🎨-XIV

Estaban demasiado cerca y al pintor se le hacía agua la boca.

—De acuerdo... —setenciaba, para nada satisfecho porque bien quería volver a probar esa boca—. No cruzaremos la línea. Aunque te estés muriendo de ganas de besarme —acusaba seguro, como si él no sintiera la misma jodida desesperación.

SeokJin reía ladino y añadía—. No soy yo el que anda olisqueando al otro y posándose en su espacio personal esperando a ser atacado con dientes y garras —mencionaba.

La cara de piedra era algo que tenía que dominar  si pretendía perdurar en este papel para evitar caer ante la clara atracción que existía por el pintor.

Éste sonreía y se alejaba—. De acuerdo, sígueme.

Acomodaba su flequillo con dos de sus dedos y se dirigía por el pasillo que SeokJin había visto desde que había entrado. Cuando finalmente llegaban a la habitación que TaeHyung utilizaba para expresar su arte, veía todo tipo de cuadros por aquí y por allá, un estante con todo tipo de pinceles y pinturas, pero a SeokJin le estaba gustado mucho esto de pelear con TaeHyung por lo que exclamaba:

—Las paredes son tan blancas que dejan mucho que desear. Tienes fantasías sucias conmigo, pero no tienes imaginación suficiente para darle vida a tus paredes —atacaba divertido, reojeando los cuadros.

TaeHyung reía tras él, cruzado de brazos y exclamaba con bastante suficiencia:

—La magia está en el techo —mencionaba. SeokJin se giraba y fruncia su ceño, TaeHyung lo miraba con esa sonrisa que le parecía cada segundo más bonita y alzaba sus cejas señalando el techo con su dedo. SeokJin hacía lo mandado y miraba hacia arriba—. La noche estrellada de Vincent van Gongh.

El castaño miraba asombrado la imitación de la misma pintura que dicho famoso artista había hecho cuando yacía encerrado en un manicomio. Los ojos de SeokJin miraban en el techo de TaeHyung y la palabra "Woah" estaba en la punta de su lengua, pero se expresaba a la perfección en sus orbes brillantes. Y a TaeHyung le gustaba como brillaban.

—Estás demente —susurraba.

— ¿No dice la frase que hay un poco de locura en cada genio? —respondía este.

SeokJin lo miraba y le sonreía ladino—.  Es increíble —halagaba—. Permiso... —exclamaba segundos antes de tirarse al suelo y mirarlo de forma más cómoda.

El piso tenía una alfombra aterciopelada que se sentía muy bien bajo el cuerpo de SeokJin y TaeHyung quedaba boquiabierto ante lo que había hecho. El primero y el único que había tenido la idea—despues de él—de recostarse en el suelo y solo admirar el trabajo que había creado. De forma silenciosa se recostaba al lado de SeokJin y suspiraba.

—Eres el único que ha sabido con exactitud cómo contemplar lo que he hecho en el techo —exclamaba.

SeokJin fruncia su ceño y su pecho se sentía cálido por aquellas palabras, luego se golpeaba mentalmente y exclamaba—. No quiero que me dé tortícolis.

TaeHyung reía—.  Estuve varias noches y días con eso debido a esto, pero valió la pena. No me digas que no

—No lo haré, repito... Es increíble y me gusta verlo desde aquí —respondía relajado.

—Así me gusta aclarar las ideas o cuando estoy bloqueado. Me echo sobre el suelo, observo lo que hice y luego me levanto inspirado .... Aunque una copa de vino tiene el mismo efecto.

SeokJin no podía evitar carcajear ante eso, sus manos estaban en su abdomen, pero las bajaba a los lados de su cuerpo, TaeHyung miraba la mano de SeokJin casi a punto de tocar su cadera y no podía evitar bajar la suya y buscar tomar la ajena. El castaño se sobresaltaba, pero no la apartaba, dejaba que el profesor etrelazara sus dedos a los suyos y apretara el agarre.

—Leí que siempre suele haber un antes y un después en personas como tú —mencionaba SeokJin, TaeHyung fruncía su ceño—. ¿Qué te pasó? ¿Por qué eres así?

TaeHyung chasqueaba su lengua y estaba a punto de soltarse, pero SeokJin lo agarraba fuertemente no permitiéndole aquello.

—No siempre tiene que haber un antes y un después. ¿sabés? —soltaba con cierta hostilidad.

—Si tiene —afirmaba el castaño—, pero te daré tiempo a que quieras decírmelo por tu cuenta —añadía, TaeHyung quería fulminarlo con la mirada, pero se perdía en la suave caricia que el pulgar de SeokJin dejaba sobre su mano, en el hueso también de su propio pulgar.

Su corazón se sentía extraño, latía rápido y no sabía con exactitud por qué, así que llevaba su mano a su propio pecho y suspiraba. SeokJin torcia su cabeza y lo miraba, cuando TaeHyung sentía los ojos de este sobre él, giraba también para verlo.

—Eres un metiche —susurraba el azabache.

Una sonrisa de lado tiraba de los labios de SeokJin—. Lo sé, me lo han dicho muchas veces.

TaeHyung fruncia sus cejas y aclaraba su garganta, el momento le parecía jodidamente cursi, pero no quería soltar la mano de SeokJin aún, por lo que, ponía todo su cuerpo de lado y subía su pierna para enredarla entre las de SeokJin con sumo cuidado de no golpearlo con su rodilla. Aún sostenía la mano de éste, o Jin sostenía la suya, no estaba seguro, pero se daba el privilegio de llevar la otra libre a la mejilla del castaño y acariciarlo. Los ojos negros y brillosos de este otro lo miraban con un destello de desconfianza y algo más, pero seguía sin moverse.

— ¿Por qué te restrasaste con tus estudios? —cuestionaba de la nada.

—Ahora eso es una buena pregunta —murmuraba SeokJin. Recibía unos ojos blancos por parte de TaeHyung, pero las caricias de este no cesaban—. Cosas de la vida, perdí un tío muy cercano hace dos años y me llevo tiempo recuperarme y ponerme a ritmo.

TaeHyung abultaba sus labios—. Mmm, ahora entiendo

—Sip... —susurraba SeokJin.

Su lengua ardía con la siguiente frase, pero necesitaba soltarla o sentiría que se ahogaría con sus propias palabras—. Lo siento, Jin —el castaño alzaba sus cejas—. Lamento haberte ofendido con respecto a eso sin saber la razón por la cual te habías retrasado.

SeokJin no decía nada, no quería hacerlo, no quería tampoco pensar si era fingida o no la disculpaba, pero le gustaba como TaeHyung lo estaba mirando tan perdido, mientras que con su pulgar iba a sus labios y acariciaba el belfo carnoso rojizo inferior. SeokJin sentía que su pulso se aceleraba y el azabache estaba igual.

—Quiero besarte de nuevo —susurraba TaeHyung.

El castaño suspiraba, el aire que salía por su nariz golpeaba el rostro de TaeHyung.

—Eso no es profesional —murmuraba con sus paredes defensivas cada vez más abajo y hecha ruinas por culpa de la actitud de Kim TaeHyung.

El azabache relamía sus labios y se acomodaba más cerca, tímidamente y tanteando la situación, SeokJin no se alejaba, permanecía estático y TaeHyung se acercaba peligrosamente cada vez más.

—TaeHyung... —susurraba como advertencia finalmente.

Pero el susodicho no parecía escuchar razones, porque se acercaba lo suficiente para atrapar los labios de SeokJin en un leve chupón que lograba desinflar al castaño, dejando salir todo el aire por su nariz y sintiéndose aliviado por aquel toque.

TaeHyung sentía que podía estar horas urgando en esa boca porque, volvía a chupar e introducía su lengua entre medio para que SeokJin abriera su boca y lo hacía. Cuando le permitía entrar en su cavidad, sus labios se abrían aún más para chupar los ajenos y usurpar esa boca con su lengua. El roce de belfos suaves y carnosos, era lento, pero intenso. TaeHyung presionaba su boca a la ajena al mismo tiempo que se pegaba más a SeokJin. Este finalmente se movía más cerca y comenzaba a besarlo. Comenzaba a responder, poniendo su cuerpo de lado y tomando a TaeHyung de la cintura para pegarlo más al suyo.

La pierna que ya estaba encima de él se enroscaba en sus caderas y lograba un choque de miembros semi duros, cuando SeokJin le presionaba y el otro no podía evitar gemir en sus labios.

TaeHyung abría más su boca para consumir la boca ajena en ese beso que iba tomando cada vez más consistencia y se volvía más subido de tono con cada segundo que sus labios se frotaban a los ajenos y sus lenguas chocaban por dentro y fuera de sus cavidades. Era un beso diferente al primero.

Había sido dado con sumo cuidado por parte de TaeHyung y recibido con cierta duda por parte de SeokJin, pero ahora se encontraban en el suelo besándose con hambre, aprentándose al cuerpo ajeno y gimiendo levemente cuando sus entrepiernas sentían la fricción y el roce ajeno. TaeHyung ya no soportaba solo tener pierna enrollada, por lo que, soltaba la mano de SeokJin y se subía encima de este sin respirar fuera de su boca.

"Mmm~..."

La pelvis de SeokJin empujaba hacia arriba, logrando otra fricción tentadora de su polla a la ajena, pero TaeHyung no estaba seguro si le había empujado para que saliera de encima, o estaba tentativamente buscando más fricción, así que ante la duda y lo caliente de su piel, se movía en un suave vaiven que los hacía gemir entre el beso desaforado. Las manos de SeokJin sostenian fuertemente su cintura y las suyas apretaban los anchos hombros del castaño.

«Pase libre» pensaba el pintor, moviéndose otra vez para otra firme fricción y SeokJin dejaba de besarlo para maldecir.

—Joder... Bájate —pedía mareado.

TaeHyung seguía moviendose, luego de haber mordido el mentón de Jin y subido para morder su labio inferior. Ahora presionaba su frente a la ajena y chistaba al otro.

—Ssshh... No digas nada, déjame terminar. —pedía, moviéndose más rápido, calbagando por encima de SeokJin y presionando fuertemente sus manos sobre los hombros de este.

— ¡Ah, mierda...! —el castaño quería empujarlo, estaba seguro que en algún rincón de su cabeza fresca, él quería tomar a TaeHyung y empuajrlo lejos, pero ahora solo podía sentir el placer y satisfacción que le ocasionaba tenerlo encima, haciendo aquellos movimientos infartantes que lo ponían cada vez peor.

La boca del profesor volvía a atacar la suya con un fuerte chupón, ahora dejaba ver su lengua y SeokJin le seguía, se perdía en la suave textura de la otra y empujaba para fregarse a la ajena y succionarla de repente para que TaeHyung no tuviera más opción que acercar sus labios y sucumbir a otro fogozo beso.

Pero los papeles cambiaban, SeokJin los volteaba y terminaba dejando a TaeHyung bajo su cuerpo, para dar una, dos y tres embestidas que hacían gemir al pintor y hacerle desear menos ropa. Su boca abandonaba la ajena y sus dientes raspaban el filoso mentón del azabache que, se estaba deshaciendo en gemidos graves y dulces. TaeHyung lo apretaba con sus piernas y luego las aflojaba para  permitirle a SeokJin bajar más.

Estaba dejando besos en el cuello de TaeHyung, haciéndole delirar de placer, y había bajado de inmediato al abdomen de éste para levantar la prenda de ropa y comenzar a besar su abdomen. Su lengua hacia unas cosquillas placenteras en bajo vientre del azabache.

—Mmm~... Si, sigue bajando, solo sigue bajando —rogaba este, empujando la cabeza de SeokJin para que finalmente llegará a su polla dura y necesitada de atención.

Pero cuando los dedos largos de este se detenían sobre el botón del pantalón, TaeHyung se veía obligado a abrír sus ojos y mirar hacia abajo.

— ¿Por qué paras? —preguntaba agitado.

SeokJin apartaba sus manos de TaeHyung, fregaba su rostro, levantándose con dificultad del suelo mientras veía lo despeinado, arruinado e irresistible que TaeHyung lucía sobre el suelo.

—No vine para esto... —susurraba intentando salir de la habitación.

Para su mala suerte el pintor se ponía inmediatamente de pie y lo empujaba hacia atrás.

—Vamos, hombre... Deja de fingir que no lo quieres —pedía, agarrándose la cabeza—. Lo deseas, me deseas igual que yo a tí... No te vayas

—No vine para acostarme contigo —exclamaba y recordaba las palabras de EunWoo—. ¡No quieras enredarme en tu maldito meñique!

— ¿Yo te enredó en mi maldito meñique? —replicaba TaeHyung. Luego suspiraba y reía sin gracia, acercándose a SeokJin peligrosamente para murmurar—. Detesto como me haces sentir. Me irritas, eres insoportable —le daba un leve empujón—. Pudiste haberme hecho a un lado sin embargo me sostuviste más cerca y te dejaste llevar, no me culpes a mí.

SeokJin suspiraba—. Esto es un error, me iré —atinaba a avanzar, pero TaeHyung se ponía en su camino. Al querer esquivarlo y alejarse, tropezaba con su pantufla, cayendo hacía atrás y dándose la espalda contra uno de los estantes que tenía pintura. Para su mala suerte una lata de un color amarillo chillón caía en su hombro cuesta abajo—. ¡Maldita sea!

TaeHyung comenzaba a reír exageradamente y se alejaba cuando SeokJin se sacudía.

— ¿Dime que esto saldrá mi ropa? —cuestionaba con ceño fruncido.

TaeHyung se apresuraba a levantar el tarro de pintura y tomar un trapo impresentable del estante para limpiar  un poco lo derramado en el piso y en la lata. Dejaba dicho trapo sobre el suelo y tomaba otro más limpio para pasarlo por encima de la ropa de Jin, el castaño lo miraba con cara de pocos amigos, pero se dejaba limpiar.

—Jinnie.... Esto es pintura para las paredes... —chasqueaba su lengua y alzaba la vista para ver a SeokJin—. Creo que tú remera se arruinó.

SeokJin resoplaba y soltaba todo el aire por su nariz mirando hacia el techo y maldiciendose en todos los idiomas posibles.

—Esto es tu culpa —setenciaba más tranquilo de lo esperado.

¿Que importaba ya? la ropa estaba arruinada.

—Es culpa de ambos en todo caso, pero me encargaré de darte ropa nueva. Si puedo salvarla al lavarla y que quede pasable, te la devolveré —exclamaba, alzando sus cejas y mirando a SeokJin de arriba a abajo—, tu pantalón no se arruinó de pura suerte —sonreía alzando sus cejas.

SeokJin chistaba con su lengua y se alejaba—. No sé porque siempre tienes que sonreír así, es tedioso —mencionaba, quitándose la remera arruinada y quedando con su torso blanquesino, perfectamente trabajado sutilmente en los lugares correctos y logrando que TaeHyung perdiera el hilo de la situación.

—Definitivamente no me equivoqué contigo —susurraba, éste mordiendo su labio y mirando el cuerpo desnudo de SeokJin.

—Por favor, bájale a tu maldito libido y dame un remera nueva —pedía.

Quería convencerse de que los ojos de TaeHyung sobre él no le encendían, pero si lo hacían. Le provocaban todo tipo de calores.

—Estas arruinando los mejores momentos —murmuraba TaeHyung, rodando sus ojos y tirándose encima de SeokJin descaradamente.

Lo tomaba de la angosta cintura para lamer uno de sus pezones y morder, logrando que SeokJin siseara suavemente por eso, segundos antes de ser tomado de la nuca por este y ser jalado hacia arriba bruscamente para tener ahora el rostro de Jin a centímetros.

—Dame una maldita remera y un maldito respiro —rogaba en un susurro, con sus pupilas dilatadas, luego lo soltaba y se giraba para darle la espalda.

Su respiración comenzaba a regularse segundos después, hasta que sentía un suave beso sobre su espalda. Apretaba los ojos y un calor se acrecentaba en su pelvis, TaeHyung volvía a besar su espalda con labios suaves y húmedos. No lo estaba tocando, solo lo había besado sutilmente para luego murmurar:

—Te traeré una prenda limpia —exclamaba gravemente, saliendo de la habitación y dejando solo al castaño.

Mierda, mierda, mierda. EunWoo tenía razón, SeokJin se perdía cuando comenzaba a desear a alguien, y estaba deseando demasiado a TaeHyung, por lo que no podía hacer más que maldecirse mientras sus labios y su espalda ardían por culpa de la lengua rápida de TaeHyung.

Este otro por su lado había llegado a su habitación para apoyar su espalda contra la pared y tocar sus labios con sus dedos y hacer presión contra su dura erección entre sus pantalones.

—Demasiado intenso... —susurraba—. Es jodidamente intenso.

Nuevamente habia quedado como imbécil después de batallar con la boca, el cuerpo y los toques de Kim SeokJin, tal y como la primera vez que le había besado en su casa y seguía en las nubes aún dentro del maldito ascensor.

Intenso, estos dos son muy fogosos gkendkakq
Espero no se me hayan muerto del infarto.

Con amor niñita Nany 💜

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