Han pasado muchos siglos, muchos años de ausencia y aún recuerdo todo lo que ocurrió antes de terminar aquí en lo que actualmente conocía como mi prisión. Aún que nadie me viera, yo si veía todo lo que ocurría al otro lado de aquel espejo de mano, fui pasando de dueño en dueño, hasta que un tiempo después, termine ocultó en lo más profundo de una repisa, dentro de una tienda de antigüedades.

Mi tiempo ahí adentró no corría, nunca sentí hambre, o sed, tampoco tenía la necesidad de dormir, era como estar en una especie de limbo, donde, aún que pase muchos años no envejesco.

En una noche tranquila, se podía sentir el ambiente frío del lugar, a traves del espejo podía ver como el cielo se ponía oscuro gracias a una ventana que estaba ahí, luego de una hora la lluvia comenzó a caer con fuerza contra el suelo, las calles oscuras se iluminaban por los rayos y relámpagos que caían del cielo.
Pronto la puerta comenzó a ser golpeada de manera muy fuerte hasta que está terminó siendo derribada por una gran figura negra, unos hombres entraron al local y comenzaron a tomar todo lo de valor y a destruir el lugar.

Uno de los hombres metió su mano en la repisa donde me encontraba, cuando tomo el espejo lo miro con cara molesta y lo tiro sin saber que terminaría fuera de la tienda de antigüedades, pronto el cristal se rompió y una luz blanca apareció de la nada. En poco tiempo ya sentía como la lluvia me mojaba, mire a mi alrededor algo desorientada, luego entendía que había salido, al fin era libre.

Escuche a uno de los ladrones y rápidamente me fui, pero no sin antes tomar rápido el espejo y los vidrios rotos paras así al fin irme de ahí corriendo.

Paso algunas horas y seguía caminando por las solitarias calles de aquel pueblo, estado por buscar un lugar en donde descansar hasta que a lo lejo vi una edificación que se me hacía familiar, apresure el paso y en poco tiempo pude identificar la estructura de un gran castillo.

~ Nigth Raven College... aún sigue de pié ~.

Camine hasta llegar al gran portón de entrada de la Academia, roze con la llema de mis dedos el escudo del lugar, que permanecía en el centro del portón, con un poco de mi magia logré abrí la cerradura y entrar sin problemas para luego sentir como el portón se cerraba sólo detrás mía.
Entre al lugar y todo los pasillos estaban a oscuras, solte un chasquido y todas las velas se prendieron con una llama Azul, dándome más claridad en los pasillos, comense a caminar mientras veía con curiosidad el lugar.

Había cambiado mucho pero algunas cosas permanecían igual, en ningún momento deje de sonreír por la nostalgia tras estar encerrada por mucho tiempo, pronto llegue al final de un pasillo y con mi mano la pase por lo largo de la pared hasta encontrar la cerradura de la puerta, use el mismo hechizo que con el portón y una gran puerta de madera con detalles en metal aparecía en frente mía y se habría lentamente, soltando un ruido pesado que hizo eco por todo el lugar.

~ veo que nadie entró aquí en mucho tiempo ~.

Entre y deje el espejo sobre una mesa y busque mi vieja ropa para cambiarme la mojada que tenía.

Ya cambiada, busque en la pequeña biblioteca un libro que me ayudaría a reparar el espejo en donde estuve encerrada por mucho tiempo, quien sabe cuando me podría servir, a demás de ver mi propio reflejo.

Poco después retome mi camino por la escuela, pase por mi zona favorita de la escuela, al entrar en aquel pasillo todos los cuadros que estaban ahí se sorprendieron al verme y me dieron la bienvenida, yo estaba muy feliz de verlos a todos y cada uno de ellos, hablamos por un rato y me despedí para seguir explorando.

Termine saliendo del edificio para llegar al patio y seguir el camino que me llevaría a mi dormitorio, pero al llegar y ver como estaba me quedé sorprendida, el lugar estaba a casi de caer, las ventanas estaban rotas y tenían tablas que las cubrían, vi el techo y tenía muchos hoyos, el jardín estaba totalmente muerto y abandonado, parecía un cementerio.

Obviamente no lo dejaría así.

A hora que regresar es hora de restaurar algunas cosas.