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𝐩𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨

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Era 1995 en noviembre. La amenaza de Voldemort seguía siendo tomada como una mentira. Las pesadillas de los mellizos Potter eran persistentes y sus amigos parecían ser la única fuente de apoyo. 

Era la mañana de un viernes. El quinteto de oro estaba sentado alejado de todos, como era costumbre. Hermione Granger tenía un libro abierto frente a ella con una taza de té al lado. Ron Weasley engullía su desayuno como si hubiese pasado días sin comer. Harry Potter comía su desayuno tranquilamente. Sam Potter dibujaba flores en su libreta tranquilamente, con una taza de café cargado al lado. Venus Black se hacía un delineado mirándose en un pequeño espejo. Cada uno en su mundo. 

⎯¿No te van a decir nada por maquillarte así? ⎯preguntó Hermione dejando de mirar unos segundos su libro para observar a Venus. 

⎯No sé ⎯contestó Venus con calma⎯. Y en realidad no me interesa. 

Sam se rió en voz baja. 

⎯¿Me prestas? ⎯preguntó Sam a Venus agarrando un labial que sabía que no tenía un color tan fuerte, cerrando su libreta. 

⎯Obvio, mi vida ⎯contestó Venus dejando el delineador de lado y agarrando el encrespador de pestañas. 

⎯¿Ustedes no tienen tiempo en la mañana para maquilarse acaso? ⎯se burló Ron. 

Sam puso sus ojos en blanco sin dejar de pintarse los labios. 

⎯Eres un idiota, ¿sabías? ⎯respondió Sam. 

⎯Es su estado natural ⎯comentó Ginny Weasley, que estaba sentada cerca de Sam⎯. Bonito labial, Sam. 

⎯Gracias ⎯dijo Sam mirándose en su espejo, revisando que su labial esté perfectamente puesto. 

⎯Obvio, si es mío ⎯dijo Venus con arrogancia, aplicándose rimel tranquilamente. 

Pasaron unos segundos antes que Venus cerrara el rimel y lo guardara en su estuche de maquillaje. 

⎯¿Por qué siempre se maquillan acá? ⎯preguntó Ron. 

⎯No siempre, Ronald ⎯contestó Venus⎯. Es sólo que hoy nos levantamos tarde. 

⎯Ustedes siempre se despiertan tarde ⎯dijo Hermione. 

En la mesa de los profesores había caído una caja con cinco extraños libros. Sólo Dumbledore, Snape y McGonagall los habían visto y los tres debatían si era seguro leer esa carta que venía con los libros. 

⎯Podría ser algo malo, Albus ⎯opinó Snape. 

⎯Pero también podría ser algo bueno, Severus ⎯dijo Dumbledore⎯. Voy a leer la carta. 

Querido profesor Dumbledore: 

Le habla Cassandra Black y le he enviado 5 libros que narrarán la vida de Harry y Samantha Potter. Si decide leer estos libros, voy a necesitar que algunas personas estén presentes, la familia Weasley, Sirius Black y Remus Lupin. 

Estos 5 libros son la clave para poder acabar con la vida de Voldemort de una vez por todas. 

⎯¿Qué quiere decir la carta, Albus? ⎯preguntó McGonagall. 

⎯Significa que debemos leer estos libros ⎯respondió Dumbledore para luego levantarse de su asiento, llamando la atención de los estudiantes⎯. Acabamos de recibir una carta que viene del futuro y...

No pudo terminar porque Umbridge se levantó también. 

⎯¡Eso es imposible, Dumbledore, deje de llenar la cabeza de sus estudiantes con mentiras! 

Más de uno puso sus ojos en blanco, irritados por la voz chillona de Umbridge. Dumbledore la ignoró y siguió hablando: 

⎯Estos libros narran la historia de Harry y Sam Potter. 

⎯¿Ah? ⎯dijo Harry sin saber qué decir. 

⎯¿Cómo que nuestra vida? ⎯dijo Sam en voz alta. 

⎯Con estos libros sabremos cómo poder matar a Voldemort así que necesito saber, señores Potter, ¿están dispuestos a leer estos libros para poder terminar esta guerra? ⎯preguntó. 

Los mellizos Potter sintieron sus mejillas arder. 

⎯¿Tú que dices Harry? ⎯murmuró Sam a Harry que por suerte estaba a su lado⎯. ¿Deberíamos? Yo creo que sí. Si es para matar a ese desnarizado... 

Harry se rió un poco en voz baja al escuchar el apodo hacia Voldemort que Sam tenía. 

⎯En eso tienes razón, Sam ⎯razonó Harry⎯. Pero es nuestra privacidad... nuestros pensamientos... 

⎯¿Quieres que sigan diciendo que somos mentirosos o quieres demostrarle a la sapo rosa que Voldemort realmente volvió? ⎯preguntó Sam sabiendo que ese era un punto débil de Harry, manipulándolo sin darse cuenta. 

Harry suspiró sabiendo que su hermana tenía razón, como siempre. 

⎯Si es para matar a Voldemort de una vez por todas, entonces hay que leerlos ⎯dijo Sam en voz alta, sabiendo que más de uno se estremeció al escuchar a Sam decir "Voldemort" como si nada. 

⎯Bien ⎯dijo Dumbledore⎯. Pero primero, recibamos a nuestros invitados. 

Las puertas se abrieron y entraron los integrantes de la familia Weasley que ya no estudian, menos Percy, Remus Lupin y Sirius Black. 

⎯¡Es Sirius Black, que alguien lo atrape! ⎯chilló Umbridge. 

Venus se levantó de su asiento. 

⎯¡Mi padre no es ningún asesino, vieja amargada! ⎯gritó muy molesta, para después correr a abrazar a su padre. 

⎯¡¿Cómo te atreves a llamarme así, Black?! ⎯dijo Umbridge en un tono agudo. 

⎯Sirius Black es inocente, Dolores, y lo más probable es que la prueba esté en uno de estos libros ⎯dijo Dumbledore con calma. 

⎯¡Sirius! ⎯chilló Sam al correr y abrazar a Sirius.

⎯¿Cómo está mi nuera favorita? ⎯preguntó Sirius con burla en el suficiente volumen para que sólo Sam y Venus escucharan. 

⎯Soy tu única nuera, Sirius ⎯dijo Sam fingiendo seriedad. 

⎯Sam ⎯dijo Remus acercándose⎯. ¿Cómo estás?

⎯Me ofende que le hables primero a Sam que a tu sobrina ⎯dijo Venus en tono molesto pero los tres supieron que no estaba molesta. 

⎯Y... ¿ya les contaron a sus amigos? ⎯preguntó Remus usando el mismo volumen que usó Sirius unos segundos antes. 

⎯No ⎯murmuró Sam.

⎯No hemos encontrado el... momento ⎯siguió Venus murmurando. 

⎯Bueno, ya lo encontrarán, nadie las presiona ⎯les dijo Remus sonriendo. 

Cuando Dumbeldore se levantó de su asiento e hizo aparecer varios sillones para que algunos puedan sentarse, todos se callaron y se sentaron. En uno de los sillones Venus se sentó junto a Sam y recostó su cabeza en el hombro de la pelirroja. 

⎯En la carta que me han mandado, especifican el orden en el que hay que leer estos libros. El primer libro se llama Harry y Sam Potter y el prisionero de Azkaban.