Capitulo 5
Mario salió del pequeño cuarto una toalla en sus manos mientras se secaba el cabello, luego de la ducha prefirió salir y así ponerse al tanto con su tía, miro como las niñas seguían jugando y cuando decía eso, solo se refería a su hermana mientras que Lucia solo la miraba, el chico se preguntaba porque ella era tan tímida, desde que nació pocas palabras pronunciaba en su presencia, según su tía Tereza ella hablaba más cuando estaba con ellos, pero en fin, no le daría mucha vuelta.
Intento ser muy silencioso y tratado de no ser visto por Megan, la cual estaba muy concentra en lo suyo, camino por su lado y ella ni si quiera un mirada le dio, Lucia lo miro y él le hizo una sea con el dedo para que guardara silencio, cosa que le pareció un poco chistosa, la niña lo ignoro y el rápidamente entro a la cocina.
—Justamente hablando de ti—Dijo su madre apenas el chico entro, Mario las miro a ambas.
— ¿Y qué?, claro si puedo saber—Pregunto, el tomo asiento en frente de su madre y Tereza.
—No seas bobo, hablábamos sobre lo que piensas estudiar cuando salgas de la segundaria—respondió su tía.
—No lo sé aun, tengo algunas cosas en mente pero bueno, esperare a salir—pronuncio él.
—Solo te falta este año y ya quedan pocos meses—le informo Bianca.
—Ya veré, por ahora no tengo nada seguro—Mario sonrió.
—Está bien, solo asegúrate de lo que estudies sea lo que tú quieres en realidad—aconsejo Tereza.
El chicho asintió.
— ¿Cuándo almorzaremos?, tengo mucha hambre—Dijo él.
Su tía soltó una risita.
—Pues tendrás que aguantarte hasta que llegue tu padre—Mario miro a su madre y ella asintió.
— ¿Donde esta papa? —Pregunto.
—Tuvo una reunión con su Jefe, pero no sé de qué se trata—respondió Bianca.
—Ojala sean noticias buenas—pronuncio Tereza.
—Dios quiera hermana—Bianca sonrió.
Las dos horas que pasaron lo hicieron entre charlas, su tía contaba anécdotas de cuando fue a Francia y conoció la torre Eiffel, prometió llevar a Megan y a Mario algún día, el solo sonrió ante aquella promesa, también le comento sobre los diferentes sitios turístico que se encontraba en el camino, para ella fue lo más hermoso
—Buena tarde familia—el padre de Mario entro a la cocina con la pequeña Megan en sus brazos, la cual tenía enredado sus brazos en su cuello, y Lucia tomada de la mano.
—Hola papa—saludo el chico.
—Hola Mario—Ignacio se acercó a él y le palmeo la espalda con cariño.
—Largo día—Bianca se acercó a él y planto un suave beso en su mejilla.
—Y el sol está muy fuerte—pronuncio él.
—Se los dije—Mario sonrió.
—Mira a esa nena, toda la mañana estuvo jugando sin prestar atención a los demás, llega su padre y se olvida de los juguetes—dijo Tereza, todos sonrieron.
—Papa—la pequeña beso su mejilla y él sonrió
—Ella sabe que es la reina de papa—Bianca se cruzó de brazos y él le guiño un ojo.
—Ven aquí Lucia—la niña camino hacia su madre y esta la cargo, sentándola en sus piernas.
—Que hay para comer, tengo un hambre de infarto—.
—Esperábamos por ti—dijo Tereza.
—Ya mismo sirvió—Bianca se apuró a buscar los platos.
Y el almuerzo transcurrió entre risas y mucha charla, su padre era un hombre hablador, le encantaba contar sus cosas de la juventud y siempre repetía la historia de cómo conoció a su mama, todos sonreían antes eso.
—Me dejo flechado en el momento que la vi
Tantas veces la había escuchado que ya se la sabia de memoria, aunque era muy linda la historia, amor a primera vista. Mario pensó en su admiradora y sonrió, no había pasado muchas horas desde la última carta que leyó y ya la extrañaba.
—Linda historia papa—Mario dijo.
—Hermosa historia—Bianca respondió mirando a su esposo con dulzura. Ignacio tomo su mano y la llevo a sus labios.
— ¡Que monos! —Grito Tereza, todos soltaron una carcajada. Hasta Megan aunque no entendiera.
Una vez terminado el almuerzo los padres de Mario se dirigieron hacia su habitación, se imaginó el que chico que a hablar con respecto al trabajo de su padre.
—Ven, salgamos al patio—Dijo su tía.
El chico asintió y tomo a Megan en sus brazos para así salir junto a Tereza y lucia, ellos se sentaron en el césped y las niñas caminaron hacia el columpio.
— ¿Y cómo has estado? — pregunto Tereza.
Mario la miro y se fijó en los grandes parecidos con su madre, rubia, ojos verdes y hermosos, tanto como por fuera y dentro.
—Bien, pues, fuera de todos los problemas en la segundaria, bien—respondió
— ¿Porque no le dijiste a tus padres sobre eso? —el chico suspiro y pronuncio.
—No quería darles problemas, ahora ellos están hablando sobre los temas financieros y ya tienen mucho con eso—.
—En parte tienes razón pero en la otra no, creo que hay que hablar con la verdad desde el principio—el asintió.
—Tienes razón—.
—No recuerdo cuando fue la última vez que vine aquí, todo es tan distinto ahora—Tereza miraba alrededor—.
—Todo sigue igual, solo que hay cosas que no recuerdas—.
—Debe ser eso—.
Mario miro a Megan quien estaba montada en el columpio y Lucia se encontraba parada mirándola, la curiosidad le gano.
—Tía, ¿puedo hacerte una pregunta? —ella lo miro y asintió.
—Dime cariño.
—Lucia ¿porque es así?, la he visto muy callada y siempre con timidez a las cosas ¿Le sucede algo? —pregunto un poco tímido.
Ella suspiro.
—Yo tampoco lo se Mario, la he llevado al médico y he hablado con psicólogos pero ellos solo me dicen que es una niña todavía, que debería esperar a que crezca un poco más —respondió.
—Bueno es cierto, todavía es una bebe habrá que esperar en un futuro... ¿Pero ella es así de tímida con ustedes? —ella negó
—Solo cuando estamos fuera de casa, parece no querer salir de ella jamás, cuando estamos los cuatro estamos bien pero a la hora de salir arma una pataleta—.
—Ahora que hablamos de cuatro ¿Dónde está Matthew? —Mario sonrió.
—Ese niño revoltoso no quiso venir, John fue a pasar navidad con su madre y el pues se fue atrás del—ella negó.
—No lo culpo—dijo Mario y ella le dio un pequeño golpe en su cabeza.
—No te pases ¡eh! —.
—Ya, ya, ya—Tereza sonrió.
—Cuéntame Mario—ella le dio un empujón con su hombro— ¿Cómo van las chicas? —Mario la miro.
—No hay chicas—respondió.
— ¿Ninguna? —el negó— ¿Seguro? —suspiro.
—Tu ganas, Te contare pero no quiero que le comentes a mama ni a nadie—su tía asintió—Hay una chica pero no es... Es algo complicado sí--.
—Dime y yo te diré que tan complicado es—.
—Solo te diré que hay alguien que me tiene pensando muchas cosas—respondió.
—Te diré algo Mario... Eres muy joven, apenas estas aprendiendo a vivir, no te compliques las cosas, sé que la mayoría de los chicos a esta edad empiezan a tener cambios y quieren adelantarse a todo, pero el único consejo es, todo a su tiempo, todo con calma—el chico asintió.
—Lo se tía, Gracias—ella tomo la mano derecha del chico.
—Te quiero Mario, eres muy importante en mi vida, sé que eres un chico muy inteligente y muy maduro para tu edad, eres tan buen chico que te mereces todo lo bueno en este mundo, sé que tú serás más de lo que deseas en el futuro—sonrió.
Esas palabras tan conocidas
—Sabes que también te quiero—Tereza beso su mejilla.
—Vayamos adentro, tengo que acomodar mi equipaje en tu habitación—Mario se levantó y le tendió la mano a su tía para ayudarla a levantarse.
—Ya veremos cómo nos acomodamos—.
Y se dirigieron hacia la casa.
Chicos!! Sé que he demorado una eternidad (desde mi punto de vista) pero ahora estoy teniendo problemas con el internet, hay veces en las que hay y otras en que no, así que espero que me tengan paciencia.
Cuando se trata de capítulos la inspiración no es tan buena por lo que me tomo bastante tiempo en ellos, en cambio con las notas prácticamente hay 2 por día, así que ya espero volver a ellas :).
Les agradezco sus votos y comentarios que he visto por ahí, no saben cómo me hacen continuar con esta historia.
Sin más que decir, les envió un GRAN beso.
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