La noche estaba muy estrellada, y fresca. Admiraba el paisaje urbano mientras regresaba a mi casa, había salido por algo de cenar. Cundo llego al portón me encontro con mi vecino, salía de su casa con otro chico.

— ¡Hola, Yoongi!— le sonreo alegremente y él como siempre me hace una mueca de repugnancia.

— Te debería dar vergüenza sonreír con tantos hierros en los dientes— mi sonrisa se fue borrando, y mis mejillas se encendieron cuando el otro chico que lo acompañaba comenzó a reír— ¿Nos permites salir? Estamos apurados.

— S-si...si— me hice a un lado y ambos salieron con expresiones vacilonas.

Parece que nunca le caeré bien a ese chico.

Apenada subí las escaleras y me refugié en casa. Me siento de piernas cruzadas en el suelo y saco de la bolsa plástica la caja de comida China, de la cual comencé a comer.

— Es muy guapo— murmuré mientras masticaba— Y a la vez, muy grosero.— me quedé pensando por unos segundos— Si tan sólo...agh olvídalo MiChan, nunca serás amiga de ese chico.

Enciendo la televisión para ver un documental sobre las células, sin embargo, no lo pude terminar de ver debido a que me quede dormida.

Pero me vi en la obligación de despertar, a causa de unos fuertes golpes en mi puerta.

Miro mi reloj de mano y veo que son las 2 de la madrugada ¿Quién pudiera ser?

— ¿Qui-quién es?— pregunto con un poco de miedo.

— Yo— reconozco la voz enseguida y voy a abrir.

Al encontrarme con el rostro de mi vecino una sonrisa se asoma en mi rostro.

— Hola, Yoongi ¿qué te trae por aquí?— con sus manos metidas en los bolsillos de su chaqueta entra a mi casa sin siquiera perdirme permiso.— Oye...

— No puedo entrar a mí casa, parece que se descompuso el cerrojo.— se sienta en uno de los cojines— ¿Me permites pasar la noche aquí?

— Y-yo... No creo que sea...

— Vamos, no te haré nada, solo mírate— se quita la chaqueta y se acomoda ahora en el sofá— Aquí estaré bien, te dejaré la cama.

— Vale...

— Necesito dormir ya, apaga la luz.

— Si— corrí y apagué la luz de la sala y luego me fui a la cama.

Me sentía rara, pero feliz. Quizá después de este día Yoongi y yo comencemos a llevarnos bien.