24.

Yoongi.

Despegué la vista del auto de MiChan y con pocas ganas miré la expresión de mi hermano, esa que odio porque siempre trae con ella alguna estupidez.

— Que genial sería unas vacaciones en Jeju ¿eh? Con la chica que te gusta y disfrutar del mar y de las diversas opciones para compartir en parejas.

— Pues consigue un pasaje y ve con tu esposa, ahora lárgate de una vez por todas, anda.— doy algunos golpes en el techo de su auto y retrocedo un paso.

— Si ya me largo, te dejó con tu sombría soledad, me llamas si necesitas un poco de mi luz.

— Te tomas muy en serio el apodo que te dio tu esposa.

— Sabes que soy un sol— me guiña el ojo y niego como reacción ¿Como es posible que seamos tan diferentes?

— Acaba de desaparecer.

Di la espalda y entré a casa. Desde el jardín delantero miré la casa de arriba, recordé  lo que le he dicho a ella, recordé lo que hablé con mi hermano anoche y que sin planearlo terminé confesándole a ella lo que sentía, porque lo noté, al instante que mi hermano abrió la puerta y la encontró ahí supe que había escuchado todo. Ahora está el gran problema de que ninguno de los dos es lo suficientemente valiente como para enfrentarnos. Por mi lo dejara todo así, y quizás ella ya no le importe lo que siento o deje de sentir. En fin, a la mierda todo.

Estuve un rato deleitandome tomando un café después me fui a preparar, tenía algunas cosas que hacer hoy. Hoy pretendo unirme a la empresa de uno de mis colegas de trabajo, supongo que hoy tengo que esmerarme y lucir deslumbrante, tampoco quiero dar una imagen de un chico destrozado que ha vivido todo este tiempo sufriendo por la muerte de su novia. Ujum, tiendrian razón al pensarlo pero no me da la gana. Hoy les mostraré un Yoongi diferente, así ganarme más rápido el puesto de compositor exclusivo de su empresa.

Estuve con ellos en 30 minutos, estaban todos reunidos, me recordaron la época en que sonreía, me quería comer el mundo, cuando sentía que estaba en la cima y que todos halagaban y admiraban por su arduo trabajo. Los ví allí, vestidos de trajes elegantes, luciendo relojes de lujo, viéndose superiores a mi, y por mi mente solo pasaba esas imágenes de mi yo anterior.

— ¡Yoongi! — me saludaron con alegría y forcé una ligera sonrisa— Wah, pero si sigues igualito— los saludé a cada uno y luego me senté en su mesa.

— Que alegría volvernos a reunir.

Comenzaron a charlar sobre sus vidas y bla bla bla, no les estaba prestando mucha atención porque en fin, solo estaban presumiendo.

— Yoongi ¿cuéntanos que ha sido de tu vida estos últimos años?— di un trago a mi vaso y sonreí.

— Solo en casa, haciendo música, así ha sido mi vida.

— ¿Mujeres?¿Sexo?¿Bebida? Nada de eso.

— Mmm, Cigarrillos.

— Ya veo.

— ¿Conoces a Bo MiChan?— alcé mis cejas con sorpresa, y algo desconcertado miré al chico frente de mi— Supe que están cercanos.

— Es mi vecina y casera ¿Como la conoces?

— Podemos decir que mi hermana es fan a ella, es su profesora de química en la Universidad además, es famosa por sus buenas investigaciones— asentí tratando de mostrarme desinteresado— Ella es una de las mejores científicas que tiene Corea, trabaja con mi suegro. Él se pasa el día hablando de lo genial que es y el potencial que tiene.

— Que bueno.

— No la he visto nunca pero dicen que es un poco rara por así decirlo ¿Es cierto?

— Ella es diferente, solo eso.

— Aquí entre nosotros ¿Has tenido algo con ella? Supe de un rumor— bufé y dejé el vaso de cristal encima de la mesa.

— Si me hubieran dicho que ésta reunión se trataba de mi vida personal no hubiera venido.

— No es eso Yoongi, simplemente tenemos curiosidad. No hemos sabido de ti en años, después de la muerte de... — se quedó en silencio porque los otros dos que estaban presente lo fulminaron con la mirada, yo solo sonreí al ver sus expresiones.

— Ya les dije, no he tenido relación con nadie, mi vida a sido así de aburrida.

— Bueno, pues a partir de ahora será diferente, formaras parte de nuestra empresa ¿verdad?

— Pues ¿Por qué crees que estoy aquí?¿Para verles sus feas caras?— rieron crellendo que bromeaba.

— Pues estas caras las vas a tener que seguir viendo, ya formas parte de Ilution Entertainment.

Luego de firmar el contrato estuvimos otro rato ahí, después me llevaron a la empresa y conocí el lugar, me familiaricé con los equipos y conocí a los aprendices. Al llegar la noche me invitaron a cenar y tras hacerlo me arrastraron a un club, según ellos para darme la bienvenida.

— ¡Vamos Yoongi quiero verte perder la cordura por una puta vez!— comenzaron a gritar como unos locos al entrar al lugar.

— ¡Primeramente iré por un trago!

— Va, te esperamos por allá.

Fui hacia el lado contrario a ellos y al tropezarme con la barra pedí una botella de cerveza. La bebí ahí, posado como una mosca en la barra, mirando a la gente pero perdido en mis pensamientos.

— Juraría que aquella noche que hablamos, luego de aquella boda usted me estaba pidiendo que no me alejara, que confiabas en mi y pude ver que te estabas abriendo conmigo. No sé que pasó Min Yoongi, ahora... Solo veo a un chico que está vacío por dentro, un chico que ha pasado de ser alguien a quien comenzaba a ver con otros ojos a uno que me llena de repulsión al verlo.

Y si, ese día me sentía así. Le cogí un poco de aprecio por todo lo que le había dicho y hecho y ella me seguía sonriendo, supe que era una de las pocas personas que quedan en este mundo de corazón puro. Había pasado por mucho, me costaba creer, confiar o admirar a alguien pero con ella todo cambió, ver sus ojos a través de sus grandes lentes me daba tranquilidad, sabía que era alguien en la cual podía confiar y la quería tener cerca. Pero llegó ese tipo aquella noche, me hizo recordar todo, la muerte de DoeBi, la culpabilidad, lo que le prometí en su lecho de muerte, lo malvado que pueden llegar a ser y solo tenía una opción, echar a un lado a MiChan. No quería lastimarla, porque sé que soy un monstruo, no quería ilusionarla, tampoco sabía si podía darle el afecto que ella necesitaba, pero igual siento que... La he lastimado más de lo que quería evitar, se me ha salido de las manos y es posible que a ese corazón puro le haya pintando con un poco de odio y rencor.


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