Mi vecina
By: Tri line
La criatura más hermosa que jamás había visto, parecía no cerrar nunca las cortinas de su habitación.
Nos habíamos mudado hacía apenas una semana y ya era imposible no fijarse en una chica como ella y lo sabía, sabía que yo la observaba.
Era joven, delgada, con un largo cabello pelirrojo. La veía bailar casi todas las noches desde mi ventana. Algunas noches bailaba y otras simplemente se sentaba en su escritorio, a veces hablaba por el móvil hasta la madrugada.
No fue hasta el final de ese primer mes, cuando la ví matar por primera vez, era una chica del colegio, una ingenua que iba a donde fuera con la promesa de algo de alcohol. Una víctima perfecta.
Fue la primera noche que apagó la luz tan temprano. En esa oscuridad solo me hizo falta ver el reflejo del cuchillo para saber que había hecho. Un reflejo de ventana a ventana tan claro, que supe que quería que lo viera.
No hubo gritos, no hubo ruido.
Debieron haber pasado solo unos segundos, pero sentí que la había estado observando durante horas.
Cuando finalmente volvió a encender la luz, la otra chica había desaparecido, pero no mi vecina. Con la cara cubierta de sangre, moviéndose de lado a lado, para asegurarse de que la podía ver bien.
Su sonrisa al final me dejó claro que todo aquello era una invitación.
Las tres víctimas siguientes llegaron y se fueron de la misma manera. Uno del equipo de fútbol, un chico solitario de clase, una de sus mejores amigas. Todos representando sus papeles en ese espectáculo que montó para mí durante todo el año siguiente.
Los invitaba a su habitación con la cara más inocente que podía poner, y entonces lo veía; el mismo cuchillo, la misma sonrisa, pero diferente sangre.
Un día, finalmente reuní el valor para ir a verla, o quizás unirme a ella, si tenía mucha suerte, tal vez podría ser yo quien inspirara esa sonrisa al final.
Compré ropa muy bonita y un perfume caro, e incluso me teñí el pelo de rubio con la esperanza de que le gustara el cambio. Pero esa mañana llegó la peor noticia de todas; mis padres me dijeron que nos íbamos a mudar.
Intenté oponerme pero, qué podía decir??
Si les contaba sobre la chica al otro lado de mi ventana, ella sería la que se iría y no la vería nunca más.
No tuve más opción que aceptar, con la esperanza de poder verla algún día. Me entristeció haber perdido la oportunidad de conocerla.
Me preguntaba que estaría haciendo ella si habría encontrado a alguien con quién compartir su espectáculo.
Debió ser cuando recuperé la mirada perdida al cabo de unos días que, me dí cuenta que tenía una nueva vecina en la ventana de enfrente.
Y ésta, era rubia.
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