Capítulo 2



Bajé de nuevo al comedor y me senté con los chicos. Mis tortitas me esperaban, junto a una buena taza de café con leche condensada. Bendito Bill.

- ¿Seguía dormido?-preguntó Bill

- Eso parecía...- murmuré

- No seas dura con él, todos podemos quedarnos dormidos un día- intentó defenderle

- Si fuese formal, y no estuviese de fiesta hasta las tantas podría levantarse a la hora pactada sin parecer un zombie

Georg se rió y yo casi también. A él le hacía gracia cuando me enfadaba con Tom. Intenté comerme mis tortitas sin pensar más en el tema, no quería estar enfadada más rato. Aunque en ocasiones pueda parecer un ogro no lo soy. Simplemente tengo mal pronto y parezco más borde de lo que realmente soy.

El equipo comenzó a ponerse en marcha y nosotros no tardamos en seguirles. Los chicos fueron a la furgoneta y yo, que como digo, en el fondo soy buena, me acerqué a un camarero y le pedí que me trajese unos croissants envueltos en papel. Cuando Tom salió del ascensor, con las mismas ojeras pero con los ojos algo más abiertos, me acerqué y se los di.

- Toma, para que desayunes algo. Vamos que ya te estábamos esperando.

Cogió los croissants y fuimos hasta la furgoneta. Como siempre yo monté al lado de Bill, en la fila de asientos del medio. Aquel día nos tocaba una pequeña charla en la radio. Después comer, prueba de sonido y concierto. Todo iba a ir un poco precipitado. Llegamos a la radio y como de costumbre se llevaron a los chicos para conectarles a los cables (parecía que fuesen a entrar en Matrix más que a hablar por radio) mientras yo organizaba el papeleo e intentaba aprovechar al máximo el tiempo restante.

La entrevista en radio fue lo típico. A pesar de todos los años de carrera que tenían a sus espaldas una gran parte de las preguntas seguían siendo las mismas.

- Bueno chicos, ¿qué tal todo? ¿cómo sienta estar de nuevo en casa?-preguntó el entrevistador

- Genial, estamos muy contentos de haber vuelto a Alemania- respondió Bill tomando la iniciativa

- Como siempre vuestro paso por América ha sido devastador. Tenéis mucha fuerza y arrastráis a miles de chicas de un lado a otro del país.

- Sí, es increíble ver como las fans nos siguen apoyando e incluso como muchas empiezan a escucharnos por primera vez. Estamos muy agradecidos- contestó Bill de nuevo

- ¿No estáis cansados del ritmo de vida que lleváis?

- Cuando algo de gusta de verdad...- comenzó Bill

- No te importa seguir con ello a todas horas- terminó Tom

Y etc, etc. Preguntas clásicas hasta llegar a lo interesante.

- Bill, últimamente se dice que estás saliendo con vuestra nueva manager. ¿es cierto?

Sí, ya sabíamos que esa pregunta saldría y decidimos mentir al respecto. En público nunca nos mostrábamos más cariñosos de la cuenta por lo que no había peligro al mentir. Lo mejor para la imagen de los chicos y para mi integridad física era que siguiesen solteros ante el público.

- En absoluto. Con Shannon únicamente me une una relación laboral

- ¿Y no tienes ninguna relación con alguna otra chica?

- Con ninguna- afirmó Bill

- ¿Y vosotros?- preguntó a los demás

- Solteros todos- respondió Georg- es lo malo de tener una agenda tan apretada...

- Bueno chicos, creo que se nos ha acabado el tiempo. Muchas gracias por vuestra visita y os deseamos mucha suerte.

- Gracias a vosotros- dijeron los cuatro a la vez

Que bien enseñados les tenía mi hermano.

Salieron de la cabina y me acerqué a ellos. Nos alejamos en silencio hasta una especie de cafetería dentro del mismo edificio.

- Muy bien dicho, todo - felicité

- Uno ya coge práctica- me dijo Bill- Aunque sigue sin gustarme eso de mentir a las fans...

- Ojos que no ven corazón que no siente- cité

- Sí, es lo mejor para todos- me apoyó Tom

Puse los ojos en blanco y les pedí que abreviaran con los cafés. Les esperaría abajo. Me encontré con varios "altos cargos" de la emisora de radio que me agradecieron haber hecho un hueco en la agenda de los chicos. Educadamente les di esquinazo y salí a la calle a fumar un cigarro. Llegaron varios de nuestros coches y finalmente la furgoneta. ¿Dónde se habían metido? Me asomé a través de las puertas automáticas justo cuando salían. Me apresuré a tirar el cigarro al suelo. Bill y yo habíamos pactado fumar menos. Aunque ambos hacíamos trampas.

- Venga chicos, vamos directamente al lugar del concierto. Allí nos llevarán la comida, ensayaremos, descansaremos un rato y después daréis un conciertazo- dije mientras abría la puerta de la furgoneta.

Entraron de uno en uno y yo la última. Saqué del bolso un espejo pequeño y con él busqué la imagen de Tom. En la entrevista había estado muy callado y ahora estaba con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el cristal. Estaba segura de que no había dormido nada.

- Tom, pediré que te traigan algo para activarte. Porque si no me parece que no vas a aguantar.-dije intentado no sonar borde

- Vale- me contestó él en un susurro

Bill me miró y sonrió levemente. Le devolví la sonrisa. Pronto empezaron a parlotear entre ellos, salvo Tom que seguía semi-inconsciente. Los viajes con ellos nunca podían ser aburridos.

Llegamos al recinto por la puerta trasera. Inmediatamente salieron los guardaespaldas y gran parte del equipo para tapar y proteger a los chicos, por si acaso. Sabíamos que ya había muchas chicas esperando, hay cosas que nunca cambian. Fuimos sin demasiada prisa hasta el escenario. Los chicos tienen sus manías y rituales, antes de la prueba de sonido Gustav coloca correctamente la batería y Tom y Georg dejan cerca los instrumentos que utilizarán y el orden en que lo harán. Todo eso podría hacerlo algún miembro del equipo, pero eran supersticiosos y querían hacerlo por sí mismos. Bill no tenía ningún ritual de ese tipo por lo que él y yo fuimos directamente a la sala donde comeríamos. Se dejó caer en un sofá y tenía aspecto de estar bastante cansado.

- Voy a buscarte un café- dije viendo su aspecto

Salí de allí y apenas había pedido el café ya lo tenía en las manos. Que eficiencia, me encantaba que les cuidasen tanto. Volví a entrar donde estaba Bill y le acerqué la taza.

- Gracias- me dijo sonriendo

- Venga Bill, este es el último. Después tendremos unas pacíficas vacaciones de navidad

- Nos encontrarán, fijo.-me miró- Y descubrirán que hemos mentido- añadió

- Piensa positivo por una vez-pedí

Volvió a sonreírme. Era una de las cosas que más me gustaba de él, siempre sonreía. Me senté a su lado en el sofá y apoyé mi cabeza en su hombro justo cuando entraron los demás. Al ver a Tom me acordé de que debía conseguir algo para despejarle.

- Voy a buscar lo que te he dicho antes- le dije

Salí dejándoles solos a los cuatro. Encontré a uno de los miembros del equipo, encargado de traer la comida y la bebida.

- ¿Me puedes conseguir algo para levantar el ánimo? ¿Algo energizante? ¿aunque sea droga?- bromeé

- Veré que puedo hacer

Volvió al cabo de unos minutos, con una taza en las manos.

- ¿Qué es?-pregunté

- Té y más infusiones excitantes. Y toma esto también- me dio unas pastillas- Digamos que son lo contrario a un somnífero

- Vale, gracias.

Guardé las pastillas en el bolsillo del pantalón. Según como le viese se las daría o no.

- Toma, un té y hierbas varias- dije cuando entré

Cogió la taza y ni me lo agradeció. Tom me aborrecía tanto como yo a él. Quizá tuviese algo que ver que yo no caí en su trampa de amor de una noche, aunque lo intentó con insistencia. Antes de que estuviese con Bill, claro. Sí, eso también influyó en mi opinión sobre él. No me hizo ninguna gracia que me acechase desde el primer día. Y a él no le gustó que le rechazase y más tarde saliese con Bill.

A los pocos minutos trajeron la comida y los chicos se abalanzaron sobre ella como muertos de hambre. Por suerte (y por petición expresa) mi comida era más ligera y sana.

- No sé como puedes comer eso- me dijo Bill mirando la coliflor que había en mi plato

- A mí me gusta

- Donde esté una buena hamburguesa como esta- comenzó Georg

- Perritos calientes...

- Filetes con patatas...

- Parad- pedí

Ellos rieron. No es que esas comidas no me gustasen pero no eran mi plato favorito que digamos.

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