4. Mi bisabuela, mi benefactora


Desde que tengo uso de razón soy capaz de ver a una mujer de tez blanca, cabello negro, y de su rostro solo llego a divisar sus ojos negros. Gracias a mis investigaciones, he llegado a la conclusión de que es mi bisabuela.

La primera vez que vi a esa mujer fue en el entierro de un familiar. Ella estaba sentada en una rama de un árbol cercano. La estuve viendo por unos minutos y de la nada desapareció; yo tenía alrededor de seis años, fue cuando me di cuenta de que las cosas que veía no eran de este mundo. Unos días después, la vi en una esquina de mi cuarto; no entendía por qué estaba en mi casa pero desde entonces soy capaz de verla con cierta regularidad. Jamás ha hecho nada, solo la veo unos instantes y ella a mí para finalmente desaparecer. Algo que hay que destacar es que siempre tengo una "buena suerte" para salvarme de accidentes y esas cosas. Ella normalmente aparece antes de que cualquier incidente ocurra pero nunca me pasa nada.

Una vez estuve hablando con mi hermana y primos, mi hermana menor y una prima (que se la pasa mucho en mi casa) y me confesaron que ellas también la habían visto una vez. En varias ocasiones llevé a amigos y conocidos, incluso a quedarse a dormir pero nunca la vieron, concluí que solo con la familia aparece.

Cuando tenía como quince años, estuve hablando con mi madre y, entre la conversación, ella dijo: "Yo a tu bisabuela le dije que nos cuidara pero que jamás se me apareciera porque mi corazón no aguantaría tal cosa". Seguido le pregunté cómo era mi bisabuela y ella respondió: "tenía cabello negro, no era muy alta...". Ahí deduje que aquella presencia era ella, mi bisabuela siempre había estado con nosotros y casi nadie podía verla.

Hace poco una santera le dijo a mi madre que había un muerto que la seguía, le recomendó que encendiera una vela y rezara para que se fuera. Ciertamente mi mamá hizo eso y sí, se sintió más aliviada. Los hombros, que le solían doler, dejaron de hacerlo. De todas formas, la presencia siempre ha sido amigable, apacible y jamás ha intentado nada, solo aparece y desaparece.

La cuestión cambió cuando las presencias de otra mujer y un niño comenzaron a hacerse presentes. Por alguna desconocida razón, no he sido capaz de verlos pero sí de oír y ver las cosas que hacen, normalemente tirar cosas o esconder objetos.

Una noche estaba intentando dormir tranquilamente. Me hallaba acostada en la orilla de la cama pero de cara a la pared, cuando comienzo tener esa famosa parálisis del sueño o, como yo prefiero llamarle, viaje astral, solo que a mí me da un poco de miedo realizarlo por completo, por lo que intento frenar el proceso; esa noche hacía lo mismo de siempre, detenerlo todo. Todo iba bien hasta que escuché la voz de la mujer ajena decirme a la cara: "Déjate ser y sal de ahí". Su tono de voz no fue amigable, no inspiraba confianza ni mucho menos ganas de ver qué sucedería si llegase a verla. El miedo me invadió y me quedé estática. Mi espíritu había vuelto a mi cuerpo pero seguía paralizada más allá de los esperables efectos del viaje. Entonces escuché la risa del niño en la parte de mis pies. Se estaba burlando de mí y del miedo que me causaron en ese momento.

Mi madre trabaja de noche y cuando vuelve suele encender la luz del pasillo que ilumina los tres cuartos que hay en todo el departamento. En ese momento noté que la luz se encendía y escuché unos pasos que caminaron hasta mi cuarto y se detuvieron justo en mi espalda. La voz de mi madre me dijo: "¿Estás despierta?". Justo cuando la voz terminó de hacer la pregunta fui capaz de moverme y abrir los ojos. Alarmada, me giré para buscar apoyo en ella pero me llevé una gran sorpresa al percatarme de que no había nadie y que la luz del pasillo estaba apagada. Entonces supuse que había sido ese espíritu que ha estado conmigo desde niña, el espíritu de mi bisabuela. Eso fue hace apenas unas noches atrás y aún sigo un poco trastornada por el hecho.

DCEdith2512

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