Capitulo trece : Casino
Juddy
La noche había caído en Monte Carlo, y es bellísima. No puedo ver bien las estrellas, pero las luces del pueblo son increíbles. La noche es hermosa en un pueblo como Monte Carlo. Me apoyo en la ventana a observar el panorama a la vez que el viento choca contra mi rostro. Mis ojos se concentran en dos autos que corren a gran velocidad a lo lejos, en las calles. Sonrío al ver eso y recuerdo a Dom y a Brian. Mis hermanos. Mi familia. Los extraño demasiado. Si no fuera por estas misiones, los visitaría todo el tiempo. Me pregunto cómo estaran, cómo estarán sus niños. El pequeño Brian Jr. Adoro a ese niño consentido. Mi mente viaja a cuando ese niño estaba en los brazos de Deckard, sonriente. Ahí me di cuenta de que a Shaw era bueno con los niños. Sonrío y paso una mano por mi cabello. El es todo para mí. Ahora pienso que sí no hubiese sido por Dom y Cipher, jamás me hubiera vuelto a cruzar con Deckard en ningún punto de mi vida. Pero aquí estamos.
- ¿Disfrutando de la noche?
Miro por mi hombro y Deckard cierra la puerta detrás de él. Le sonrío y el me imita.
- Si - respondo, ahora volviendo a observar las luces de Monte Carlo. Siento su presencia a mi lado, mis ojos le prestan atención y está mirando Monte Carlo, al igual que yo - Es preciosa, ¿no crees?
- Es bellísima - lo escucho decir, refiriéndose a la noche en el pueblo -. Pero no más que tu.
Miro a Shaw de inmediato y le sonrío, a la vez que me sonrojo. Este hombre seguía dándome nervios como si fuera la primera vez que lo conociera, cómo ese primer día en la agencia cuando debíamos atrapar a Cipher. Su pulgar acaricia mi mejilla y juntamos nuestros labios. Se siente tan bien. Me atrae más a el con su mano en mi cintura y yo lo atraigo más a mi poniendo mis manos en su cuello. No quiero separarme de el nunca.
- Te traje - dice entre besos - el chaleco.
- ¿Que cosa? - pregunto, ahora separándose un poco de el.
- El chaleco antibalas - lo que dice hace que recapacite. Los chalecos. Si, era esencial para la misión. El camina hasta la cama y ahí los veo : dos chalecos antibalas. Suspiro al verlos.
- ¿Don Nadie te los dio?
- Si, y también los uniformes - mis ojos se dirigen a los uniformes que eran de seguridad y decían "Casino Monte Carlo". Son los uniformes oficiales que usan los policías de seguridad en el Casino. Ese Don Nadie si que andaba un paso más adelante que todos nosotros.
- Bien - digo, y agarro el uniforme y el chaleco antibalas. Me quito la chamarra y comienzo a quitarme la remera y los pantalones, y solo estoy en ropa interior; y es en ese momento que me doy cuenta que Deckard está aquí. Siento mis mejillas arder cuando noto que está observandome. Dejo mi remera en la cama y rápidamente agarro el uniforme del Casino. No me acostumbra aún a que el me observará, aún me da vergüenza.
- Deckard, deja de mirarme así - le pido, a la vez me coloco el pantalón del uniforme rápidamente; y cuando lo miro, él sigue con una sonrisa.
- ¿Por qué? - no respondo su pregunta, solo agarro la remera del Casino. Escucho sus pasos acercándose a mi, y siento como sus manos recorren mis brazos. Cierro los ojos y suspiro, ahora dándome la vuelta para mirarlo - No pienses ningún segundo en que no eres bonita, ¿oíste? Porque no es así. Eres lo más bello que he visto.
Me río ante lo que dice.
- No seas tan cursi - me burlo y el hace una mueca.
- Es tu culpa - dice, y acomoda un mechón por detrás de mi oreja -. Tu me haces cambiar.
No puedo evitarlo y le doy un pequeño beso, que él sigue igual. El pone algo entre medio de nosotros y veo que es el chaleco que el sostiene.
- No te olvides de esto - me dice y yo asiento.
- Tu tampoco - le recuerdo, ahora dándole el otro chaleco antibalas. El me sonríe y agarra su chaleco al igual que yo. Quiero que el esté a salvo. No quiero que nada le pase a los que amo. Me lo coloco arriba de la remera del Casino y luego me pongo la campera del mismo uniforme. Salgo primero de la habitación (para que nadie sospeche que Shaw está conmigo) y camino hasta el final del pasillo, donde el equipo debería estar esperando. Yo soy la primera en llegar. Me apoyo en la pared, cruzándome de brazos. Luego de unos minutos de esperar, veo como a lo lejos Gibson viene hacia mi, vestido de la misma forma que yo. Le sonrío y el igual.
- Señora Shaw - me saluda, y yo me río por lo que dijo.
- Estás de gracioso hoy, Gibson - digo, y el alza los hombros.
- Algo natural en mi - los dos reímos hasta que llega Owen.
- ¿Qué tal? ¿Listos para apostar? - dice el menor de los Shaw al llegar, y nos rodea a los dos con sus brazos.
- No lo creo - dice Deckard cuando llega a nuestro lado. Le alzo una ceja y el me da una pequeña sonrisa. Muy pequeña.
- Ah, le quitas lo divertido a la vida - le reprocha Owen, ahora acomodándose el cuello del uniforme de seguridad. Me río de el, el tipo si que da gracia. Me hace acordar a Roman de alguna forma.
- Esto si es un Casino - lo que dice Owen es cierto. Desde el auto, miro como mucha gente entra al gran y elegante Casino de Monte Carlo. Las luces si que brillan esta noche. Ajusto un poco la bandolera de mi arma, para que esta no esté muy suelta. Le doy unas miradas a mis compañeros. Gibson parece estar listo, con arma en mano. Owen parece relajado, pero sé que está listo, debe estarlo, por algo está aquí. Mis ojos se conectan con los de Deckard, y el asiente. Yo también lo hago. Sé que él estará bien. Eso espero de todos.
- Es hora - dice Deckard. Bajamos de los autos con sigilo, con nosotros cuatro al frente y dos equipos alfa siguiéndonos por detrás como apoyo. Sostengo fuertemente mi arma apuntando al suelo. No iba apuntar hacia arriba si no era necesario, era una precaución que se debe tener. La estrategia es la siguiente : entrar por la parte trasera del Casino luego de atravesar algunos arbustos que nos sirven para escabullirnos; un oficial de la agencia infiltrado en el Casino nos dará el paso libre y ya dentro, esperaremos a la acción de los terroristas. Debíamos ser rigurosos con esto.
Llegamos a la parte trasera del Casino, y el oficial de la agencia nos abre la puerta. Damos pasos rápidos y nos dividimos : el equipo Alfa irá como francotiradores en las partes altas, seguro en los balcones; el equipo Beta atacará junto a nosotros cuando los terroristas den su golpe. Alzo la mano y hago un ademán, esa es la señal para que el equipo Alfa vaya a su posición. Estos dan pasos rápidos con sigilo y se dirigen a los balcones usando los caminos de mantenimiento. Me acercó lentamente a una de las piedras y observo por la abertura de cartas : el casino está lleno de personas, y todavía no hay movimiento. Pero se que cuando lo haya, el equipo Alfa avisará a todos por el comunicador. Siento presencia a mi lado y allí están Deckard, Gibson y Owen, esperando al igual que yo. A un metro de mi se encuentra el equipo Beta, esperando lo mismo que nosotros. Mis ojos saltan de persona a persona, y ninguno parece sospechoso. Todavía no hay ningún movimiento peligroso. Pero siempre tengo preparada mi arma.
- Tengo hambre, ¿que andarán dando de cenar en el casino?
Frunzo el ceño y miro a Owen cuando habla. ¿Que acaso es un chiste? Todos lo miran de igual forma que yo y el alza los hombros.
- No es el momento, ¿verdad? - dice Owen, y yo solo niego con la cabeza, ahora volviendo a vigilar el casino.
- Equipo, ya hay movimiento - cuando oigo eso, aprieto mi arma con fuerza.
- Dime donde exactamente.
- Desde tu punto de vista, a las doce hay tres de ellos - mis ojos miran por la abertura y a lo lejos los veo : tres hombres vestidos de forma militar, con un pañuelo cubriendo sus bocas. Ratas -. A las nueve hay cuatro, y se escabullen. El líder está en el medio del salón.
Miro a mi grupo y alzo la mano y solo dejo tres dedos. Luego dejo dos. Luego dejo mi dedo índice. Cierro mi mano en un puño, y ese es el momento de atacar. Empujo con fuerza la puerta y levanto mi arma, con los compañeros siguiéndome detrás de mí. Disparo directamente al lider sin dudarlo, pero no alcanzo a ver si doy en el blanco. Escucho a los demas disparando a sus objetivos y echo un vistazo a los francotiradores. Listos para disparar. Sonrío y disparo a algunos terroristas que están a mi alcance, a la vez que las personas gritan y corren fuera del lugar. Corro hacia detrás de una mesa y comienzo a disparar desde allí, teniendo un disparo más certero. Los demás me imitan escondiéndose en otros lugares. Con mis últimos disparos, estos cesan. Miro a mi alrededor : todos los terroristas están neutralizados. Salgo de mi escondite y me encuenteo con mis compañeros en una de las esquinas del Casino.
- No fue tan dificil, ¿verdad? - dije.
- ¡JUDDY!
No alcanzo a reaccionar cuando caigo a un lado de mis compañeros. Me quedo en el suelo, pero apoyo mis manos y trato de incorporarme para ver lo que pasó. Mis ojos se centran en Jake, tirado en el suelo, con sangre emanando de su cuerpo. Mi corazón se congela en un segundo y corro hasta el.
- ¡Llamen al móvil y que estén listos! - escucho que dice alguien de mi equipo.
- ¡Jake! Jake... - digo, ahora dándolo vuelta. Está consiente, pero está pálido. Mis ojos se detienen en la herida de bala en el costado de su cuerpo. No sabía lo que mis compañeros, Owen y Deckard hacían, yo solo me concentro en Gibson. Mis manos hacen presión en su herida - Por favor, aguanta... - el solo me mira tratando de calmarse, su mandíbula tiembla. No podía verlo así. El me salvó la vida. Mis manos ya están cubiertas de su sangre, y siento como las lágrimas caen por mis mejillas. No podía estar pasando, no podía estar pasando esto.
No es cierto.
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