04
—¡Están viniendo para acá, mierda, están viniendo para acá! —Danielle grita hecha un lío de nervios, bajando los escalones de la cancha con torpeza.
Desvía la mirada para no ser tan obvia, pero siente los ojos ardiendo de Hanni sobre sí, diciéndole como "compórtate, mierda".
Da un respiro profundo, diciéndose que todo estaría bien.
Ella ya ha salido con un par de chicas y, claro, probablemente Haerin era la más hermosa de todas, pero acumuló al menos un poco de experiencia con estos años.
Haerin le comentaba algo con gracia a Hanni, ambas caminando hacia las otras tres. Pham le dijo que quería presentarle a sus amigas.
Cuando estuvieron de frente, Marsh casi se desploma en el piso. Por todos los santos, ¿cómo podía lograr un ser humano ser tan bello? Claro que sabía que Haerin era la primera maravilla del mundo, pero apreciar esos ojos rasgados bajo unas pestañas de muñeca hicieron que la taquicardia amenazara con asesinarla allí mismo.
—Hola, chicas, ella es Haerin —habló la vietnamita—. Haerin, ella es Minji, mi novia.
Minji le sonrió amistosa, siendo correspondida.
—Y yo soy Hyein, un año menor.
—¡Oh, sí! Eunchae habla todo el tiempo de ti. Parece muy enamorada.
Hyein casi desgarra sus mejillas de la gigantesca sonrisa que formó.
—¿La conoces? —preguntó como boba enamorada.
—Síp, estamos juntas en taller de Artes.
Danielle, quien no había ni respirado en esos momentos, creyó definitivamente que su corazón se aceleraría tanto que acabaría teniendo un paro cardiaco. ¡Artista, deportista! ¡¿Qué más puede ser esa chica, astronauta?!
—Bueno, y ella —Hanni aclaró la garganta violentamente, intentando que la tarada de su amiga no se quedara quieta como una extraña—, ella es Danielle.
Mierda. Mierda. Mierda.
Y mierda otra vez.
¡Llegó el momento, Dios mío, llegó!
Relájate, Marsh, solo salúdala y deja que caiga sola, pensó rápidamente, logrando salir del trance.
Hanni pudo suspirar tranquila cuando Danielle sonrió, ya dejando de parecer un bicho raro.
Mas, la brillante sonrisa de Marsh flaqueó en cuanto Haerin volteó hacia ella, haciendo contacto visual por, probablemente, primera vez en la vida.
Su cabeza hizo corto circuito, sintiendo el sudor helarla por completo.
—¡Hola! —gritó exaltada, sin poder controlar su tono de voz. Haerin pareció sobresaltarse y, bueno, aquello fue la gota que rebalsó el nerviosismo de Danielle—. ¡SEXOOOO!
¡¿QUÉ?!
¡¿Pero qué carajos había dicho?! Los ojos de sus amigas no se despegaron de ella, confundidas, muy sacadas de onda, tal cual Haerin.
La australiana se sonrojó hasta las orejas, sus ojos de Haerin hacia Hanni repetidas veces, a esta última comenzaba a tiritarle el ojo. ¡Sabía que no podía confiar en la imbécil de Marsh!
Antes de largarse a llorar de la vergüenza, notando la nueva mueca que formó Kang, Danielle subió corriendo hacia los escalones del gimnasio para agarrar sus cosas y escaparse de allí.
Lástima que el mundo parecía odiarla, porque cuando estaba por dar con el último peldaño, se le dobló en tobillo, acabando en el piso.
Se pudo escuchar un "uuuush" de dolor de Hyein, un "Dios mío" en un suspiro de Hanni -que le dio a entender que luego, cuando estuviesen sin Haerin, la mataría sin dudarlo- y una risa mal oculta por parte de Minji.
Bien, no quedaba más que cambiarse de colegio.
—¡Estoy bien, estoy bien! —aseguró de todas formas, intentando quitarle importancia, aunque todas allí sabían que no funcionaría.
Se puso la mochila apenas, pensando que en vez de cambiarse de escuela, lo mejor sería cambiarse de país.
Sí, eso debía hacer.
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