25.
Narra MiChan.
Estaba muy feliz al llegar por fin a Daegu. Traíamos varios reconocimientos para nuestro centro de investigación, recibimos una invitación para participar en un congreso en Alemania, me entrevistaron y me di cuenta que soy reconocida ¡Mucha gente me conoce! Eso me dejó sorprendida, no me lo imaginaba y por último recibí un cambio de look. Pues si, me convencieron para arreglarme el cabello, ahora es castaño y muy lacio, también tengo flequillo está muy chulo. La ropa me opuse a cambiarla, me gusta mi estilo aunque si compré algunas nuevas prendas que me vienen bien ahora que viene el verano.
Al llegar a casa me detuve unos segundos en la puerta, suspiré antes de entrar pidiendo que hoy no me encontrara con Yoongi, y que mañana tampoco. Pero... Mis ruegos fueron en vano, ni siquiera tuve que entrar para verlo, justo cuando tenía pensado abrir la puerta el llegó junto a mi.
Me sorprendí un poco, no vestía de negro ni llevaba gorra. Traía una camisa blanca de mangas largas remangada en sus antebrazos dejando ver su pálida piel adornada de unas verdeazuladas venas, usaba también un pantalón negro olgado y unas cómodas sandalias que le daban un estilo diferente. Estaba bien peinado y olía muy bien, inundó el espacio con su rica colonia.
— Ho-hola— saludé al sentirme incómoda por su mirada.
Sus ojos reparaban en mi, me incomodé un poco porque a parte de tener mi cabello cambiado traía un vestido de florecitas que me gustó mucho cuando lo ví en una tienda, suelo usar cosas largas por debajo de mis rodillas pero ese me quedó algo corto y se veían mis piernas de pollo flaco, sentía la necesidad de cubrirme y lo hice tímidamente detrás de mi maleta.
No dijo nada, luego de observarme se dirigió a colocar el código de la puerta y luego entró. Yo lo seguí pasando un poco de trabajo con la maleta y me detuve en la escalera, suspiré para tomar fuerzas y subir con aquello que pesaba demasiado, pero no fue necesario debido a que milagrosamente un brazo firme me arrebató la maleta de las manos.
— Es muy probable que termines callendote si cargas esto, eres...
— Ya vas a ofenderme— lo enfrenté e hice que soltara mi equipaje— Yo lo haré, no te molestes— me da un pequeño empujón despues de soltar un bufido y con facilidad sube mi maleta hasta mi casa. Luego bajó y al pasar por mi lado se detuvo.
— Sígueme.
— No, que yo sepa no tenemos nada que hablar.
— ¿Puedes parar? Ya sé que escuchaste todo lo que hablé con mi hermano— abrí mis ojos como plato y enmudecí— Sé que tienes todo el derecho de odiarme, pero ¿Puedes escucharme al menos? No me perdones, vete si quieres pero primero escúchame.
— Está bien.
Salimos de la casa y comenzamos a caminar dando ligeros pasos, el no acababa de hablar y me ponía de los nervios.
— ¿No abrirás la boca?
— Cállate, estoy organizando las palabras, ¿crees que es fácil decirle a una idiota como tu que lo que hice fue por el bien de ella y que solo la quería proteger de alguien como yo?
— Lo acabas de decir y te he entendido perfectamente— sonreí porque por primera vez veía a un Yoongi nervioso, podía verlo como un ser humano cualquiera— Y pues en respuesta te diré que, has sido un completo idiota al tomar este método tan hiriente para "protegerme" Hubiera sido mejor que me hubieras dejado sufrir por mi misma.
— Se me salió de las manos.
— Solo quiero saber algo Yoongi.
— Dime.
— ¿Has sentido algo por mi?¿Al menos lastima?¿Compasión?
— No importa lo que haya sentido antes.
— Solo quiero saber si fue cierto lo que me dijiste aquel día, que sentias asco de mi.
— ¿No prefieres que te diga lo que siento ahora?— me detuve al imaginarme miles de respuestas si le decía que si, sentí un escalofrío total y mis piernas se quedaron Inmóviles.
— Dilo.
— Pues aunque no me creas estos cuatro días me los he pasado pensando en como decirte esto, ni yo mismo sé que mierda me sucede, pero si, siento que no quiero dejar de ver tus cuatro ojos y tu fea sonrisa llena de hierros.
— ¿Qué quieres decir?
— No quiero que te vayas.
Como toda una imbécil llevé mi mano al pecho cuando sentí mi corazón latir muy fuerte. Si, tenía que se saliera de lugar porque de verdad fui sorprendida por aquellas palabras salidas de la boca de mi insoportable vecino. Dio un paso más hacia mi y mi inmovilidad me permitió retroceder permitiendo así que el espacio entre nosotros disminuyera.
— Y-yo...
— No te detendré si decides irte, simplemente quiero que sepas que mi vida ya no tiene sentido sin ti, queda en tus manos dejarme vivir de nuevo en la oscuridad o darme un poco de tu luz.
My God que poético.
— Lo siento...
— ¡En serio! ¿Despues que dije todo eso tan cursi decidirás irte?
— Pero...
— Vale, haz lo que quiera me importa una mierda.
— ¡Min Yoongi!— grité tan fuerte que luego sentí como un silencio extremo— Yo... Siento que... Te odio, pero... Uyyy también te quiero, y no sé que hacer porque me dolió lo que me hiciste pero quiero estar contigo y— cuando sentí su boca contra la mía juraría que el alma se me fue del cuerpo, fue tan fugaz, repentino, salvaje. Aaaaaaaaaaah. Me estaba besado Santo cielos.
— Quédate conmigo, el resto de tu vida— susurró luego de separarnos. — Sé que eres la indicada para mi.
— Y que pasa con...
— Shh, no importa nada ya. Lo podré sobrellevar si estas a mi lado.
— Está bien.— contuve una sonrisa— Estaré contigo.
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