Capitulo veinticinco : "June"
Seis. Seis meses.
Seis meses desde la desaparición de Jude. Seis meses que Shaw sentía como una apuñalada en el corazón cada día que pasaba sin ella.
La agencia de Don Nadie nunca pudo dar con su paradero. Nadie sabía nada de ella. Nadie la había visto. Era como si fuera un fantasma, como si se la hubiese tragado la tierra.
- Oye, hermanito.
Deckard escucha la voz de su hermano desde el otro lado de la habitación. El hombre se levanta de su sillón y va a abrir la puerta, con pesadez, encontrándose con Owen frente a él.
Owen Shaw había salido hace solo dos meses de la carcel, cumpliendo su condena. Había salido rápido por buen comportamiento. Ahora se dedicaba a apoyar a su hermano Deckard.
- Pasa.
Deckard vuelve a su sillón, con botella de cerveza en mano, siendo la segunda que se toma completa.
- Te ves de la mierda - dice Owen sin dudar, ahora sentándose frente a él, en otro sillón.
- ¿Ah, si? - dice Deckard, sin importancia.
Ya no le importaba nada. Lo único que le importaba en todo el mundo se había ido.
- No te hagas el idiota - Owen niega con la cabeza y le frunce el ceño a su hermano -. Se que te duele, lo digo en serio, a todos nos duele no saber nada de ella. Pero tratar mal a todo el mundo no solucionará nada. Se como te sientes...
- ¡No te atrevas a decir eso! - exclama Deckard, levantándose de su sillón, apunto de lanzar lágrimas - Tu no sabes como me siento. No tenerla conmigo es una tortura, yo...
Deckard no supo cómo seguir. Sus ojos se dirigieron a un cuadro de la mesa de luz, en la que estaba una foto de ella y él en la playa. Felices. Sin saber lo que les esperaba.
Owen miró a su hermano frente a él y, sin dudarlo, lo abrazó con fuerza. Deckard no lo abrazó al principio, pero luego correspondió, ahora quebrandose.
El equipo de Toretto, a excepción de Luke, llamaban de vez en cuando al mayor de los Shaw para saber cómo estaba. Ellos no lo culpaban de nada, pero Hobbs si.
En verdad la extrañaba muchísimo. Lo peor era que no sabía si estaba viva, muerta, lastimada, no sabía absolutamente nada, y eso le hacía no dormir por las noches desde hace seis meses. Lo único que hacía era ahogar sus penas en alcohol y esperando a que Juddy llamase a su celular. Era algo estupido de creer pero era lo único que le quedaba.
Ya siete meses. Siete meses y no aparece. Deckard sigue golpeando el saco de boxeo con fuerza. En toda la casa solo se escucha su respiración agitada y los golpes de sus puños contra el saco. Debía descargar toda su ira. Su impotencia. Su dolor.
Ya no sabía que hacer. Sentía que no le quedaba nada. Nada por lo que luchar.
Un gran pitido se escucha en la habitación, y Deckard lo reconoce como el ringtone de su celular. Deja de golpear el saco de boxeo, agarra el celular y lee el contacto que lo está llamando. Era Don Nadie.
Una pizca de esperanza, por primera vez en seis meses, inundó su ser.
- ¿Diga? - había Deckard, esperanzado.
- Shaw, tienes que venir pronto - le dice Don Nadie al teléfono -. La encontramos.
Dos horas antes..........
- El camión que transporta las armas parte a las 13:00 horas - le comunica Jakob a Cipher, quien veía por las cámaras la sede militar central de Alemania, donde tenían las armas más poderosas de todo el continente.
La mujer asiente con la cabeza.
- Es tu turno aquí. June.
Cuando Cipher dijo aquel nombre, en la sala apareció una mujer, de cabello corto peinado de costado, y con un traje militar. Sus ojos parecían negros ante la luz, y su expresión era de hielo. Era Jude, pero a la vez no lo era. Era una mujer completamente diferente. Sin pasado. Sin un Deckard, sin ninguna familia. Solo con la cabeza en blanco, con habilidades de pelea inigualables y con solo un objetivo en mente : cumplir todas las órdenes de Cipher, porque ella era la que la había rescatado de morir. O eso le había dicho ella.
Pero ella ya no era Jude.
Su nombre ahora era June.
Y era su turno de aparecer a la luz de todo el mundo.
(Jude en Multimedia)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top