top