Subway

Amber bajó del carro. Hacía tanto calor que por un momento deseó cortarse su larga melena. Necesitaba agua inmediatamente. Y comida. Tenía un hambre feroz.

La chica encaminó sus veloces pasos hacia un Subway, que no era gran cosa pero que en ese momento le pareció la gloria. Al entrar, la refrescó la brisa del aire acondicionado. Se quedó parada un momento, disfrutando de la fresca sensación. Cuando fue suficiente siguió caminando hacia el mostrador.

Era la única en el local aparte de los empleados y un chico sentado en una mesa ubicada en el rincón y con una guitarra a sus pies.

Amber hizo su pedido y cuando se lo entregaron se acercó al chico.

-¿Puedo sentarme? -preguntó. Él no contestó, ni siquiera la notó por culpa de los audífonos que traía puestos y por estar demasiado concentrado en lo que escuchaba hasta llegar al punto de tener los ojos cerrados. Amber se sentó de todos modos. Estaba tan desesperada por probar bocado que devoró su comida en unos cuantos minutos.

El chico al fin abrió los ojos y, al ver a Amber frente a sí, mostró una expresión de sorpresa.

-¿Cuánto tiempo llevas ahí? - preguntó asustado. Amber tardó un rato en contestar, pues estaba anonada al descubrir los hermosos ojos color zafiro del chico.

-No mucho, tal vez cinco minutos -logró al fin decir Amber, que no podía apartar la mirada de los ojos del chico. Él, al notarlo, desvió la mirada y se sonrojó-. ¿Qué escuchabas que te hacía estar tan concentrado? -preguntó la chica con curiosidad. El chico solo se sonrojó más.

-Na-nada -tartamudeó apenado.

-Vamos, puedes contarme -insistió Amber. Una pequeña sonrisa logró asentarse en los labios del chico, lo que provocó que el corazón de Amber se acelerara.

-No era nada importante -le confesó el chico al fin-. Algo de la banda.

-¿Tienes una banda? -preguntó Amber interesándose cada vez más en el chico de hermosos ojos. Ella siempre había querido involucrarse en la música, pero a la hora de tocar un instrumento o cantar era todo un desastre. El chico asintió en respuesta a la pregunta-. ¿En serio? -Amber estaba cada vez más emocionada-. ¿Qué instrumento tocas? ¿O acaso eres el cantante?

-La guitarra -contestó él, que poco a poco iba perdiendo su timidez-, y también canto un poco.

-¡Vaya, qué genial!

Guardaron silencio un momento. Amber quería seguir hablando pero no sabía de qué, hasta que se dio cuenta que no sabía el nombre del chico de ojos color zafiro.

-Me llamo Amber - dijo, tendiéndole la mano para que se la estrechara.

-Yo soy Matt -dijo el chico al tiempo que le estrechaba la mano a Amber.

-Y dime -dijo Amber intentando seguir con la conversación-, ¿qué haces aquí?

-¿Cómo que qué hago aquí? -preguntó confundido el chico.

-Sí -continuó Amber-, ¿por qué viniste a este Subway? ¿Estás viajando a alguna parte?

-No -respondió el chico-, vengo aquí seguido cuando no tengo nada que hacer.

-¿Vives cerca de aquí? -preguntó Amber, dando rienda suelta a su curiosidad.

-Sí, algo así. -Matt en realidad no tenía lo que se conoce como un hogar. A veces dormía en casa de algún integrante de la banda, otras, se quedaba a dormir en el Subway, cuidando que ningún empleado lo descubriera. Su única compañía fiel era su guitarra-. ¿Y tú? -preguntó-. ¿Vas a alguna parte?

-Sí -contesto Amber-. Estoy en busca de la aventura de mi vida.

Matt estaba encandilado con la chica. Era demasiado... Activa. Viva.

-¿Cómo sabrás cuando la encuentres? -preguntó interesado el chico de los ojos azules.

-Simplemente lo sabré. Sentiré algo en mi corazón y desde entonces mi vida será diferente. -Amber se quedó pensando un momento-. ¿No quisieras acompañarme?-propuso al fin. Sabía que era peligroso. ¡Viajar con alguien que apenas conocía! ¡Un extraño! Los ojos azules de Matt se abrieron de nuevo con gran sorpresa. Amber se arrepintió, por lo que justo después añadió-: Olvídalo, no sé en qué estaba pensando.

Matt lo meditó un momento. No había nada que lo atara a aquel lugar. Bueno, tal vez la banda, pero podrían conseguirse otro guitarrista.

Amber interpretó el silencio del chico como una negativa. Tal vez la había tomado por una loca.

-¡Pero mira qué tarde es! -se excusó Amber. De la nada la noche había llegado-. Tengo que irme. Me gustó conocerte, Matt. -Se estrecharon las manos de nuevo. Después, Amber salió, no sin antes haber echarle una mirada de nuevo a los lindos zafiros del chico.

Encaminó sus pasos hacia el carro. Subió y estaba a punto de arrancar cuando se dio cuenta de que Matt salía del Subway con su guitarra y corría en dirección al carro rojo al que se había subido ella.

-¡Espera! -gritó Matt-. ¡Quiero ir contigo! -Él y su guitarra subieron al vehículo y fueron recibidos con una gran sonrisa por parte de Amber.

Y juntos partieron, sin rumbo, pero guiados por la luna.

El corazón de Amber dio un vuelco. Era un aviso de que aquello que tanto anhelaba y buscaba sólo estaba por comenzar: la aventura de su vida.

Hola. Pues esta es la primer historia. A mí me gustó mucho y espero que a ustedes también.
Kamwe💙

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