Durante mi adolescencia, los cinco años que viví en cierto apartamento, pasaron muchas cosas.

Al principio, se escuchaban canicas rebotando en el techo cada día, siempre pasada la medianoche. Luego empezó a verse transitar una figura; paseaba como de habitación en habitación. En una oportunidad, yo estaba cocinando la cena y la luz de la cocina hacía proyectar mi sombra sobre la encimera o la estufa, de repente vi otra sombra más alta que yo a un lado de la mía, pensé que era mi novio tratando de asustarme y me hice la loca, pero en vista de que no hacía nada me volteé con el cuchillo en mano pa asustarlo y sentí que se me fue el alma porque no había nadie. Miré con discreción hacia un lado y allí estaba aún esa sombra. Con la misma, salí volando a mi cuarto; cuando pasé frente al baño corroboré que en efecto mi novio se estaba bañando, pero lo más cumbre fue cuando salió del baño a mi cuarto y me preguntó si yo había entrado al baño porque mientras se sacaba el champú sintió que alguien abrió la puerta de la ducha y entró a la regadera, pero al voltearse no había nadie.

Mi hermano menor en una oportunidad se levantó para ir al baño y cuando abrió la puerta de su cuarto vio una niña resplandeciente que le tendía la mano como invitándolo a seguirla.

Yo en una oportunidad vi claramente una especie de garra fantasmal enorme que intentó agarrar el hombro de mi hermano cuando salía de mi recámara; mi reacción fue llamarlo y, en cuanto se volteó, la garra retrocedió y desapareció.

Solía tener sueños premonitorios, y una pesadilla muy vívida que aún recuerdo con claridad y sobre la que escribí un cuento de terror.

De verdad, muchas cosas pasaron en ese apartamento.

Jakirasaga

***

Mi padre fue trailero, por lo que yo también terminé con una pequeña pasión por ese tipo de cosas. Desde hace ocho años, no dejo de escuchar un tráiler encenderse fuera de mi casa, además de pasos por toda mi casa. No sé si es algo de miedo o algo bueno, ya que es como si él estuviera todo el tiempo conmigo...

Anónimo