🎄 Carta especial 🎄

Mi querido sobrino:

Espero que, una vez que leas esta carta, hayas encontrado la paz que tanto mereces.

Sé que tienes miles y miles de preguntas; seguramente muchas te quitan el sueño por las noches, pero le rogué a tu madre que no te entregara este último regalo hasta que tu vida fuera un poco menos complicada de lo que era antes de que perdiéramos tu rastro. No quiero hundirte más de lo que ya te has hundido, al contrario, quiero obsequiarte algo de luz y revelarte por qué he decidido partir.

¿Alguna vez te sentiste como un pez fuera del agua? Yo siempre he sido uno fuera del universo. Pasé mi vida entera tratando de encajar, de encontrar mi lugar en el mundo, de pertenecer. Aunque hubo momentos en los que creí alcanzar la felicidad, lo cierto es que he cargado con una pesada y profunda tristeza que me ha consumido desde que tengo uso de razón.

Traté de llenar el vacío y la carencia de amor de mi familia con el amor de mis amigos, el de los extraños que conocí a lo largo de mi vida y el de cualquier persona que fuera capaz de verme por lo que era en el interior, no por el cuerpo que observaban al mirarme, pero nunca fue suficiente, no hasta que tú naciste.

Cuando tu madre me contactó en secreto y te trajo hasta mí para conocerte, me di cuenta de que por fin mi existencia tenía sentido, de que la razón por la que llegué a este mundo, además de luchar por mis sueños, fue para hacerte feliz y ayudarte a cumplir los tuyos. Establecí tu bienestar como un propósito y una misión que, desgraciadamente, fallé.

No fui capaz de protegerte de tu padre, ni siquiera tuve la valentía de enfrentarlo. Si disparé el arma que por poco lo mató no fue por coraje: fue por desesperación. Porque una parte de mí, una que hasta el día de hoy anhela un amor de familia que nunca recibió, sentía el irrevocable deber de proteger al que alguna vez fue su adorado hermanito antes de que se convirtiera en un monstruo dominado por el odio.

¿Puedes creer que hubo un tiempo en el que tu padre me adoraba? Fue antes de que lo corrompiera la maldad del ser humano, antes de que conociera las consecuencias de la ira. Yo era todo para él, así como él era todo para mí... pero crecer en un pueblo pequeño con mentes cerradas rompió nuestro lazo para siempre.

Cuando todos a nuestro alrededor comenzaron a darse cuenta de que yo no actuaba como se supone que se comportaban los "hombres", el amor de tu padre se extinguió como una hoguera bajo la lluvia. Él era apenas un niño cuando dejó de abrazarme, de acudir a mí cuando tu abuelo lo maltrataba, de confiarme sus secretos. Más rápido de lo que habría querido, perdí el cariño de mi hermano y nunca pude recuperarlo.

No puedo culparlo del todo. Fue humillado por mi culpa, pese a que lo último que habría querido en el mundo es que fuera lastimado. Lo acosaron durante toda su infancia y adolescencia solo por tener una hermana (en ese entonces, hermano) diferente.

De modo que, cuando alcancé la edad necesaria para valerme por mí misma, hui lo más lejos que pude y no regresé hasta muchos años después. Para entonces, yo ya era la mujer que siempre estuve destinada a ser. Volví en busca de tu padre, pero descubrí con el dolor de mi alma que su odio era mucho más intenso que antes de mi partida. Creí que, al madurar y sentir mi ausencia, su corazón encontraría el modo de sanar y de perdonarme, pero fue imposible.

Y si bien él me seguía despreciando con todo su corazón, el mío aún recordaba con cariño al pequeño de sonrisa tímida que solía correr a mis brazos en busca de consuelo. Hasta el día de hoy le guardo un cariño especial que ni siquiera el repudio podrá eliminar.

Ya sé lo que has de estar pensando. ¿Cómo es posible que, después de tantos años de odio desmedido, aún sea capaz de quererlo? La razón es simple: cuando amamos de verdad, lo hacemos sin condiciones, sin esperar ser amados de vuelta. Así es el verdadero amor: no desaparece cuando no lo recibimos de regreso. Se mantiene vivo incluso en las peores tempestades, late con fuerza hasta en la más densa oscuridad.

Si algún día llegas a amar a alguien de la misma forma, sabrás a lo que me refiero. Entenderás que el amor sigue siendo amor aunque no sea recíproco.

Pese a que es egoísta esperar que las personas que amamos nos quieran de la misma forma, ya no soy capaz de vivir con tanto odio. Ya debería haberlo superado a estas alturas de mi vida, pero me lastima hasta el día de hoy, y ya estoy cansada de que duela de esta manera. Ya no quiero seguir luchando en un mundo que no me respeta.

Tengo la esperanza de que, algún día, la sociedad será diferente y tú podrás ser todo lo feliz que quieras. Desearía vivir hasta entonces, pero ya he vivido demasiado. Estoy exhausta, pequeño mío, no me quedan fuerzas para seguir, y tampoco quiero hacerlo. Quiero ser yo misma quien decida cómo y cuándo partir. Quiero abrir mis alas y volar por elección propia.

Espero de corazón que no sufras las mismas injusticias que yo, Caín. Pensar que tu futuro será menos complicado que el mío es lo único que me permite marchar en paz, porque estoy segura de que vivirás en un mundo mil veces mejor, o que al menos tendrás la valía necesaria para enfrentar a cualquier persona que te odie por algo que no elegiste y que no puedes cambiar, solo ocultar. Pero yo no quiero que lo escondas. Nunca. No quiero que vivas con miedo, quiero que celebres tu identidad y que seas exactamente quien quieras y quien estás destinado a ser.

Por favor, Caín, no pienses que he tomado esta decisión porque te fuiste. Me duele tu distancia como no imaginas, pero me sentiría de la misma forma aunque estuvieras aquí. Ya he vivido todo lo que debería vivir, y he experimentado todo lo que el destino pudo ofrecerme. Ahora, es momento de descansar.

No sufras por mi partida, Caín, porque no me marcho de este mundo con tanta tristeza como crees. Al contrario, me voy en calma y con la esperanza de que te he dejado en manos de un mundo que, con suerte, te tratará mejor que a mí. Si estás leyendo esta carta, es porque volviste y porque seguramente ya te has encontrado a ti mismo, así que ahora estás listo para perseguir la felicidad.

No tengas miedo de nunca obtenerla, cariño mío, porque no pasa nada si no la consigues. Soy una fiel creyente de que nuestro propósito como humanos no es ser felices, sino vivir. Simplemente eso. Con toda pena y alegría, con cada problema y solución, con cada herida y aprendizaje.

Y yo ya viví lo suficiente, Caín, mucho más de lo que crees. Ya amé, ya fui amada, ya sufrí, ya hice sufrir, ya me enseñaron y ya aprendí. Además, alguien me espera en el otro lado, alguien que extraño tanto como te extraño a ti. Mi amado aguarda por mí en alguna parte de la misma forma en la que yo aguardaré por ti cuando llegue tu momento.

Espero que ese momento llegue mucho después que el mío, porque te mereces una larga vida llena de prosperidad. Sé que cometiste errores (tú lo sabes mejor que nadie), pero todos los cometemos alguna vez. No te culpes por las decisiones que tomaste siendo tan joven e inmaduro, Caín. Errar es la única forma de crecer, así como sufrir es la única manera de ser felices. No puedes saber qué es bueno si no has conocido lo malo. No lograrás ser una mejor persona si no has aprendido a equivocarte.

Así que erra todo lo que quieras, mi niño, porque para eso hemos venido a este mundo. No busques la perfección, porque nunca la encontrarás. Tienes el derecho a fallar y a caer, pero también a levantarte. Y sé que lograrás ponerte de pie y enmendar tus errores, si es que ya no lo has hecho. Contrario a lo que crees, nunca te he juzgado. Sé lo poderoso que es el miedo y las locuras que nos puede obligar a cometer.

No te apuntes con el dedo a ti mismo, Caín; no te atormentes. Libérate de tu pasado, aférrate a tu presente y recibe el futuro con los brazos abiertos. No permitas que el remordimiento te frene. No dejes que nada ni nadie dicte cuán feliz mereces ser.

Te quiero con el alma, Caín, y te prometo que te llevaré conmigo a cualquier lugar que vaya. Vivirás en mi corazón de la misma forma en la que yo viviré en el tuyo. Mientras mantengas mi recuerdo con vida, no me habré ido. Seguiré cerca de ti. Estaré a tu lado cada vez que rías y cada vez que llores. Te daré fuerzas cuando no puedas levantarte y celebraré contigo cuando la vida te dé alegrías. Seré tu ángel de la guarda y tu compañera más fiel.

Te pido perdón por no haber sido capaz de protegerte, pero creo que todo tiene una razón de ser. A lo mejor necesitabas vivir todo lo que viviste, necesitabas sufrir lo que has sufrido. Porque, de ahora en adelante, los problemas serán cada vez menos importantes, el dolor será menos intenso. Ahora sabrás encontrar la belleza en lo simple. Sabrás disfrutar de una noche de fiesta de la misma forma en la que disfrutarás un fin de semana entero en la cama. Sacarás lo mejor de cualquier experiencia como si fuera la última. Vivirás cada segundo sabiendo que, en algún momento, llegará algo mejor.

Yo ya tuve lo mejor, Caín, y parte de eso fue conocerte. Gracias por regalarme ese amor fraternal que mi familia no supo entregarme. Gracias por quererme sin condiciones, sin prejuicios, sin privación. Gracias por tanto, mi pequeño de ojos soñadores.

Y, como has de saber, esto no es un adiós, porque nunca me iré. Me encontrarás en las olas del mar, en la forma de las nubes, en el aroma del café de la mañana y en cada estrella que acapare el cielo nocturno. Cada vez que quieras hablar conmigo, estaré escuchándote. Cada vez que quieras abrazarme, tendré los brazos extendidos hacia ti.

Y algún día, muchos años después de que leas esta carta, volveremos a vernos. Tal vez me veré tal y como me recuerdas, o a lo mejor me verás de la forma en la que siempre debí ser. Sea como sea, estaremos juntos por toda la eternidad, y ya ni la muerte podrá separarnos. Solo te pido que, de ahora en adelante, disfrutes cada experiencia y atesores cada momento.

Vive, Caín. Vive por mí y por todos los que ya no podemos. Solo vive.

Que seas muy feliz, mi niño adorado, en esta y en mil vidas más.

Con amor,

Tu tía Brenda.




🎄




¡Hola! El autor por aquí. Ha pasado tiempo, ¿eh?

Quiero hacerles saber que estoy bien. Me he alejado mucho de Wattpad, pero no porque ya no me apasione la escritura, sino porque me dediqué a vivir mi vida y a disfrutar de los libros sin la presión de escribir por obligación, sin la ambición de ser reconocido y publicado. Llegué a un punto en el que me frustraba no conseguir lo que quería, hasta que me di cuenta de que era absurdo. Amo la escritura por lo que me hace sentir y por lo que me ayuda a expresar, no por lo que podría obtener de ella.

Sé que pasó mucho tiempo, pero quería traerles este pequeño regalito y llenar sus corazones con cada palabra. Puede que esta carta les parezca triste, y en parte lo es, pero también carga consigo esperanza y luz, las mismas que quiero transmitir a ustedes.

Pronto me verán un poco más seguido por aquí. Estoy trabajando en una versión reimaginada de mi primer libro (cuyos derechos recuperé después de tantos años), así como escribo nuevas historias en las que he trabajado durante mucho tiempo. Algunas no verán la luz, otras puede que sí. Solo el tiempo lo dirá.

Dudo que queden muchas personas por aquí pero, a quien esté y lea esto, le envío todo mi cariño y un abrazo muy largo y apretado. Espero que el 2025 venga cargado de alegrías y que el destino les brinde grandes oportunidades que sé que se merecen.

Feliz navidad, amados lectores.

Con amor,

Matt.

PD: Si se preguntan si habrá más especiales y extras de Hola, Caín, la respuesta es obvia: claro que sí 🫢

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top