- Despierta, bella durmiente.

Parpadeo unos momentos para luego alzar la cabeza. Veo que Deckard entra a la habitación con una bandeja llena de galletas y chocolate caliente. Miro el reloj en la pared : 11 am.

- Oye, no era necesario, amor - dije, para luego bostezar -. Ya estaba por levantarme.

- Si no te despertaba yo, ibas a dormir hasta tarde, Jude.

Ruedo los ojos ante lo que dice y sonrío. El se sienta a mi lado y me pone la bandeja en mis piernas, arriba de las sábanas.

- Gracias - le digo, para luego darle un beso. Le doy un sorbo al chocolate y siento como me queda un bigote de leche. Deckard se ríe de eso y yo le empujo el hombro. Doy más sorbos hasta que me doy cuenta que día es hoy. Domingo. Domingo...

- ¡La parrillada! - cuando grito aquello, Deckard casi se cae de la cama del susto y yo casi tiro mi desayuno.

- ¡Diablos, Hobbs! - exclama Deckard, pero yo no le presto atención.

- ¡Tenemos que prepararnos! - dije, ahora tratándome rápidamente las galletas.

- Cielo, solo falta una hora, ¿si? Tranquila - me dice Deckard, poniendo su mano en mi hombro - Estás nerviosa, ¿no?

- Más que nunca - dije, y mire a Deckard con los ojos bien abiertos. El solo me miraba con diversión.

- Todo saldrá bien, ¿okey?

- No puedo creer como estas tan tranquilo - dije, para luego bufar. Seguí tomando mi chocolate caliente mientras Deckard prendía la televisión. Grité con fuerza cuando la cara de Robert Downey Jr apareció en pantalla. Deckard me miró extraño.

- ¿Pero qué pasa ahora? - pregunta.

- Es el, es el, ¡es el! - grité y el seguía sin entender - ¡Iron Man, Decks!

- Ah, si, esa cosa de superhéroes que a ti te gustan.

- No es solo una cosa, tonto, ¡es Marvel! - el me observa con incredulidad y con las cejas alzadas -. Se que no te gustan - dije, dejando la bandeja en la mesita de noche -, y sabes que Iron Man es mi debilidad.

- Si, ya veo - me dice mirandome, pero yo no le presto atención, lo solo miro a Robert caminar por la alfombra roja, saludando a todos con esos lentes geniales que trae puesto. Ah, tiene como 50 años y sigue igual de sexy como siempre - Oye, ya basta de mirarlo.

Le alzó una ceja a Deckard.

- ¿Por qué dejaría de mirarlo? Es irresistible - le dije, para luego seguir mirando a la pantalla. Sonrío al saber cómo es Shaw con los celos, mas si se trata de Robert Downey.

- Ajá - dice. Ahora lo miro nuevamente y está con rostro molesto mirando a Robert en la televisión. De repente me lanza una mirada y se posiciona arriba de mi sin haberlo previsto.

- Pero, ¿que haces? - digo entre risas.

- ¿Ese Iron Man puede hacer esto? - dice, para luego darme un beso apasionado. Le sigo el beso atrayéndolo más hacia mi. Siento sus manos en mi cintura hasta que bajan a mi trasero - ¿Y esto? - dice, ahora besando mi cuello, haciéndome suspirar. Siento como sus manos quieren sacar mis bragas y lo logra. Me da una mirada y yo me muerdo el labio cuando se acerca a mi oído.

- ¿Ahora que piensas?

- Eh... - el me ponía loca - Iron Man - decía entre jadeos - es mejor - lo que digo hace que el me mire con desaprobación. Lo atrapé.

- Respuesta incorrecta, señorita - me dice, y yo me río -. Voy a tener que castigarte.

Me muerdo el labio con fuerza y el agarra mi cabello con igual fuerza. Se quita su pantalón para luego también librarse de sus boxers. Entonces entro en mi sin avisar, y lanzo un suspiro de excitación. Me aferro a su espalda con mis manos cuando hace más movimientos rápidos, lo único que se escuchaba en la habitación eran nuestros jadeos y mi voz pidiendo más.

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- ¿Te gustó? Dime - me susurra en mi oído.

- Eso ni se pregunta - le respondo, dándole un pequeño beso en los labios. Estábamos en la cocina, ya vestidos y listos para ir a la parrillada de Dom. Estaba muy nerviosa, debo agregar, pero iba a hacerlo. Lo haría por mi, y por Deckard.

- ¿En qué piensas? - Deckard dice, acercandose a mi. Yo miraba desde el balcón la ciudad de Nueva York al mediodía.

- ¿Seguro que es una buena idea? - insisto. El me da una mirada divertida y se apoya en el balcón.

- Claro - dice tranquilo. Me irrita que este tranquilo, porque yo no lo estoy -, a menos que tú hermano quiera otro round.

- Eso si que no - le advierto, golpeándolo en el hombro. Le doy un pequeño beso para luego ir a agarrar mi cartera.

       Los dos bajamos por el ascensor hablando de lo que podríamos llevar a la parrillada. Seguramente compraría para hacer una ensalada y unos filetes para agregar. Salimos del ascensor y nos dirigimos al estacionamiento para luego subirnos a el. En el camino a la casa de Dom, pienso lo que hemos pasado. Entre esos recuerdos en mi cabeza aparece el rostro de Jake. Jake Gibson. Gran compañero de trabajo en la Agencia. Luego de nuestras pequeñas vacaciones en la playa no lo volví a ver, tampoco a Owen (quién volvió a la cárcel). Los extraño mucho. Jake no no dijo que era lo que iba a hace a partir de ahora, por eso no lo vemos hace bastante tiempo. Se había vuelto importante para mi. Sea donde sea que esté, espero que esté bien. Ahora pienso que en un mes debemos volver a la Agencia, ya que se nos están por acabar nuestros días libres. Seguro que Don Nadie nos llenará de trabajo.

- ¿Estás lista? - dejo de mirar por la ventana cuando escucho la voz de Deckard hablándome. Le doy una mirada y el ya había apagado el auto.

- Completamente - respondo, sonriéndole. Ya estábamos fuera del departamento de Dom.

     Entraríamos, y todo será normal para nosotros. No habrá secretos. Tendrán que aceptarlo. Hay que aceptarlo.

       Primero que nada, les doy unas disculpas por haber estado inactiva en estos meses, se me había ido la imaginación al abismo pero ahora ya estoy de vuelta😊 gracias por seguir con la historia, eso me inspira a seguir escribiendo... Las amo💟