ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏ ɪɪɪ

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

"Hola, Sarah.

No me creerás cuando te cuente a dónde estoy a punto de llegar: con el tío Tommy. Hace mucho que no lo veo así que estoy un poco nervioso, no lo he visto casi el mismo tiempo en que te escribí por primera vez. Sí, en aquel momento tuvimos una fea discusión.

Estoy un poco sorprendido de llegar hasta aquí. Pasaron muchas cosas, obviamente con Ellie; así se llama ella. Han pasado algunas semanas, no sé exactamente cuántos días. Ella y yo, creo pensar que mejoramos nuestra relación. Hubieras visto la primera vez que le dejé usar un arma, casi grita de la alegría. Los niños en estos tiempos se emocionan por cosas distintas, ¿no? Tuve que darle un arma porque, ella me hizo un favor. No sé cómo contarte lo que vivimos, porque incluso yo estoy sorprendido.

Poco después de escribirte la última vez, ese conocido del que te conté, Bill, nos ayudó a conseguir un camión para llegar más fácil hasta con el tío Tommy. Pasó algo que me asustó, fuimos atacados y yo ya sabía que iba a pasar, pero tampoco esperaba que fuésemos atropellados por un camión. Por unos segundos entré en shock, rápidamente me vino a la mente aquel día, ya sabes, a ese momento en que yo tuve que cargarte. Me asusté, en serio lo hice. Recordar cómo fuimos atropellados, entre todo ese desastre y caos, fue una experiencia terrible. Lo primero que hice fue ver si ella estaba bien, porque por un momento, tuve miedo de morir. Me dio temor morir porque tal vez ella quedaría sola, y podría esperarse lo peor. No sé si realmente te interesa esto, pero, yo en serio quiero que lo sepas. Discúlpame por hacerte recordar ese horrible momento.

Esa niña, sabes, vio un cartel de esa película que fuimos a ver, me preguntó por qué alguien como yo vio algo así; no quise contarle. Espero no te moleste que yo evite hablar de ti, pero sigue siendo difícil. Ella, es un poco rara, no sé de dónde sacó un libro de chistes, pero en serio que son malos. Ahora entiendo cómo te sentías tú cuando decías que mis bromas eran malas. Supongo que hasta ahora me doy cuenta de que nunca fui un buen bromista.

Ya sabes que este mundo es complicado y como es de esperarse, terminamos en otro problema, pero a comparación de la última vez, fue ella quien me salvó. No tengo idea en qué momento se me escapó, pero de no ser por su impulsividad, no habría podido escribirte una vez más. Aunque no lo creas, a pesar de todo lo que he dicho, aun cuando es muy doloroso escribirte, después de hacerlo, me siento mucho mejor.

Tal vez, te habrás percatado que recurro a ti cuando estoy tocando fondo. No es mi intención convertirte en mi terapeuta, pero no tengo mejor cura que pensar que me escuchas y me acompañas. Es difícil pensarte, Sarah. Pero por más doloroso que me hayas dejado, los recuerdos de tu felicidad que viajan por momento en mi mente son mucho más grandes que mi dolor.

Ojalá más personas supieran lo sanador que es hablar contigo porque no tiene comparación, Sarah.

Poco antes de llegar aquí, conocimos a dos chicos, ellos también intentaban salir de esa ciudad a la que fuimos quedar varados. Sus nombres eran Henry y Sam. Eran jóvenes, Sam tenía la misma edad que Ellie. El primer día que nos conocimos avanzamos juntos, resultó ser que, dentro de todo ese mundo, eran hermanos. Esa misma noche decidimos descansar, compartimos una buena cena. Me costaba creer que, en ese lugar, aún había personas cuerdas. Dormí en parte tranquilo al saber que ellos dos eran buenas personas. Desperté más tranquilo incluso cuando pensé que teníamos más personas en nuestro núcleo.

Sam fue infectado. Por la mañana él ya no era él. Casi ataca a Ellie, y la reacción de Henrey fue algo que me dejó paralizado. Él mató a su propio hermano vuelto un infectado.

Me apuntó, y me preocupé. Apuntó hacia Ellie y me asusté. Se apuntó a sí mismo y acabó con su dolor.

En ese mismo momento recordé lo que estuve a punto de hacer por ti años atrás, los pensamientos que he tenido al saber que te has ido. Ellie dijo que era un camino fácil, yo intenté explicarle que no lo era, pues de no ser así, yo no estaría aquí.

Suicidarme, al igual como hizo Henrey; ahora me doy cuenta de que no me habría llevado a nada, más que ser un desperdicio de vida. Lo intenté, traté de detenerlo, pero él no me escuchó. Él fue muy valiente, pero cobarde a la vez. La decepción que sentí al verle muerto me hizo cuestionarme todo.

Sé que no lo hice en su momento, por el miedo, porque yo internamente quería luchar, no por mí, sino por ti. Por tu recuerdo, no podía permitir que tus memorias fueran desperdiciadas.

Ahora me doy cuenta de que jamás habría conseguido nada de aquella noche, más que sólo dar lástima.

Por un momento intenté decirle a Henrey: "Sam no querría esto", después pensé en mí mismo... A ti no te habría gustado, ¿cierto?

Ver a Ellie me incomoda, así como me incomoda pensar que Henrey se fue, como me incomoda hablar de ti y recordarte. Sé que estoy iniciando a ser un emocional, a actuar descontrolado y a tener temor. Ese sentimiento, no me gusta, Sarah. Porque me hace recordar de cómo me sentí de los errores que me llevaron a perderte. Si yo no hubiese sido tan impulsivo y confiado, probablemente no tendría que escribir esto. Sentirme vulnerable, me da miedo, Sarah.

Me da mucho miedo.

Sarah, yo no puedo seguir con Ellie, no puedo permitir cometer un error similar, no puedo dejar que ella muera. La llevaré con Tommy y la dejaré con él, así ella podrá tener más futuro del que tendría conmigo.

Porque cuando te recuerdo, también recuerdo que no te protegí. Y eso me hace saber entonces que yo no puedo cuidar de esta niña. Este miedo, no quiero sentir este miedo.

Sarah, discúlpame."

─━━━━━━━━━━⊱⸙⊰━━━━━━━━━━─

Llevé mi mano hasta mi cabeza, apreté fuertemente una mandíbula contra la otra, negué continuamente, viendo su rostro estampado contra el suelo, ensangrentado.

¡No!... —chillé débil.

Pasé mi mano izquierda por mi pecho, sentí tela solo en tres dedos. Miré esa misma mano, intenté pensar cómo se sentiría tocar mi pecho si tan solo tuviera todos mis dedos.

Aparté la carta, me levanté y miré el al rededor casi vacío, traté de imaginarlo caminando por esa casa y sollocé al verle frente a mí. Pensé en lo que él había escrito, recordé mi admiración hacia él en ese entonces. El miedo me tocó el alma cuando supe que estaba en esa casa; en su casa.

Quise irme de ahí, salir corriendo y dejarla atrás, pero temí de hacerlo, sentía remordimiento de sólo pensar que lo intentaría. La duda que resolví en su momento me fue más clara aún. Él estaba asustado, lo estuvo desde el primer segundo en que nos conocimos.

Caminé de vuelta al sofá y me senté, humedecí como siempre mis manos al tocar mi rostro. El remordimiento de verlo tirado en el suelo me desgarró al igual que la primera vez.

Lo veía a él, muerto...

Pero un dolor que era desconocido para mí hasta ese entonces surgió, y fue pensar qué sintió él al verme ahí, observando cómo era asesinado, destrozada.

Él ni siquiera habría sentido preocupación por sí mismo, sino que sintió terror de pensar que iba a morir y él no podría protegerme. Sintió terror al ver que yo estaba en manos del mismo grupo que le iba a asesinar. Sintió terror de pensar que yo también moriría.

—¡¡No!!

La mesa del centro fue aventada con la única mano que tenía completa. Encima suyo algunas cosas de él cayeron al suelo y rodaron.

Alguien entró preocupado a la casa, era Dina, ella al verme corrió hasta a mí y me tomó de las mejillas.

—¡Ellie! —gritó angustiada.

—¡Dina! ¡No puedo más! ¡Quiero irme de aquí! —rogué hacia ella. Mis piernas me dejaron caer frente a las de ella—. ¡No quiero seguir aquí! ¡Me duele mucho!

Está bien, de acuerdo, nos iremos ya. Solo intenta respirar, ¿quieres? —Me tomó del torso e intento alzarme, yo con poca estabilidad intenté pararme—. Nos iremos, ¿sí? Tranquila, ya pasó. Le diré a María que le pida a alguien más que recoja las cajas.

—Dina —le llamé destrozada—. Él tenía mucho miedo.

—¿Joel? —asumió, yo afirmé soltando otro mar de lágrimas.

—Estaba muy asustado, Dina. ¡Él estaba muy asustado! —repetí, yo la tomé de los hombros, le miré fijamente—. ¡Le dolió! ¡Le dolió tanto como me duele a mí ahora mismo!

—Ellie... —pronunció sorprendida, ella retrocedió unos pasos.

Ese miedo, odiaba ese miedo por tener que estar ahí, me recordaba a él.

—Vámonos, por favor —insistí. Ella cedió—. No quiero sentir esto.

Esa casa me dolía, porque me recordaba a él.

«Lo siento, Joel».

° ° °

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top