Sivinteen

Hace unos días inicie nuevamente el curso.
Estoy cursando sexto semestre en la preparatoria.

Hasta hoy miércoles ya conocí a la mayoría de mis nuevos profesores y claro, inmediatamente clasifique a cada uno de ellos.

Cada vez que empiezas nuevamente el curso, la mayoría de compañeros que ya han estado con esos profesores te dan "consejos" para llevarte bien con ellos o pasar la materia.

Aún no conozco a dos maestros, mi horario es relativamente corto y no cuento con tantos profesores.

Me falta conocer a mi profesor de Cálculo y a el de inglés.

Corrían rumores de que el maestro de Cálculo es el típico maestro que cada vez que habla es para contarte los problemas o aventuras que a vivido, y el de Inglés el maestro serio que "supuestamente" te hará la vida imposible.

Me encuentro caminando con Maron, es una chica un poco menos pudorosa que yo, aún así nos llevábamos muy bien.
Caminamos a la siguiente clase, era Inglés y notamos como la puerta de ese salón estaba abierta y de ahí salía un hombre medio alto, con cabello de una forma un tanto peculiar.

Lo mire de lejos por un momento y sentí como mi piel se erizaba.
Realmente imponía.

Caminamos al salón y de inmediato nos noto, volteó a ver a Marron y ya no estaba conmigo, espere un poco a un grupo de compañeros y entre con ellos.

—¡Hola! ¿Podemos pasar? —Lo dije en un tono sutil, me sentía intimidada por su presencia.

—Adelante, siéntense de la "A a la Z". —Dijo en un tono serio mostrando indiferencia. ¿Estará enojado? ¡Genial! Ahora ya no se puede ser educado.

Todos nos sentamos tal y como él nos ordeno, aunque me fue confuso ya que siempre nos piden que nos sentemos por número de lista y no fui la única que lo noto, la mayoría de mis compañeros estábamos confundidos.

Empezaron a arrastrar los pupitres para acomodarse, hacían bastante ruido y eso molesto al profesor que también noto como estábamos confundidos.

—A ver, por si no me entendieron SIÉNTENSE EN NUMERO DE LISTA ¿Es tan complicado entenderlo? —Grito desde afuera del salón.

No pude evitarlo y me reí como una psicópata a lo que hizo que él se asomara y me mirara como si fuese una loca.

¡Perfecto Bulma lo arruinaste!

Todos nos sentamos por número de lista y empezó la clase.
Él entro al salón y cerro la puerta, fue hacia su escritorio y tomo un marcador.

—Perfecto. —Suspiro. —Bueno, mi nombre es Vegeta Pr... —El maestro fue interrumpido por un golpe en la puerta, mire a mi alrededor y el lugar donde debería ir Maron estaba vacío.

El maestro abrió y ahí estaba Maron y Lanch con una mochila llena de frituras. Me quede observando que haría el profesor, vi que Maron le dijo algo y le dio la mano, pero él nunca se la estrecho.

¡Por fin! Terminaron de hablar con el maestro y se fueron a sentar en el lugar que correspondía, para suerte mía Lanch se sentaba atrás de mí y me iba a poder decir de que hablaron con el maestro.

—Lanch ¿Qué le dijeron a Vegeta? —Susurre.

—¿Qué? —Hizo una pausa y luego siguió —Ah, no, nada importante Bul.

—¿No las regaño? —Escuche que el maestro empezó a hablar y me detuve.

—Mi nombre es Vegeta Prince, yo les intentaré enseñar un poco de inglés. Espero que en este curso realmente aprendan un poco. —Miro unos papeles que estaba en su escritorio y siguió. — Necesito que ustedes se presenten, ¡Ah! Y no me pregunten que si en ingles porque creo que es bastante obvio.

Él te señalaba con un dedo y te preguntaba "What's your name?" y le tenías que decir tu nombre al igual que tu edad.

La mayoría de mis compañeros no nos enseñaron inglés en secundaria. Si no te sabias el número inventabas cualquiera, pero el maestro se te quedaba viendo con una cara de "¿Acaso eso es japonés?"

Paso alumno tras alumno hasta que llegue yo. Su mirada estuvo sobre mi, nos veíamos directo a los ojos y puede sentir como mis mejillas ardían, supuse que me había sonrojado.

Con nervios conteste...

—Bulma Brief. —¡Estaba sudando! ¡Oh por zeno-sama! ¡No quiero hacer el ridículo!

—Age? —Me hablo con cierta ¿ternura? ¿Le daba ternura verme a punto de hacer el ridículo?

Lazuli, una de mis amigas me susurro como tenía que decir 17, todos mis compañeros ya tenian 18 y yo era la única con un año menor que ellos.
Lazuli sabía inglés, así que me confíe.

—Tifseven. —Pronuncie tal cual me dijo Lazuli.

Me miro con gracia y se rió. Por Kami ¡Casi me desmallo y a él le da risa!

No pude contestarle, mi rostro se puso más rojo y las manos me sudaban, él solo me miraba. Lazuli me volvió a susurrar como tenía que decirlo, nuevamente lo intente.

—Sivinteen.

¡Por fin me salió!

—Seventeen. —¿Corrijo? ¡Pero si lo dije bien!

—Sivintin. —Intente pronunciar y él sonrió.

—A ver, repite conmigo: Seventeen. —Mire a ver a Lazuli y ella se estaba tapando la boca con la mano derecha, estaba disfrutando verme a punto de un colapso.

—¡Es que no puedo!

—Inténtalo yo sé que puedes.

¡Los nervios resplandecen a mi alrededor!

—¡Seventeen! —¡Lo logre! Note como sonrió con orgullo y en ese momento me sonroje más de lo que ya estaba.

—Ves que si se puede. —Me sonrió y por impulso yo también sonreí.

Él se fue a su escritorio, tomo una botella de agua que estaba sobre el mismo y la bebió. Termino de tomar agua y se dirigió al pizarrón, empezó a escribir los números del 1 al 10 y luego de 10 en 10, después los escribió en ingles.

—Muy bien. Se nota que no han repasado ningún apunte, entonces estás primeras semanas será de repasar lo que supuestamente ya han visto.

Nos dijo que quería que en un cuaderno anotáramos todos los números y que después los repitiéramos 10 veces como se escribían. Empecé hacer mi trabajo pero no dejaba de pensar en él, en como me sonreía. ¿Por qué solo me sonrió a mi cuando me equivoqué? No fui la única con ese error, quizás le divirtió verme tan nerviosa.

Seguí con mi trabajo mientras intentaba tranquilizarme. Mi lápiz resbalaba de mis dedos por el sudor.
Levanté la mirada y Vegeta estaba revisando apuntes.

Me levanté y fui para tener su firma en mi cuaderno, me miro de una manera divertida y encerró en un círculo el número 17.
Regrese a mi lugar y empecé a guardar mis cosas, sonó la campana y camine hacia la salida, voltee hacia él y él me miraba.

—¡Adiós maestro!

—Adiós Bulma. —Sonrio y se recargo en el escritorio.

Se aprendió mi nombre...

Salí del salón orgullosa al saber que el maestro había pronunciado mi nombre a diferencia de los demás.

Mire a Milk y a Maron con una sonrisa, me miraron curiosas y sonrieron.

—¿Qué te dijo Vegeta, Bulma? Se nota que fue algo bueno.

Mire a Milk y sonreí aún más orgullosa.

Y pensar que él sería el peor maestro.

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