Capítulo 1

Había pasado una semana desde que se había desmayado -otra vez- al ver la sonrisa de su bello amor imposible y aún no podía quitárselo de la cabeza. Sus mejillas aún se ponían rojas al recordar aquella simple acción, pero que para él era tan especial, pues el simple hecho de que estuviese sonriendole a él era lo mejor que podía pasarle en el año.

Por supuesto, recibió muchas burlas de parte de sus amigos, en especial de Jacob, pero eso no le molestó, después de todo sin bullying no hay amor. Eso sí, desde ese día evitar ver a Hyunjoon aún más que antes. Se sentía avergonzado de que lo haya visto de esa manera. Pero era complicado el esconderse cuando iban a la misma clase y cuando sus casilleros estaban cerca el uno del otro.

En fin, en este momento se encontraba en la cafetería, escuchando a sus amigos hablar mientras él jugaba con la comida, no tenía hambre. A lo lejos pudo ver al chico de sus sueños charlando con sus amigos, se veía tan lindo como costumbre. Por supuesto sus celos no podían faltar al verlo charlar tan animadamente con ese chico llamado Jae Hyun, aveces le gustaría cambiar de vida con ese chico, al menos por un día y así poder estar con su hermoso Hwallie.

Suspiró pesadamente y fijó su mirada en la comida que tenía en frente, se sentía muy cobarde por no poder hablarle a su bello amor imposible, lo cual era muy frustrante pues él es alguien muy sociable, pero Hyunjoon tenía ese algo que lo hacia ponerse como pendejo al estar en su presencia.

—¿Qué tienes? —preguntó Jacob que estaba a un lado suyo.

—Estoy sufriendo mucho —dramatizo entre falsos lloriqueos, formando un pucherito en sus finos labios.

—¿Qué te duele? —Preocupado, comenzó a revisar a su amigo.

—El corazón, Jacob, el corazón.

—¡¿Qué?! —gritó asustado—. ¡¿Estás bien?! ¿Quieres que llame a tus padres? ¿Vamos a la enfermería? ¡Por Dios, Kev, di algo!

—¡HYUNJOON SE VE HERMOSO HOY! ¡POR DIOS, VEN CONMIGO QUE TE HAGO DIEZ HIJOS, BEIBI!

—¡KEVIN, MALDITO DESGRACIADO, ME ASUSTASTE! —gritó con molestia, comenzando a golpear repetidas veces el brazo de su amigo.

Kevin no pudo evitar reír, intentando cubrirse de los golpes de Jacob.

—¡Lo siento, lo siento!

—Lo siento —repitió con molestia—. ¡Casi me matas de un infarto!

—Ya, lo siento. Prometo no volver a jugar así. ¡Pero es que se ve hermoso!

—¡No me importa si tu crush está bueno o no, no vuelvas a causarme un puto infarto porque te juro que a la próxima le como la boca a Hyunjoon como venganza!

—¡Ni se te ocurra hacer tal atrocidad, Bae Jacob, porque te castro! ¡CON MI BEBÉ NO!

—Ya, hombre, no metas a mis hijos en esto.

Kevin se cruzó de brazos molesto y miró al frente una vez más, encontrándose con la mirada de Hyunjoon. El escándalo que habían armado los dos llamó la atención de varios presentes, Hyunjoon entre ellos. El rostro de Kevin se encendió en un rojo intenso al tener los ojos de su crush sobre él.

"¿Me habrá escuchado?" Pensó el canadiense. Si antes quería morirse, ahora deseaba desaparecer de la fas de la tierra.

Avergonzado, se levantó de golpe y caminó con rapidez hacia la salida, huyendo del lugar ignorando los llamados de Jacob. Podría jurar que salía humo de sus orejas, sentía que su rostro explotaría de lo roja que se encontraba. 

Cuando llegó a los casilleros pudo respirar en paz, estaba seguro de que se había alejado lo suficiente de su crush. Ya más calmado, caminó hacia su propio casillero para sacar los libros de su próxima clase. Cuando llegó a su puesto, sacó los libros y se quedó mirando por unos segundos la foto de Hwall que tenía en la puerta del casillero, esa que le había sacado en clase de gimnasia cuando estaba distraído. Había valido la pena el golpe de la pelota que había impactado en su cabeza por no prestar atención.

Suspiró ligeramente al sentirse un cobarde nuevamente. Aún no entendía porqué no podía hablarle a ese chico como normalmente lo hace con todo el mundo. Sacudió su cabeza para despejar esos pensamientos y cerró la puerta del casillero, encontrándose con el bello rostro de su amor platónico detrás de ella.

—Hola —saludó aquel chico con una hermosa sonrisa decorando su bello rostro.

Kevin sintió su corazón acelerarse al oír su hermosa voz. ¡Por Dios! Tenía el privilegio de escuchar su melodiosa voz, ¡sus oídos habían sido bendecidos en este momento!

—H-H-Hola... —respondió él con sumo nerviosismo, su rostro encendiéndose en un rojo intenso—. ¿N-Necesitas algo?

—No, solo quería preguntarte cómo estabas. —Kevin lo miró sin entender, algo extrañado—. Es que hace unos días te vi desmayarte, pero cada vez que quería preguntarte salías huyendo por alguna razón.

—Ah... sí, no te preocupes. —Sonrió con timidez.

—Me alegro. Puedes contar conmigo para cualquier cosa, ¿sí? —Kevin asintió, tenía miedo de que el grito de fanboy se le escapara de la garganta si abría la boca—. Bien. Nos vemos luego, Kevin —dijo sonriente para luego irse.

Estando solito, al fin pudo respirar con normalidad. ¡Hyunjoon estaba preocupado por él! Y lo más importante, ¡HYUNJOON LE HABLÓ!

La sonrisa radiante que se formó en su carita no iba a poder ser borrada por nada del mundo.






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