Querida tempestad:

Actúas como si supieras exactamente cómo me siento.

El viento que provocas mueve las ramas de los árboles y hace que caigan algunas hojas. Justo lo que me pasa a mí: mis emociones son tan fuertes que hacen que las personas que quiero se desprendan de mi vida.

Luego hiciste que lloviera, y las pequeñas gotas de agua cayeron sobre las flores; mientras las lágrimas bajaban en un recorrido por mis mejillas.

¿Crees que alguna vez saldrá el sol?

¿Crees que podemos ser alcanzadas por un arco iris de felicidad?

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Lindo amanecer:

Me hiciste sentir feliz por una milésima de segundo. Entre tú y el hermoso canto de los pájaros lograron que mi humor mejorara notablemente.

El sol parecía una enorme manzana roja y las nubes asemejaban estar hechas de algodón de azúcar. Creí haber estado soñando.

Gracias por presentarme tan magnifico espectáculo.

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Ruidoso trueno:

Imitaste el sonido de mi estómago, que rugía exigiendo algo de comida, lo que me hizo reír. No me importó que las personas me miraran raro.

Aunque tu sonido anuncia la inminente tormenta, no me había sentido tan feliz desde hace mucho tiempo.

He decidido que saldré a saltar sobre los charcos de lluvia.

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Radiante día soleado:

Iluminaste los comienzos de mi primer amor. Sí, estoy enamorada. Y es maravilloso, ¿sabes?

Los rayos de luz sobre mi sonrisa, el calor que hacía que mis mejillas se tornaran incluso más rojas de lo que ya estaban y la refrescante brisa, hicieron de este día algo inolvidable.

Gracias a ti, querido día soleado, jamás olvidaré lo que es estar enamorado.