Sentí una mano sobre mi hombro, yo levanté la mirada. Dina me dedicó una mediana sonrisa, yo aparté la mirada. Escuché su suspiro angustiado, después de sentó a un lado mío en la cama.

—Ellie... —pronunció bajo, acariciando mi mano—. ¿No quieres ir a mi casa con JJ y conmigo? —ofreció con cierta preocupación, yo negué.

—No quiero que los padres de Jesse me vean así —excusé, ella simplemente sonrió una vez más, un tanto enternecida, pero a la vez preocupada.

—Procura por lo menos distraerte o pensar en algo más. —Su recomendación me hizo afirmar lentamente, ella se mantuvo en silencio unos segundos y suspiró—. Tal vez... debería llevarme esto. —Ante su comentario le miré extrañada, ella se había levantado y tomado de mi escritorio el sobre.

—Déjalo —pedí, ella alzó una ceja—. Déjalo ahí.

—Ellie —me llamó—. ¿Qué es lo que tiene escrito esto? —volvió a preguntar como al inicio—. Habías estado mejor desde hace unas semanas y te descontrolaste completamente cuando María te habló sobre la casa de Joel ayer. Sé que fui yo quien te pidió que lo leyeras, pero... ya no te aferres tanto. Por favor, Ellie.

—Da igual —comenté cansada, me recosté en la cama y pasé mis manos por el rostro—. Sólo déjalo ahí. —Ella soltó un liviano suspiro.

—Está bien —accedió, dejó el sobre en su lugar y después se acercó hasta a mí, acarició mi cabeza y se acercó hasta mi oído, susurró—: Intenta dormir un poco, ¿sí, cariño? —Con dulzura besó mi frente. Se levantó, se dirigió hasta la puerta y la abrió, pero antes de cerrarla, me miró—. Mañana María llevará las cosas de Joel hasta la choza de Tommy; por si querías saber.

Al cerrar la puerta volví a sollozar, rápidamente me llevé las palmas hasta mis ojos e inicié quejarme por el dolor en mi pecho, mordí mi tembloroso labio inferior e intenté respirar, un entrecortado aire entró y salió de mí. Todas las cosas de Joel se irían al olvido y me lastimaba el corazón saber eso.

Me senté, aprecié el alrededor de mi pequeña casa, el lugar lucía terrible. Con mucho esfuerzo subí una de mis piernas hasta mi pecho y me abracé a ella. Mi frente fue a dar contra mi rodilla, negué continuamente al recordar sus palabras escritas, al imaginarlo escribiendo.

Imaginé su expresión al escribir que me dejaría varada con Tommy, su ceño fruncido y sus labios caídos. Lo imaginé suspirando y pasándose las manos por la frente cuestionándose lo que estaba a punto de hacer. Lo imaginé mirándome dormir en un rincón de un escondite provisional que encontramos esa noche, con temor, con esa misma expresión de preocupación que me dedicó por lo últimos años. Y por un momento, imaginé que esa expresión de dolor en su rostro se deslizó a una de mesurada sonrisa.

Abrí mis ojos al verlo sonreír, levanté la mirada hacía el frente donde se encontraba mi escritorio y noté el sobre un tanto abierto. El sentimiento de remordimiento se contempló con cierta pena y cariño, un cariño que me hizo brotar lagrimas al recordar su sonrisa, su ternura y su amor.

—Joel... —le hablé—. Joder, Joel, te extraño tanto —sinceré con cortada voz—. Yo no quiero, Joel. No quiero hacerlo.

Me levanté con un despechó que me haría caer al suelo en cualquier momento, consternada avancé hasta el sobre y lo tomé con ambas manos, lo pasé por mi mejilla y lo abracé por un momento. Intenté pensar en él con otro recuerdo distinto al usual, era borroso y perforador verle feliz a mi lado, era imposible hacerlo.

«Quiero recordarte Joel, pero me da tanto miedo hacerlo», confesé en mi mente, alejé el sobre y lo abrí, en busca de una respuesta de su aquella entonces preocupación de dejarme sola.

Me detuve por un segundo y apreté aquellos papeles, dejé soltar un jadeo por el lloriqueo. Pensé en que había perdido a mi única familia, a la persona que me hizo sentirme querida y tener un hogar, pensé en que estaba sola, sin él a un lado.

Iniciaba a olvidar, iniciaba a olvidar quiénes fuimos nosotros en algún momento.

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"Hola, Sarah.

Lo siento, Sarah. Siento haberte negado y evitado por tantos años. Perdón por no querer recordarte. Ahora me doy cuenta de lo mucho que te he rechazado, y me siento mal por eso. Discúlpame por no pensar en ti y por convertir tu memoria en el peor de mis recuerdos.

Sarah, no sé si te he hecho sentir culpable durante todos estos años por la forma en la que vivo, pero quiero que sepas, que nunca ha sido tu culpa, sino la mía. Ahora me doy cuenta, que yo soy el responsable de todo esto y no tú.

Ya no quiero evitarte, no quiero negarte, ni mucho menos olvidarte. Ya lo hice por mucho tiempo; fingí hacerlo, fingí que yo ya no soy un padre. Pero lo soy, aun cuando ya no estés aquí, yo te sigo amando como mi hija, mi niña. Quiero iniciar a vivir, no con tu muerte en mi mente, sino con tu vida en mi mente.

Y lo estoy intentando, pero el crédito no me lo debo yo.

Ellie ha hecho mucho por mí, me ha hecho sentir vivo una vez más, me ha hecho cuestionar mi existencia en esta vida. Quería negarlo, porque temía que, si la aceptaba, te estaría olvidando a ti, ahora sé que no; ella me lo ha dicho.

Encontramos a tu tio Tommy, ha pasado un tiempo, y créeme, se ve mejor que yo. De camino hacia donde vive tu tio, lo encontramos por casualidad, yo estaba preparado para ser rechazo, pero fue totalmente lo contrario, él estaba emocionado de tenerme ahí. Tienes una tía, su nombre es María, es agradable, seguro que la hubieses querido conocer. Están haciendo algo bueno con sus vidas, ahora lideran juntos la cuarentena de Jackson; definitivamente hizo bien Tommy en alejarse de mí.

Yo estaba aliviado de verle, pero a la vez, muy preocupado. Ahora él sería quien llevaría a Ellie hasta los Luciérnaga y no yo. Yo sabía que él haría un buen trabajo, pero me preocupaba qué pensaría ella. Es tímida y no lo conoce. Le conté a Tommy a escondidas sobre mi plan, se lo pedí como un favor por los años anteriores. Él al inicio se negó, y bueno, ya sabes que cuando tenemos ideas distintas, nosotros solemos enojarnos; iniciamos a discutir.

Estaba enojado con él, avergonzado de alguna forma de que me viera tan desesperado. Minutos antes de esa discusión él te mencionó; él regresó por un tiempo a Texas y volvió a casa, consiguió una foto nuestra. ¿Recuerdas ese partido de futbol?, esa foto, es esa foto. Luces tan linda y feliz; ambos lo hacemos.

Desde que miré esa foto me inicié a cuestionar todo lo que estaba haciendo, pero quise negarlo, como siempre. Estaba enojado con Tommy por intentar hablar de ti de una forma tan tranquila y normal, pues creía que él olvidaba tu muerte, pero ahora me doy cuenta de que sólo intentaba recordarte de la mejor forma posible. Yo no comprendía eso. Ni siquiera porque discutimos lo comprendí, yo solo sabía que estaba enojado porque creía que te había olvidado.

Unos bandidos llegaron a ese lugar y tuvimos que parar, es algo típico de este mundo. Al regresar, Tommy se había relajado, aceptó llevarse a Ellie, su respuesta más allá de relajarme me hizo sentir culpabilidad. Pensar en Ellie, en lo que pasamos, en sus bromas, en su curiosidad, en su confianza en mí; sentí culpa por dejarla sola, pero simplemente no quería retractarme, intenté convencerme de que era lo mejor para ella irse con Tommy que conmigo.

Ellie escapó, y no tienes idea del temor que tuve al saber que se fue. Aparentemente escuchó mi platica con Tommy y no resistió que le dejara, así que prefirió irse sola. No iba a permitir que se fuera, así que la busqué y cuando la encontré, sola en la casa de un rancho, me lastimó verle con tanto resentimiento hacía mí, decepcionada.

Ella lucía tranquila pero no lo estaba, nos miramos, comentó sobre lo fácil que era la vida antes del brote. Le reproché su impulsiva y estúpida acción de salir huyendo de esa forma, y ella me dijo... "Estamos desilusionados uno del otro" Entonces lo supe, me di cuenta de que ella había confiado en mí, ella me había aceptado y lo único que hice fue rechazarla una y otra vez. Me reprochó que yo siempre quise deshacerme de ella y no mentía, quería hacerlo, pero estuve seguro de querer hacerlo hasta el momento en que ella huyó. Ahí fue cuando me percaté del miedo a dejarla ir. Traté de convencerla de que Tommy era mejor, ella supo que mentía y estallé diciéndole lo mismo que te conté a ti la última vez: Confío más en él que conmigo mismo.

Estaba muy enojado porque poco a poco me estaba dando cuenta que estaba cometiendo un error.

María le contó. Ella te mencionó. Le dije que se detuviera porque no quería que hablara sobre ti; porque si no había permitido incluso que Tommy te mencionara, mucho menos quería que ella, esa niña, hablara sobre ti. Y ahora me doy cuenta de lo doloroso que es haberte rechazo por tanto años, de haberme negado, de intentar olvidarte. Ella explicó que también había perdido a seres queridos, yo traté de negárselo, y sin darme cuenta, ella me estaba intentando decir que me estaba perdiendo; que me perdería en el momento en que la fuera a dejar con Tommy.

Me confesó que estaría asustada si yo la dejaba, que se sentiría abandonada. Ella me intentó decir lo tanto que me apreciaba. Su expresión y su dolor en el rostro, sus manos temblorosas, su mirada, pidiéndome que no la dejara atrás, todo me afectó. Fue gracias a Ellie que supe del error que cometí todos estos años al negarte, rechazarte e intentar olvidarte. De solo recordar tu muerte y no tu vida.

Lo admití, admití mi temor a no poder protegerla como contigo, a que ella no es mi hija y yo no soy su padre, pero aprendí que, aunque tú te hayas ido, yo seguiré siendo tu padre.

Ellie me lo hizo saber.

Y ahora sé que no quiero dejarla, jamás."

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