Capitulo 8
La cabeza de KyungSoo duele pero es soportable. En cuanto sus ojos se encuentran con la luz es molesto, pero no tanto para mantenerlos cerrados.
―Umh ―gime cuando comienza a reincorporarse.
―¿Cómo te encuentras? ―la voz desconocida le sobresalta logrando que se golpee contra el respaldo de la cama en su cabeza―. ¿Estás bien? ―le sujetan de los hombros. KyungSoo parece estar aún ido porque no ha caído en la cuenta de quien esta con él.
―Yo, si, cre―en cuanto sus ojos se encuentran con aquellos orbes color chocolate, la sangre se le enfría y su cuerpo se congela―. ¡Jongin! ―chilla asustado.
―Tranquilo, no te hare daño ―sí, si lo harás, lloriquea el bajito en su cabecilla. Sus ojos se aglomeran de lágrimas y no puede evitar llorar instantáneamente―. KyungSoo, tranquilízate, por favor ―Jongin suplica cuando ve como el chico comienza a hiperventilar.
―Ve-Vete... Vete por favor ―su niño está lleno de temor. Le teme a él...
―KyungSoo, por favor, tranquilízate primero ―el menor niega y se aleja de las manos que le queman sobre la ropa. No quiere ver a su monstruo.
― ¡Vete de aquí! ¡Largo! ―brama. Jongin se maldice cuando ve esas mejillas rosadas bañadas de dolor por esa agüilla salada. Lo lastimo demasiado―. V-Vete por favor, por favor ―lloriquea en suplicas.
―No, no me iré. Tenemos que hablar de Choco ―el órgano motor del menor se paraliza y sus ojos se abren de golpe.
― ¿Qué le paso a mi niña? ¿Está bien? ¿Dónde está? ¡Responde! ―y ahí es cuando Jongin se da cuenta de que Choco es el todo de KyungSoo, es quien le hace ser fuerte cuando es débil.
―Ella está bien, tranquilo. Yo, solo quiero saber varias cosas, por ejemplo, del porqué ella ha aparecido de la nada y porque hasta ahora, cuando ya tiene 6 años ―suelta una leve lluvia de preguntas―. ¿Por qué... no me lo dijiste, por qué no me buscaste? ―el pecho de KyungSoo duele, arde, llora...
Un puchero inevitable se forma en sus pequeños labios y el mayor solo quiere tomarlo en brazos, consolarlo hasta que el menor se aferre a él y se vaya con Morfeo. KyungSoo le mira, no puede hablar; ese nudo en su garganta está bien aferrado y si abre si quiera la boca, está seguro que se romperá en sollozos y aunque pudiera hablar, Jongin no es nadie para exigirle explicaciones.
―KyungSoo, por favor, necesito respuestas ―pide y el nombrado se hubiese soltado en carcajadas si de otra situación hablaran. Jongin exigiéndole respuestas ¿Quién se cree? ―. Choco también es mi hija, abre esa boca y habla ―quebranta su paciencia y al momento que su niño cierra sus ojos claramente asustado, se arrepiente―. KyungSoo―pero el menor no lo deja terminar cunado niega aferrándose a esa respuesta.
―Ve-Vete ―pide con voz quebrada.
―Por favor, por favor perdóname ―los ojos de Jongin se irritan por estar conteniendo el sollozo de su alma, algo inevitable para su corazón, sus sentimientos, su dolor.
Lo único que el mayor recibe de respuesta son los sollozos, uno tras otro, de su niño. KyungSoo baja su cabeza y llora sin poder contenerse. ¿Por qué Jongin le dice estas cosas cuando hace 6 años solo lo utilizo de la peor manera? ¿Por qué lo estaba haciendo ahora que él estaba demasiado roto para encontrar las otras piezas de sí mismo?
Jongin lo mira y sin poder aguantarse más, una lluvia pausada pero dura, baja por sus mejillas. Sus manos queman, quieren sentir la suave y pura piel de aquel niño roto que está sollozando desconsoladamente sobre la cama. ¿Qué tanto paso para estar de esa forma? ¿Qué fue de KyungSoo?
― ¡KyungSoo! ―una voz desconocida para Jongin llama al niño sobre la cama y de repente su mandíbula se tensa. Limpia sus lágrimas y se gira para que KyungSoo no lo vea.
El moreno escucha el movimiento sobre la cama, KyungSoo se está levantando para correr hacia aquella persona que acaba de invadir su momento. Cuando el bajito está a punto de pasarle, Jongin le toma del antebrazo para que no vaya. Los grandes ojos y empapados le miran con sobresalto.
―Tenemos que hablar de muchas cosas, KyungSoo ―dice con voz dura y el menor quiere echarse a llorar como un completo bebé.
― ¡KyungSoo! ―esta vez la voz se siente más cerca y entonces la puertilla de la habitación estrecha, se abre y deja ver a un chico unos centímetros más alto que Jongn, sin duda, muy alto.
KyungSoo por instinto reúne toda su fuerza y logra soltarse de Jongin para correr a los brazos de ChanYeol quien le recibe protectoramente. El menor entierra su rostro en el pecho de su amigo y se abraza con avives de su cintura.
― ¿Quién eres? ―pregunta despectivo el más alto.
Jongin frunce el entrecejo gravemente molesto. ¿Cómo es que KyungSoo puede correr a los brazos de aquel intruso cuando a él ni mirarle quería? Aunque la respuesta es obvia, pero venga, es Jongin y es un completo imbécil.
―No te incumbe ―responde con desdén.
―KyungSoo, cariño ¿Qué paso? ―Jongin forma sus manos puños cuando escucha el llamativo empalagoso que el alto de orejas enormes ―sí, exagerando― aquel le dirige a KyungSoo, y más, cuando pasa su mano cariñosamente por el cabello azabache de su niño.
Jongin casi gruñe en disgusto.
―D-Dile que se v-vaya ―escucha el suave musito de KyungSoo y algo en su pecho duele por su rechazo.
―¿Quién―espera, ¿Tu eres el hijo de puta de nombre Kim Jongin, cierto? –pregunta pero él mismo se lo afirma cuando el moreno achica sus ojos molesto―. ¿Qué haces aquí maldito? ¡Largo, ahora! ¿Cómo te atreves a venir? ¡Eres un cabron! ―ChanYeol esta tan furioso como Jongin ahora mismo y KyungSoo aun temeroso, se aferra a su amigo―. ¡Solo le haces daño! ¿Qué esperas para largarte? ―Jongin le mira con los ojos cargados de odio.
ChanYeol piensa que se va a marchar cuando el moreno camina hacia él, pero no, Jongin le arrebata a KyungSoo de un jalón mandándolo tras él para después darle un puñetazo directo a la mandíbula a ChanYeol, mandándolo hasta el suelo, el golpe ha sido sorpresivo y, duro. Jongin no se detiene y se pone ahorcajadas sobre el más alto y le da un par de puñetazos en su mandíbula. KyungSoo solo tiembla y pide a gritos que no lo siga lastimando. Pero el moreno ahorita no escucha, solo se impulsa por el odio.
―Tú y yo, nos vamos ―Jongin dice en cuanto deja mal herido al más alto en el suelo. Toma a KyungSoo de la muñeca y lo arrastra hasta las escaleras para llevárselo a la fuerza.
Está siendo más imbécil de lo que ya es, pero no puede evitarlo. Tiene esa posesividad sobre KyungSoo que es inevitable. Le carcome la cabeza pensar que ese maldito al que ha golpeado sea su novio ¡ni muerto lo permitirá!. Está siendo egoísta después de todo lo que le hizo a KyungSoo, pero en estos momentos, Jongin esta cegado.
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Maratón 1/3
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