14. Pobres perritas
Hace apenas una semana, me compré unas sandalias. Decidí dejarlas en la esquina de mi cama y pues hasta ahí todo iba bien. Siempre que me levanto al baño, pongo el celular en el mueble de la lámpara; cuando regresé del baño, la sandalia estaba en medio de mi cama con mi teléfono a un lado, pero mi teléfono estaba muerto, literalmente apagado. Me dio mucho miedo, así que fui a dormir con mis hermanos.
Lucero Torres
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En una ocasión, mi mamá se estaba bañando, y pues me pidió el favor de que le pasara una toalla porque no subió una, pero yo estaba jugando con mi perrita. El punto es que le pasé a mi mamá la toalla, seguí jugando con mi perrita pero ella se fue al cuarto de mis hermanos y se escondió bajo la cama. Entonces, yo, por joderla, le dije: "me voy a poner aquí en la puerta para que no salgas". Cuando volteé vi que mi perrita estaba subiendo las escaleras, marica, me dio mucho miedo, así que empecé a gritar, no sé qué carajos era lo que se escondió en la cama de mis hermanos.
Lucero Torres
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Tenía un perrita que dormía adentro, pero se enfermó y tuve que sacarla a su casita afuera. Bueno, ella estuvo una semana llegando a rascar la puerta de la cocina para que la metiera y lo hacía en la noche.
Luego se enfermó más y murió.
Y la siguiente noche, cuando estaba dormida, escuché rascar la puerta y así una semana. No me dejaba dormir.
Entonces, dejé una emisora cristiana toda la noche y se quitó.
Cía Martínez
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