— Maldito entrometido— saca el dinero y lo deja tirado en el suelo, luego se echa a correr.

Sollozando me acerco a recogerlo y sin esperármelo mi vecino me ayuda con los billetes.

— Gr-gra... gracias.

— Lo hice por mi no por ti, no me dejaban trabajar— me da los billetes y entra a su casa.

Al menos me ayudó, y estoy sumamente agradecido con él. También me siento súper decepcionada de mi hermano, sabía que era así pero no me imaginaba que también iba a ser de esa forma con su hermana y padres. Me siento muy angustiada.

Entro a casa y me dejo caer entre los cojines. Tomo unos pañuelos de la caja y limpio mi nariz, allí me quedo algunos minutos esperando que se me pasara el malestar.

Espera, tengo que agradecerle de algún modo la ayuda a mi vecino, lo que hizo se merece mis más sinceros agradecimientos y ya sé de qué modo hacerlo, le cocinaré, tengo algunas cosas en mi refri creo que puedo hacerle algo rico.

Bajo las escaleras con algunas bolsas y toco su puerta. Siento su gruñido desde afuera y me pongo un poco nerviosa.

— ¿Qué?— como la otra vez el entró a mi casa sin mi permiso hice lo mismo yo esta vez— Oye ¿qué te pasa?

— Siento invadir tu propiedad pero te recuerdo que ya tu lo hiciste una vez.

— Fue necesario.

— Yo también lo hago por necesidad— dejo las bolsas en la encimera y comienzo a sacar los ingredientes.

— No es mi problema que no hayas pagado el gas, sal de inmediato si no quieres que lo haga yo mismos.

— No se me acabó el gas, te cocinaré en modo de agradecimiento— se acerca a mi con expresión de enojo.

— Sale de inmediato— me agarra del brazo y comienza a jalarme.

— Ah— me quejo al sentir una molestia en mi codo, el me suelta de inmediato.— Déjame hacerlo por favor, así me sentiré mejor.— bufa y despeina su cabello más de lo que estaba.

— Quédate ahí sentada ahora regreso— me hace sentar en el sofá por mis hombros y me da la espalda para luego entrar a una habitación que parecía ser el baño.

Sin embargo yo me levanto y voy hacía la cocina, le haré ramen con algunos entrantes, también puedo hacerle carne tengo varios paquetes aquí.

— ¿No te dije que te quedaras sentada aquí?

— Lo siento, es que sentada no podré hacerte la cena— con un ademán me pide que me acerque— Pero...

— Estúpida ya pasó la hora de cenar, casi es hora de dormir ¿que cena me vas hacer?¿La de media noche? Solo ven y sientate aquí antes que pierda la paciencia.— como un perro regañado camino hacia el sofá y me siento, él lo hace luego y abre una especie de botiquín.

— Yo no he cenado todavía...

— Problema tuyo— le iba hacer una mueca pero el me estaba observando— Quítate el abrigo.— abro mis ojos y trago saliva.

— ¿Pa-pa...para qué?

— Estoy seguro que eres virgen, solo piensas en segundas intenciones que obviamente no tengo contigo— me sonrojo un poco y sigo tragando aunque ya no tenga nada que tragar.— ¿No te has dado cuenta que tienes tus codos dañados?

— Ah... Eso no es nada, solo son rasguños...

— Ugh— tira la caja en la mesita— Vete entonces.

Avance 2.0 jajaj