Capitulo uno : Nueva compania
Juddy
Bajo de mi auto después de estacionarlo. Camino a paso rápido hasta la entrada y hay dos gorilas vigilando la puerta de concreto; les muestro mi placa de identificación y de hacen a un lado para que pueda pasar, y lo hago. Camino por el lugar, y a mis lados se encuentran autos militares de los que mi hermano solía conducir; algunos están siendo reparados. A lo lejos veo a un hombre con los brazos abiertos y se de quién se trata. Camino más rápido hasta que llego a el, y ahora baja los brazos.
- Bienvenida, Juddy - me dice Don Nadie, ahora caminando uno al lado del otro.
- Don Nadie - saludo, aún caminando al lado de el, llegando a su "pequeña oficina" de mandos.
- Tenemos mucho trabajo jovencita - dice ahora, sentándose en la silla detrás de su escritorio. Detrás de él, se ven todos los autos militares que había visto al principio y, a sus lados, un montón de pantallas con registros e imágenes de personas que no llego a reconocer.
- ¿Que tiene para mi, señor?
- Eso te explicaré.
Luego de decir aquello, las pantallas cambian y muestran las fotos de un hombre de cabello canoso y anteojos, no era tan anciano en realidad, parecía de 50 años. En las otras pantallas estaba el mismo hombre con un arma y sus secuaces por detrás.
- ¿Quién es ese? ¿Draco Malfoy viejo?
- Es Lennox Ivey - la voz de Don Nadie se escucha en el lugar -, es conocido por esta involucrado en tráfico de armas de guerra, pero ahora se concentra más en el otro lado.
- ¿Tráfico de drogas? - pregunto, yendo a leer los documentos en la pantalla.
- Trata de persona - una voz, que no es la de Don Nadie, suena en la oficina. Dejo de prestar atención a los documentos y me doy vuelta para mirar al que habló. Era un muchacho, menos de 35 debía de tener. Era alto, con cabello castaño y correcto; llevaba un saco azul marino con el símbolo de la Agencia -. Ha ido de acá para allá, porque cada vez que iba bien su negocio, la policía lo descubría con las manos en la masa, o eso leí - presto atención a lo que dice, cruzándome de brazos -. Supuestamente su base se encuentra en... ¿Silver Lake?
Dejo de mirar al muchacho y le presto atención a Don Nadie. El abre los brazos y luego junta las manos.
- El ya te lo resumió, Hobbs - lo que dice hace que mire al sujeto frente a mi.
- ¿De qué boy band saliste, chico? - lanzo, mirándolo con diversión.
- De las Tropas Especiales de Afganistán - lo que dice me toma por sorpresa, pero yo solo alzo una ceja -, ¿y tú por que te separaste de las Fifth Harmony? ¿No hacían buen trabajo en equipo?
Se me escapa una risa al oír lo que me dice; este chico era gracioso.
- Eres gracioso, Ken - admito, y el me mira extrañado, mientras yo le dedico un ceno fruncido a Don Nadie -, pero aún no entiendo que hace este aquí.
- Esa - comienza a decir el anciano - es una de las noticias que iba a darte. Juddy, el es tu nuevo compañero.
Miro rápidamente al chico y luego a Don Nadie, y de nuevo al chico, para terminar con mi jefe.
- Es una broma, ¿verdad?
- ¿Crees que estoy para juegos? - Don Nadie se apoya en el escritorio.
- Yo acepté tu propuesta con una condición : no compañeros. En esto estoy sola - le echo un vistazo al muchacho -, sin ofender.
El chico me mira de nuevo y se ríe sin más.
- Eso fue al principio. Con tus primeras misiones, niña - sabe que odio cuando me llaman "niña" -, pero ahora es diferente. Sabes que aquí nadie trabaja solo, todo el mundo necesita una mano derecha.
- ¿Para que? Si ya me tengo a mi - le digo, ahora no aguantando su discurso de trabajo en equipo -. No necesito a nadie más.
- ¿Eso dijo Toretto cuando lo contacte? No, el aceptó tener compañeros, tener apoyo, su familia...
- Eso es distinto, Don, y lo sabe - le aseguro. Dom no haría nada solo, y su familia no lo dejaría. Pero esta vez, yo no haría nada que los comprometiera. Nadie sabe que trabajo aquí, solo Tej lo sabe, y confío en que no se lo diga al equipo -. Yo trabajo sola.
- No bajo mi mando - la voz de Don Nadie refleja dureza y autoridad, y es algo que no escuchaba desde que obligó a Deckard y a Luke a trabajar juntos -. Irás con Gibson a la misión, o te relevo de ella. Es todo.
Me siento en una de las sillas, rindiéndome. No podía retrucarle nada más a Don Nadie, era mi jefe y el decidía que hacer. Miro de reojo al novio de Barbie, que también se sienta a mi lado, frente a nuestro jefe.
- Ahora que ya está decidido todo - dice Don Nadie -, les diré que hacer. Saldrán está noche a las diez y llegarán allí, las cámaras los siguientes, nosotros estaremos pendientes de ustedes. Es todo, chicos, vayan a prepararse y buena suerte.
Soy la primera en levantarme de mi asiento e irme de la oficina, sin despedirme de Don Nadie ni de mi amigable "compañero". Camino por los pasillos aún molesta por la decisión de Don Nadie, ¡yo no quiero tener compañero! Me hace recordar cuando Don Nadie me hizo trabajar con Deckard, estaba tan enojada, yo no lo quería a mi lado, aunque eso era algo distinto, porque era algo personal. Este chico no me interesa en lo absoluto, y no es por el, a mi me gusta trabajar sola y me ha ido bien. No sé porqué se le ocurren estas cosas a ese anciano. Llego a la mesa de operaciones en donde está el mapa digital y, mientras escucho el plan que me explica uno de los agentes, recargo mi pistola para luego ponerla en mi funda del cinturón.
- No parece difícil, ¿cierto?
La voz hace que mire a mi lado, y el chico de hace un rato está observando el mapa digital, y luego me da una mirada.
- Nada es lo que parece, niño - le digo, ahora prestando atención al mapa. Mostraba el interior de la guarida de este tipo y, como esperaba, tenía vigilancia. Blanco fácil para mí
- No soy niño, es cierto, no me había presentado - me dice, y le presto atención - me llamo Gibson - se presenta, alzando la mano con intención de estrechar la mía -, Jake Gibson.
- Felicidades.
Lo que digo hace que el baje su mano.
- Espero que tengas auto propio, no seré tu taxista - le aviso, ahora sin mirarlo.
- Claro que tengo auto - me dice como si fuese obvio - pero si tantas ganas tienes de ser mi taxista, no tengo problema - lo miro a los ojos algo raro y su guiño de ojo hace que me crucé de brazos.
- ¿Acaso estás coqueteandome? - pregunto, aún sin creerlo.
- Llámalo como quieras - me dice y me da la espalda para dirigirse a su auto, que es un Honda Civic de la Agencia. Auto viejo pero muy bueno, debo admitir. Antes de subir a su auto, me mira desde allí y yo sigo aún en la mesa de operaciones, a pesar de que ya haya terminado de explicarme el plan.
- ¿Que no vienes?
Río ante lo que dice y luego se sube al auto. Yo me alejo de la mesa de operaciones y me subo a mi auto. Lo enciendo y acelero a fondo para que se escuche el gran motor de la belleza que tengo de auto, y lo hago cuando paso con el al lado del de Gibson, este solo me mira con diversión desde su auto y lo enciende.
Acelero y salgo de la Agencia, a la vez mirando por el retrovisor para ver si mi nuevo compañero me seguía. Y de hecho, lo hacia.
Espero que la misión salga bien.
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