— ¡Hola, Yoongi!— bajo del auto casi tropezando con el andén— Quería invitarte una tasa de café más tarde...Si tienes tiempo.

— No me gusta el café— entra por el portón de madera, saluda a su perro y se adentra a su casa.

Así a sido durante estas tres semanas, no he podido entablar una conversación con él, ni de cinco segundos. Hasta su perro me ladra al verme, creo que son de pocos amigos.

Me dejo caer en la cama, y quito mis lentes para poderme frotar los ojos. Estaba muy cansada, tuve que hacer muchas cosas hoy en el laboratorio, además de darle la clase de química a los chicos de 1er año. Me daré un baño, mientras escucho un poco de música.

Enciendo el estéreo y comenza a sonar Para Elisa, una de las obras que más me gustan de Beethoven.

Mientras tarareaba, me meto en la tina relajando mi cuerpo en la tibia agua espumada. Cierro mis ojos y me quedo así por un buen rato, escuchando esa relajada música, hasta que sentí fuertes toques en la puerta.

— ¡Voy!— grito algo molesta por la insistencia.

Me puse la bata de baño y fui a atender la puerta. Y para mi gran sorpresa era el vecino.

— ¿Pudieras bajarle un poco el volumen a la música?— estaba cruzado de brazos y ceñudo— Me molesta, aunque sea del gran maestro.

— S-si, por supuesto— rápidamente apago el equipo— Lo lamento.

— Por lo menos para la música tienes buen gusto, porque por lo otro...— dice luego de recorrer visualmente mi casa.

—¿Eh?— y se va, sin decir algo más.

Creo que fue un elogio, vaya, eso es un avance, que bueno.

Pesadito 😒