ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏ ɪ
—Ellie... ¡Ellie!
Aparté la mirada del suelo, al ver a Dina me mantuve con la misma seriedad, ella adquirió una expresión agria.
—¿Qué? —pregunté ante su llamado, ella señaló que avanzáramos—. ¿Ya estás lista? —Afirmó con paciencia, después suspiró.
—Si gustas solo voy yo, tú cuida a JJ —sugirió, yo negué—. No pareces muy animada.
—Tengo que ir de todas formas —respondí decidida, ella me miró por unos segundos, después inició a caminar.
Antes de avanzar miré la casa de los padres de Jesse, desdé el ventanal aprecié a JJ caminar junto a su abuela a lo largo del salón; ya tenía dos años. Avanzamos por todo Jackson hasta sus exteriores. Las luces, los rastros de la nieve, las personas, el mundo era normal, todos eran normales, pero para mí Jackson se había convertido en un pueblo de recuerdos distantes y desolados. Las personas saludaban a Dina, preguntaban por el bebé, ella les respondía con el relato de que iniciaba a soltar sus primeras palabras. Casi nadie me dirigió la palabra, sólo sentí el peso de sus miradas sobre mí, combinadas en pena junto a decepción, y al ver mi deplorable apariencia, negaban decepcionados.
Conforme más avanzamos, mis ojos fueron gradualmente bajando al suelo. Las manos me sudaron, el pecho me aprisionó y mi visión se distorsionó.
—Acá estamos —confirmó Dina—. Si iniciamos ahora terminaremos rápido —informó con cierta preocupación, ella asomó la cabeza en mi mirada, yo la aparté—. Ellie —dijo tocando mi brazo—, si no quieres hacerlo, está bien. —Acarició mi hombro.
Pasé de su recomendación, aparté mi hombro sin siquiera verle, rechacé su toque. Mi mutismo me hizo solo negar, ella simplemente se cruzó de brazos, después afirmó como signo de que respetaba mi decisión.
Levanté la mirada. Ahí estaba, era su casa, la casa de Joel, nosotras estábamos frente a ella. Recordé el motivo de nuestro parar ahí: María. Esa mujer mantuvo insistencia sobre mí más de un mes para que desalojara el hogar de Joel y me llevara sus cosas, intenté convencerle de cambiar de idea, pero ella explicó que ya era tiempo; era tiempo de iniciar a superar. Alguien más necesitaba vivir en esa casa y no solo cuidarla, pues sino terminaría hecha pedazos. Sugirió que viviera en ella; ni loca lo haría, era la casa de Joel. Fue por ello que decidí yo misma desalojar su hogar antes de que alguien más le pusiera los dedos encima a las cosas de él.
La mañana pasó, Dina y yo poco a poco fuimos sacando sus cosas: sus esculturas de madera, sus cuadros, su ropa, sus películas, sus discos de vinilo, su guitarra; sus memorias. Tocar tan si quiera sus camisas, sentí dolor al olerlas y notar que ya no tenían el aroma de él más que el de la humedad. Sentí dolor al acariciar las esculturas que él mismo había hecho con sus manos. Sentí dolor al ver su retrato y la foto de él junto a su hija; pensé que ahora estaban juntos, alejados del sufrimiento del mundo real. Sentí dolor al leer los títulos de las películas que llegamos a disfrutar juntos y al hacer memoria de que el día en que él se fue, yo había planeado ver una película juntos. Sentí dolor al escuchar por unos momentos sus canciones... Sentí dolor de no poder tocar su guitarra; mis manos estaban corrompidas y yo había perdido mis dedos.
Sentí tanto dolor, tanto que creía que ese mismo día incluso yo moriría también.
No quería sacar sus cosas, no quería olvidarle, no quería dejarlo atrás.
—Ellie...
—¿Qué? —respondí hastiada hacia Dina, no hubo contestación—. Dina, ¿qué quieres? —quejé con amargura mientras deslizaba una mano sobre mis parpados—. ¿Dina? —Regresé la mirada hacia atrás, ella estaba revisando una caja.
—Mira. —Con su mano señaló que me acercara—. Aquí hay un sobre. —De la caja sacó lo mencionado, lucía deteriorado—. Parecen ir dirigidos a alguien.
—¿De qué hablas? —hablé con ronquera—. Deben ser cosas suyas, déjalo.
—No, pero —tiró de mi brazo— deberías leerlo. ¿No te da curiosidad?
—No —respondí renuente, señaló el nombre escrito en el sobre.
—"Sarah" —pronunció, yo arqueé mi ceño—. Suena importante, ¿por qué no revisas qué es?, de cualquier forma debo de ir a buscar a María para que nos ayuden a transportar las cajas. —Se acercó, ella volvió a acariciar mi brazo; odiaba que hiciera eso, me hacía sentir mal—. Vamos, Ellie. Léelo —insistió con un tono de voz dulce, después llevó el sobre hasta mi pecho—. Tal vez te ayude. —Sonrió, yo suspiré con pesadez, lo tomé y ella se alejó—. Ya vuelvo.
El sonido de la puerta cerrarse se escuchó, yo miré en mis manos aquel gran sobre, releí varias veces ese nombre: “Sarah”. Me senté en uno de los sofás del salón, lentamente abrí el sobre. Dentro se hallaban varias hojas dobladas. Una confusión atravesó por mi mente, supuse que se trataban de cartas escritas por su hija para él y por ello las conservó. Intenté dejarlo pasar, pero la incongruencia me atacó. «No tiene sentido», pensé.
Regresé la mirada al sobre, metí la meno dentro y toqué los papeles. Olían a antigüedad. Tragué al sacar una hoja cualquiera, que, por buen azar, fue la del primer orden. «Recuerdo uno», leí en mi mente. Mi mano inició a temblar, mi pecho a sentir despecho y mi corazón a acelerarse.
«Esto... ¿Qué es esto?»
─━━━━━━━━━━⊱⸙⊰━━━━━━━━━━─
"Q̷u̷e̷r̷i̷d̷a̷,̷ ̷S̷a̷r̷a̷h̷.̷. Hola, Sarah.
No sé que estoy haciendo, ni siquiera soy bueno escribiendo, voy a arruinarlo en cualquier momento. He intentado hacer esto más de una vez, pero es difícil seguir más allá de cuando te saludo; tal vez era por cómo lo hacía, eso de querida, sonaba muy feo, ¿no crees? Mejor solo te saludo como siempre lo hice.
Ha pasado un tiempo, ¿sabes? Oye, niña, si hay un más allá, realmente espero que estés mejor de lo que yo estoy aquí. Es duro estar aquí sin ti, ha sido duro durante estos quince años; sí, quince años ya, y no hay noche en que yo no te recuerde. Hay tantas cosas qué pensar estando en este mundo de mierda, pero yo, aún así, pienso en ti, niña.
¿Qué debería decirte? Han pasado tantas cosas. El mundo ya no es como antes, pero creo que eso ya te lo imaginabas. Ahora estoy en Boston, bastante lejos de casa, llegué aquí hace unos meses, si te preguntas qué fue de mí por los años anteriores, solo ha sido mierda dura como tus drogas. Mala broma, lo sé. Solo que me acordé de tus bromas, lo siento.
Pasé mucho tiempo junto al tío Tommy, pero ya no está conmigo, tranquila, sé que él está bien, sólo que decidió irse. Tu tio y yo, hemos tenido algunas diferencias durante nuestra supervivencia, entiendo de alguna forma que se haya hartado de mí, sé que tengo problemas y, además, hace mucho me dejó de importar ayudar a las personas. Él por el contrario, decidió unirse a un grupo de rebeldes. Este mundo es complicado, es difícil confiar en alguien, aquí todos son bastante violentos. Donde resido ahora, se conoce como una zona de cuarentena, a pesar de los años aún hay un poco de orden, aunque como ya debes saber cómo soy, sabrás que es irritante para mí recibir ordenes de soldados cretinos. Les tengo un cierto odio, ¿sabes?, creo que no es necesario entender por qué; desde tu muerte, todos lucen como unos desgraciados para mí en este mundo, incluyéndome.
Oye Sarah, estoy muy cansado, y ahora mismo me pregunto de dónde saco fuerzas para seguir escribiendo esto, me parece estúpido hacerlo, pero aún así quiero hacerlo; quiero hablarte. No es sencillo, Sarah, desde tu muerte nada de esto ha sido sencillo. Me siento perdido, confundido y agotado. No sé qué rumbo está tomando mi vida, cuál es el propósito de que yo siga en pie, ha pasado tanto tiempo y estoy totalmente corrompido desde que me dejaste.
Dime Sarah, ¿qué dirías de mí si me vieras así? ¿Seguirías pensando que soy bueno? No se qué es lo me pasa, pero estoy harto, lleno de ira y odio en cada momento. Todo este infierno, esta desesperación es tan frustrante, y estoy convirtiendome en una persona que no tiene... que no piensa; no se cómo explicártelo. Me está destruyendo el odio, Sarah, el odio a vivir sin ti. En este mundo, me he vuelto la clase de hombre que es justificable detestar: Tommy dijo que soy un parásito sin remedio. No creo que se equivoque. Él pensó que no me importó pero en realidad, fue bastante doloroso.
Si no soy nadie en este mundo, Sarah, si no tengo ni un proposito, ¿qué hago aquí entonces? Si me iba a convertir en esto, ¿por qué fuiste tú quien se tuvo que ir? No tengo razón para estar aquí, Sarah, y estoy cansado. Estoy solo. Estoy sin ti y eso me duele. Me he convertido en esto para... compensar el hecho de que sigo vivo, que sigo aquí, supongo.
Niña, ¿realmente te encontraré si desaparezco?, sé que no puedes responderme pero sí podrías hacerlo, ¿qué dirías?, porque yo no lo sé. No sé si continuar con esto, o si acabar con todo esta misma noche.
Sarah, me he vuelto un cobarde, porque quiero ir contigo, pero me cuesta hacerlo.
Niña, lo siento, siento ser esta persona.
Espero no tener que repetir esta estupidez nunca más."
─━━━━━━━━━━⊱⸙⊰━━━━━━━━━━─
° ° °
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top