El día de mi partida Evelyn me preparó una sorpresa y tanto ella como mis amigas acudieron a despedirse de mí.

—A pesar de que al principio no me caías muy bien ahora me da pena que te vayas—confesó Alyson.

—¿Gracias?—dije fingiendo sentirme ofendida.

Madison reclamó mi atención y me dió un fuerte abrazo.

—Te voy a echar tanto de menos pequeñaja...—dijo llorando—¿Con quién voy a ir de compras?

—Seguro que encontrarás a alguien, siempre lo haces—respondí guiñándole un ojo.

Hunter también había acudido a despedirme pues, a pesar de que habíamos hablado poco estaba dispuesto a recordarme que persiguiera mis sueños y que jamás tirara la toalla.

—Te he traído esto—dijo entregándome un cuaderno de tapas negras—Yo tengo una parecida, siempre la llevo conmigo. Cuando estoy inspirado en el metro, en la calle, en una fiesta... ¡da igual el lugar! me pongo a dibujar. He pensado que...
—Ya sabes que yo no sé dibujar—dije chasqueando la lengua.

—Déjame acabar—me cortó—He pensado que podrías escribir tu propia historia, gritarle al mundo que es lo que piensas de él sin ni siquiera alzar la voz. Sería una pena que no lo hicieras, April.

—Lo haré—dije guardando la libreta en mi mochila.

Me giré hacia Evelyn y le di un fuerte abrazo.

—Prométeme que vas a escribir sobre mí—dijo.

—Si tuviera que escribir sobre alguien, escribiría sobre tí.

Miré a mi alrededor y esperé que Jason apreciera en algun sitio pero, no lo hizo.

—No ha dormido en casa—anunció Evelyn tensando la mandíbula.

—Miércoles ¿verdad?

Ella asintió.

—Bueno... me tengo que ir ya. Mi padre me espera en el coche.—dije.

—Espera un segundo. Quiero darte algo—dijo Evelyn.

Sacó un pequeña cajita de su bolso y me la entregó.

—No soy muy propensa a creer en estas cosas. Ya sabes... las pulseras de la amistad y todo eso me parecen chorradas pero pensé que si llevas esto puesto será imposible que te olvides de mí...

Abrí la cajita y observé una pequeña cadena de bronce con pequeñas hojas colgando de la cadena.

—Es preciosa—dije apenas sin poder hablar.

—Vuelve ¿vale?

Hunter me ayudó a cargar mi equipaje en el coche de mi padre y con el corazón en un puño me subí al coche.

Y me fuí directa al aeropuerto.

Directa a casa.